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jueves, 26 de enero de 2012

►Desarrollo sentimental del adolescente





Firmado por: Martha Morales

Algunos adolescentes son como un “volcán”. Los sentimientos fluyen en el adolescente con una fuerza y una variabilidad extraordinarias. La adolescencia es la edad de los grandes ánimos y de los grandes desánimos, de los grandes ideales y de los grandes escepticismos.

La felicidad no está en hacer lo que uno quiere, sino en querer lo que uno debe hacer.

Pese a que la virginidad no está precisamente de moda, hay que valorarla en toda su grandeza: Un adolescente de 17 años dijo que no le gustaría tener en su mente encuentros sexuales del pasado en la noche de bodas. Esto le ayudaba a abstenerse de las relaciones sexuales antes del matrimonio.

En un estudio se les preguntó a dos mil adolescentes: ¿Les han hecho en su casa la propuesta de la virginidad? ¿Han recibido razones para llegar vírgenes al matrimonio? ¿Les han hablado de los beneficios de la abstinencia sexual y  les han explicado la escalera de la pasión? Este último concepto consiste en saber qué ocurre en una pareja con la intimidad física, y si el chico o la chica se han propuesto la meta de la virginidad, en qué etapa debe  detenerse.

El resultado fue: Al 80% de las mujeres se les propuso en sus hogares la meta de la virginidad y al mismo porcentaje les dieron razones para llegar  vírgenes al matrimonio. En cambio, solo al 50% de los hombres se les propuso la meta de ser vírgenes.

Los adolescentes deben tener su meta clara (abstenerse de tener relaciones sexuales), porque si no es así, si  no conocen  los beneficios y los riesgos de una intimidad prematura serán presas fáciles  de caer en una sucesión interminable de encuentros sexuales que los dejará vacíos emocional y espiritualmente.

 López Quintás ha señalado que si un muchacho piensa que ama a una joven, pero lo que ama en realidad son sólo las cualidades de esa chica que le resultan agradables, y sobre todo si son de tipo sexual, es probable que haya más amor a sí mismo que otra cosa, y que ame sobre todo el halago y el hechizo que le producen esas cualidades. Y si esas cualidades pierden interés, debido al tiempo o a lo que sea, o dejan de resultar placenteras por el embotamiento que produce la repetición de estímulos, pensará que su amor ha desaparecido, aunque quizá sería mejor decir que ese amor apenas llegó a existir, pues desde el principio estuvo impregnado de egoísmo.

Quien apetece a otra persona sobre todo para saciar su avidez sexual, no establece apenas vínculos personales con ella, sino que la utiliza. En cambio, el que ama da lo que tiene, se da a sí mismo. Son actitudes bien distintas: una arranca del egoísmo, la otra de la generosidad.

Cuanto más se “sexualiza” un noviazgo, más riesgo hay de que derive en una unión de dos egoísmos. En esos casos, el placer sustituye al cariño con más facilidad de lo que parece, y se introducen en una atmósfera hedonista que ensombrece el horizonte del amor y les impregna de frustración y de tristeza.

La adicción al sexo tiende siempre a pedir más, pues la sensibilidad sufre un desgaste y reclama estímulos cada vez más intensos.

El placer posesivo es interesado, no busca al otro o la otra, no respeta la dignidad de la persona y da pie a la infidelidad y a la desgracia. La mujer debe fomentar un atractivo personal, pero no a base de perder parcelas de su intimidad.

Algunos dirán que no tener relaciones con la persona amada es represión, y no lo es; es preferir otra cosa. Reprimirse es prescindir de algo atractivo para quedarse vacío. Pero cuando, por ejemplo, una madre se priva de algo por amor a un hijo suyo, no se dice que se esté “reprimiendo”, sino que se está sacrificando por obtener algo mejor para su hijo. Y cuando un novio o una novia guardan su cuerpo para entregarlo limpio en el matrimonio, no se reprimen sino que apuestan por algo superior. 

