PREFACIO
La siguiente Novena ha sido compuesta en su totalidad con las palabras de la Madre Teresa. Permitir que su mensaje y su ejemplo penetren en nuestros corazones es esencial para conmemorar su vida y santidad. Meditar sobre las sencillas pero profundas enseñanzas de la Madre Teresa nos puede ayudar a crecer en nuestro amor y sed por Jesús, y enseñarnos cómo amarlo y servirlo como ella lo hizo: “Todo por Jesús a través de María” haciendo “cosas pequeñas con gran amor”.
No sólo contamos con el rico legado de sus palabras y ejemplo para inspirarnos, sino también tenemos el consuelo de su continuo interés pos cada uno de nosotros y la ayuda de su constante intercesión. Aquí está contenida la belleza y la maravilla de la comunión de los santos: al mismo tiempo que buscamos inspiración en la vida ejemplar de la Madre Teresa, recibimos las bendiciones de su oración para nuestras necesidades e intenciones.
Que la vida de santidad de la Madre Teresa sea una luz para cada uno de nosotros, dando fruto en nuestros propios deseos de santidad y en nuestro alegre servicio a Jesús presente en todos nuestros hermanos, especialmente en los más necesitados.
P. Brian Kolodiejchuk, M.C.
Postulador
INTRODUCCIÓN
La llamada de la Madre Teresa
Gonxha Bojaxhiu, la futura Madre Teresa de Calcuta, nación en Skopje (Albania) el 26 de Agosto de 1910. A la edad de 18 años, viajó a Irlanda para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María (más conocido como las Hermanas de Loreto). Después de algunas semanas en Irlanda, Conxha - ya conocida como Hermana Teresa - fue enviada a la India donde hizo la profesión de los primeros votos en 1931 y la profesión perpetua en 1937. Pasó 18 años en la Escuela de Loreto de Calcuta, primero como profesora y posteriormente como directora.
El 10 de septiembre de 1946 durante un viaje en tren de Calcuta a Darjeeling, la Madre Teresa recibió una “inspiración”, que ella más tarde explicó como una “llamada dentro de una llamada”. La sed de Jesús por amor y por las almas se manifestó tan claramente que desde aquel momento un deseo ardiente de saciar su sed tomó completa posesión de su corazón. Mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de que existiesen “víctimas de amor” que “irradiasen Su amor sobre las almas”. Él reveló su dolor por la manera en que los pobres eran descuidados, su pena por ser ignorado por ellos y su anhelo - su sed - por el amor de ellos. Le imploró: “Mi pequeña, ven; ven, llévame a los agujeros de los pobres. Ven, sé Mi Luz. No puedo ir solo. Ellos no Me conocen y, por lo tanto, no Me quieren. Tú, ven, ve entre ellos. Llévame contigo en ellos. Cuánto deseo entrar en sus agujeros, en sus oscuros e infelices hogares”.
Jesús pidió a la Madre Teresa que iniciase una Congregación religiosa que se llamaría “Misioneras de la Caridad”, dedicada al servicio de los más pobres de entre los pobres. La Sociedad de las Hermanas de la Caridad fue establecida oficialmente en la Arquidiócesis de Calcuta el 7 de Octubre de 1950.
Toda la vida y la obra de la Madre Teresa reflejaron la alegría de amar a Dios y al prójimo, especialmente a los más necesitados, los más pobres de entre los pobres. Su respuesta a la petición de Jesús “Ven, sé mi Luz”, hizo de ella un símbolo de compasión en el mundo y un testigo viviente del amor de Dios. Su vida demostró al mundo la grandeza y la dignidad de cada persona, el valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y gran amor, y el valor inestimable de una íntima unión con Dios.
El 5 de Septiembre de 1997, la vida terrena de la Madre Teresa llegó a su fin. Dos días más tarde, el Papa Juan Pablo II la describió de esta manera: “Tengo un vivo recuerdo de su figura diminuta, doblada por una vida gastada en el servicio de los más pobres entre los pobres, pero siempre llena de una inextinguible energía interior: la energía del amor de Cristo. Misionera de la Caridad, esto es lo que la Madre Teresa era, de nombre y de hecho”.
