Buscar este blog

:

:

Entrada destacada

¿Qué hiciste hoy para conciencitizar sobre la defensa de la vida?

Hola, te invito a que pienses que puedes hacer, desde tu lugar, para ayudar a la defensa de la vida. Por ejemplo puedes proponer reunion...

Mostrando entradas con la etiqueta vida ejemplar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vida ejemplar. Mostrar todas las entradas

martes, 24 de julio de 2012

►Luigi y María Corsini Beltramé Quattrocchi



http://www.youtube.com/watch?v=LKARDXojfok&feature=plcp

Clic para ver el video


Un matrimonio beato



Sin duda hay millares de esposos santos pero los Beltrame son la primera pareja en ser beatificados. S.S. Juan Pablo II, conciente de la necesidad de modelos de santidad para los matrimonios, ha demostrado interés por canonizar a matrimonios.
María Corsini nació en Florencia el 24 de junio en 1881; Luigi Beltrame nació en Catania el 12 de enero de 1880. Ambos se conocieron en Roma cuando eran adolescentes y se casaron en la basílica Santa María la Mayor el 25 de noviembre de 1905. 


Ambos crecieron en familias católicas y desde pequeños practicaron fervientemente su fe, asistiendo todos los domingos a la Santa Misa y participando de los sacramentos. Criaron también a sus hijos en los principios y valores de la fe católica. 


En 1913, pasaron una dura prueba, el embarazo de María tuvo serias complicaciones y los médicos pronosticaban que ni la madre ni el niño sobrevivirían al parto. Los doctores manifestaron que un aborto podría salvar la vida de la madre. Ella, consultando con su esposo, decidió confiar en la protección divina de Dios. Después de un difícil embarazo, madre e hijo sobrevivieron milagrosamente. La prueba fortaleció aun mas la fe de la familia. 


María dio a luz a tres niños más; los dos varones fueron sacerdotes: Filippo, quien es ahora Mons. Tarcisio de la diócesis de Roma y Cesare, ahora el P. Paolino, monje trapense. 


La mayor de las hijas, Enrichetta, la que sobrevivió el difícil embarazo, constituyó un hogar santo; mientras que su hermana Stefania ingresó a la congregación de los benedictinos, conocida como la Madre Cecilia,  quien falleció en 1993. 


Los tres hermanos estuvieron presentes en la beatificación de sus padres. Los dos hijos sacerdotes concelebraron en la misa. 


La familia Beltrame Quattrochi fue conocida por participación en muchas organizaciones católicas. Luigi fue un respetado abogado, quien ocupó un cargo importante dentro de la política italiana. María trabajó como voluntaria asistiendo a los etíopes en dicho país durante la segunda guerra mundial. 


El beato Luigi murió en 1951, y María, su fiel esposa, en 1965. 


Beatificación


La Congregación para la Causa de los Santos trató este caso como algo especial, y con la aprobación del Papa Juan Pablo II. Asu intercesión ha sido atribuido un milagro que abrió la vía para su beatificación.
El Prefecto de esta Congregación, Cardenal José Saraiva Martins, señaló que era imposible beatificarlos por separado debido a que no se podía separar su experiencia de santidad, la cual fue vivida en pareja y tan íntimamente. "Su extraordinario testimonio no podía permanecer escondido"
El Papa dijo durante la Misa:


"Entre las alegrías y las preocupaciones de una familia normal supieron realizar una existencia extraordinariamente rica de espiritualidad. En el centro, la eucaristía diaria, a la que se añadía la devoción filial a la Virgen María, invocada con el Rosario recitado todas las noches, y la referencia a sabios consejos espirituales...
...vivieron a la luz del Evangelio y con gran intensidad humana el amor conyugal y el servicio a la vida...
...Asumieron con plena responsabilidad la tarea de colaborar con Dios en la procreación, dedicándose generosamente a los hijos para educarles, guiarles, orientales, en el descubrimiento de su designio de amor". 


"Una auténtica familia, fundada en el matrimonio, es en sí misma una "buena noticia" para el mundo"




Testimonio de uno de los hijos, el P. Tarcisio 


El P. Tarciso recuerda que "nuestra vida familiar no tuvo nada de extraordinaria, fue un hecho ordinario, con sus debilidades. Sin embargo, seguimos siempre enseñanzas importantes que las almas de buena voluntad pueden disponerse a imitar y a realizar también hoy".