En una ocasión explicaba un muchacho de diecinueve años: «A lo mejor, en determinado momento, guardarte para tu novia puede costarte; pero en cuanto observas las cosas desde una perspectiva más amplia, ves enseguida que, al esperar, estás conservando un tesoro muy valioso, y no quieres echarlo por la borda. Cuando algunos te miran por encima del hombro por no funcionar como ellos, pienso que yo podría hacer lo mismo que ellos cualquier día sin ningún esfuerzo, pero en cambio me parece que a ellos les costaría bastante desintoxicarse de todo el exceso de sexo que tienen ya encima. He decidido esperar hasta casarme, y el hecho de que mi novia también sea capaz de esperar unos años por mí, me parece una buena muestra de lo que ella vale y de lo que me quiere.»


La posesión no es -como a veces se pretende- una "prueba" del amor, sino casi su Acta de defunción.

Para ayudar a los jóvenes, escribió Romano Guardini, el factor más eficaz es cómo es el educador; el segundo, lo que hace; el tercero, lo que dice.

Fuente: encuentra.com

jueves, 2 de junio de 2011

Aborto: Un breve Catecismo para los votantes católicos




La conciencia no es lo mismo que tus opiniones o sentimientos. La conciencia no puede ser idéntica a tus sentimientos porque la conciencia es la actividad de tu intelecto en la valoración de la bondad de tus acciones u omisiones pasadas, presentes


1. ¿La conciencia no es lo mismo que mis propias opiniones y sentimientos? ¿Y cada uno no tiene el derecho a su propia conciencia? 

La conciencia no es lo mismo que tus opiniones o sentimientos. La conciencia no puede ser idéntica a tus sentimientos porque la conciencia es la actividad de tu intelecto en la valoración de la bondad de tus acciones u omisiones pasadas, presentes o futuras, mientras que tus sentimientos vienen de otra parte de tu alma y deberían ser gobernados por tu intelecto y voluntad. 

La conciencia no es idéntica a tus opiniones porque tu intelecto basa su juicio en la ley natural moral, que es inherente en su naturaleza humana y es idéntica a los Diez Mandamientos. A diferencia de los derechos civiles hechos por legisladores o las opiniones que sostienes, la ley natural moral no es nada que inventes, por el contrario es algo que descubres dentro de ti mismo y es la norma gobernante de tu conciencia. Sencillamente, la Conciencia es la voz que te indica la verdad dentro de ti, y tus opiniones tienen que estar en la armonía con aquella verdad. 

Como católico, tienes la ventaja de haber recibido la enseñanza de la Iglesia o aprendido el Magisterio. El Magisterio te asiste a ti y a toda la gente de buena voluntad en el entendimiento de la ley natural moral cuando esta se relaciona con cuestiones específicas. Como católico, tienes la obligación de estar correctamente informado y formado por la enseñanza del Magisterio de la Iglesia. En cuanto a tus sentimientos, tienen que estar educados por la virtud para estar en plena armonía con la voz de la conciencia. De este modo, tendrás una conciencia sana, según la cual te sentirás culpable cuando seas culpable, y te sentirás moralmente tranquilo cuando seas moralmente correcto. Nosotros deberíamos esforzarnos por evitar los dos extremos: una conciencia floja y una conciencia escrupulosa. 

Cumpliendo con la obligación de asistir continuamente a esta formación de conciencia aumentará la probabilidad que en la actividad de conciencia actúes con una cierta conciencia, que claramente percibe que una acción concreta dada es una acción buena que fue hecha o debería ser hecha correctamente. Estar correctamente informado y seguro de lo que se hace es el objetivo de la formación continua de la conciencia. Dicho de otra forma, deberías esforzarte por evitar estar incorrectamente informado y titubeante o dubitativo en el juicio real de la conciencia sobre una acción particular o su omisión. Nunca deberías actuar sobre una conciencia dudosa. 



2. ¿Moralmente está permitido votar a favor de todos los candidatos de un solo partido? 


Esto dependería de las posiciones sostenidas por los candidatos de un partido. Si alguno o más de ellos sostienen posiciones opuestas a la ley natural moral, entonces no sería moralmente permitido de votar a favor de todos los candidatos de éste el partido. Tu conciencia correctamente informada supera los límites de cualquier partido político. 



