Autora: Sheila Morataya-Fleishman
Fuente: encuentra.com (con autorización de la autora)
LA FAMILIA: EL AMBIENTE PERFECTO PARA LA RETRASMISIÓN DE LOS VALORES.
Sobre todas las cosas, el ser humano está hecho para amar y ser amado. El amor es el alimento que sostiene a cada persona. Cuando los niños se sienten incondicionalmente amados y aceptados por sus padres, lloran menos, se enferman poco, son más obedientes y rinden más académicamente. Por eso, cada familia formada, entre los ambientes que repercuten en la vida de los niños, es el más perfecto para la retrasmisión de los valores.
11. Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza[20]: llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al mismo tiempo al amor. Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente en el ser, Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano. ( F.C.)
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sábado, 28 de noviembre de 2015
lunes, 14 de septiembre de 2015
La familia, escuela de valores
La familia, núcleo de la sociedad, es escuela de valores donde se educan, por contagio, todos los que la integran. Es en la familia donde se crean vínculos afectivos, donde se quiere a cada uno por lo que es, con cualidades y defectos. Nuestra familia es el espacio de la intimidad. Somos conocidos totalmente, no necesitamos de ningún ´´curriculum´´ para que nos aprecien. Esto influye para que sea el ámbito propicio, donde, gracias a la convivencia, se aprendan unos valores que perduran siempre. Todos los padres queremos que nuestros hijos sean felices. Los hijos lo serán en la medida que vean que sus padres lo son. La mejor referencia es la vida de los padres. Reflexionaremos sobre algunos puntos que son primordiales para la vida cotidiana.
El primer gran valor que deberán aprender será saber amar porque, cuando hemos aprendido a amar, lo hemos aprendido todo. Amar conlleva muchos valores: olvido personal, generosidad, fortaleza, flexibilidad, comprensión, etc. Teresa de Calcuta nos recuerda que ´´amar es no parar´´. Podemos hacerle caso y repartir afecto a todos los de la familia. El afecto da seguridad y la seguridad da autoestima y, con autoestima, es mas fácil interiorizar los valores que los progenitores quieren transmitir.
También saber perdonar de todo corazón, no acumulando reproches. Pasar por alto cambios de humor. No recordar continuamente los agravios recibidos. Enseñar a perdonar es colaborar a la paz. El rencor y la venganza sólo ayudan a destruir. El perdón es un punto esencial para ayudar a vivir la solidaridad y el respeto por los demás. El matrimonio que sabe olvidar, que deja el amor propio en el bolsillo y no se enoja, enseña a perdonar a sus hijos. Un ambiente de serenidad, de no criticar a nadie, de saber disculpar, es de gran ayuda para la integración social de los hijos.
Los padres somos el espejo de convicciones donde se reflejan nuestros hijos. Por esto hemos de ser coherentes con lo que decimos y hacemos. Jesús Urteaga en su libro Dios y la familia, nos dice: ´´Espero mucho más de padres mudos y santos, que no de predicadores y sermoneadores que no hacen lo que dicen´´. Repetir demasiado los consejos puede resultar aburrido y poco motivador para los hijos. El testimonio es la clave para la transmisión de valores. Estos valores se transforman en virtudes por el esfuerzo personal y la gracia que se recibe de Dios.
De bien pequeños, y también después del uso de razón, aprenden los niños del modelo que presentan sus padres y aprenden a distinguir, cuando hay orden, lo que es correcto. Por parte de los padres es primordial la creación de hábitos. Los hábitos buenos conducirán a las virtudes, así como los malos conducirían a los vicios. ´´El orden exterior ayuda a construir el orden interior´´, escribe Juan Valls Julià en su libro El desarrollo total del niño. Es también cierto que, para una familia cristiana, el orden ideal será hacer vivir las virtudes humanas teniendo siempre presente a Dios.
Finalmente, valorar el trabajo. El trabajo bien hecho conlleva una serie de virtudes: humildad, espíritu de servicio hacia los demás, prudencia, constancia, lealtad, laboriosidad, etc.
Los padres somos los protagonistas de estas breves reflexiones. Cada familia tiene su estilo y se planteará qué valores quiere transmitir. Estos se irán contagiando por osmosis si nos esforzamos en vivir con alegría y constancia las cosas pequeñas sin quejarnos. No se trata de hacer cosas grandes, sino de actuar empezando por nosotros mismos. Por último, dar gracias por todo y a todos para enseñar a los hijos el agradecimiento. Todo con paciencia se puede llevar a buen término. Recordemos al poeta Rabindranath Tagore: ´´No es el martillo el que deja perfectas las piedras, sino el agua con su danza y canción´´.
El primer gran valor que deberán aprender será saber amar porque, cuando hemos aprendido a amar, lo hemos aprendido todo. Amar conlleva muchos valores: olvido personal, generosidad, fortaleza, flexibilidad, comprensión, etc. Teresa de Calcuta nos recuerda que ´´amar es no parar´´. Podemos hacerle caso y repartir afecto a todos los de la familia. El afecto da seguridad y la seguridad da autoestima y, con autoestima, es mas fácil interiorizar los valores que los progenitores quieren transmitir.
También saber perdonar de todo corazón, no acumulando reproches. Pasar por alto cambios de humor. No recordar continuamente los agravios recibidos. Enseñar a perdonar es colaborar a la paz. El rencor y la venganza sólo ayudan a destruir. El perdón es un punto esencial para ayudar a vivir la solidaridad y el respeto por los demás. El matrimonio que sabe olvidar, que deja el amor propio en el bolsillo y no se enoja, enseña a perdonar a sus hijos. Un ambiente de serenidad, de no criticar a nadie, de saber disculpar, es de gran ayuda para la integración social de los hijos.
Los padres somos el espejo de convicciones donde se reflejan nuestros hijos. Por esto hemos de ser coherentes con lo que decimos y hacemos. Jesús Urteaga en su libro Dios y la familia, nos dice: ´´Espero mucho más de padres mudos y santos, que no de predicadores y sermoneadores que no hacen lo que dicen´´. Repetir demasiado los consejos puede resultar aburrido y poco motivador para los hijos. El testimonio es la clave para la transmisión de valores. Estos valores se transforman en virtudes por el esfuerzo personal y la gracia que se recibe de Dios.
