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domingo, 10 de febrero de 2013

►Las 10 frases más reveladoras que se les escaparon a médicos abortistas



En España es famosa una frase que le dijo el dueño de la clínica abortista Dator, de Madrid, al doctor Jesús Poveda, veterano activista pro-vida que a menudo la recuerda en público: "yo le pregunté cómo es que él, siendo médico, sabiendo lo que es de verdad un aborto, puede realizarlos", explica Poveda, "y él me respondió: ´Hasta yo me asombro de las cosas de que soy capaz por dinero´ ".

En una sociedad de la comunicación, los técnicos y empresarios del aborto hablan (o escriben: en congresos, memorias, diarios...) y sus frases permanecen. En LiveActionNews.org han recopilado 10 frases reveladoras.

1. "A ellas no se les permite nunca mirar la pantalla de ultrasonidos, porque sabemos que si lo hacen y escuchan el latido del corazón, no querrían hacerse el aborto" - Dr. Randall, antiguo abortista

2. "Incluso hoy lo siento como algo un poco peculiar, porque como médico fui entrenado para conservar la vida, y aquí estoy, destruyéndola" - Dr. Nejamin Kalish, abortista.

3. "Tienes que llegar a ser un poco esquizofrénico. En una habitación, animas a una paciente y le dices que la ligera irregularidad cardíaca del feto no es importante, que tendrá un bebé bueno, sano. En la otra habitación, le aseguras a otra mujer, a la que le acabas de hacer un aborto salino, que es buena cosa que el latido del corazón sea ya irregular, que no se preocupe, que no tendrá un bebé vivo. De repente, uno se da cuenta de que en el momento de la infusión salina había mucha actividad en el útero. No eran corrientes de fluido. Era, obviamente, el feto dañado al tragar la solución de sal concentrada y pateando violentamente, y eso es en cualquier sentido el trauma de la muerte. Alguien tiene que hacerlo, y desafortunadamente somos los ejecutores de este acto. - Dr. John Szenes, abortista.

4. "Decirle a esas mujeres que sus fetos sienten dolor es acumular tormento sobre tormento. Esas mujeres tienen un dolor real. No llegaron con facilidad a esta decisión. Crear otra barrera para ellas para alcanzar el cuidado médico que necesitan es realmente injusto" - Dave Turok, abortista.

5. "Esta es la razón por la que odio el uso excesivo del forceps: las cosas se rompen. Solo hay dos tipos de doctores que dicen nunca han perforado un útero, los que mienten y los que no hacen abortos" - Un abortista anónimo.

6. "Me fui donde ya no tuviese que soportar ver cuerpecitos nunca más" - Dra. Beverly McMillan, antigua abortista

7. "Creo que he sido afortunada por formar parte de esto. Si no me hubiera implicado, habría ido por la vida perfectamente satisfecha de acudir a fiestas de la sociedad médica y habría resultado muy, muy soso. Me habría aburrido como una tonta". - Dra. Jane Hodgson, abortista pionera

8. "La pena, bastante distinta al sentimiento de vergüenza, la exhiben de una forma u otra prácticamente cada una de las mujeres a las que les he practicado un aborto, y eso son unas 20.000 a fecha de 1995. La pena se revela en el hecho de que la mayoría de ellas lloran en algún momento durante la experiencia. El proceso de duelo puede durar unos pocos días o varios años. El duelo a veces se aplaza. El duelo puede yacer sublimado y dormido durante años" - Dra. Susan Poppema, abortista.

9. "Si veo un caso, de más de 20 semanas, donde francamente eso es un niño, para mí, realmente me hace pensar y sufrir, porque ¡el potencial está aquí tan inminente! Por otro lado, tengo otra postura, que creo que es superior en la jerarquía de preguntas, y es esta; ¿quién posee ["owns"] a este niño? Tiene que ser la madre". - Dr. James McMahon, abortista.

10. "Sabemos que es matar, pero el estado nos permite matar bajo ciertas circunstancias" - Dr. Neville Sender, abortista.


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lunes, 26 de marzo de 2012

►La verdad tras el aborto



Cortesía de Vida Humana Internacional


Lo que sigue es una parte del "script" (versión al español) del video "Abortion: The Inside Story". El tema de este video es un encuentro organizado en 1995 por el Chicago Pro-Life Action League (Liga de Acción pro vida de Chicago), con ex-abortistas. Las espeluznantes historias que cuentan estos ex-proveedores de abortos legales en EE.UU. muestran la realidad: que el aborto daña tanto a la criatura por nacer como a su madre. También demuestran que legalizar el aborto no lo hace un procedimiento "seguro" e "Inocuo".