3. Si pienso que un candidato pro aborto hará mucho más para la cultura de la vida que un candidato contra el aborto, ¿por qué no puedo votar a favor del candidato pro aborto? 

Si un candidato político apoyara el aborto, o cualquier otro mal moral, como el suicidio asistido y la eutanasia, en realidad, no estaría moralmente permitido que votases a favor de aquella persona porque, en la votación por tal persona, te harías un cómplice del mal moral en disputa. 

Por esta razón, males morales como el aborto, la eutanasia y el suicidio asistido son ejemplos de ´´cuestiones descalificadoras´´ de un candidato. Una cuestión descalificadora es aquella de tal gravedad e importancia que no tiene en cuenta ninguna maniobra política. Es una cuestión que golpea en el corazón de la persona humana y no puede ser negociada. 

Una cuestión de descalificación es aquella de tal importancia que por sí misma considera como inaceptable a un candidato independientemente de su posición sobre otros asuntos. Debes sacrificar tus sentimientos sobre otras cuestiones porque sabes que no puedes participar de ningún modo en una aprobación de una violación de los derechos humanos básicos. Un candidato que apoya derechos de aborto o cualquier otro mal moral se ha descalificado como persona. No tienes que votar a favor de una persona que está en contra del aborto pero no puedes votar a aquellos que lo apoyan. 

La clave para entender el tema de la ´´cuestión descalificadora´´ es la distinción entre el principio de política y moral. Por un lado, puede haber una variedad legítima de accesos al logro de un objetivo moralmente aceptable. Por ejemplo, en el esfuerzo de una sociedad para distribuir los bienes de asistencia médica a sus ciudadanos, puede haber desacuerdo legítimo entre ciudadanos y candidatos políticos sobre dos planes de asistencia médica que pretenden lograr de distintas maneras el objetivo de la sociedad de ser más eficaz. 

En la búsqueda de la mejor política o estrategia, la técnica como distinta (aunque no separada) de la razón moral es posible. La razón técnica es la clase de razonamiento que intenta lograr el resultado más eficiente o eficaz. Por otro lado, ninguna política o estrategia que está opuesta a los principios morales de la ley natural es moralmente aceptable. Así, la razón técnica siempre debería estar subordinada a las normas de la razón moral, el razonamiento es la actividad de la conciencia que debe cumplir con la ley natural moral. 


4. Si tengo una opinión muy consolidada en favor de un candidato en particular que es pro aborto, ¿por qué no puedo votar a favor de él? 

Como hemos explicado en la cuestión primera, ni tus sentimientos ni tus opiniones son idénticas a su conciencia. Ni tus sentimientos ni tus opiniones pueden tomar el lugar de tu conciencia. Tus sentimientos y opiniones deberían estar gobernadas por tu conciencia. Si el candidato sobre quien tienes una opinión muy segura es el pro aborto, entonces tus sentimientos y opiniones deben ser corregidas por tu conciencia correctamente informada, que te diría que te equivocas al permitir que tus sentimientos y opiniones tengan un peso menor al hecho que tu candidato apoya un mal moral. 


5. Si no puedo votar a favor de un candidato pro aborto, ¿entonces tampoco debería votar a favor de un candidato pro pena capital? 

No es correcto pensar en el aborto y la pena capital como la misma clase de cuestión moral. Por un lado, el aborto directo es un mal intrínseco, y no puede ser justificado para ningún objetivo o en ninguna circunstancia. 

Por otro lado, la Iglesia siempre ha enseñado el derecho y la responsabilidad de la autoridad legítima temporal para defender y conservar el bien común, y más expresamente defender a los ciudadanos contra el agresor. Esta defensa contra el agresor puede recurrir a la pena si ningún otro medio de defensa es suficiente. El punto aquí es que la pena es entendida como un acto de defensa propia por parte de la sociedad civil. 

En ocasiones más recientes, en su encíclica Evangelium Vitae , el Papa Juan Pablo II ha enseñado que la necesidad de tal defensa propia para recurrir a la pena es ´´ rara, si no prácticamente inexistente. ´´ Así, mientras el Papa dice que la carga de demostrar la necesidad de la pena en casos específicos debería descansar sobre los hombros de la autoridad legítima temporal, es igualmente verdadero que la autoridad legítima temporal solo tiene autoridad para determinar si y cuando existe un caso muy poco frecuente que permitiría aplicar la pena capital. 

