Sin brazos, cuerpo pequeño y abandonada desde la infancia. Es una combinación que deprime a cualquiera. Pero ante esta diversidad, Alison Lapper sobresale por otros motivos: su tenacidad y constante superación.
Ante la realidad de su malformación, los padres de Alison la abandonaron en una escuela para niños con discapacidad. «Éramos varios niños sin miembros, a consecuencia de la ola de la talidomida. Para nosotros era difícil adquirir el equilibro. No podíamos estar sentados sin caernos y éramos incapaces de levantarnos. Entonces, nos cogían y nos colocaban sobre un zócalo de escayola. Éramos niños de exposición».
Con el paso del tiempo y la proximidad de su madurez física, Alison se fue dando cuenta de su estado pero con decisión firme supo salir adelante y por un camino poco probable: la pintura.
Desde niña, aprendió el arte de pintar «a golpe de pequeños movimientos secos de cabeza» y fijó su meta en un diploma en Bellas Artes que finalmente obtuvo en Londres. Ahora, sus obras han obtenido reconocimiento global y ha sido premiada con la mayor condecoración de Inglaterra: Member of the British Empire.
Si no fuera suficiente este logro, Alison también supo dar amor donde antes sólo había recibido rechazo. A los 33 años, quedó embarazada y ante la perspectiva de un hijo deforme, su novio también la abandonó. Con temor latente y la incógnita de no saber si su hijo heredaría su deficiencia, Alison se negó a tener un aborto y aceptó el milagro de la vida.
Para alcanzar la meta, una decisión debe radicarse en el amor. Para Alison Lapper encontró esto en su arte y en su hijo, que hoy tiene doce años y está perfectamente sano.
Les dejo los siguientes videos para que puedan conocer mas sobre su ejemplar historia de vida.
Felíz dia para todos
Laura