En verdad, su misión de caridad y su gran fama de santidad atrajo grandes multitudes a su funeral, haciendo inmediatamente de su tumba un lugar de peregrinación y de oración para gentes de toda condición, credo y clase social.
Sólo seis años después de su muerte, el 19 de Octubre de 2003, el Papa Juan Pablo II beatificó a la Madre Teresa en la Plaza de San Pedro. En su discurso a los peregrinos, el Santo Padre se refirió a ella como “una de las más grandes misioneras el siglo XX”. El Papa destacó que había sido su relación con Dios, alimentada por la oración, la que había inspirado todas sus obras, y la que hizo que su misión fuera tan fecunda en el mundo. En el centro de ésta íntima relación con Dios estaban escritas las palabras de Jesús en la cruz: “¡TENGO SED…! (Juan 19, 28). “Saciar la sed de amor y de almas de Jesús en unión con María, la Madre de Jesús”, dijo el Papa, “se convirtió en el único objetivo de la existencia de la Madre Teresa, y en la fuerza interior que la impulsaba y la hacía superarse a sí misma e ‘ir deprisa’ a través del mundo para trabajar por la salvación y la santificación de los más pobres de entre los pobres”. Su elección de servir humildemente a los más pobres de entre los pobres hizo revivir el Evangelio del Amor. Con sus palabras y acciones, la Madre Teresa tocó el corazón tanto de creyentes como de no creyentes, cruzando barreras de clase, religión, cultura y nacionalidad. Su vida se convirtió en un signo de que “Dios todavía ama al mundo hoy”. Su secreto era sencillo: ella permitió que Jesús tomase completa posesión de su vida, para que así Él pudiese actuar en ella y a través de ella.
JESUS LO ES TODO PARA MI
El director espiritual de la Madre Teresa, el sacerdote jesuita Padre Celeste Van Exem, dijo de ella: "El sentido de toda su vida fue una persona: Jesús". Verdaderamente, para la Madre Teresa Jesús lo era todo. Cuando un periodista le preguntó: "Madre, ¿qué lugar le da a Jesús en su vioda?, ella inmediatamente le contestó: "A Él le doy todo el lugar". Esta total pertenencia a Jesús es evidente en la siguiente meditación, compuesta por la Madre Teresa mientras estaba hospitalizada en Roma en 1983.
¿Quién dicen que soy Yo? (Mateo 16, 15)
Tú eres Dios.
Tú eres Dios de Dios
Tú eres engendrado, no creado.
Tú eres de la Misma Naturaleza del Padre.
Tú eres el Hijo de Dios Vivo.
Tú eres la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Tú eres Uno con el Padre.
Tú estás en el Padre desde el principio:
Todas las cosas fueron creadas por Tí y por el Padre.
Tú eres el Hijo amado en Quien el Padre se complace.
Tú eres el Hijo de María, concebido por el Espíritu Santo en el vientre de María.
Tú naciste en Belén.
Tú fuiste envuelto en pañales por María y puesto en el pesebre lleno de paja.
Te mantuvo caliente el aliento del asno que montó tu Tu Madre ccuando te llevaba en su vientre.
Tú eres el Hijo de José, el Carpintero, como era conocido por la gente de Nazaret.
Tú eres un hombre sencillo sin muchos conocimientos, como era juzgado por los sabios de Israel.
¿Quién es Jesús para mí?
Jesús es el Verbo hecho Carne.
Jesús es el Pan de Vida.
Jesús es la Víctima ofrecida por nuestros pecados en la Cruz.
Jesús es el Sacrificio ofrecido en la Santa Misa por los pecados del mundo y por los míos.
Jesús es la Palabra - para ser hablada.