Además, si un caso tan poco frecuente realmente surge y requiere el recurso a la pena capital, este acto social de defensa propia sería una acción moralmente buena incluso si esta realmente tuviese efecto malo, no planeado e inevitable para el agresor. Así, a diferencia del caso del aborto, sería moralmente irresponsable excluir todas esas posibilidades ´´raras´´ a priori, tal como sería moralmente irresponsable aplicar la pena capital indiscriminadamente. 


6. Si pienso que un candidato pro aborto tiene ideas más favorables a los pobres que el candidato en contra del aborto, ¿por qué no debería votar a favor del primero? 

Servir a los pobres no es solamente admirable sino obligatorio para los Católicos como un ejercicio de solidaridad. La solidaridad tiene que ver con compartir bienes materiales y espirituales, y con lo que la Iglesia llama la opción preferencial por los pobres. Esta preferencia quiere decir que tenemos la obligación de dar prioridad en ayudar a los más necesitados tanto materialmente como espiritualmente. Empezando por la familia, la solidaridad debe extenderse a cada asociación humanitaria e incluso al orden moral internacional. 

En base a la respuesta a la tercera pregunta, debemos hacer hincapié en dos cuestiones. Primero, cuando debemos determinar qué política social y económica puede servir mejor a los pobres, existe una gran variedad de opiniones y por tanto es legítimo que sobre el tema exista una discrepancia entre los distintos candidatos. 

Segundo, la solidaridad nunca debe suponer aceptar una ´´cuestión descalificadora´´. Cuando estamos hablando de los concebidos pero no nacidos, el aborto es una ofensa gravísima contra la solidaridad a favor de éstos y seguramente a favor de los más necesitados de la propia sociedad. 

El derecho a la vida es una cuestión irrenunciable porque el Papa Juan Pablo II dice que ´´el primer derecho es el derecho a la vida sobre el cual los demás derechos se basan y que no puede ser recuperado una vez se ha infringido´´. Si un candidato rechaza la solidaridad con los no nacidos, habrá cultivado las bases para no ser solidario con nadie más. 


7. Si un candidato dice que él personalmente está en contra del aborto pero siente la necesidad de votar a favor dadas las circunstancias, ¿esta oposición personal del candidato contra el aborto me permite moralmente votar a favor de él, sobre todo si pienso que sus otras opiniones son lo mejor para la gente y sobre todo para los pobres? 

Si un candidato que dice que él personalmente está en contra del aborto, pero en realidad vota a favor o se engaña o intenta engañar. Fuera del caso muy poco frecuente en el que obligan a un rehén contra su voluntad a realizar malas acciones con sus captores, una persona que realiza una mala acción, como votar a favor del aborto, realiza un acto inmoral y su declaración de oposición personal es un autoengaño o una mentira. Si votases a favor de tal candidato, serías un cómplice en el avance del mal moral de aborto. Y no sería legítimo votar a este candidato por el hecho de tener posiciones más favorables a los pobres, tal y como hemos señalado en las preguntas 3 y 6. 


8. ¿Y si ninguno de los candidatos está completamente en contra del aborto? 

El Papa Juan Pablo II explica en su encíclica Evangelium Vitae que, ´´…cuando no es posible derogar o invalidar una ley pro aborto, un político elegido que personalmente y de forma pública está en contra del aborto, lícitamente podría apoyar ofertas apuntadas a la limitación del daño hecho según tal ley y en la disminución de sus consecuencias negativas en el nivel de opinión general y la moralidad. 

Esto de hecho no representa una cooperación ilícita con una ley injusta sino más bien una tentativa legítima y apropiada de limitar sus malos aspectos.´´ Lógicamente, de estas palabras del Papa, se deduce que un votante puede votar a favor de aquel candidato que muy probablemente limitará los males de aborto o cualquier otro mal moral en disputa. 