De bien pequeños, y también después del uso de razón, aprenden los niños del modelo que presentan sus padres y aprenden a distinguir, cuando hay orden, lo que es correcto. Por parte de los padres es primordial la creación de hábitos. Los hábitos buenos conducirán a las virtudes, así como los malos conducirían a los vicios. ´´El orden exterior ayuda a construir el orden interior´´, escribe Juan Valls Julià en su libro El desarrollo total del niño. Es también cierto que, para una familia cristiana, el orden ideal será hacer vivir las virtudes humanas teniendo siempre presente a Dios.
Finalmente, valorar el trabajo. El trabajo bien hecho conlleva una serie de virtudes: humildad, espíritu de servicio hacia los demás, prudencia, constancia, lealtad, laboriosidad, etc.
Los padres somos los protagonistas de estas breves reflexiones. Cada familia tiene su estilo y se planteará qué valores quiere transmitir. Estos se irán contagiando por osmosis si nos esforzamos en vivir con alegría y constancia las cosas pequeñas sin quejarnos. No se trata de hacer cosas grandes, sino de actuar empezando por nosotros mismos. Por último, dar gracias por todo y a todos para enseñar a los hijos el agradecimiento. Todo con paciencia se puede llevar a buen término. Recordemos al poeta Rabindranath Tagore: ´´No es el martillo el que deja perfectas las piedras, sino el agua con su danza y canción´´.
viernes, 14 de septiembre de 2012
►Cómo viven unos padres el ingreso de cinco de sus hijas en un convento de clausura
Jano e Inma son un matrimonio del Camino Neocatecumenal. Son padres de 7 hijos, 6 chicas y 1 chico. En la reciente fiesta del Corpus Christi, contaron su historia, hicieron una oración-testimonio ante los miles de fieles madrileños congregados en la Plaza de Oriente. Su relato no dejó indiferente a nadie, ni siquiera a ellos mismos. "Aquel día nos sentimos una familia tocada por Dios. Sentimos la bendición y la oración de la Iglesia de Madrid". Aquella tarde la vivieron como "un último regalo", antes de acompañar a la quinta de sus hijas al convento de clausura de Lerma. Publicamos de manera íntegra el relato que hicieron Inma, Jano, y su hija Elena, días antes de ingresar en el convento de las clarisas.
Inma: Señor, hoy estamos delante de Ti para darte las gracias por todo lo que has hecho con nuestras familia. Tú lo sabes bien, no siempre ha sido fácil.
Cuántas veces te he preguntado: ¿qué quieres?; ¿para qué nos envías tantos hijos?, ¿por qué el paro de jano?; ¿para qué el cáncer del niño?; ¡Que difíciles fueron los embarazos de los 7 hijos!; ¡Cinco nacieron por cesárea!
Cada hijo venía con un sufrimiento añadido porque nos atacaban, en la familia, en el trabajo, en algunos ambientes que se llaman cristianos…,¡hasta los médicos que me atendían!
Jano: Señor, cada nuevo embarazo, había médicos que me trataban como si fuera un asesino y me preguntaban cuando llegábamos al centro sanitario: ¿otra vez por aquí?; ¿pero usted qué es lo que quiere?; ¿matar a su mujer?
Y nos echaron de la Seguridad Social porque nos negamos a firmar un papel autorizándoles a ligar las trompas a Inma.
Nos llamaban integristas y no sé cuántas cosas más.
Al final, acudimos a un ginecólogo con sentido cristiano y decidimos seguir tus planes, aunque (perdónanos Señor, a veces tampoco nosotros, ni Inma ni yo, los entendíamos. ¡Seis chicas y por último un chico! No me lo esperaba, Señor, y me asombraban tus planes.
Inma: Poco a poco fue pasando el tiempo y nuestros hijos fueron creciendo…los problemas de pañales se convirtieron en rebeldías, en querer encontrar respuestas, a veces equivocadas, al deseo que tenían en el corazón.
Una de nuestras hijas, Esther, cuando estudiaba enfermería, pasó por unos momentos difíciles. Entonces le aconsejamos que fuera unos días de descanso a la hospedería de un convento de clausura. Antes de irse, nos dijo que iba con la intención de demostrar a las monjas que Dios no existía. ¡Que Tú, Señor, no existías!
Y lo que sucedió es que, pocos meses después, no sólo te encontró, sino que decidió hacerse monja de clausura y entrar en el convento de las Clarisas de Lerma.
Jano: ¡Y se montó de nuevo el escándalo!: ¿La vais a dejar ir, ahora que está en la plenitud de la vida?; "¿Estáis locos?"
Pero aunque a mi mujer y a mí, nos costaba mucho, nosotros sabíamos, Señor, que esa era una nueva forma que tenías de bendecirnos. Se fue al convento, y un año después llegó el día en que Ester tomó el hábito.
Inma: Ese día, durante la ceremonia, mis hijas Raquel y Berta, encontraron la respuesta, pusieron nombre al anhelo más profundo de su corazón y decidieron seguir el mismo camino que su hermana. Y tras hacer el discernimiento oportuno de cada una de ellas, poco tiempo después ya teníamos tres hijas monjas de clausura. ¡Se dice pronto, Señor!
Nuestra hija Inma estaba en Uruguay haciendo un voluntariado, se iba enterando de todo esto por teléfono. Volvió para la entrada de Raquel en el convento, y su corazón reconoció que también ese era su sitio.
Pidió consejo espiritual y un sacerdote le dijo: "Lo mejor es que te vayas a tomar el Sol". Ella entendió bien…..y se fue a tomar el Sol ante el Sagrario, donde estás Tú, Señor, que eres el Sol del mundo, el que da la verdadera luz, el calor y el color a nuestras vidas.
Jano: Y también decidió ingresar en el Convento. Señor, esto parecía de risa, 4 hijas monjas de clausura. Y más incomprensión a nuestro alrededor. ¡Cuántas horas pasamos rezando frente a Tí, en la Eucaristía, frente a Tu Madre! Han sido años muy duros, vividos también con mucho gozo.
Pero no acaba ahí la cosa. Nuestra hija Elena, ha terminado la semana pasada la carrera de magisterio infantil. Tiene 23 años, y,. ¡El sábado que viene ingresa en el Convento!
¡Señor, 5 hijas monjas de clausura! Al final, "nos vamos a quedar con la parejita", con Mar y con Alejandro, que están aquí hoy dándote las gracias, Señor.
Inma: Señor, nos cuesta mucho, pero nos sentimos profundamente agradecidos por el don maravilloso de tener 5 hijas entregadas a Dios. Tú sabes Señor, que estos no eran nuestros planes. Nosotros queríamos que se casaran, y soñábamos con tener un montón de nietos….
¡Pero son las mujeres más felices del mundo! Esto llama la atención. La Virgen María, tu Madre, nos enseña a entregártelas todos los días.