Jesús es la Verdad - para ser dicha.
Jesús es el Camino - para ser recorrido.
Jesús es la Luz - para ser encendida.
Jesús es la Vida - para ser vivida.
Jesús es el Amor - para ser amado.
Jesús es la Alegría - para ser compartida.
Jesús es el Sacrificio - para ser ofrecido.
Jesús es la Paz - para ser dada.
Jesús es el Pan de Vida - para ser comido.
Jesús es el Hambriento - para ser alimentado.
Jesús es el Sediento - para ser saciado.
Jesús es el Desnudo - para ser vestido.
Jesús es el que no tiene hogar - para ser acogido.
Jesús es el Enfermo - para ser curado.
Jesús es el que está solo - para ser amado.
Jesús es el Rechazado - para ser aceptado.
Jesús es el Leproso - para lavar sus heridas.
Jesús es el Mendigo - para darle una sonrisa.
Jesús es el Borracho - para escucharlo.
Jesús es el Retrasado Mental - para protegerlo.
Jesús es el Pequeño - para abrazarlo.
Jesús es el Ciego - para guiarlo.
Jesús es el Mudo - para hablar por é.
Jesús es el Inválido - para caminar con él.
Jesús es el Drogadicto - para ser su amigo.
Jesús es la Prostituta - para apartarla del peligro y ser su amigo.
Jesús es el Prisionero - para ser visitado.
Jesús es el Anciano - para ser servido.
Para mí,
Jesús es mi Dios.
Jesús es mi Esposo.
Jesús es mi Vida.
Jesús es mi Único Amor.
Jesús es mi Todo en Todo.
Jesús lo es Todo para mí.
A Jesús, yo le amo con todo mi corazón, con todo mi ser. Le he dado todo, incluso mis pecados, y Él se ha desposado conmigo en ternura y amor. Ahora y para siempre soy la esposa de mi Esposo Crucificado. Amén.
Indicaciones Generales
El primer día de la Novena está dedicado a conocer a Jesús, el manantial de la vida y misión de la Madre Teresa.
En el segundo día estamos invitados a creer en el amor incondicional que Jesús tiene por cada uno de nosotros. Fue esta fe en su amor la que hizo que la Beata Teresa dejara su familia y su patria y partiera hacia las misiones.
En el tercer día Jesús nos invita a través de la Beata Teresa a ir en espíritu al Calvario y a escucharle decirnos desde la cruz: "Tengo sed". Éste era el fuego interior que consumía el corazón de la Beata Teresa.
El cuarto día está dedicado a Nuestra Señora, quien nos ayudará a entender mejor el amor sediento de Jesús y responderle como Ella hizo: con amorosa confianza, entrega total y alegría. Por lo tanto, los días quinto, sexto y séptimo estarán dedicados a estas disposiciones del corazón: confianza, entrega total y alegría respectivamente.
En el octavo día se nos invita a profundizar en los misterios de la presencia de Jesús en la Eucaristía y en los pobres. Nosotros también estamos llamados a recibir a Jesús en el Pan de Vida, a ser transformados en Él y servirle en los más pobres de entre los pobres. Como tantas veces explicó la Madre Teresa: "Nosotros le servimos a Él haciéndoles (a los pobres) lo que nos gustaría hacerle a Él. Aquí se encuentra la santidad escondida para nosotros - en conocer a Jesús, amar a Jesús, servir a Jesús".
El noveno día está dedicado a la llamada a la santidad conociendo y sirviendo a Jesús en los más pobres de entre los pobres.
PRIMER DÍA -conocer a Jesús vivo
"¿Conoces realmente a Jesús vivo - no por los libros, sino por estar con Él en tu corazón?"
"¿Estoy convencido del amor de Cristo por mí y del mío por Él? Esta convicción es la roca sobre la que se construye la santidad. ¿Qué debemos hacer para tener esta convicción? Tenemos que conocer a Jesús, amar a Jesús, servir a Jesús. El conocimiento te hará fuerte como la muerte. Conocemos a Jesús a través de la fe: meditando Su Palabra en las Escrituras, escuchándole hablar por medio de Su Iglesia, y mediante la íntima unión de la oración".