9. ¿Qué debo hacer cuando existe la siguiente situación: un candidato con posibilidades de ganar es antiaborto excepto en los casos de violación o incesto, otro candidato también bien situado es completamente pro aborto, y un candidato con poca probabilidad de ganar es completamente antiaborto? ¿Estoy obligado a votar al candidato con poca probabilidad ganar? 

En tal caso, el votante católico claramente debe decidir votar a favor del candidato con poca probabilidad ganar. Pero el votante católico puede llegar a la conclusión de que votar por aquel candidato sólo beneficiará al candidato completamente pro aborto, y, para acortar el mal del aborto, puede decidir votar a favor del candidato principal que es el antiaborto pero no en todos los casos. Esta decisión estaría de acuerdo con las palabras del Papa citadas en cuestión octava. 


10. Si todos los candidatos que tengo que escoger son pro aborto, ¿tengo que abstenerme de votar? ¿Qué hago? 

Obviamente, uno de estos candidatos va a ganar la elección. Así, en este dilema, deberías hacer todo lo posible en juzgar qué candidato haría el menor daño moral. Sin embargo, como en la quinta pregunta, no deberías colocar a un candidato que es pro pena capital (y antiaborto) en la misma categoría moral que un candidato que es pro aborto. Contrapuesto a tal juego de candidatos, no habría ningún dilema moral, y la obligación moral sería votar a favor del candidato que es pro pena capital, no necesariamente porque él es pro pena capital, sino porque él es antiaborto. 


11. ¿No es el apoyo de la Iglesia a que el aborto debe ser ilegal una excepción? ¿La Iglesia generalmente no sostiene que el gobierno restrinja su legislación de moralidad considerablemente? 

La enseñanza de la Iglesia en el sentido de que el aborto debería ser ilegal no es una excepción. Según Santo Tomás de Aquino, ´´las leyes humanas no prohíben todos los vicios, de los que el virtuoso se abstiene, sino sólo los vicios más penosos, aquellos que causan daño de otros, sin cuya prohibición la sociedad humana no podía ser mantenida´´. El aborto se licencia como un vicio penoso que hace daño a otros, y la carencia de prohibición de este mal por la sociedad es algo por lo que la sociedad humana no puede ser mantenida. Como el Papa Juan Pablo II ha acentuado, la negación del derecho a la vida, en principio, establece la base, en principio, para la negación de todos los otros derechos. 


12. ¿Los candidatos de un partido cometen un pecado por el hecho de estar en un partido pro aborto? ¿Ellos son culpables por la asociación? 

Estando en el mismo partido político que los que abogan por el pro aborto realizan un mal serio SI pertenecen a este partido político PARA ADHERIRSE a la propugnación de aquel partido de política de pro aborto. Sin embargo, también puede ser verdadero que ser de tal partido político tiene como objetivo cambiar la política del partido. Desde luego, si el objetivo es eso, uno tendría que considerar si es razonable pensar que la política del partido político puede ser cambiada. Si es razonable pensar que es posible, entonces sería moralmente justificable permanecer en aquel partido político. Pero el permanecer en aquel partido político no debe contribuir, en ningún caso, al avance de la política de pro aborto. 


13. En cuanto a la votación de una persona pro aborto para un cargo como el de tesorero estatal, en el caso de que el candidato no tuviese influencia sobre los asuntos de la vida y su posición sólo tuviese valor personal, ¿sería un pecado optar por él? 

Si alguien optara por el cargo de tesorero estatal y aquel candidato hubiese declarado públicamente que estaba a favor de exterminar a la gente de más de 70 años, ¿usted votaría a favor de él? El hecho de que el candidato tenga un mal en su mente supone que fácilmente tendrá otros males; y el hecho de que él públicamente hubiese declarado esto es una señal de peligro. Un candidato que públicamente declara que está a favor del mal de exterminar a la gente de más de 70 años también se ha descalificado para recibir el voto de un católico. Tal candidato, en principio -y bajo la luz de la ley natural - se descalifica en el ámbito de la política. 


14. ¿Es un pecado mortal votar a favor de un candidato de pro aborto? 