Jano: Y ahora, dinos Señor: ¿qué hacemos con la furgoneta?, ¿qué hacemos con la casa que antes era pequeña y ahora se nos ha quedado tan grande?
Pero dice el salmo, "me encanta mi heredad, ¿cómo pagaré al señor todo el bien que me ha hecho?
Gracias Jesús.
Ahora va hablar contigo Elena
Elena: A una semana de entrar en el Convento, solo puedo decirte lo mismo que mis padres: ¡GRACIAS!
Gracias por haberte fijado en mí a pesar de tantas veces como te he negado, gracias por haberme reservado un lugar en el cual estoy llamada a ser tuya.
Sabes bien Señor que no me lo merezco, que no me veo capaz, que tengo miedo… pero tú me conoces y aun así me has amado y me has llamado.
Te agradezco de todo corazón los padres que me has dado y la Fe que me han trasmitido. Sé, Señor, que vas a cuidar muy bien de ellos y mis dos hermanos Mar y Alejandro. Bendícelos siempre.
Te agradezco, Jesús, las gracias que hemos recibido toda la familia en el Camino Neocatecumenal.
En esta tarde del Corpus, te pido Señor, por todos los que están sufriendo las consecuencias de la crisis económica y moral que estamos sufriendo, cuánto dolor, cuánto paro, cuántas situaciones difíciles.
También te pido especialmente por el Convento de Lerma, mis Hermanas, y por todos los religiosos y religiosas del mundo entero. Danos la Gracia de perseverar en tu Amor.
Te pido también por todas las jóvenes y los jóvenes que quieres tocar el corazón, para que, ante el miedo de la llamada sean valientes y respondan con generosidad a la vocación a tu grito de Amor.
Señor que sean muchos los jóvenes que te digan que sí, como la Virgen María, nuestra Madre de la Almudena.
Sólo con Tu Amor Basta
GRACIAS SEÑOR.
Fuente: http://encuentra.com/
viernes, 10 de agosto de 2012
►La paz empieza en el hogar
Aunque ninguno de sus hijos "pinte" para delincuente, es necesario tener presente que la violencia poco a poco entra en los hogares. Por ejemplo, ¿sabía usted qué el 25 por ciento de las jovencitas en los Estados Unidos son golpeadas por sus novios y lo qué es peor, la mayoría de ellas cree que esto es normal?
Al escuchar noticias lamentables como éstas y pensar en todo lo que acontece en el mundo, no puede uno dejar de preguntarse... ¿Quién puede ser capaz de semejante barbaridad ... en qué corazón humano cabe tanta frialdad... quién puede ser capaz de tanta violencia?
Desafortunadamente, ésta es una realidad que es vivida en todas partes, que afecta a todos, y de muchas maneras. Es verdad que la violencia siempre ha existido, pero lo más peligroso ahora, es que se empieza a tolerarla, a aceptar como inevitable: sin ir muy lejos, sería inusual encontrar una película donde las balas, el sexo deliberado y la cruda violencia no hiciesen su aparición; o algún semanario o periódico donde sea una noticia "policiaca" la que cubre la primera plana.
Sin embargo, el hombre no está hecho para la guerra, está hecho para la paz. Y esto se puede asegurar porque la historia nos demuestra que el hombre que vive en la violencia se autodestruye. Lo difícil y complicado del tema es que la paz no se da instantáneamente ni por mandato, no se obtiene sin esfuerzo, ni se compra o pide prestada: la paz tiene que nacer del corazón de cada hombre.
Y si no hay paz en el corazón, ¿cómo puede haber paz en un pueblo, en una nación, en el mundo?
Vivir en paz
Es por ello, que mantener la paz es una obligación primaria para todos, pero en especial de los padres, pues es en el hogar donde se aprende a vivir y construir la paz; es allí donde los padres tienen la enorme responsabilidad de enseñar a los hijos la manera de comportarse, de tratar a los demás y de resolver los problemas.
Es increíble cómo hasta en una pequeña sociedad como la familia, donde existe cariño entre sus miembros, puede perderse la paz.
No cabe duda de que la paz es algo muy frágil por lo que hay que trabajar pacientemente todos los días para conquistarla.
Pero antes de lograr esto, se tiene primeramente que tener claro cómo se vive la paz.
Contrario a lo que muchos creen, la paz no es la ausencia de la guerra, ni es solamente el respeto a los otros.
¡Qué fácil sería y a la vez que peligroso si los padres sólo tuvieran que respetar a los hijos para poder tener un hogar lleno de paz!: "Ah, sí, mi hijo quiere tener su cuarto todo tirado, hay que respetarlo".
La paz se vive:
· Al tener un verdadero sentido de justicia.
· Cuando no nada más se reconocen los propios derechos sino también los de los demás.
Si se reconoce en los hijos su dignidad como personas. Muchas veces al verlos pequeños, algunos padres se aprovechan de ellos y cometen verdaderos abusos de autoridad.
· Al enseñar a los hijos a distinguir entre el bien y el mal, al formar en ellos una conciencia recta,a la vez que se trabaja por la paz.
Cuando los hijos son pequeños, los padres son como una "conciencia externa" de ellos (como Pepe Grillo en el cuento "Pinocho"), de allí la importancia de sus actos y juicios.
Exaltar el valor de la vida humana, su dignidad y su derecho. Tanto la vida de ellos mismos como la de los que lo rodean tiene un inmenso valor, desgraciadamente con tanta violencia (en los medios de comunicación, en el medio ambiente), los niños no aprecian este valor.
Pasos para lograr la paz (en la virtud)
Voluntad. Muchas veces aunque los niños conozcan el bien y el mal, les falta fuerza de voluntad, no han aprendido el hábito del esfuerzo, son niños "buenos", pero tal vez estos niños no han aprendido a dominarse, ni a pensar en los demás, ni a sacrificarse, sienten que el mundo gira al rededor de ellos, muchos de estos niños se convierten en "tiranos".
Exigencia. A los hijos hay que exigirles, claro que dentro de sus posibilidades, enseñarles a enfrentar los problemas y a esforzarse para resolverlos, que sepan sentirse orgullosos de haber sido capaces de realizar las cosas por sí mismos.
Valentía. Que tengan héroes que inspiren su vida, pero que sean héroes de grandes ideales, porque actualmente a los niños se les presenta la violencia como forma de heroísmo, necesitan de los padres para que les enseñen lo que es noble y grande.
