Buscar este blog

:

:

Entrada destacada

¿Qué hiciste hoy para conciencitizar sobre la defensa de la vida?

Hola, te invito a que pienses que puedes hacer, desde tu lugar, para ayudar a la defensa de la vida. Por ejemplo puedes proponer reunion...

Mostrando entradas con la etiqueta catequesis familiar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta catequesis familiar. Mostrar todas las entradas

viernes, 11 de noviembre de 2011

►CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE "MOTU PROPRIO"


1. La familia, instituida por el Creador Supremo para que fuese la primera y vital célula de la sociedad humana, por medio de Cristo redentor, que se dignó nacer en la familia de Nazaret, ha sido honrada de tal manera que el matrimonio, es decir, la comunidad de amor y vida conyugal, de la que procede la familia, fue elevado a la dignidad de sacramento, para significar eficazmente la alianza mística de amor del mismo Cristo con la Iglesia (cf. Gaudium et spes, 48).

Teniendo esto presente, el Concilio Ecuménico Vaticano II define a la familia como «iglesia doméstica» (Lumen gentium, 11; cf. también Apostolicam actuositatem, 11), manifestando así la función peculiar que la familia está llamada a desarrollar en toda la economía de la salvación y, por lo tanto, la obligación que tienen todos los miembros de la familia de realizar, cada uno según su propia misión, la triple función profética, sacerdotal y real, que Cristo ha confiado a la Iglesia.

2. No debe extrañar, pues, que la Iglesia, solícita siempre en el decurso de los tiempos por la familia y sus problemas, al haber aumentado hoy tanto los medios para promover la familia, como también los peligros de todo género a que está sometida, vuelva sus ojos a ella con solicitud aun más intensa.

Testimonio significativo de esta solicitud apostólica es la obra que emprendió mi gran predecesor el Papa Pablo VI cuando, el 11 de enero de 1973, decidió constituir un especial "Comité para la Familia", al que competía estudiar los problemas espirituales, morales y sociales de la familia, con criterio y visión pastoral. Este Comité fue concebido como un organismo de estudios e investigaciones pastorales al servicio de la misión de la Iglesia y, en particular, de la Santa Sede.
Con el "Motu proprio" Apostolatus Peragendi se dispuso que dicho "Comité para la Familia", conservando plenamente su estructura y competencia propias, dependiese del "Pontificio Consejo para los Laicos".

3. Una reflexión atenta sobre la experiencia de estos años y, sobre todo, la necesidad de dar una respuesta cada vez más adecuada a las expectativas del pueblo cristiano, recogidas por el Episcopado de todo el mundo y manifestadas en el reciente Sínodo de los Obispos dedicado a la familia, han inducido a dar una fisonomía y estructura propias al Comité para la Familia, de modo que pueda salir al encuentro de los problemas y dificultades que la familia siente y sufre hoy, a saber, cuanto atañe a la atención pastoral y a la actividad apostólica relativas a este sector tan importante de la vida humana.

Por lo cual, bien pensadas las cosas, y pedido el parecer tanto de mis venerables hermanos cardenales de la Santa Iglesia romana en la reunión extraordinaria de noviembre de 1979, como del Sínodo de los Obispos y de los peritos, se dispone lo siguiente:

I. Se crea el "Pontificio Consejo para la Familia" que sucede, sustituyéndolo, al Comité para la Familia, el cual, por tanto, cesa desde ahora.

II. Este Consejo estará presidido por un cardenal, a quien ayudan un secretario y un subsecretario y a quien asisten algunos obispos de varios continentes, así como el secretario del mismo Consejo para la Familia y el vicepresidente del Pontificio Consejo para los Laicos.

Un conveniente número de oficiales de diversas naciones y expertos en cuestiones familiares realizarán el trabajo en la sede u oficinas del Consejo.

III. Serán miembros del Pontificio Consejo seglares, tanto hombres como mujeres, sobre todo casados, de todas las partes del mundo y representativos, como suele decirse, de las diversas áreas culturales. Los miembros serán nombrados directamente por el Sumo Pontífice y se reunirán en asamblea plenaria al menos una vez al año.

IV. El Pontificio Consejo se valdrá de la colaboración de peritos en diversas disciplinas, especialmente relacionadas con cuestiones familiares. También pueden ser llamados como consultores sacerdotes y religiosos.