Narrador: Joe Scheidler y la Liga de Acción en Favor de la Vida continúan proporcionando un foro para individuos de todo el país, que han estado asociados con la industria del aborto. Algunas de estas mujeres han estado involucradas activamente con la organización abortista Paternidad Planificada y con la Organización Nacional de Mujeres, y algunas administraron clínicas de abortos. Las condiciones en las que se hacen los abortos, según ellas, no serían toleradas en ninguna otra práctica médica. Como verán en este programa, es fácil encontrar negligencia criminal que resulta en daño físico y en la muerte de las pacientes en las llamadas "clínicas seguras de aborto legal".

Judith Fetrow: El aborto supuestamente libera a las mujeres. Esta es una de las mentiras más grandes del movimiento feminista: que para ser mujeres libres, debemos ser copias de los hombres y no debemos tener útero. Que matar niños significa salvarlos y que las mujeres están más seguras y son más autónomas y más capaces de cuidarse y protegerse, si no tienen niños.

Joy Davis: Hace catorce años me ofrecieron empleo en una clínica de abortos en Birmingham, Alabama. Consideré que la oferta era muy buena y que además de ayudar a las mujeres, lucharía por una buena causa, así que acepté el puesto. Al poco tiempo de empezar a trabajar, me di cuenta que no estábamos allí para ayudar a las mujeres. Era un negocio para ganar dinero.

Hellen Pendley: Empecé a trabajar para una de las compañías más grandes del país; hoy en día todavía opera doce clínicas de aborto en los Estados Unidos. En la entrevista inicial me preguntaron: ¿Está usted a favor del derecho de decidir? ¡Claro que sí! respondí, aunque no había pensado mucho en ello. La segunda fue ¿le molesta el hecho de que esto sea un negocio? Dije que no porque tengo experiencia tanto en los negocios como en el campo médico. No había ninguna duda de que yo estaba allí para hacerles ganar dinero. Nadie me dijo: "Espero que usted esté a favor del aborto porque queremos que ayude a estas mujeres".

Joy Davis: Las condiciones de la clínica donde yo trabajaba eran muy malas. No había unidad de cuidados intensivos y la mayor parte del personal no estaba bien entrenado y no tenía experiencia médica. Nunca teníamos el mismo médico, porque rotaban continuamente. Uno de los médicos, Tommy Tucker, me dijo un día que quería abrir su propia clínica, para hacer bien las cosas y tener el mejor equipo posible y empleados muy bien preparados y entrenados. Quería emplear anestesistas para poder usar anestesia general y que las mujeres no sufrieran -porque en la clínica donde trabajábamos las mujeres sufrían mucho.

Hellen Pendley: Yo pensaba que como había trabajado en el campo de la medicina y estaba acostumbrada al ambiente estéril, podría aportar ese conocimiento a la industria del aborto, y hacer que la clínica proporcionara atención médica de calidad a las mujeres.

Joy Davis: Pensé que era una idea maravillosa, acepté su oferta y llegué a ser directora regional de seis clínicas de Aborto en Mississippí y Alabama. Teníamos el mejor equipo, y personal eficiente y bien entrenado, pero les mentíamos a las mujeres para poder ganar dinero. No veíamos muchas mujeres por día, para no tratarlas como ganado. Queríamos dedicarles tiempo y darles la clase de atención médica que necesitaban.

Hellen Pendley: Eso sonaba muy bien, pero en vez de cambiar yo a la industria del aborto, la industria me cambió a mí.

Joan Appleton: En cinco años que estuve ahí, no conocí ni un solo médico que practicara abortos por creer que era un derecho de la mujer. Eso no era lo más importante para ellos. No digo que no existan, pero yo en mi clínica no lo pude comprobar.

Joy Davis: A los pocos meses, su avaricia se impuso. Le parecía que no ganaba suficiente dinero, así que despidió a los anestesistas porque ganaban mucho. Después de unos pocos meses observando cómo anestesiaban a las pacientes, empezamos nosotras mismas a hacerlo. Sin tener ni idea de lo que hacíamos. Solo repitiendo lo que habíamos visto hacer. Más adelante despidieron a las enfermeras de la sala de recuperación; después al técnico de laboratorio y así sucesivamente.

Hellen Pendley: Lo primero que hice fue limpiar la clínica por fuera. Pero pronto me di cuenta de que no teníamos ningún equipo para revivir a una paciente en caso de emergencia. En el estado de Georgia, de donde soy, y donde dirigía esta clínica, estábamos regulados por el estado, pero éste no requería que tuviéramos equipos de resucitación médica, ni sala de recuperación equipada, a pesar de que practicábamos abortos con anestesia general.