Respeto. Cuidar que los niños no adquieran la costumbre de tomar las cosas de otro, por muy insignificante que sea el robo, y si estropea algo ajeno, pues hay que reponerlo, enseñarles que las cosas ajenas siempre se respetan.
Generosidad. Es algo que de por sí es difícil en los niños, es en esta edad cuando tienden a ser más egoístas, por ello es importante que ellos vean un buen ejemplo: cómo sus padres ayudan al necesitado o al que tiene algún problema (dentro de las propias posibilidades).
Para despertar en los niños el sentido de generosidad, se les puede acostumbrar desde pequeños a renunciar a algo suyo y compartirlo con algún otro niño.
Cortesía. Gastón Courtois ha dicho que la cortesía "es hija del respeto al prójimo y hermana de la caridad". El que es cortés sabe que no es el centro del mundo, es una persona que piensa en los demás y en sus sentimientos.
El dominio de sí mismo es un elemento que va de la mano con la cortesía. Un niño que hace un coraje porque algo le ha salido mal o porque el hermano le rompió algo y no se le enseña a controlar, de grande le será muy difícil, si no es que imposible tener control de sus actos y mucho menos respeto por los demás.
Orden. Es un elemento esencial para que haya armonía y equilibrio en un hogar. Cuando hay orden en una casa, hay normas y límites, esto proporciona seguridad a los hijos y les enseña a tener disciplina.
Caridad. No puede dejarse de mencionar este valor esencial para que haya paz, pues es un elemento que determinará la calidad de la persona y su capacidad para relacionarse con los demás.
Buscar el bien personal y el de los demás es justamente lo que trae como consecuencia la paz.
La paz es el resultado de muchas actitudes, todas estas fundamentadas precisamente en la caridad, no entendida como limosna, sino como amor.
Gastón Courtois también escribió: "Cuando la caridad domina, la humanidad se engrandece. Cuando el egoísmo reina, la humanidad se rebaja".
Qué responsabilidad tienen los papás de enseñar esta virtud en los hijos, en sus manos está el que haya sociedades justas y pacíficas.
sábado, 7 de julio de 2012
►Sobre la LIBERTAD a los jóvenes
http://www.youtube.com/watch?v=5E5dnT6-M3Q&feature=plcp
La gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros siempre.
La gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros siempre.
Me siento feliz de recibiros hoy en el Vaticano que ha sido la meta de vuestra marcha. Habéis venido libremente a demostrar vuestro amor a Cristo y a su Iglesia, y reunirnos en su nombre.
La libertad es un gran don que habéis recibido de Dios. Quiere decir que tenéis el poder de decir sí a Cristo. Pero vuestro sí no significaría nada si no pudiérais decir también no. Diciendo sí a Cristo, os entregáis a El; le ofrecéis el corazón, reconocéis su puesto en vuestra vida, ya que por ser hijos de Dios, hermanos y hermanas en Cristo, habéis sido creados para decir sí al amor de Dios. Fue Cristo quien os compró la libertad. Murió para hacernos libres. Sólo Jesús os hace libre. Nos dice Él mismo en el Evangelio de San Juan: "Si el Hijo os librare, seréis verdaderamente libres" (Jn. 8, 36).
El mayor obstáculo de vuestra libertad es el pecado que significa decir no a Dios. Pero Jesucristo Hijo de Dios esta pronto a perdonar todo pecado, y esto es lo que hace en la confesión, en el sacramento de la penitencia. Es el mismo Jesús quien perdona vuestros pecados en la confesión y os devuelve la libertad que perdísteis cuando dijísteis no a Dios. Queridos jóvenes: Amad vuestra libertad y ejercedla diciendo sí a Dios; no la enajeneis.Recobradla cuando la hayáis perdido y reforzadla en la confesión cuando flaquea. Acordaos de las palabras de Jesús: "Si el Hijo os librare, seréis verdaderamente libres".
Jubileo de los Jóvenes, Abril de 1984
viernes, 18 de mayo de 2012
►LA SEXUALIDAD (PARTE 3)
La sexualidad: dimensión fundamental de la personalidad humana (III)
La sexualidad en si misma encierra un valor incalculable por el hecho de pertenecer a la intimidad de lo humano y abre la expresión al verdadero amor.
F. Argumento que explica la relación entre sexualidad y cultura
Como ya se ha explicado en el Principio de identidad, el ser humano es el único que puede elegir sus propios fines, es decir es un ser libre e inteligente. Su conducta no está condicionada de forma instintiva, ni obligatoria como sucede en el mundo animal. Lo natural es que el comportamiento de un hombre o de una mujer, se ajuste a la sexualidad masculina o femenina, que viene dada por los factores genéticos, hormonales, gonádicos, morfológicos, psíquicos, etc. de los que ya se ha hablado. Puede elegir entre en el ejercicio de actos sexuales, pero no puede elegir acerca de su identidad sexual.
El ser humano en un ser cultural. La creación de cultura corresponde a su forma de ser. Es normal que haya influencias culturales que afecten en el proceso de identificación con la propia sexualidad que viven el niño y el adolescente. Pero el constatar que haya una cierta influencia no supone que el sujeto quede determinado por ella. Además esta influencia se da en un ser que ya está definido como hombre o mujer.(8)
La sexualidad humana sí es “plástica” o moldeable por las elecciones libres que el individuo puede tomar y por los procesos culturales que forman la afectividad, aunque esta plasticidad tiene dos rasgos que se destacan siempre: la sexualidad biológica y la tendencia hacia la complementariedad sexual.(9)
En resumen, se puede decir que, en la identificación sexual y la vivencia de la propia sexualidad, intervienen como en un puzzle, cinco piezas importantes:
1. Unas tendencias instintivas de origen biológico que hay que respetar.
2. Una afectividad.
3. Unos factores socioculturales.
4. La realidad de la fundamentación ética natural del ser humano.
5. La libertad de cada sujeto.
Aunque los cuatro elementos son importantes para tener la visión completa de esta realidad, la fundamentación ética natural, la afectividad y el elemento biológico habrán de ser definitivos para que la elección humana sea de realización.
G. Argumento desde la comparación de varias antropologías
El concepto de ser humano varía según el concepto de sexualidad que se tiene. Cambia por entero la definición antropológica y la concepción ética, lo que demuestra que no es un dato accidental, sino que se enclava en el corazón de la identidad del ser humano.
Como uno entiende la sexualidad humana, así entiende al ser humano. Algunos ejemplos de esta afirmación:
1. Freud consideró que la sexualidad humana era la explicación de todo comportamiento humano, siendo su única motivación. Describió unas clasificaciones fijas donde encajaría toda experiencia humana: la libido, el ego, el superego y el complejo de Edipo.