Don Tarcisio considera por ello que "la beatificación de mis padres es una ocasión para relanzar los valores de la familia cristiana hoy". "En los años de la guerra, a menudo arriesgando muchísimo, acogimos y prestamos ayuda a todo el que la pidió".




Según la proclamación de sus virtudes heroicas realizada por el Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, los esposos Beltrame Quattrocchi "han hecho de su familia una verdadera iglesia doméstica abierta a la vida, a la oración, al testimonio del Evangelio, al apostolado social, a la solidaridad hacia los pobres, a la amistad".


www.corazones.org


viernes, 23 de marzo de 2012

► Eduardo Ortiz de Landázuri: un médico entre la vida y su propia muerte





Eduardo Ortiz de Landázuri nació en Segovia, en 1910, y murió -con fama de santidad- en Pamplona en 1984. En 1940 comenzó a trabajar como médico en la Clínica del profesor Jiménez Díaz; fue catedrático de Patología General de la Universidad de Granada desde 1946 hasta 1958. Fue sucesivamente Decano de la Facultad de Medicina y Vicerrector de aquella Universidad. En 1958 se trasladó a la Universidad de Navarra donde continuó desempeñando la cátedra de Patología y Clínica Médica. Fue Consejero del CSIC, Miembro, entre otras, de la Royal Society of Medicine del Reino Unido. Estaba en posesión de la Cruz de Sanidad, Placa de la Encomienda de Alfonso X el Sabio y Cruz del Mérito Civil de la República Federal de Alemania. Contaba con 200 publicaciones y unas 100 ponencias. Atendió a unos 500.000 enfermos en sus 50 años de profesional de la Medicina. 



Rosa María Echevarría, profesora de Ciencias de la Información, entrevistó a don Eduardo --así le llamaban sus colegas más jóvenes, alumnos, pacientes-- cuando ya la enfermedad mortal se había revelado; en aquel entonces presentaba así a su interlocutor: "Tiene los ojos don Eduardo llenos de futuro, futuros profundos y abiertos, recogidos en lo más hondo de su mirada. Cada día Don Eduardo se asoma a un mundo nuevo en esa apasionada aventura que es su vida, donde descubre inmensos horizontes y los va recorriendo despacio, mansamente, como el rigor de ese pensamiento tan lógico y tan humano del intelectual. Hay en su mirada un reto de alegre vida y es su vida un valiente reto al esfuerzo en una lucha tenaz y constante que parece ocultarse detrás de esa cordialísima sonrisa que tan bien conocen sus enfermos" (1). 



Después de una vida en contacto permanente con la enfermedad y con el dolor, Don Eduardo ha experimentado en su propia vida el inmenso valor del sufrimiento. 

--¿Qué se siente al dar ese largo paso que se recorre en tan breve tiempo, al pasar de médico a enfermo? 

--Una enfermedad es una cruz, eso es evidente. Por tanto, decir que no tiene importancia, me parece que sería ridículo y además no sería justo. La he llevado y la llevo con mucha paz. La enfermedad tiene dos aspectos diferentes. Uno, es la enfermedad en relación con los demás; y otro, el que se refiere a uno mismo. Como médico conozco muy bien... o conocía, la primera parte y, en este sentido, la experiencia que tengo es que el enfermo suele ser muy agradecido. Por una parte, uno se encuentra muy debilitado y por otra, ¡qué duda cabe!, sería injusto no decirlo, está esa proximidad de la muerte. Como es lógico, se siente más cerca la muerte cuando se está enfermo . En esta situación, toda la fuerza me la ha proporcionado el sentido sobrenatural de la vida. 

--¿Cómo es ese sentido sobrenatural que tiene el dolor para el Dr. Ortiz de Landázuri? 

--La enfermedad siempre nos enseña muchísimo. Creo que el que pasa la vida suavemente, sin ninguna enfermedad...; es indudable que Dios le dará otras posibilidades de acercarse a El, pero está claro que una de las vías para comprender mejor a Dios es la enfermedad. Es un camino que nos conduce a Dios. Entonces, los que mueren a causa de un accidente, ¿no han podido acercarse al Señor? Estoy seguro de que en tal caso Dios les dará otras oportunidades. Sin embargo, no me cabe duda de que la enfermedad es uno de los caminos más importantes para llegar al encuentro más profundo con Dios... Y, como es lógico, uno acaba agradeciéndolo. 