Todos ellos componen el cuerpo de consultores, que tienen la función de dar consejos y opiniones acerca de las cuestiones propuestas por el Presidente y por los miembros; y pueden ser consultados individual o comunitariamente en las reuniones que se celebrarán de forma periódica.

V. Corresponde al Pontificio Consejo para la Familia promover la pastoral de las familias y el apostolado específico en el campo familiar, aplicando las enseñanzas y orientaciones del Magisterio eclesiástico, de manera que las familias cristianas puedan realizar la misión educativa, evangelizadora y apostólica, a la que están llamadas.

En particular el Consejo:

a) En espíritu de servicio y respetando las propias competencias procurará mantener con los obispos, con las Conferencias Episcopales y con sus organismos encargados de la pastoral familiar intercambio de informaciones y experiencias en orden a dirigir y orientar la pastoral familiar;

b) procurará la difusión de la doctrina de la Iglesia acerca de los problemas familiares, de modo que esa doctrina pueda ser perfectamente conocida e íntegramente propuesta al pueblo cristiano, tanto en la catequesis como a nivel científico;

c) promoverá y coordinará las iniciativas pastorales en orden a la procreación responsable según las enseñanzas de la Iglesia;

d) estimulará la elaboración de estudios relativos a la espiritualidad matrimonial y familiar;

e) animará, sostendrá y coordinará los esfuerzos en defensa de la vida del hombre, durante todo el arco de su existencia, desde el momento mismo de su concepción;

f) promoverá también, a través del trabajo de institutos científicos especializados (teológicos y pastorales), los estudios que tienden a integrar las ciencias teológicas y humanas, en lo referente a los temas de la familia, a fin de que la totalidad de la doctrina de la Iglesia sea cada vez más accesible y mejor comprendida por todos los hombres de buena voluntad;

g) cuidará las relaciones con los Movimientos que, aunque se inspiren en otras confesiones religiosas (o en diversas concepciones ideológicas), acepten la ley natural y un sano humanismo;

h) respetando la competencia propia del Pontificio Consejo para los Laicos y en colaboración con él, procurará la preparación específica de laicos comprometidos individual o asociativamente en el apostolado familiar, inspirará, sostendrá y dirigirá la actividad de los Movimientos católicos familiares, tanto nacionales como internacionales y de los diversos grupos de apostolado de los laicos que tienen como finalidad atender a los problemas familiares. Por lo mismo, mantendrá relaciones especiales con el Pontificio Consejo para los Laicos, en un intercambio periódico de informaciones con miras a reflexiones e iniciativas comunes;

i) instaurará una colaboración recíproca con los dicasterios y organismos de la Curia Romana en las materias de su competencia, que tengan alguna proyección sobre la vida y pastoral de las familias, especialmente en lo que se refiere a la catequesis sobre la familia, a la formación teológica de los jóvenes sobre problemas familiares en los seminarios y en las Universidades Católicas, a la formación y preparación teológico-pastoral, en el campo familiar, de los futuros misioneros y misioneras, de los religiosos y religiosas, a la acción de la Santa Sede ante los competentes Organismos internacionales y ante cada uno de los Estados, para que siempre sean reconocidos y tutelados los derechos de la familia;

j) se preocupará —a través de las Representaciones Pontificias— de recoger datos sobre la situación humana, social y pastoral de las familias en los diversos países.

VI. Un reglamento "ad experimentum", redactado para la aplicación del presente "Motu proprio" de acuerdo con cuanto se establece en la "Regimini Ecclesiae universae" y en el "Reglamento general de la Curia Romana", dará las oportunas disposiciones sobre el funcionamiento del Pontificio Consejo para la Familia.

Roma, junto a San Pedro, 9 de mayo de 1981, año III de mi pontificado.



IOANNES PAULUS II


miércoles, 26 de octubre de 2011

►Nadie como tú...


Nadie como tu.
Por Sheila Morataya

Que nadie como tú, ha sido maltratada,
Ya lo sé... Mujer.

Que nadie como tú, ha sido humillada,
Ya lo sé también.

Mujer, mujer de ayer, de hoy y de mañana.
Mujer, mujer que hoy conoces de la Gloria y ayer de la derrota.