Excepto en el caso de que un votante vea que todos los candidatos son pro aborto(pregunta octava), un candidato pro aborto queda descalificado para recibir el voto de un católico. Quien es pro aborto simplemente no puede ocupar cargos en las áreas de Sanidad o Trabajo, por ejemplo; y esto es porque el aborto es intrínsecamente malo y moralmente no puede ser justificado por ninguna razón o circunstancia. Quien vota a favor de tal candidato con el conocimiento que el candidato es pro aborto se hace cómplice en el mal moral del aborto y el votante al conocer esto comete un pecado mortal. 


Stephen F. Torraco 
www.e-cristians.net 

martes, 6 de abril de 2010

Las consecuencias del aborto

Autor: P. LLucià Pou Sabaté
Las consecuencias del aborto. Jornada mundial en favor de la vida
"Veréis, son las siete menos cuarto de la mañana del 25 de diciembre del 2000, otra noche más en blanco. Hace cuatro días, a pesar de todo, dormía. Ahora el sueño es una utopía. Tengo 31 años y he matado deliberadamente a mi hijo"...

Recientemente, “pro-vida” difundió la carta de una mujer que pedía su publicación, y me parece interesante comentar algunos puntos breves de la misma: "Veréis, son las siete menos cuarto de la mañana del 25 de diciembre del 2000, otra noche más en blanco. Hace cuatro días, a pesar de todo, dormía. Ahora el sueño es una utopía. Tengo 31 años y he matado deliberadamente a mi hijo". Como se decía en la película “una historia verdadera”, también esta chica cuando supo que estaba embarazada decidió no contárselo a nadie, ni siquiera a su novio, con quien estaba pasando un tiempo en Estados Unidos. "Pasé un mes y medio de angustia controlada, fingiendo que todo iba bien, pero estaba embarazada y angustiada. Todas mis preguntas eran: ¿Qué voy a hacer? ¿engordaré? ¿se me notará? ¿que voy a hacer yo con un niño?"



Sumisa en pensamientos negativos sobre su vida, que le parecía “absurda”, seguía diciendo: “volví a España tan pronto como pude, calculando el tiempo que tenía para llevar a cabo mis planes: librarme de aquello que me incordiaba". Es la huida hacia delante, quitar el problema de la manera más rápida, sin saber que muchas veces la recta no es el camino más certero para llegar a los sitios. Fue a abortar acompañada de una amiga, hablando de cosas intrascendentes, como el que va “al dentista”, pero por dentro estaba confusa. Me recuerda el espléndido guión de la película “Solas”, en la que mientras que por un lado no desea el niño, y pasan por su cabeza los intentos de fuga (de la vida, o de la situación de maternidad a través del aborto) por otro lado la ayuda de los que le rodean le hace desear la vida: es la amistad de un “abuelete”, el cariño de la madre que está siempre presente aun cuando no está físicamente con ella porque se fue de casa...


Cuando falta este apoyo, puede pasar de todo, y luego suele venir el remordimiento... “¡Dios santo, que imbécil soy! Ahora, cada minuto pienso en mi niño, pienso que soy egoísta, fría, criminal... no puedo dejar de pensar en ello". Es tremenda la soledad de quien no tiene presente que no hay que actuar en los momentos bajos sino esperar, porque es posible salir adelante "como tantas y tantas mujeres", sigue diciendo la carta, que aunque se hagan tonterías siempre “se puede ir adelante”. Entonces vienen pensamientos negativos: “Y ahora ¿quién me perdonará esto? Mi niño ya no está, yo estoy vacía, completamente vacía".


"Quiero que Dios me perdone, pero creo que lo que he hecho es tan duro, tan cruel, tan bestial, que ni siquiera Dios puede perdonarme. Ni mi niño, que no ha tenido la oportunidad de ver el sol, ni el mar, ni de respirar... de nada". Aunque es comprensible este movimiento interior de amargura, y con la ayuda de una acogida de afecto por parte de quienes pueden ayudarles, ese dolor dará paso así a esperanza... Juan Pablo II, en un precioso texto de la Encíclica sobre la vida apunta que nunca es tarde para transformar el remordimiento en arrepentimiento, y anima a esas madres a que dirijan la energía que sienten por reparar hacia obras de apertura a los demás, y pidan perdón a sus hijos que están en el Señor (hay una comunicación aún con los que ya no están entre nosotros, por la oración).