Don Eduardo -uno de los pioneros de la Clínica Universitaria de Navarra-, tenía muy grabado el espíritu del Fundador de aquella Universidad -Monseñor Escrivá, Fundador del Opus Dei-, y su amor apasionado a los enfermos: 

E.O. --Cuando le preguntaban al Fundador del Opus Dei cuáles eran las armas o las posibilidades que tenía para hacer la Obra que el Señor le había encomendado realizar en el mundo, solía contestar que contaba con el dolor de los enfermos y el buen humor. El Opus Dei nació en los barrios más pobres y en los ambientes más míseros de Madrid.


DE MEDICO A ENFERMO 

Inés Artajo, entrevistó para el Diario de Navarra a don Eduardo. Lo encontró y presentó "enfundado ya en su traje de calle, sin bata blanca, porque de médico se ha convertido en enfermo, y de los de diagnóstico irreversible: enfermo de cáncer, un mal con el que convivía desde hacía meses" (2) 

Don Eduardo -seguimos ahora con Inés Artajo- ha diagnosticado miles de enfermedades mortales, ha expresado miles de veredictos finales. Sabe que va a morir. Pero no como lo sabemos todos, ignorantes del cuándo y del cómo: conoce su plazo. Sin embargo dice que no sufre -"decir que no me asusta me parece una vanidad"-, que lo afronta con serenidad y paciencia. En su rostro no hay miedo. Recorre la senda de la esperanza. 

E.O.--Fe, la he tenido siempre y pido a Dios que ahora, cuando más la necesito, no me la quite. 


EXPRIMIR LA VIDA "COMO UN LIMON" 

Con su cáncer y su fe a cuestas, considera que la muerte, enemiga y compañera de tantos años de ejercicio de la profesión, no es tan terrible cuando le toca a uno mismo. Y dice que aunque le gustaría vivir cinco años más, acata y agradece la voluntad de Dios, en quien siempre ha creído y confiado. Sigue trabajando en la aventura universitaria como puede y puede mucho, porque su espíritu vive a tope. Confiesa que su deseo es "exprimir el limón", su vida, hasta la última gota, sirviendo a su familia, a los demás, a la Ciencia, en definitiva a Dios y a todas las gentes. 

Era en 1958 cuando -médico ya famoso, catedrático y vicerrector de la Universidad de Granada, casado y padre de 7 hijos-, cambió su forma de vida y su economía para asentarse en Pamplona. Dejaba atrás una merecida fama de eminencia médica y un futuro humanamente brillante y bien acomodado. 

E.O. --Entonces ganaba mucho dinero -dice sencillamente don Eduardo-, pude hacerme rico. Pero dejé aquello, porque cuando se tiene todo, no se tiene ya ilusión por nada. Ahora veo que de haber seguido en Granada hubiera acabado por hacer lo de otros acaudalados: comprar un cortijo y unos olivos. Aquí, en Pamplona, sólo había ilusión y pocos medios para levantar una Facultad de Medicina recién inaugurada, y para crear una clínica universitaria. 

Pero el Gran Canciller y Fundador de aquella Universidad - Monseñor Escrivá, Fundador del Opus Dei- confiaba en él como uno de los pioneros, firme e incombustibles ante las dificultades. Don Eduardo, rechazó la posibilidad de abrir una consulta en la calle Carlos III, foco seguro de fama y dinero; y pidió un pequeño consultorio en la Facultad de Medicina. El poco dinero que ha tenido lo ha empleado ahora en pisos para sus hijos. Guarda una pequeña cantidad para que su familia -"si los impuestos le dejan..."- haga frente a la vida cuando a él le llegue la muerte. 