Para Freud, el ser humano se reduce a sus actos sexuales. Cualquier ser humano es igual a cualquier otro. Descontó la experiencia de felicidad fuera de sus categorías (por ejemplo, en su breve diagnosis de San Francisco de Asís, Freud dice que éste había “subvertido” su instinto sexual a un amor debilitado hacia sus hermanos).
Su antropología explica al ser humano polarizado por el elemento sexual, como única explicación de sus actos. Su “ética” no podría explicar actos desinteresados como la piedad, la ayuda al desvalido, el cuidado de un enfermo, etc.
2. Reich, partiendo de la teoría freudiana y del marxismo, predicó que al liberalizar la sexualidad de las normas de la sociedad, se alcanzaría también la liberación de la persona. La liberación implicaría que el ser humano pudiese actuar según sus instintos sexuales incontrolables.
Para Reich, el ser humano es una máquina que responde a ciertas estimulaciones. Marcuse siguió esta línea, y dijo que la libertad humana se alcanzaba cuando la plasticidad de la sexualidad se hacía total. Sus experimentos con niños en edad de kinder dejaron tristemente a muchas personas con serios problemas de adaptación social y esquizofrenias incurables.
3. M. Foucault en su Historia de la Sexualidad I habla de la sexualidad como una fuerza de poder. Interpreta la historia moderna como un intento del Estado de gobernar la sexualidad, pero este intento ha ido enfatizando y “creando” la sociedad. Según él, el ser humano no tiene identidad. Como la sexualidad es algo “plástico”(cambiante), también el ser humano lo es.
H. Argumentos desde la perspectiva psicológica.
1. El rechazo de la sexualidad es también rechazo del cuerpo. La no-identificación con su sexualidad es también búsqueda de no-identificarse con la sociedad. Por ejemplo, las personas que sufren tendencias homosexuales suelen dañarse a sí mismos con mucha más frecuencia que las personas que no sufren las mismas tendencias.(10) La homosexualidad suele iniciar en un rechazo de otra persona-modelo o rechazo de un grupo social, que afecta a la persona que sufre la tendencia a la homosexualidad y le lleva al rechazo de su propio ser.
2. Uno de los abusos más serios que puede sufrir un ser humano es la violencia sexual o el uso de su cuerpo como si fuera un objeto. Por ejemplo, está demostrado que la mayoría de las prostitutas [98%] sufren un trastorno psicológico originado por su “profesión”.
3. La sexualidad, vivida desde el amor, ayuda a la integración de la persona. Maslow, fundador de la escuela de Psicología personalista, considera la sexualidad como un aspecto intrínseco de la maduración. Maslow descubre que el amor en las personas que él llama “autorrealizadas” (maduras) es un acto de donación al otro, un abandono al compañero sin reservas y sin intereses personales. El fenómeno comporta la esfera genital, aunque sin agotarse en ella, puesto que entre dos individuos puede existir una intimidad aunque sólo sea psicológica. Quienes se realizan, manifiestan la inclinación a amar y ser amados y lo hacen en su manera de vivir su sexualidad. Pueden vivir como célibes, cuya sexualidad se canaliza hacia un amor sin la unión sexual o pueden poner su sexualidad al servicio de amor de otro de sexo complementario. En tal caso, experimentan mayor gozo en el sexo, que postula una profunda estima del otro, el deseo de que alcance su plenitud y una aceptación de su personalidad. Según él, “el placer sexual de las personas que se autorrealizan puede ser muy intenso o pueden prescindir de él.”(11)
4. Un estudio hecho en la Universidad John Hopkins demuestra que no es la cultura, ni la forma externa que uno tiene lo que determina la sexualidad, e incluso que es dañino “cambiar el sexo” (o cambiar las características biológicas de un sexo para hacer la persona aparecer como otro) pues provoca falta de identificación en el sujeto.(12)
I. Otros argumentos varios desde el sentido común:
1. Un río se define como un torrente de agua que fluye dentro de un cauce. Se necesitan dos orillas, para que el río exista. Esto es como la sexualidad: una fuerza tremenda, pero que corre dentro de unos cauces: el amor libre e inteligente y la apertura a la vida.
2. No se entiende lo que es un hombre sin conocer qué es una mujer. Para poder decir “yo” uno tiene la necesidad de tomar en cuenta al otro de sexo complementario. La diferencia es para la unidad, no para la separación.
3. Un acto de violencia sexual es mucho más grave que un acto de violencia de otro tipo, y las secuelas psicológicas que deja son más serias, porque se ha dañado algo esencial de la persona humana, no sólo una parte de su cuerpo.
4. El cuerpo revela el ser humano y le revela siempre como hombre o como mujer.
Conclusiones
1. Definición de sexualidad: La sexualidad humana es el conjunto de características que abarcan y expresan a todo el ser humano, en la unidad de su cuerpo y de su espíritu, y que le configuran como hombre o como mujer. No existe el ser humano “neutro”, sólo se es ser humano, como hombre o como mujer, es decir como un ser sexuado El ser humano se define como la unidad personal sexuada de espíritu y cuerpo. La sexualidad humana es una dimensión fundamental del ser humano porque es necesaria para identificar al ser humano como tal. La sexualidad es una dimensión fundamental de toda la personalidad humana y por ello está íntimamente relacionada con la afectividad, la capacidad de amar y la aptitud para relacionarse con los demás.
2. El ser humano es, pues, un ser sexuado y tal sexualidad no es unívoca en su expresión, sino tiene dos nombres: masculina o femenina. La sexualidad “diferencia” a seres humanos con igual dignidad (valor), que experimenten la vida humana de modos diferentes. Tal diferencia no es sólo material, sino que toda la experiencia y la autoconciencia del sujeto pasan a través de la realidad de ser hombre o de ser mujer. La sexualidad es pues la capacidad de vivir según el propio sexo.
3. Los actos así llamados “sexuales” son algunas expresiones, particularmente significativas, de la sexualidad pero la sexualidad humana no se puede reducir a la mera “actividad sexual”: es una dimensión que abarca a todo el ser humano, íntimamente ligada a su libertad y a su capacidad de amar.
4. La voluntad humana no puede “recrear” la sexualidad humana, porque tendría que recrear al ser humano. Por ejemplo: las operaciones de cambios de sexo no cambian la sexualidad de esa persona, solamente se opera un cambio en el nivel gonádico, pero cada una de las células de su cuerpo sigue teniendo otra información genética diferente. La libertad humana no es absoluta, porque no “puede” decidir sobre aquello que nos viene dado, es decir que nos hace precisamente ser lo que somos: seres humanos sexuados.