Mujer, mujer...¡cuántos secretos!; ¡cuantas lágrimas!;
Cuantos actos de coraje por amor a la patria y a tus hijos.
Mujer que con sangre real de fortaleza has escrito esas páginas de la historia.

Que has sido incomprendida,
Que te has visto sujeta a tantas injusticias,
Que se ha abusado y maltratado tu ser femenino a lo largo de los siglos...
Ya lo sé. Por eso lloro y me alma se desgarra. Porque a pesar de todo eso, de tanto dolor e injusticia, me atrevo a hacerte la propuesta de siempre.

Por favor... no paralizes a tu corazón;
Por favor... no te masculinizes para tener éxito;
Por favor... caminemos juntas para rescatar los valores de nuestro mundo. Dime que si quieres seguir siendo parte de los renglones de la historia. Dime que quieres seguir siendo compañera, esposa y madre de los hombres, que esperan la acogida que solo tu puedes dar; las caricias que se quedan impregnadas para siempre en el fondo de la consciencia; las manos que conducen como nadie; el alma que ejecuta acrobacias magistrales.

Que te sientes traicionada,
Que te has sentido utilizada, que han jugado contigo y no se ha reconocido en el pasado que eres la que siempre da el sí... ya lo sé, porque lo mismo ha pasado con tantas.
Por eso te pido hoy que me abras la puerta de tu corazón y te decidas a:

"Reconstruir nuestra verdadera identidad y razón de ser en el mundo"
"Trazar nuevos senderos hacia la diginidad, auto-estima, respeto y no violencia..."
"Volver a ser nosotras, raíces robustas y firmes en lo profundo de la tierra, que emergen juntas para rescatar a la raza humana y luchar por sus derechos. Que dicen no a la violencia."

Nadie como tu, mujer, para decir de Nuevo sí al amor, al compromiso, al sentido de vida y a la esperanza.
Mujer empresaria, mujer política, mujer maestra, mujer ama de casa, mujer artista, mujer periodista, mujer doctora, mujer exitosa, mujer ¡hermana!



domingo, 23 de octubre de 2011

►El sacramento del Matrimonio en el Catecismo de la Iglesia Católica


1659 S. Pablo dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia...Gran misterio es éste, lo digo con respecto a Cristo y la Iglesia" (Ef 5,25.32).


1660 La alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el Creador. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges así como a la generación y educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo Señor a la dignidad de sacramento (cf. GS 48,1; CIC, can. 1055,1).

1661 El sacramento del matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna (cf. Cc. de Trento: DS 1799).

1662 El matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo.

1663 Dado que el matrimonio establece a los cónyuges en un estado público de vida en la Iglesia, la celebración del mismo se hace ordinariamente de modo público, en el marco de una celebración litúrgica, ante el sacerdote (o el testigo cualificado de la Iglesia), los testigos y la asamblea de los fieles.

1664 La unidad, la indisolubilidad, y la apertura a la fecundidad son esenciales al matrimonio. La poligamia es incompatible con la unidad del matrimonio; el divorcio separa lo que Dios ha unido; el rechazo de la fecundidad priva la vida conyugal de su "don más excelente", el hijo (GS 50,1).

1665 Contraer un nuevo matrimonio por parte de los divorciados mientras viven sus cónyuges legítimos contradice el plan y la ley de Dios enseñados por Cristo. Los que viven en esta situación no están separados de la Iglesia pero no pueden acceder a la comunión eucarística. Pueden vivir su vida cristiana sobre todo educando a sus hijos en la fe.

1666 El hogar cristiano es el lugar en que los hijos reciben el primer anuncio de la fe. Por eso la casa familiar es llamada justamente "Iglesia doméstica", comunidad de gracia y de oración, escuela de virtudes humanas y de caridad cristiana.


La esposa es el sol de la familia



Pío XII, Alocución a los recién casados
(Discorsi e radiomessaggi, 11 de marzo de 1942: 3, 385-390)

La esposa viene a ser como el sol que ilumina a la familia. Oíd lo que de ella dice la sagrada Escritura: Mujer hermosa deleita al marido, mujer modesta duplica su encanto. El sol brilla en el cielo del Señor, la mujer bella, en su casa bien arreglada.