Luhra Tivis: Es como una planta de ensamblaje. No requiere mucho capital. Probablemente el equipo más costoso que tiene es el de sonogramas.

Hellen Pendley: Pronto empecé a ver las cosas como las ven los abortistas, es decir, cuantos más abortos practiquemos, más dinero ganaremos..

Joy Davis: Comencé a entrevistar a personas que no tenían conocimientos médicos en absoluto para que hicieran trabajo de anestesistas, técnicos de laboratorio, enfermeras y hasta de médicos.

Dina Madsen: No se requería ningún tipo de conocimiento médico para el puesto, solo se necesitaba aceptar el aborto.

Joan Appleton: He detectado grandes diferencias entre las clínicas de aborto en cada estado. En la clínica de Falls Church, Virginia, donde yo era enfermera jefe, trabajábamos principalmente enfermeras y técnicas de laboratorio y no había otras empleadas, aparte de las secretarias. Después de mudarme a Minesota, encontré que en las clínicas independientes no había personal médico, aparte del médico que practica el aborto.

Joy Davis: Yo contraté y entrené gente de la calle sin conocimientos médicos. Veíamos aproximadamente 10 mujeres por día, pero eso no era suficiente. Empezamos a ver tantas como podíamos admitir en cada clínica. Pero como el médico no podía estar en todas partes, me entrenó a mí. Yo no estuve ni un día en una escuela de medicina, era solo una técnica de ultrasonido. Tenía experiencia de negocios, pero no sabía nada de medicina, excepto lo que durante años había visto hacer a los médicos. Entonces comencé a practicar abortos, cirugía, poner Norplants, criocirugía, Papanicolau y exámenes pélvicos. Hacía todo lo que él hacía y estaba orgullosa porque veía que lo hacía mejor que él. Todos los empleados decían: "Necesita ver a la Dra. Davis", porque pensaban que yo era mejor médico que él. Nunca tuve problemas con las pacientes. No tuve que hospitalizar a ninguna mujer; las de él, por el contrario, había que hospitalizarlas en condiciones muy críticas casi todos los meses, con histerectomías o tejidos retenidos. A sus pacientes les pasaban todo tipo de desgracias.

Judith Fetrow: Es difícil estar involucrada en la industria del aborto por un tiempo y seguir creyendo que es un procedimiento seguro. Aún con los mejores médicos, hay muchas complicaciones menores y a veces, mayores. Vi como el Dr. William Pierd le perforó el útero a una mujer y después le mintió acerca de la gravedad de la perforación.

Dina Madsen: Yo diría que más de la mitad las mujeres con las cuales trabajé se habían practicado varios abortos, y no dejaban que ninguno de los médicos las tocaran jamás; sin embargo, todos los días les decían a otras mujeres que eran unos médicos maravillosos, que no les iban a hacer ningún daño y que eran los mejores. A veces las mujeres les preguntaban: ¿Ustedes se han hecho algún aborto? Y ellas tenían que responder que sí, pero no con él.

Joy Davis: Me enorgullecía porque yo no tenía esos problemas. Mis pacientes me querían porque me tomaba mi tiempo y les daba mucho amor pero en realidad estaba arriesgando irresponsablemente sus vidas. De las miles de pacientes que vimos, no recuerdo ni un nombre, ni un cara. Me refería a ellas según lo que pagaban. Ese es un caso de cuatrocientos dólares, ese es un caso de cinco mil dólares. No las veía como personas, sólo como números.

Hellen Pedley: Si quiere saber la verdad nunca las vi como mujeres. Para mí, si eran tan estúpidas como para creer nuestras mentiras, se merecían exactamente lo que íbamos a hacerles; esa era la forma en que yo las trataba.

Dina Madsen: Debo admitir que no les tenía mucha lástima. Yo pensaba: -bueno, si se metió en éste problema, ahora aguántese.

Joy Davis: Un día una jovencita vino para un aborto tardío en el segundo trimestre. Nosotros poníamos fin a embarazos aún en su fase terminal. El doctor vino, le practicó el aborto mientras yo asistía con la sonografía y dejó la sala apenas terminó. Ella estaba todavía bajo anestesia general suministrada por una persona no profesional.

Hellen Pendley: A los médicos de nuestras clínicas no les importaban los pacientes, lo cual es común en todo el país. Los ginecólogos que trabajan en su práctica privada y venían a nuestra clínica cuando alguna de sus pacientes tenía complicaciones, me llamaban a mí. Pero yo no soy médico, ni estoy entrenada para evaluar problemas como hemorragias postquirúrgicas. No estoy capacitada para poder diagnosticar y recetar un tratamiento pero lo hice durante tres años porque me lo exigían . Cuando me llamaban después de cerrar la clínica y me decían: "tengo hemorragia; ¿qué hago?" ese era mi problema, no el del médico. Yo era la persona de guardia, quien recetaba las medicinas.