NO ES TAN TERRIBLE LA MUERTE 

El internista eminente, el testigo de muchas agonías y marchas hacia la otra orilla del vivir, afirma que la muerte, en general y salvo las aparatosas e inesperadas, no son tan duras como la gente cree. Dice que si alguien muere en plena vida, el desenlace es súbito y apenas se entera la persona de su marcha. A una preagonía tormentosa sigue después una muerte dulce, porque él lo ha visto: a medida que el final se acerca, el cerebro pierde la sensibilidad fisiológica y la agonía, ya de por sí, trae el estado de hipoestesia: 

E.O. --La propia muerte se encarga de no ser tan dura como nos parece. Un enfermo que va a morir quizá no sufra tanto como los familiares que le rodean, porque cuando se llega a ese trance final, el enfermo no es que se desentienda de lo que le rodea, sino que entra en una zona de nadie en la que se encuentra a sí mismo. Y ese encontrarse, unido al instinto de conservación, le permite afrontar la situación con más paz. 

Esa paz que don Eduardo ha encontrado tantas veces en sus pacientes, le ha servido para inclinarse siempre por el camino de la verdad con el enfermo, para que afronte con dignidad su destino y lo que pueda conllevar: 

E.O. --No me ha gustado esforzarme por disimular las enfermedades mortales, sino que he preferido esforzarme por salvar vidas y, cuando no podía, en respetar la dignidad del enfermo que tiene derecho a saber qué pasa en su cuerpo, por qué se le opera, qué pasa con su vida. Decir la verdad a un enfermo siempre traerá más confianza hacia quien lo cuida y vela por él; sabe que además de su instinto de conservación, cuenta con otra persona que lucha por su vida. También es necesario este modo de proceder para que cada uno, con su libertad, opte por el camino que crea más conveniente en unas horas que puedan ser las últimas. Unos quieren tomar determinaciones humanas, otros quieren ponerse a bien con Dios, otros no hacen nada. Pero aún así, tienen derecho a saber que su vida se acaba. 

Don Eduardo no es amigo de las palabras descarnadas, duras, sino de la verdad dicha con caridad, con cariño y consideración. 

E.O. --El final se acepta con serenidad, porque la grandeza humana es mayor de lo que la gente cree. Por eso, si es por miedo a la reacción del enfermo, que nadie, por falsos respetos, tenga temor a que se le administren los últimos sacramentos. No me meto en que no se los den por falta de fe. Eso, allá ellos; pero que no sea por miedo a que la impresión acelere la muerte. Nunca he visto que aceleren la muerte, antes al contrario: los sacramentos dan al enfermo más tranquilidad y más paz. Por lo demás, en la persona nunca se agota el instinto de conservación. 

Eduardo Ortiz de Landázuri ha atendido -se calcula- unos 500.000 enfermos. ¡Cuántas curaciones, cuántas alegrías a lo largo de su vida! 


LA EUTANASIA, ESA BRUTALIDAD 

--¿Qué piensa Ortiz de Landázuri de la eutanasia? 

--Me desgarra el alma pensar que se va a implantar la eutanasia. ¿Quién es dueño de la vida para matar al enfermo o al no nacido?. Tampoco soy partidario de mantener vidas artificiales, como cuando el cuerpo sigue en este mundo sólo por su conexión a máquinas sofisticadas. Eso no se puede hacer: la muerte no es tan indigna como para no ser aceptada en su momento. 

También, por dignidad, Ortiz de Landázuri entiende que, cuando no hay medios técnicos que los curen en los hospitales, los enfermos están mejor en sus casas, con su gente. Eso sí, siempre que esa vida no pueda agarrarse al mundo en un hospital. 

Don Eduardo aprendió a reconocer en sus últimos meses de vida el rostro de la que sería su muerte. No conoce la hora ni el lugar, pero vislumbra ya el modo, todas aquellas incógnitas que a la mayor parte de los hombres les impide ver con claridad el fin hacia el cual, cada minuto, cada hora y cada día, avanzan. Aunque advierte: 

E.O. --No sé tanto sobre ella, los tumores son tan distintos... Y la metástasis quizá me coja el cerebro, el hígado, o no sé dónde. Lo que preveo -y lo digo sin tristeza- es que pronto me tocará morir. 

Él fue quien vio primero las placas de su cuerpo y descubrió la existencia de un tumor. Fue el primero también en saber que necesitaba pasar por un quirófano cuando una biopsia le confirmó que el tumor que crecía era cancerigeno. Ahora agradece que los médicos hayan sido, como él les enseñó: veraces, claros también con él. 


ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS 

E.O. --La noticia de mi enfermedad irreversible la recibí tranquilo, aunque no me la sospechaba. Es tan misterioso el nacimiento y el desarrollo de un cáncer, tan distinta su evolución... En mi familia causó dolor, pero todos acogimos el descubrimiento con paz. Un diagnóstico irreversible te enseña muchas cosas. Te hace ver, como yo siempre he creído, que la ciencia y la fe están juntas y que unidas dan mucho más fruto. Y también comprendes que la muerte no tiene tanta importancia, sobre todo cuando le toca a uno. Claro es que no puede decirse que no tiene ninguna importancia, pero hay que aceptarla con serenidad. Dicen que Dios da conformidad y es cierto. Ahora me he hecho a la idea de que voy a faltar del mundo y no voy a negar que preferiría pasar ese trance sin dolor. Acepto, sin embargo, lo que Dios quiera darme. Tengo fe en él y ahora, lo que más le pido, es que esta fe que siempre me ha acompañado no me abandone en mi hora final, cuando más la necesito. Me gustaría que a mi familia no le faltara nada cuando yo me vaya... 

Ahora habla don Eduardo a los suyos acerca del lugar a donde irá. Primero, a la tierra: 

E.O. --Me da igual una sepultura, un nicho o la fosa común. Ni tengo dinero ni vanidad para ocupar un panteón. 

Y después, al lugar donde siempre ha querido ir: 

E.O. --Eso es lo único que de verdad me preocupa. Quiero ir al Cielo. Sí, creo en el cielo. El lugar donde gozaré de la contemplación de Dios. ¿Cómo? Mi mente es demasiado limitada para entenderlo y explicarlo. Pero allí quiero ir. 

Don Eduardo cree también que el Infierno "desgraciadamente existe"; y el Purgatorio. Espera, dice, que al final pesen más sus trabajos buenos, la santificación que ha procurado de su trabajo profesional y de sus deberes de cristiano, atendiendo y curando enfermos, que los errores humanos y profesionales que ha podido tener. 

E.O. --He intentado pasar por la vida haciendo el bien que he podido. Lo he intentado, pero no quiero que me digan que lo he conseguido, porque me asusta mi posible vanidad. Quiero ir al cielo y allí no hay sitio para los vanidosos. 

Eduardo Ortiz de Landázuri aprendió a convivir con aquel monstruo interior que un día del año 1984 devoraría su cuerpo. Uno de sus libros de cabecera era "Camino"; en sus palabras nos ha parecido escuchar el eco del punto 739: "No tengas miedo a la muerte. -Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. -¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte! (3) 


Adaptación de J. BALVEY 


(1) Cfr. ROSA MARIA ECHEVARRIA, Amar apasionadamente la Universidad, Nuestro Tiempo, junio-julio 1984, pp. 4 y ss. 
(2) Cfr. INES ARTAJO, en Diario de Navarra, 13-XI-1983. 
(3) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 739. 
(4) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Forja, n. 1001. 
(5) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Forja, n. 1037. 
(6) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 738. 
(7) JOSEMARIA ESCRIVA DE BALAGUER, Fundador del Opus Dei, HOJA INFORMATIVA, nº 1. Madrid, mayo 1976, pág.5. 




Tomado de http://www.arvo.net

jueves, 22 de marzo de 2012

►El orgullo de un campeón



El orgullo de este campeón es su familia; lo dijo con toda sinceridad en una entrevista al ABC, porque «…no es para menos». Se llama Alfredo Di Stefano. Difícilmente se puede decir de dónde es, pues, aunque nació en Argentina, lleva ya cincuenta años en España y la ama con todo el corazón. 

Me dio mucho gusto encontrar un hombre para quien su familia ha sido la motivación que lo llevaba a jugar y a dar lo mejor de sí mismo en cada partido; y eso que no le ha faltado nada en la vida.

¿Dinero? Cuando España se recuperaba de su crisis en los años cincuenta, el número nueve del Real Madrid llevaba tranquilamente dos mil dólares en el bolsillo. ¡Toda una fortuna en aquellos años!