Sí, la esposa y la madre es el sol de la familia. Es el sol con su generosidad y abnegación, con su constante prontitud, con su delicadeza vigilante y previsora en todo cuanto puede alegrar la vida a su marido y a sus hijos. Ella difunde en torno a sí luz y calor; y, si suele decirse de un matrimonio que es feliz cuando cada uno de los cónyuges, al contraerlo, se consagra a hacer feliz, no a sí mismo, sino al otro, este noble sentimiento e intención, aunque les obligue a ambos, es sin embargo virtud principal de la mujer, que le nace con las palpitaciones de madre y con la madurez del corazón; madurez que, si recibe amarguras, no quiere dar sino alegrías; si recibe humillaciones, no quiere devolver sino dignidad y respeto, semejante al sol que, con sus albores, alegra la nebulosa mañana y dora las nubes con los rayos de su ocaso.

La esposa es el sol de la familia con la claridad de su mirada y con el fuego de su palabra; mirada y palabra que penetran dulcemente en el alma, la vencen y enternecen y alzan fuera del tumulto de las pasiones, arrastrando al hombre a la alegría del bien y de la convivencia familiar, después de una larga jornada de continuado y muchas veces fatigoso trabajo en la oficina o en el campo o en las exigentes actividades del comercio y de la industria.

La esposa es el sol de la familia con su ingenua naturaleza, con su digna sencillez y con su majestad cristiana y honesta, así en el recogimiento y en la rectitud del espíritu como en la sutil armonía de su porte y de su vestir, de su adorno y de su continente, reservado y a la par afectuoso. Sentimientos delicados, graciosos gestos del rostro, ingenuos silencios y sonrisas, una condescendiente señal de cabeza, le dan la gracia de una flor selecta y sin embargo sencilla que abre su corola para recibir y reflejar los colores del sol.

¡Oh, si supieseis cuán profundos sentimientos de amor y de gratitud suscita e imprime en el corazón del padre de familia y de los hijos semejante imagen de esposa y de madre!
Oración
Señor, tú que te complaces en habitar en los rectos y sencillos de corazón, concédenos vivir por tu gracia de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

martes, 13 de septiembre de 2011

La misión de la familia


1. ¿Cuál es la misión de la familia?La familia tiene la misión de revelar, custodiar y comunicar el amor. Ese amor es el reflejo del Amor de Dios a los hombres y del Amor de Cristo a su Iglesia. Sólo en un ambiente amoroso puede el hombre aprender a desplegar plenamente su personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a todo hombre: la santidad. La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren ordenadamente en su decreto Creador y Salvador.
2. ¿Cuál es la dignidad de la familia?
Por su misión, por su origen y por su naturaleza es muy grande la dignidad de la familia. En el plano meramente natural, por voluntad expresa de Dios, es el fundamento de la sociedad -y por eso merece especial solicitud por parte de la autoridad civil-. Pero además, es parte del fundamento de la Iglesia y uno de los medios querido por Dios para realizar su crecimiento.
3. ¿Cuál es la fuerza que unifica a la familia?
La fuerza que unifica a la familia es el amor. El amor es mucho más que un sentimiento. Los sentimientos son pasajeros, y están relacionados con factores físicos, biológicos y emocionales que son cambiantes. El verdadero amor es estable, permanente y sacrificado. Es el amor lo que convierte la mera convivencia en vida familiar.
4. ¿Cómo es el verdadero amor?
El verdadero amor abarca la totalidad de la persona: tiende a hacer a los esposos un solo corazón y una sola alma (Hch. 4,32); es fiel y exclusivo hasta la muerte; es fecundo, es abnegado. Es fruto de la caridad (cf. 1Cor 13). Y debe crecer continuamente.
5. ¿Cómo se entiende el amor de los esposos desde una perspectiva cristiana?
Los esposos deben quererse con un amor que también sea sobrenatural: porque se ven como un don de Dios del uno para el otro y porque se reconocen mutuamente como hijas de Dios. De este modo también en el matrimonio se puede vivir el culmen de la perfección que es la caridad.
6. ¿Cómo realiza la familia su misión?
La familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas: a) formando una comunidad de personas; b) estando al servicio de la vida; c) participando en el desarrollo de la sociedad; y, d) participando en la vida y misión de la Iglesia.