"He sido su juez y le he condenado a muerte sólo por el hecho de ser, de estar dentro de mí, ¡¡¡pobrecito mío!!!! mi niño, por el que ahora estoy llorando, y del que no tenía conciencia antes", agrega la angustiada misiva. "Ahora le pido perdón, con todo el dolor de mi alma y me sigo sintiendo mal, cada vez peor. No sé por que no salí adelante, con mi tripita, tan contenta".


"Ahora le pongo carita, lo veo en cualquier sitio, el pobre, mi niño, estaba ahí, sin hacer nada, tan solo estando, sin saber nada, sin pedir nada, estaba por que sí, pero estaba, ahora ya no está, no se donde está, no se lo que siente... sólo quiero que este bien, a salvo de mí". Quien piensa estas conmovedoras palabras ya no está dentro de la “cultura de la muerte” sino que se está abriendo a la vida, aunque la herida quede abierta, a modo de hacer así penitencia: "no creo que esté neurótica, sólo pienso que he liquidado textualmente a mi propio hijo y me siento sola, vacía e insensible. Incluso pienso que no sé si alguna vez sabré ser madre. Necesitaré ayuda por muchos años, y creo que no lo olvidaré jamás".


Se hace nuevas preguntas: "¿Por qué no me hice cargo? ¿por qué no le dejé vivir? ¿por qué he sido tan calculadora?... ¿Sólo hay un ‘por qué’ con respuesta: ¿por qué me siento tan mal? Es sencillo, porque lo he matado, sin pensarlo apenas, sin el más mínimo remordimiento inicial, pero ahora me gustaría tenerlo dentro de mí, creciendo, esperando su momento para llegar al mundo, y esperar el momento de tenerlo entre mis brazos, de besar esa piel tan suave que tienen los bebés, de decirle que es mi hijo y que le quiero, que le cuidare ¡ya no puedo! mi niño o mi niña no está, lo maté, y yo sigo caminando, y el mundo se sigue moviendo sin el, sin ella, y yo ya no soy la misma, ahora no me quiero, me desprecio profundamente, ahora cuando ya no tiene solución me arrepiento... ya ves que estúpida, que inútil, ahora lo quiero sentir, como antes".


El final de la carta es de petición de perdón: "Pero ya, no puede ser... espero mi niño, que algún día me puedas perdonar… yo no me lo perdonaré mientras viva". Quizá el perdón más profundo, el que aún no ha conseguido la autora de este relato, sea el perdón de sí mismo. Quizá sea el mal más fuerte del mundo de hoy, el no perdonarse a sí mismo y de ahí viene el resentimiento...

jueves, 19 de noviembre de 2009

Aproximándonos a los sentimientos de la mujer





La maternidad no planificada, de acuerdo con algunos estudios, representa una amenaza grave para las mujeres modernas (…). Esto se debe a que muchas mujeres jóvenes de hoy día han desarrollado una identidad que simplemente no contempla el ser madre. Su proyecto de vida puede incluir ir a la Universidad, sacar un título, obtener un buen trabajo, incluso casarse algún día, pero perciben la repentina intrusión de la maternidad como la pérdida total del control sobre su propia vida presente y futura. (…)

La disyuntiva


Al considerar la decisión de abortar, no lo hacen, como pueden pensar los pro-vida, entre la disyuntiva “llevar a término un embarazo no deseado” o “destruir la vida de un niño inocente”.


Ellas sienten así la alternativa: “mi vida se acaba” o “la vida de este nuevo niño tiene que acabar”. Desde esta triste perspectiva, la elección del aborto se convierte en un modo de defenderse ante lo imprevisto.

 





Los sentimientos de la elección.






El resumen del informe indica que las mujeres creen que de un embarazo no planificado nada bueno puede resultar, por lo que la salida más intuitiva que se les representa les hace dudar entre lo que consideran tres “males”: la maternidad, la adopción o el aborto, como las tres únicas salidas.