5. La sexualidad es una realidad de por si valiosa por el hecho de pertenecer a la intimidad de lo humano. Evidentemente no tiene solamente valor por cumplir la finalidad biológica reproductiva, sino que vale por sí misma, como es expresión del amor humano, es por sí misma buena. Esa integración de las diferentes dimensiones es característica de todo lo propiamente humano. Ocurre también así, por ejemplo, con la sonrisa. Definir la sonrisa como podrían hacerlo la fisiología o la psicología (una determinada contracción de los músculos de la cara, o un tipo de respuesta a determinados estímulos positivos) es claramente verdadero, pero insuficiente. Sonreír también es afirmación, alegría, acogida, amistad hacia alguien; en definitiva, es un gesto que expresa y realiza sentimientos y algunos actos propios del amor.
6. Como unidad personal sexuada de espíritu y cuerpo, la vivencia humana de la sexualidad también ha de conducirse por las facultades superiores que dignifican al ser humano; es decir aunque contamos con un sustrato biológico natural, no son sólo los instintos quienes nos guían, sino una libertad inteligente que es capaz de elegir el bien, y actuar por amor. La sexualidad, aislada de la inteligencia, se independiza de ella, por ser uno de los impulsos más fuertes del hombre. En ese caso se deshumaniza, y deshumaniza al hombre mismo, atándolo a unos deseos que no tienen nada de libre en cuanto que le arrastran determinísticamente. En cambio, armonizada con las restantes dimensiones del espíritu, contribuye a la armonía del ser humano y encuentra su sentido humano: la donación recíproca del hombre y la mujer.
7. La diferenciación sexual (sexualidad) es un modo de ser como ser humano, de estar y de comportarse. Pretender igualar en este aspecto a hombres y mujeres es fruto de un idealismo carente de sentido común que niega la realidad. El isomorfismo no es real. Es además un acto de injusticia, porque es la diferencia sexual la que configura a la humanidad.
.........
(8) POLAINO-LLORENTE, Aquilino, Sexo y Cultura, 3ª Ed., RIALP, Madrid, 1999, pp 173-174: “En síntesis, naturaleza y cultura no sólo coexisten y se hacen corresponsables de la conducta sexual humana, sino que, una y otra, son entre sí interdependientes, hasta el punto de que los efectos causados por una reobran en la otra y viceversa. Y a la inversa, algo muy parecido a lo anterior puede acontecer cuando por efecto de los cambios operados en la naturaleza se modifica su significación cultural.”
(9)La complementariedad sexual es un rasgo innato a la sexualidad porque nuestra sexualidad tiene como fin natural la unión con el otro sexo complementario, aunque por la libertad personal y por otros factores socio-culturales que tocan a la afectividad, es posible moldear cómo uno ve quién es complementario. Por ejemplo, personas con tendencias homosexuales frecuentemente las han desarrollado por el rechazo de otros de su mismo sexo, identificándose con el otro sexo (más en el caso de los hombres) o por el rechazo del sexo complementario, por experiencias con estos que han sido penosas (más en el caso de las mujeres). Cfr, teoría “EBE”, BEM, D., Exotic Becomes Erotic: A Developmental Theory of Sexual Orientation, Psychological Review 1996. Vol. 103, No. 2, 320-335. Por el rechazo de lo natural, consciente o inconscientemente, vuelven a su mismo sexo para encontrar al amor verdadero, donde todavía buscan una “complementariedad" sexual, simulada por el vestir, los gestos más masculinos o femeninos y los papeles que toman en una relación más estable. Cfr. J. Michael Bailey, Peggy Y. Kim, Alex Hills, Joan A. W. Linsenmeier, Butch, Femme, or Straight Acting? Partner Preferences of Gay Men and Lesbians, Journal of Personality and Social Psychology, November 1997 Vol. 73, No. 5, 960-973.
(10) Entre otros, nos referimos a: Dunedin Multidisciplinary Health and Development Study, Keren Skegg, Shyamala Nada-Raja, parte de un estudio de 946 jóvenes que nacieron entre 1972 y 1973 en Dunedin, Nueva Zelanda. Aunque la sociedad neo-zelandesa acepta el comportamiento homosexual, según este estudio, hombres que sienten tendencias homosexuales tienen cinco veces mayor probabilidad de dañarse a sí mismos que hombres sin las mismas tendencias. Y mujeres con tendencias homosexuales tienen más del doble de probabilidad de hacerse daño.
(11) MASLOW, Motivation and Personality, Harper and Row, New York, 1970, pp. 187–188. Nota: en este libro, Maslow hace una distinción artificial entre el amor y la sexualidad, para distinguir con claridad entre los actos sexuales (que él llama la sexualidad) y lo que realiza al ser humano (el amor).
(12) Reporte de John Hopkins University Children´s Center Studies de internet.
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Fuente: Mujer Nueva
►LA SEXUALIDAD (PARTE 2)
La sexualidad: dimensión fundamental de la personalidad humana (II)
La sexualidad es una dimensión fundamental de la persona humana, el hombre o la mujer no son sexo, son personas sexuadas. Presentamos argumentos que avalan esta verdad.
II. Argumentos para explicar por qué es así
A. Argumento de la presencia del componente sexual en todos los niveles del ser humano
Esta afirmación se comprueba al observar cómo la sexualidad se halla presente en todos los niveles que configuran la totalidad del ser humano:
1. Sexo genético.
Todo ser humano pertenece al sexo masculino o femenino desde el primer momento de su vida, cuando está todavía constituido por una célula derivada de la fusión del espermatozoide con la célula huevo u ovocito secundario. Si un individuo (vamos a decir "ser humano") tiene 44 cromosomas más dos cromosomas sexuales X, es de sexo femenino; si posee 44 cromosomas más un cromosoma X y otro Y, es de sexo masculino. Los 46 cromosomas están emparejados de dos en dos formando 23 parejas.