"Búscalo en el sagrario. Fija tus ojos en Él, que es la Luz. Acerca tu corazón a Su Divino Corazón y pídele te conceda la gracia de conocerle".
Pensamiento del día:
"No busques a Jesús en tierra lejanas; no está allí. Está cerca de tí; está dentro de tí".
Pide la gracia de conocer a Jesús íntimamente.
Recita la oración a la Beata Teresa que está en la cubierta interior de este cuadernillo.
SEGUNDO DÍA - Jesús te ama
"¿Estoy convencido del amor de Cristo por mí y del mío por Él?
Esta convicción es como la luz del sol que hace subir la savia de la vida y florecer los brotes de la santidad. Esta convicción es la roca sobre la que se construye la santidad".
"El demonio puede tratar de usar las heridas de la vida y, a veces, nuestros propios errores, para hacerte sentir que es imposible que realmente Jesús te ame, que realmente está aferrado a tí. Esto es un peligro para todos nosotros. Y es tan triste, porque es completamente contrario a los que Jesús realmente quiere, a lo que está esperando decirte... Él te ama siempre, incluso cuando crees no merecerlo".
"Jesús te ama tiernamente, eres precioso para Él. Dirígete a Jesús con gran confianza y permítete a tí mismo ser amado por Él. El pasado pertenece a su Misericordia, el futuro a su Providencia y el presente a su Amor.".
Pensamiento del día
"No tengas miedo - eres precioso para Jesús. Él te ama"
Pide la gracia de estar convencido del amor incondicional y personal de Jesús por tí.
Recita la oración a la Beata Teresa
TERCER DÍA - Escúchale decirte: ¡TENGO SED...!
"En su agonía, en su dolor, en su soledad dijo muy claramente, '¿Por qué me has abandonado?' Estaba tan terriblemente solo y abandonado y sufría tanto en la cruz... En este momento tan difícil proclamó: '¡TENGO SED...!' y la gente pensó que tenía una sed ordinaria y le dieron inmediatamente vinagre; pero no era de eso de lo que tenía sed - era de nuestro amor, de nuestro afecto, de nuestro íntimo apego a Él, y de compartir su Pasión. Y es extraño que haya usado esa palabra. Dijo: '"TENGO SED...!' en vez de: 'Dame tu amor'... La sed de Jesús en la cruz no es imaginación. Fue una palabra, '¡TENGO SED...!' Escuchémosle decírnosla a tí y a mí... Es realmente un don de Dios".
"Si escuchas en tu corazón, oirás, entenderás... Hasta que no conozcas en lo más profundo que Jesús tiene sed de tí, no podrás comenzar a saber quién quiere Él ser para tí. O quién quiere que tú seas para Él"
Sigue sus pasos en busca de almas. Llévale a Él y a su luz a los hogares de los pobres, especialmente a las almas más necesitadas. Esparce la caridad de su Corazón dondequiera que vayas y así sacia su sed por las almas".
Pensamiento del día:
¡Imagínate! Dios está sediento de que tú y yo demos un paso adelante para saciar su SED.
PIde la gracia de entender el grito de sed de Jesús.
Recita la oración a la Beata Teresa.
CUARTO DÍA - Nuestra Señora te ayudará
"¡Cuánto necesitamos que María nos enseñe lo que significa saciar el Amor sdeiento de Dios por nosotros que Jesús vino a revelarnos! Ella lo hizo de un modo muy hermoso. Sí, María permitió a Dios que tomara posesión de su vida por su pureza, su humildd y su amor fiel... Busquemos crecer, bajo la guía de nuestra Madre Celestial, en estas tres importantes actitudes interiores del alma que complacen al Corazón de Dios y le permiten unirse a nosotros, en Jesús y a través de Él, en el poder del Espíritu Santo. Al así hacerlo, como María nuestra Madre, permitiremos que Dios tome posesión completa de todo nuestro ser - y a través de nosotros Dios podrá extender su Amor Sediento a todos aquellos con quienes entramos en contacto, especialmente los pobres".