La adopción, desafortunadamente, es la “peor” de las tres opciones, pues se percibe como una doble “muerte”. Primero la “muerte propia”, ya que la mujer tendrá que llevar el embarazo hasta su término, convirtiéndose además en una mala madre, capaz de entregar su hijo a extraños. La segunda “muerte” es la del hijo “abandonado”: la mujer vivirá atormentada por el futuro de su hijo vivo sin saber qué es de su vida (…). Sólo mujeres de gran madurez interior y que ven con claridad que el aborto es la muerte real de su hijo, podrían acceder a la adopción como salida.


Aunque desearíamos que la mujer aceptara el slogan “adopción sí, aborto no”, este estudio concluye que ante la alternativa adopción / aborto, la adopción será la perdedora. La actitud de estas mujeres hacia el aborto es bastante sorprendente. Primero, reconocían que el aborto mata. Segundo, las mujeres creen que no hubo intención de quedarse embarazada y ante semejante trance no existía otra opción, puesto que su vida estaba en juego.
(…) En resumen, el aborto será el menor de los tres “males” para la mujer porque ofrece la mayor garantía de esperanza de preservar su yo, su propia vida.
Hay que destacar que la principal preocupación en cualquiera de las tres opciones gira exclusivamente alrededor de la mujer y no del no nacido. La elección de cualquiera de las tres concede a la embarazada en crisis cierta sensación de control sobre su futuro, y permite a quienes rechazan el aborto personalmente, incluidos los profesionales sanitarios, sentir compasión hacia las que recurren a él.






Ayudando a encontrar más caminos




Consideremos un típico slogan pro vida: “El aborto detiene el latido de un corazón”. Aunque esta frase pueda resultar eficaz en algunos momentos, su efecto entre mujeres jóvenes en crisis probablemente sería: 1) provocar rabia contra el mensajero; 2) confirmarlas en la opinión de que no entienden su situación; 3) las hundiría aún más en la actitud negativa y desesperanzada. Debemos preguntarnos si este mensaje, no será francamente contraproducente.
(…) La pregunta, quizás subconsciente pero clave, que se hace la mujer es: “¿Cómo podré conservar el control de mi vida?”. Por este lado debe girar la ayuda durante la entrevista clínica: ayudando a la paciente a conservar el control de su vida abriendo caminos que, objetivamente, puedan ser beneficiosos a corto y largo plazo.
Se puede favorecer un clima en el que la mujer pueda abrir su espacio mental a consideraciones que le permitan sentirse más segura en su situación:
; No hay que olvidar que en muchos casos existe una presión ambiental condicionadora, que hay que desenmascarar como una forma de violencia contra la mujer con embarazo imprevisto, por la soledad e indefensión que condiciona, y por su carácter modulador sobre la consideración de la IVE como única salida.
; Es importante conocer los apoyos de amistades y familiares que puedan contribuir a que la mujer, en estado de crisis, se encuentre respaldada emocionalmente, favoreciendo la seguridad que necesita. Aconsejar que acuda con ellos a la consulta.
; Descubrir si existe admiración hacia mujeres que, en su situación, han sido capaces de salir adelante con distintas soluciones, con estabilidad emocional, dominando el sentimiento presente de que su vida se acaba, bajo un prisma positivo y apoyándose en los recursos sociales disponibles. Apostar por la vida ofrece esperanza y un sentido positivo a la propia personalidad, que la mujer puede considerar.
La mujer debe saber que el profesional no tiene todas las respuestas a sus miedos futuros, pero puede ayudar a dar seguridad mostrando los apoyos sociales concretos y reales en su caso concreto.
El aborto no siempre juega a favor de la mujer por lo que deben darse a conocer los riesgos de la IVE, según muestra la evidencia científica disponible.








Estimular la apertura de un tiempo de reflexión, donde se maduren las nuevas conside
La experiencia va demostrando que, en la medida en que se favorezca un ambiente de seguridad y apoyos externos, (en cuanto a personas cercanas y recursos disponibles), la mujer en crisis va sintiéndose más dueña de la situación, contribuyendo con ello a su propio bienestar físico y emocional.


(Adaptado de Paul Swope).



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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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