Joy Davis: La llevé al cuarto de recuperación, me quedé con ella e hice todo lo posible para estabilizarla, pero comenzó a sangrar mucho y no pude contener la hemorragia. Corrí a donde estaba el médico y le dije: "tiene que ayudarme, se está desangrando y no sé que hacer." El dijo: "examínela, averigüe porqué está sangrando y pare la hemorragia. Así de simple; estoy ocupado."

Judy Fetrow: La complicación más horrorosa que presencié fue la de una mujer que dejó de respirar durante el aborto. El Dr. Michael Sussman simplemente salió de la sala al terminar; a pesar de que le dije que la paciente no respiraba y me dejó sola con ella. Cuando el médico tuvo que regresar, ni siquiera siguió el procedimiento indicado para esa emergencia. Fue un milagro que la mujer no muriera.

Joy Davis: Yo hice todo lo que sabía, pero ella seguía sangrando. Llamé un ambulancia para llevarla al hospital, y cuando él lo supo se enfadó mucho, canceló la ambulancia y me dijo:"Yo soy el médico aquí y soy el que tomo las decisiones. No podemos enviar esta paciente al hospital en esa condición, nos lincharían. Trate de estabilizarla." 
Pero ya había sangre por todas partes. Salía a chorros y no podía pararla. Corrí a pedirle al doctor que me ayudara. Le dije:"si no me ayuda, se va a morir." El me contestó:"Bueno, llame a la ambulancia; yo tengo que tomar un avión", y se fue. Entonces llamé a la ambulancia, que tardó veinte minutos en llegar. Durante ese tiempo me dí cuenta que yo no era médico, y me asusté mucho de haber permitido que me pusieran en esa situación de tratar de salvar una vida, sin saber cómo hacerlo.

Lo otro que pasaba por mi mente era que el doctor ya no era mi héroe. El hizo que yo llegara a ganar 100.000 dólares al año, pero en ese momento me di cuenta de que realmente era un cobarde: se había ido cuando la paciente más lo necesitaba. Se la llevaron y me alegré, por haberme quitado esa responsabilidad y porque estaría en el hospital, con médicos que podrían encargarse de ella. Hasta que me llamaron del hospital para decirme que había muerto. Entonces empecé a tener pesadillas en las que veía su cara cada vez que cerraba los ojos. Me sentí tan culpable y tenía tanta rabia de que el hombre que yo había admirado fuera tan negligente que todo esto casi me destruyó. Después, el Consejo Médico pidió los informes de la paciente y él se atrevió a cambiarlos, para dar la impresión de que no había sido tan negligente. Me dio los informes originales del historial clínico de la paciente y me dijo que fuera al sótano a quemarlos inmediatamente, que no podíamos ir al juzgado así porque nos iban a linchar; que teníamos que ocultar lo que pasado. Pero no pude: metí los informes en mi maletín, porque sabía que no podría mentir para favorecerle en éste caso. No podía ocultar más lo que él había hecho.

Hellen Pendley: Teníamos un desmenuzador de papeles en mi oficina para que si venía un fiscal al día siguiente, no encontrara ningún informe médico.

Joy Davis: De modo que fuí al Consejo Médico y al Fiscal del Distrito y entregué toda la información acerca de la negligencia que habíamos cometido. Confesé haber practicado medicina sin licencia y suministré la evidencia. Me dijeron que querían que continuara siendo empleada de él, para seguir recopilando información y que este era un caso claro de homicidio por negligencia, pero querían saber más. Así que continué trabajando con el mismo médico y entregándoles información, pero pasaba el tiempo y no hacían nada al respecto. Un día, el Dr. Tucker regresó a Alabama, donde yo estaba en ese momento y me dijo que había tenido muchas dificultades en Mississippi. Me dijo que yo tendría que ir allí, para intentar calmar a los empleados, porque había problemas. Le pregunté qué había pasado Y me dijo: "Bueno, una joven vino por un aborto. Yo pensé que tenía 18 semanas de embarazo; pero resultó que estaba más cerca del término. Cuando le inserté la laminaria entró en parto y dio a luz un bebé vivo y saludable". ¿Y usted qué hizo? Y él me contestó: "qué podía yo hacer? Maté al bebé y todos los empleados están muy exaltados, de modo que usted debe ir a resolver eso."