CATECISMO DE LA FAMILIA
Y DEL MATRIMONIO



lunes, 12 de septiembre de 2011

El amor humano


1. ¿Se puede decir que Dios creó al hombre para el amor?

Sí. Dios creó al hombre por amor y para el amor. El amor por tanto es la vocación fundamental y original de todo hombre.

2. ¿El amor radica sólo en el cuerpo?

No. El amor humano también abarca al alma, porque el hombre está llamado al amor en su totalidad: en el cuerpo y en el alma.

3. ¿Cómo puede el hombre realizar su vocación al amor?

El hombre puede realizar su vocación al amor fundamentalmente de dos modos: por el matrimonio y por la virginidad o el celibato asumido por amor a Dios y servicio a los demás.

4. ¿Cuál de los dos modos es más perfecto?

Cada hombre debe seguir su propia vocación y esa será la mejor para él. Pero,. la virginidad o el celibato por amor a Dios y servicio a los demás, es más elevado porque está dirigido directa y exclusivamente a Dios.

5. ¿Qué es lo esencial en el amor humano?

El amor humano es una donación exclusiva y permanente de los esposos, con los actos propios y exclusivos de ellos. Ese amor también alcanza al núcleo íntimo, espiritual de la persona, y no constituye simplemente una manifestación biológica como sería el caso de los animales.

6. La donación total del hombre y la mujer ¿sólo es auténtica en el matrimonio?

La donación total de un hombre y una mujer sólo es verdadero amor humano en el matrimonio. Allí se dan las condiciones de estabilidad necesarias para la procreación y educación de los hijos y para el crecimiento y despliegue del amor de los esposos.

7. ¿El amor humano es exclusivo del matrimonio?

La plenitud del amor humano es el amor conyugal, que sólo se puede realizar en la unión estable y permanente del hombre y la mujer. Pero caben otras formas de amor humano, como la fraternidad, la amistad, la ayuda- solidaria hacia los necesitados, etc.

8. ¿Puede darse el amor auténtico, entre un hombre y tina mujer, fuera del matrimonio?

Cuando hablamos de "amor auténtico" entre un hombre y una mujer, nos referimos sólo a aquel amor que se da de manera exclusiva, fiel, fecunda y para siempre en el matrimonio, Fuera del matrimonio sólo hay falsificaciones del verdadero amor, porque al carecer de sus elementos esenciales -que son la estabilidad, el verdadero compromiso y la fecundidad- el amor deja de ser total y por tanto falso.

9. ¿No limita la libertad de los esposos excluir otros posibles amores extramatrimoniales?
No, porque la verdadera libertad consiste en cumplir la voluntad de Dios y elegir el bien: elegir la fidelidad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos ante Dios y ante el otro cónyuge. La exclusividad del amor entre un hombre y una mujer defiende a los hombres de los peligros del subjetivismo y del relativismo respecto a un asunto tan importante como es la familia y el matrimonio
Catecismo de la Familia y del Matrimonio



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

¿Te ha sido de utilidad el blog?

¿Trabajar o criar a los hijos?

♥

♥Consagración a la Virgen María

♥Consagración a la Virgen María

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

¿Conoces alguna embarazada que necesita ayuda?

¿Conoces alguna embarazada que necesita ayuda?
4219037/154168469

Clic


Translate

Photobucket

Experimentación fetal, transplantes, cosmética y su relación con el aborto provocado.

Mis archivos para compartir

Iniciado el 28/01/16










Photobucket


Photobucket

♥Oremos con corazón sincero


Photobucket



Photobucket

Wikipedia

Resultados de la búsqueda

MIS BANNER



Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket


Si a la vida Headline Animator

Si a la vida

Marcha nacional

Marcha nacional
#Por tu familia

Revista familia y vida

5 Actitudes que aprendemos dentro de la #Familia según el #PapaFrancisco

5 Actitudes que aprendemos dentro de la #Familia según el #PapaFrancisco

Macri representa la codicia neoliberal

Macri representa la codicia neoliberal
Ni salud ni educación ni erradicación de pobreza, solo aporte para la ignorancia y la medicrodidad burguesa