¿Fama? Tanta que el 26 de agosto de 1963 fue secuestrado mientras su equipo se encontraba en gira por Venezuela. Un hombre como él sería la mejor publicidad para dar a conocer el Frente de Liberación Nacional de ese país. 

¿Viajes? Ya desde que jugaba en el “Millonarios” había estado en España: Valencia, Sevilla, Las Palmas, Madrid. Y desde que vistió el uniforme blanco, las giras por América se repitieron año tras año.

¿Triunfo? Fue él quien inmortalizó la playera número nueve del equipo merengue, la misma que más tarde vestirían Hugo Sánchez y Raúl. En su magnífico palmarés cuenta con cuarenta y nueve anotaciones en una Copa de Europa, infinidad de partidos ganados, goles espectaculares, premios y reconocimientos. Jugó en grandes equipos como el River Plate, el Real Madrid, el Barcelona, el Millonarios. En fin, siempre ha sido considerado por los expertos como uno de los mejores jugadores de la historia. 

¿Amistades y cariño? En el Real Madrid lo recuerdan como un hombre que vivía para el equipo. Siempre consideró a sus compañeros como personas extraordinarias de quienes pudo aprender mucho y a quienes nunca les faltó su apoyo. Recibió una medalla de las manos de Perón, conoció a Evita, trató con Franco. El público español lo quería, porque, como él dice: «yo vine a España a trabajar y en el fútbol hay que trabajar para el pueblo, para los que pagan la entrada».

En toda la entrevista no se lee una sola palabra que denote presunción de sus goles, sus premios, ni siquiera de su equipo. Pero eso sí, al final, y sin que el entrevistador se lo preguntara, afirmó: «Yo estoy orgulloso de haber sacado adelante a mi familia, haber trabajado para mis hijos y ahora pasar la vejez con mi señora. Le agradezco a Dios que la familia haya estado siempre junta […] Estoy orgulloso de tener seis hijos funcionando en esta vida. Y no es para menos». Efectivamente, no es para menos, porque personas y familias como la suya son siempre una muy «buena noticia».

Autor: José Ignacio Rodríguez Via: Buenas noticias

miércoles, 21 de marzo de 2012

►Mi hija Down me ha enseñado la redención en la imperfección



No podía creerlo cuando lo escuchó. Es más, incluso pensó que su vida se habría terminado definitivamente en el momento en que su hijo naciese, allá por enero. Éstos eran los sentimientos que Kelle Hampton, una joven madre de Florida casada con Brett en el 2007, experimentó cuando el médico le dio una de las noticias más fuertes de toda su vida: su hija Nella Cordelia tenía Síndrome de Down. 

Pero retrocedamos en el tiempo y veamos cuál fue el camino que Kelle recorrió. Así lo relata ella misma: «Al principio, me sentía lista para dejar de lado mi oasis de confort y atravesar la dificultad, porque sólo así podemos cambiar el guión de nuestra vida y transformarla de aburrida a una de Óscar».

Pero no bastaba con "decidir tomar el toro por los cuernos" y lanzarse. No. «Debo ser honesta: hasta ese momento lo más difícil en mi vida sólo había sido tener a mi marido Brett lejos de casa por trabajo [...] Después esperar un segundo hijo. Perder uno; y quedarse de nuevo embarazada. Parecía tan real y, al mismo tiempo, un sueño. Preparar y tener todo en orden... perfectamente: la música para el momento del parto, las mantas hechas a mano y dobladas, todo lo necesario para el regreso a casa, el blusón que había comprado para la ocasión [...] Todo iba exactamente como pensaba e incluso mejor».

Por fin, llegó el momento del parto y a Kelle sólo le venía el pensamiento de que estaba por conocer a su hija. Y así fue. ¿Y cuáles fue su reacción?

«Entendí desde el primer momento que tenía Síndrome de Down, aunque nadie lo quisiese así. La tenía en brazos y lloraba... Ése fue el momento definitivo y que más me ha marcado en mi vida, el inicio de mi historia». 