Luhra Tivis: Una mujer llamó y dijo: "Estoy llamando por mi hija; quiero saber cómo se hace el procedimiento… y añadió: "¿Han tenido alguna vez algún bebé vivo?" Esa pregunta me sorprendió, porque nunca había pensado en esa posibilidad. De modo que pregunté a mi supervisora Elena lo que debía contestar. Elena me dijo: "Respóndale que aquí no hemos tenido ningún nacimiento vivo." Luego averigüé que era mentira.

Hellen Pendley: La vida o la muerte no significan nada en una clínica de abortos. Si no se respeta la vida del no nacido, ¿como y por qué se va a respetar la vida de la madre? Eso no sucede.



jueves, 19 de mayo de 2011

ONU: ESTADISTICAS FALSAS




El Dr. Bernard Nathanson, que en su momento fue uno de los ideólogos y activistas de la legalización del aborto y responsable directo de 75.000 abortos en los Estados Unidos, llevó a cabo con sus testimonios una intensa campaña contra ese abominable crimen, cuenta en una conocida carta, publicada a lo largo de estos últimos años en muchos medios de comunicación, cómo se consiguió la despenalización del aborto en su pais: "Nuestro primer gran logro fue hacernos con los medios de comunicación; les convencimos de que la causa proaborto favorecía un avanzado liberalismo y sabiendo que en encuestas veraces seríamos derrotados, inventamos las encuestas y las publicamos en los medios; según estas encuentas inventadas, el 60% de los norteamericanos era favorable a la implantación de leyes permisivas de aborto. Fue la táctica de exaltar la propia mentira y conseguimos un apoyo suficiente, mintiendo sobre el número de abortos ilegales que se producían anualmente en USA. Esta cifra era de 100.000 aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los "media" fue de 1.000.000. A una mentira lo suficientemente reiterada el público la hace verdad. El número de mujeres que morían anualmente por abortos ilegales oscilaba entre 200 y 250, pero la cifra que continuamente repetían los medios era 10.000, y a pesar de su falsedad fue admitida por muchos norteamericanos convenciéndoles de la necesidad de cambiar las leyes sobre el aborto".
La misma táctica se ha aplicado en todas las latitudes y conviene tenerla en cuenta ante las próximas reuniones preparatorias para la sesión especial Asamblea General de la ONU llamada Beijing+5. Recogemos los datos aporta el médico australino John Willke.
1. En Brasil, el 18 de junio de 1986, en un documental de la CNN se dio por seguro que se producían 6 millones de abortos por año y 400.000 muertes maternas como causa de esos abortos. Sin embargo, según el UN Demographic Yearbook, edición 1988, por año en Brasil morían 40.000 (cuarenta mil) mujeres del grupo de edades de 15 a 44 años (edad fértil), debido todo tipo de causas: enfermedades, accidentes, desastres naturales, hechos de violencia, etc., que no tenían nada que ver con el aborto clandestino. (Population Reserach Institute Review, Enero 1991, p. 12).
2. En 1972, en la entonces Alemania Federal, se dio por seguro que había 15.000 muertes maternas por año, a causa del aborto ilegal. Según las estadísticas oficiales del país, las muertes de mujeres en edad reproductiva ese año fueron 13.000 y sólo 100 se debieron a todo tipo de abortos legal, ilegal y expontáneo. (Kurchoff, Deutches Arzteblatt, Vol 69, nº 27, 26-10-72).
3. En Portugal, en 1992, se dijo que había 2.000 muertes por abortos ilegal e inseguro. Según el Anuario Estadístico oficial (tablas 11, 16 y 111), ese año murieron debido a todas las causas 2.106 mujeres en edad fértil, de estas muertes sólo 12 se debieron a todo tipo de aborto.
4. En 1996, en la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos, de Estambul (Habitat II), la UNICEF impuso que en el mundo, al año, morían 585.000 mujeres a causa evitables relacionadas con el embarazo y el parto. Sin embargo, el UN Demographic Yearbook, edición 1990, en el grupo de países más poblados en los que vive el 35% de la población mundial, sólo registran 6.000 (sies mil) muertes de mujeres en edad fértil, debidas a causas relacionadas con el embarazo y el parto.
5. En Italia, antes del referendum que permitió el aborto, la propaganda abortista hablaba de 20.000 muertes maternas a causa del aborto ilegal. Cuando en realidad, las estadísticas públicas daban, en mujeres del grupo de edad entre los 15 a los 45 años, 11.500 muertes debidas a todo tipo de causas. (vid. Primum Non Nocere, Vol. IV, nº 1, 1983. FIN, 28-1-00
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♥Consagración a la Virgen María

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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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