"Si nosotros permanecemos junto a Nuestra Señora, ella nos dará su esp´ñiritu de amorosa confianza, entrega total y alegría".
Pensamiento del día
"Qué cerca nos tenemos que mantener de Nuestra Señora, que entendió la profundidad del Amor Divino que estaba siendo revelado mientras permanecía al pie de la Cruz y oyó a Jesús exclamar: ¡TENGO SED...!"
Pide la gracia de aprender de Nuestra Señora a saciar la sed de Jesús como Ellla lo hizo.
Recita la oración a la Beata Teresa
QUINTO DIA - Confía ciegamente en Jesús
"Confía en el buen Dios que nos ama, que nos cuida, que todo lo ve, que todo lo sabe, que todo lo puede por mi bien y por el bien de las almas."
"Ámalo confiadamente sin mirar atrás, sin miedo. Entrégate completamente a Jesús. Él se servirá de tí para lograr grandes cosas, con la condición de que tú creas mucho más en su Amor que en tu debilidad. Cree en Él, confía en Él con una confianza ciega y absoluta, porque Él es Jesús".
"Tenemos que ser capaces de alzar la vista con toda sinceridad y decir: 'Todo lo puedo en Aquel que me conforta'. Por esta afirmación de san Pablo, debes tener una firme confianza haciendo tu trabajo - o mejor dicho, el trabajo de Dios - bien, con eficacia, incluso perfectamente, con Jesús y por Jesús. Convéncete también que tú por tí mismo no puedes hacer nada ni tener nada que no sea pecado, debilidad y miseria; que todos los dones de la naturaleza y de la gracia que posees, los has recibido de Dios".
"También María mostró esta confianza plena en Dios aceptando que se sirviese de Ella para su plan de salvación a pesar de su nada, pues Ella sabía que Él que es poderoso podía hacer grandes cosas en Ella y a través de Ella. Ella confió. Una vez que dijo ¡sí! - punto final. Ella nunca dudó".
Pensamiento del día:
"La confianza en Dios lo puede todo. Lo que Dios necesita es nuestro vacío y nuestra pequeñez, no nuestra plenitud".
Pide la gracia de tener una confianza firme en el poder y el amor de Dios por tí y por los demás.
Recita la oración a la Beata Teresa.
SEXTO DIA - El verdadero amor es entrega
"TENGO SED...! no tiene sentido a no ser que através de una entrega total yo le dé todo a Jesús".
"¡Qué fácil es conquistar a Dios! Nos entregamos a Dios, entonces Dios es nuestro; y no ay nada que sea más nuestro que Dios. Si nos entregamos a Él, lo poseeremos como Él se posee a Sí mismo; es decir, viviremos su vida misma. El dinero con que Dios nos paga por nuestra entrega es Él mismo. Nos hacemos dignos de poseerle cuando nos abandonamos a Él de forma sobrenatural. El verdadero amor es entregarse. Cuanto más amamos, tanto más nos entregamos".
"A menudo vs cables alineados, pequeños y grandes, nuevos y viejos, baratos y caros. A menos y hasta que la corriente pase por ellos, no habrá luz. El cable somos tú y yo. Dios es la corriente. Tenemos el poder de dejar que la corriente pase a través de nosotros, que nos use y que produzca la Luz del Mundo - Jesús; o de negarnos a ser utilizados y permitir que la oscuridad se extienda. Nuestra Señora fue el cable maravilloso. Ella le permitió a Dios que la colmase hsta el borde, de tal forma que por su entrega - ¡Hágase e3n mí según tu palabra!' - Ella se llenó de gracia y naturalmente, en el momento en que Ella se llenó de esta corriente, la gracia de Dios, fue de prisa a la casa de Isabel para onectar el cable, Juan, a la corriente, Jesús".