2. Sexo gonádico.
En torno a la sexta semana de vida intrauterina (hacia el fin del segundo mes de embarazo), el embrión posee una gónada todavía indiferenciada que es capaz de transformarse en testículo u ovario. Si en su patrimonio genético se halla el cromosoma Y, es decir, el individuo es genéticamente varón, la zona central de la gónada se desarrollará diferenciándose en testículo, que empezará muy pronto a producir hormonas masculinas, llamadas “andrógenos”. Cuando falta el cromosoma Y / o el gen “TDF” que se encuentra al final de este cromosoma, el individuo es genéticamente mujer y desarrollará la parte externa de la gónada, que se diferenciará en ovario y se poblará de un número enorme de folículos llamados «primordiales» (6 ó 7 millones), cada uno de los cuales contiene una célula huevo. La mayor parte de estos folículos sufrirá una involución, con lo que su número se reducirá a 1 ó 2 millones en el nacimiento y a 300.000 ó 400.000 en la pubertad.
3. Sexo morfológico.
Los órganos genitales internos masculinos son los conductos seminales, las vesículas seminales, la próstata y la uretra, mientras que se consideran órganos genitales externos el pene y el escroto. En la mujer son órganos genitales internos las trompas, el útero y la vagina, y órganos genitales externos los labios mayores y menores.
En torno a la octava semana de vida intrauterina los órganos genitales internos y externos del embrión están todavía indiferenciados: si está presente el testículo (sexo gonádico masculino), gracias a los andrógenos producidos por él, los genitales se desarrollarán en sentido masculino; si no está presente el testículo, el desarrollo de los genitales se operará, en cambio, en sentido femenino. Es, pues, la presencia o ausencia de los andrógenos testiculares la que determina la morfología de los genitales externos e internos del que va a nacer. El sexo del embrión ya es reconocible desde la decimocuarta semana de vida intrauterina.
4. Sexo de educación o social
El niño, al nacer, es denominado varón o hembra según el aspecto de los genitales externos: desde ese preciso momento será educado por los padres según el sexo que se le ha atribuido (baste pensar en los colores escogidos para su primer vestido en función de su sexo). El concordar armonioso del sexo genético, gonádico, morfológico y de educación o social hará que el niño desarrolle precozmente, dentro del primer año de vida, la identidad sexual, esto es, se identifique a sí mismo como varón o hembra.
5. Sexo fenotípico
Constituye el conjunto de características que hacen que un individuo pueda ser definido por el aspecto exterior, como varón o hembra. Aparte de la estructura de los genitales externos, que ya en el nacimiento nos permiten distinguir a un niño de una niña, el resto de los caracteres sexuales (llamados también «secundarios» para distinguirlos de los caracteres «primarios»), determinados por la diferenciación de las gónadas (sexo gonádico) y de los genitales internos y externos (sexo morfológico), se observan claramente en el momento de la pubertad.
6. Sexo psíquico
Además de ser varón o hembra desde un punto de vista cromosómico, gonádico, morfológico y fenotípico, el hombre y la mujer lo son también desde un punto de vista psíquico. La mujer se reconoce y se siente como mujer y tiene preferencias sexuales por los varones y viceversa: el hombre tiene identidad sexual masculina y preferencia sexual por las mujeres.
Mientras que la identidad sexual se establece precozmente, desde la primera infancia, las preferencias sexuales se manifiestan más tarde, de manera clara en la pubertad. El sexo psíquico masculino o femenino está determinado por factores biológicos (el sexo genético, el sexo gonádico, etc.), pero también por factores que vienen de su ambiente familiar y social. Por este motivo, los trastornos de identidad sexual tienen una génesis múltiple: además de supuestas alteraciones biológicas, revisten gran importancia otros factores que tienen que ver con el mundo afectivo.
Por lo que concierne a la influencia de los factores biológicos sobre la diferenciación psíquica, se cree que las hormonas sexuales (los andrógenos en el varón y los estrógenos en la mujer) influyen directamente en el desarrollo del cerebro. Esta influencia comenzaría ya en el estadio embrional: se ha constatado que las chicas expuestas en el útero a la acción de hormonas masculinas manifestaban actitudes "varoniles”, preferían juegos y atuendo masculinos, pero sin alteraciones en la expresión de su sexualidad en relación con el sexo complementario, es decir en sus preferencias sexuales(3). El desarrollo del sexo psíquico o desarrollo psicosexual comienza ya durante la infancia, pero asume características propias de la edad adulta sólo en el período de la adolescencia.
Para que se dé la identidad de cada ser humano, como hombre y como mujer, se necesita una integración armoniosa entre todos sus niveles.
La constatación de esta realidad nos permite afirmar que la sexualidad humana no es una característica accidental (es decir accesoria, que se puede dar o no), sino que es fundamental para la definición de lo que es un ser humano, como lo es por ejemplo, su racionalidad. Ser hombre o ser mujer no es sólo un dato biológico, un añadido secundario que colorea la propia existencia, sino un hecho originario y original:
1. Originario, ya que la existencia personal no puede dejar de pasar desde su origen, esto es, desde la concepción a través de la experiencia de la masculinidad o de la feminidad.
2. Original, en cuanto que el ser hombre o mujer es una experiencia muy diferente a ser macho o hembra para un animal.
El hombre y la mujer no tienen un sexo, son su sexualidad, porque la sexualidad es estructural en lo corpóreo, psíquico y espiritual. No es únicamente una función del cuerpo.
B. Argumento de la ética: todos los actos sexuales tienen una connotación ética buena o mala.
La sexualidad humana es una dimensión fundamental del ser humano, íntimamente ligada a la experiencia ética, que es la forma propia de ser del ser humano que le diferencia de cualquier otro ser del universo, su característica definitoria. Todos los actos sexuales son actos humanos en los que interviene la libertad de decisión y por ello se experimentan espontáneamente como buenos o malos, es decir con una connotación ética.
El comportamiento sexual ha sido siempre calificado desde una normativa ética, cualquiera que sea la cultura que lo estudie. A pesar de los muy variados intentos de liberación sexual la sujeción de la sexualidad humana a una norma ética (en contra de lo afirmado por la permivisidad social) ha sido un hecho incontrovertible en todas las culturas de todos los tiempos donde se ha estudiado el comportamiento humano.
Esta valoración ética de la sexualidad manifiesta su profundo arraigo en la persona misma. Actos indiferentes a quienes somos, como la respiración o el dormir, no tienen en sí una valoración ética. Los actos sexuales la tienen siempre, lo que demuestra que provienen de una dimensión que toca a nuestra identidad no sólo corporal, sino también espiritual y, por eso, su vivencia afecta a lo que somos.
C. Argumento por la experiencia universal de la intimidad humana que custodia la interioridad
La libertad inteligente es la facultad que diferencia al ser humano del mundo animal. El ser humano advierte la existencia de esta capacidad en su interioridad(4) de la cual sólo él es dueño, y a la que nadie puede acceder si él no se lo permite. Su interioridad es como un tesoro, que le posibilita amar y ser amado, es decir darse y recibir la donación de la persona del otro. La interioridad se experimenta como algo íntimo, que se protege.