No fue fácil, pues Kelle no dejaba de pensar en la posibilidad de que fuese otra niña, la que murió en su vientre antes, y no ésta, que no se esperaba. Pero la mirada y el cariño de los amigos la sacó adelante; incluso se apoyó en la fe de su padre:

«Pedí que dejasen entrar a mi padre a mi habitación. Él me sonrió y mientras sus ojos se llenaban de lágrimas me dijo: "No te preocupes. Nosotros la amamos". Cargó en brazos a mi hija y yo le pedí que dijese una oración. Y ahí, en la sala de parto, en donde antes había entrado ya muchísima gente, todos se reunieron alrededor de mi cama. Mi padre oró y dio gracias a Dios por el don de la vida de Nella y por las cosas maravillosas que había planeado para nosotros: para nuestra familia y para Nella. Amén». 

Y entonces sucedió uno de los momentos claves para el cambio de Kelle: «nunca olvidaré el momento en que llegó mi primogénita al hospital y tomó en brazos a Nella. Yo miraba la escena con agonía, en lágrimas; pero también con admiración, pues mi pequeña me enseñó a amar. Me mostró lo que es un amor incondicional, el que se lleva a cabo cuando no existen los estereotipos».

Llegó la noche... y con ella más agonía. A Kelle le venía la tentación de huir, de llevarse a su esposo y a su hija primogénita lejos, a su mundo perfecto. Pero fue la visión de Nella, justamente, la que le cambió: «Nella se convirtió mi promemoria constante: la vida no es una cuestión de etiqueta. No. La vida tiene como fin el amor, conocer y experimentar la verdadera bellaza. Esa para la que hemos sido creados». 

Y de esta idea nació también su blog: Enjoying the Small Things. Ahí Kelle cuenta su vida cotidiana con sus dos hijas, en donde ha aprendido a amar las pequeñas cosas, a contarlas y a fotografiarlas. Con sus posts, Kelle enseña a muchas madres a serlo de verdad, y a encontrar felicidad incluso donde parece no estar presente. Aquí un botón de muestra de su post del pasado 1º de noviembre:

«La gratitud es un modo de vivir más que una lección [...] y el mejor modo de enseñarla a los hijos es viviéndola nosotros [...] reconociendo cada pedazo de belleza que nos rodea. Antes enseñaba a mi hija la gratitud obligándola a decir gracias... con Lainey me preguntaba siempre si hacía lo correcto cuano la hacía llorar al negarle un juego, por ejemplo. Ahora me sorprendo siempre menos preocupada de la lista de deberes para descubrir por el contrario la gracia que significa mi casa, el instante presente, mi conciencia sobre el bien [...] Quiero que mis hijos se den cuenta de lo que me conmueve el mundo, pues sólo así podrán aprender a apreciar también ellos las cosas pequeñas». 

Los comentarios de otras madres no se hacen esperar: «Gracias por haberme dado un lugar en donde encontrar un punto de apoyo»; «doy gracias a Dios porque tú, Nella, Lainey y el resto de tu familia habéis entrado en mi vida, aunque sólo sea por internet»; «has cambiado, de verdad, el modo como veía la imperfección»; «me siento feliz de haber encontrado este blog en el que sigo tu camino. Has hecho una diferencia: para Nella, mi hija, y para todos los niños con Síndrome de Down».

Una persona dijo un día que los niños con Síndrome de Down sólo dan una mala noticia: el día de su nacimiento. El resto son todas buenas. Y seguramente Kelle estará de acuerdo con esto. Pues Nella le ha ayudado, según sus propias palabras, a «descubrir la belleza escondida en la presencia de las cosas». Eso que la misma Kelle llama como «la redención en la imperfección».

Autor: Juan Antonio Ruiz J.
Via: Buenas noticias

lunes, 5 de septiembre de 2011

Carta abierta de la Madre Teresa a un abortero



Hoy, 5 de septiembre te recordamos y festejamos en el cielo tu gran amor por los niños y por toda la humanidad débil y desprotegida.
Gracias por ese amor apasionado a la vida, gracias por brindarte por entera al servicio de la humanidad.
Gracias por todo cuanto nos has enseñado y por cuanto desde arriba nos sigues guiando y derramando...



Estimado Dr. Morgentaler:

Jesús dijo: "El que recibe a un niño en mi nombre, me recibe a Mí" (Lucas 9:48). "Les aseguro que todo lo que hicieran por el más pequeño de mis hermanos, eso habréis hecho por Mí" (Mateo 25:40).