Pensamiento del día:
"Permite a Dios que se sirva de tí... sin consultarte".
Pide la gracia de entregar toda tu vida a Dios-
Recita la oración a la Beata Teresa.
SEPTIMO DIA - Dios ama al que da con alegría
"Para traer alegría a nuestra propia alma, el buen Dios se ha entregado Él mismo a nosotros... La alegría no es simplemente cuestión de temperamento. En el servicio a Dios y a las almas, siempre difícil - con mayor razón debemos tratar de adquirirla y de hacerla crecer en nuestros corazones. La alegría es oración. La alegría es fuerza. La alegría es amor. La alegría es una red de amor con la cual puedes atrapar muchas almas. Dios ama a quien da con alegría. Da más quien da con alegría. Si en el trabajo tienes dificultades y las aceptas con alegría, con una gran sonrisa, en esto, como en cualquier otra cosa, los demás verán tus buenas obras y glorificarán al Padre. El mejor modo de mostrar tu agradecimiento a Dios y a la gente es aceptar todo con alegría. Un corazón alegre es el resultado normal de un corazón que arde de amor".
"Sin alegría no hay amor, y el amor sin alegría no es verdadero amor. Por eso, necesiamos traer ese amor y esa alegría al mundo de hoy".
"La alegría era también la fuerza de Nuestra Señora. Nuestra Señora fue la primera Misionera de la Caridad. Ella fue la primera en recibir físicamente a Jesús y en llevarle a los demás; y Ella fue de prisa. Sólo la alegría podía darle esa fuerza y esa rapidez para ir a hacer el trabajo de una sierva".
Pensamiento del día:
"La alegría es la señal de la unión con Dios, de la presencia de Dios. La alegría es amor, el resultado normal de un corazón que arde de amor".
Pide la gracia de encontrar la alegría de amar y de compartir esa alegría con todos los que encuentres.
Recita la oración a la Beata Teresa.
OCTAVO DÍA - Jesús se hizo a Sí mismo el Pan de Vida y el Hambriento.
"El demostró su Amor por nostros dándonos su propia vida, su propio ser. 'El, siendo rico se hizo pobre' por tí y por mí. Se entregó a Sí mismo completamente. Murió en la Cruz. Pero antes de morir, se hizo a Sí mismo Pan de Vida para saciar nuestra hambre de amor por Él. Dijo: 'Si no coméis mi Carne y bebéis mi Sangre no tendréis vida eterna'. Y la grandeza de este amor suyo lo convirtió en el Hambriento y dijo: 'Tuve hambre y me disteis de comer, y a menos de que me deis de comer, no podréis entrar en la vida eterna'. Éste es el modo de dar a Cristo. Y hoy, Dios continúa amando al mundo, que todavía tiene esa compasión por el mundo. Somos nosotros quienes tenemos que ser su Amor, su Compasión en el mundo de hoy. Pero, para poder amar, debemos tener fe, pues la fe en acción es amor; y el amor en acción es servicio. Por eso Jesús se hizo a Sí mismo Pan de Vida, para que pudiésemos ser capaces de comer y vivir y poder verle bajo el desfigurado disfraz de los pobres".
"Nuestra vida debe ser entretejida con la Eucaristía. De Jesús en la Eucaristía aprendemos la gran sed de nuestro amor y del amor de las almas. De Jesús en la Eucaristía recibimosla luz y la fuerza para saciar su Sed".
Pensamiento del día:
"Cree que Él, Jesús, está bajo la apariencia del Pan y que Él, Jesús, se encuentra en el hambriento, el desnudo, el enfermo, el que está solo, el no querido, el que no tiene hogar, el indefenso y el desesperado".
Pide la gracia de una fe profunda que te haga ver a Jesús en el Pan de Vida y servirle en el desfigurado disfraz de los pobres.