Al estar íntimamente relacionada la dimensión sexual con el “yo personal” y la capacidad de donarse en cuerpo y espíritu, el ser humano protege, de forma particular, las zonas corpóreas que expresan externamente la misma sexualidad. A este sentimiento de respeto y cuidado, que es algo natural, se le llama pudor. La intimidad corporal sólo se muestra a quien uno abre también su interioridad.
Este sentimiento natural de pudor demuestra que instintivamente el cuerpo humano revela una intimidad. La tendencia espontánea a proteger la intimidad de miradas extrañas también afecta al cuerpo. La sexualidad se experimenta como algo ligado a la interioridad, como algo, por lo tanto, muy valioso. El ser humano se viste para proteger su indigencia corporal del medio exterior pero también lo hace porque su cuerpo forma parte de su intimidad, y no está disponible para cualquiera. El vestido sirve, además, para mantener el cuerpo dentro de la intimidad.
En todas las culturas existen diferentes formas de cuidar el pudor, aun en las tribus más lejanas a la civilización occidental, en las que se muestran hombre y mujer, casi desnudos. El pudor se manifiesta por el cuidado de miradas, posturas y lugares particulares designados para expresiones de la intimidad de la persona.
Por ejemplo, los indios yanomami del Amazonas, apenas se cubren con un poco de tela los órganos genitales, pero muestran su pudor a través de otras costumbres, como la de que el hombre nunca puede dirigirse a una mujer mirándola a los ojos, excepto a su esposa.
El nudismo completo no es algo natural, porque supone la renuncia a la intimidad que es custodia de su interioridad. Ningún animal se cubre, sólo el ser humano porque posee intimidad, porque es un ser espiritual. El negar la intimidad humana, conduce a convertir el cuerpo en un algo y no reconoce al alguien.
Naturalmente se conoce la relación íntima entre la expresión externa de la sexualidad y la interioridad donde se custodia la libertad personal. No reconocer esta relación íntima nos presenta un sexo divorciado de quienes somos, vivido de forma reductivista, a nivel corpóreo.
D. Argumento basado en la identificación personal(5)
La identidad sexual no se adquiere en el vacío, no es algo que se lleve bajo el brazo, ni tampoco algo caído del cielo con lo que la persona se encuentra. No existe identidad personal sin identidad sexual. Y la interacción entre ambas es continua a lo largo de toda la vida. La sexualidad humana es dato imprescindible para que un ser humano sepa quién es él mismo, se identifique como hombre o como mujer. La identificación personal es básica para tener un mínimo de seguridad personal. La incertidumbre acerca de quién soy, es de las que más daña a la persona y le resta fuerza vital para proyectarse y establecer otras relaciones. Este conocimiento personal se apoya en el dato primario de la propia sexualidad, por lo tanto, la sexualidad humana es una dimensión fundamental para la definición humana.
El desarrollo de la sexualidad no sólo alcanza todos los niveles del ser humano, sino que crece con el desarrollo de la misma identidad del sujeto.(6) En todas las sociedades, tradicionalmente se reconoce la diferencia sexual como un elemento importante para el desarrollo de la misma sociedad, tanto en términos numéricos (cuántos sujetos adultos forman esa sociedad) como en términos de productividad. Los ritos tradicionales que marcan el paso de un niño o niña a la etapa adulta, como hombre o mujer, presuponen el haber alcanzado la madurez que le permite formar (procreación) y mantener una familia. Estos ritos van acompañados de ciertos signos, celebraciones o pruebas de madurez. Cambia la forma de vestir, el lugar de vivir, las ocupaciones y el trato que se le da a partir de ese momento. Esas tradiciones reconocen externamente lo importante que es el desarrollo sexual de un ser humano, para la misma sociedad y para ayudarles a crecer en su identificación y en las responsabilidades que asumirán de acuerdo con su sexualidad.(7)
E. Argumento de la relacionalidad
El ser humano necesita relacionarse con otros seres humanos. En todas sus relaciones tiene que tener en cuenta el dato fundamental de su propia sexualidad y de la sexualidad del otro. Sólo así pueden establecerse relaciones entre hombres y mujeres en muy diferentes grados y matices: esposos, amigos, padre-hija, madre-hija, jefe-empleada, etc. No se podrían establecer relaciones con “seres neutros”. Si la diferencia sexual no fuese esencial en la definición del ser humano, la relación con el otro se instauraría independientemente de ella.
.........
(3)Los efectos de estar expuesta a altos niveles de testosterona en el desarrollo intrauterino se demuestran en diferentes grados según el estudio: In a group of 58 children born in 1996 and 1997, COHEN, Simon Baron, Cambridge University and colleagues.
(4) Ningún cautiverio, prisión o castigo es capaz de suprimir este nivel. El ser humano no tiene libertad, sino que es libre. Esta libertad interior, es la que nos permite hablar de la dignidad del ser humano y, desde ella, cada uno es la fuente de su actuar. Es la base de los derechos naturales del ser humano. De ella brotan los derechos a la libertad de expresión, al derecho a la libre discusión en la búsqueda de la verdad; el derecho a la libertad religiosa, el derecho a vivir según las propias convicciones éticas, o al proyecto vital que uno elija.
(5) Hombres y mujeres son diferentes: lo primero que destaca cuando veamos a otro es esa diferencia. Si estando en un café, a mi lado se sienta alguien de quien no puedo adivinar que sexo es por la ambigüedad en su forma de vestir, hablar... lo natural es que me ponga nervioso. Saber el sexo de la otra persona es saber algo importante de ella y además me permite saber cómo relacionarme.
(6) POLAINO-LLORENTE, Aquilino, Sexo y Cultura, 3ª Ed., RIALP, Madrid, 1999, p. 98–99: “(...) entre la identidad sexual y la identidad personal, hay siempre, cuando menos, un poderoso e invisible haz de hilos conductores que las aúna, hasta el punto de no poder distinguirse del todo una de otra. En realidad, no puede establecerse una prioridad entre ellas, pues aunque la primera se prolonga en la segunda, ésta última contribuye de forma poderosa a configurar aquélla.”
(7) Ejemplos: en las islas Fiji los niños tienen el pelo largo siempre y sólo se les corta en el rito de iniciación a los catorce años; en la cultura judía, el Bar-Mitzvah es el rito de paso a la participación de adoración total, ya como un adulto.
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