Fue un pequeño niño aún por nacer, "quien saltó en el vientre de Isabel... ante la presencia de Jesús en el vientre de María, Su Madre" (Lucas l:4l-44).

Estoy luchando contra el aborto a través de la adopción. Miles de preciosos niños libaneses, hindúes, etc. han sido rescatados y han traído amor, júbilo y unión, a numerosas familias que de otro modo no hubieran podido tener un hijo. Yo nunca le doy un niño a una familia que ha hecho algo para no tener hijos.

Me he unido a la lucha contra el aborto, porque considero que el niño aún por nacer es el más pobre entre los pobres hoy en día, el menos amado, el más menospreciado, el ser "desechable" de la sociedad. En cuanto a nuestros votos ante Dios, nosotras las Misioneras de la Caridad, nos hemos comprometido a servir gratuita y fervientemente a los más pobres entre los pobres.

El aborto se ha convertido en el mayor destructor del amor y de la paz en nuestros días. He conocido muchas mujeres que se han hecho practicar un aborto hace muchos años. Cada vez que ven un niño de la misma edad que el suyo hubiera tenido, recuerdan lo que hubiera sido el suyo.

Pero Ud., Dr. Morgentaler, aconseja a la gente que no comparta mi punto de vista con respecto al aborto. Yo sé que no está de acuerdo con su opinión y siento tristeza por Ud., porque un día, cuando Ud. vaya a su hogar final ante Dios, me pregunto: ¿Qué respuesta le dará Ud. a Él?. Cuando Él le pregunte: ¿"Donde están todos los preciosos niños que Yo había creado para que hicieran grandes cosas, para amar y ser amados, dónde están"? Ud. teme tener que alimentar un niño más, educar un niño más. Sus padres no tuvieron temor, ellos no lo abortaron a Ud.; al contrario, lo amaron, le dieron la alegría de vivir.

Tengo miles y miles de niños de todas partes del mundo y sin embargo ninguno de ellos, ni uno sólo se ha sentido indeseado o falto de mi ha carecido de cuidado.

He experimentado un hermoso milagro del tierno amor de Dios por el niño. Un hombre vino a mí y me dijo: "Mi único hijo se está muriendo y el médico ha recetado esta medicina que no se puede conseguir en la India." Justo mientras estábamos hablando, se nos acercó un hombre con un canasto lleno de medicinas usadas a medias, y precisamente encima de todas ellas encontré la medicina que necesitábamos. La miré una y otra vez, pensando asombrada en los millones y millones de niños en el mundo, y en la preocupación tierna que tiene Dios por los pequeños de las barriadas más pobres de Calcuta. No salía de mi asombro ante la compasión y el dulce amor de Dios por aquel pequeño.

Ojalá que pueda Ud. un día experimentar la alegría de amar a Dios y de compartirlo con todos aquellos con quienes se encuentre, especialmente con su familia y con la gente con quien trabaja.

Estoy rezando por Ud., que Dios lo bendiga.

Madre Teresa de Calcuta
Misioneras de la Caridad 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

¿Te ha sido de utilidad el blog?

¿Trabajar o criar a los hijos?

♥

♥Consagración a la Virgen María

♥Consagración a la Virgen María

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

¿Conoces alguna embarazada que necesita ayuda?

¿Conoces alguna embarazada que necesita ayuda?
4219037/154168469

Clic


Translate

Photobucket

Experimentación fetal, transplantes, cosmética y su relación con el aborto provocado.

Mis archivos para compartir

Iniciado el 28/01/16










Photobucket


Photobucket

♥Oremos con corazón sincero


Photobucket



Photobucket

Wikipedia

Resultados de la búsqueda

MIS BANNER



Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket


Si a la vida Headline Animator

Si a la vida

Marcha nacional

Marcha nacional
#Por tu familia

Revista familia y vida

5 Actitudes que aprendemos dentro de la #Familia según el #PapaFrancisco

5 Actitudes que aprendemos dentro de la #Familia según el #PapaFrancisco

Macri representa la codicia neoliberal

Macri representa la codicia neoliberal
Ni salud ni educación ni erradicación de pobreza, solo aporte para la ignorancia y la medicrodidad burguesa