Recita la oración a la Beata Teresa.
NOVENO DÍA. La santidad es Jesús viviendo y actuando en mí.
"Nuestras obras de caridad no son otra cosa que el rebosar de nuestro amor por Dios que surge de nuestro interior. Por lo tanto, aquel que está más unido a Él ama más a su prójimo".
"Nuestra actividad es verdaderamente apostólica sólo en la medida en que permitimos que Él actúe en y por medio de nosotros - con Su poder, con Su deseo, con Su amor. Debemos ser santos, no porque queremos sentirnos santos, sino porque Cristo debe ser capaz de vivir Su vida plenamente en nosotros".
"Consumámonos con Él y por Él. Déjale ver con tus ojos, hablar con tu lengua, trabajar con tus manos, caminar con tus pies, pensar con tu cabeza y amar con tu corazón. ¿No es esto la unión perfecta, una continua oración amorosa? Dios es nuestro Padre amoroso. Permite que tu luz de amor brille tanto ante los hombres, que al ver tus buenas obras (lavar, barrar, cocinar, amar a tu marido y a tus hijos) pueden glorificar al Padre".
"Sé santo. La santidad es el camino más fácil para saciar la sed de Jesús, la Suya por tí y la tuya por Él".
Pensamiento del día
"La caridad hacia los demás es el camino más seguro para una gran santidad".
Pide la gracia de ser santo.
Recita la oración a la Beata Teresa
CONCLUSIÓN
Cada vez que le pedían a la Madre Teresa que hablara, ella siempre repetía con firme convicción: "La santidad no es un lujo de unos pocos, sino un sencillo deber para tí y para mí". Esta santidad es una íntima unión con Cristo: "Cree que Jesús, y sólo Jesús, es vida - y la santidad no es otra cosa que Jesús mismo viviendo íntimamente en tí".
Viviendo en esta íntima unión con Jesús en la Eucaristía y en los pobres "24 horas al día", como ella solía decir, la Madre Teresa se convirtió en una auténtica contemplativa en el corazón del mundo. "Por lo tanto, haciéndolo con Él, estamos orando el trabajo: pues, haciéndolo por Él y haciéndoselo a Él, nosotros lo estamos amando. Y al amarlo entramos más y más en esa unión con Él, permitiéndole vivir Su vida en nosotros. Y esta vida de Cristo en nosotros es la santidad".
"IRRADIANDO A CRISTO", compuesta por el Cardenal John Henry Newman, era una de las oraciones preferidas de la Madre Teresa. Puesto que expresa muy claramente su deseo de estar íntimamente unida a Jesús y "dar solamente a Jesús" a los demás, ella la escogió como la primera oración para ser recitada diariamente después de la Santa Comunión por los Misioneros y las Misioneras de la Caridad.
Querido Jesús,
ayúdame a esparcir Tu fragancia
por dondequiera que vaya.
Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente
que mi vida sólo sea un resplandor de la Tuya.
Brilla a través de mí y permanece tanto en mí
que cada alma con la que tenga contacto
pueda sentir Tu presencia en mi alma.
¡Permite que ellos al mirarme
no me vean a mí, sino solamente a Tí, Jesús!
Quédate conmigo y entonces podré comenzar
a brillar como Tú brillas,
a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás.
La luz, Oh, Jesús, vendrá toda de Tí;
nada de ella será mía.
Serás Tú quien brille sobre los demás a través de mí.
Permíteme así alabarte
de la manera que Tú más amas,
brillando sobre aquéllos que me rodean.
Permíteme predicarte sin predicar,
no con palabras, sino con mi ejemplo,
con la fuerza que atrapa,
con la influencia compasiva de lo que hago,
con la evidente plenitud del amor
que mi corazón siente por Tí. Amén.
Sé solamente todo para Jesús,
a través de María.
Sé santo.
Que Dios te bendiga,
M. Teresa, M.C.
Fuente: Aquí
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