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martes, 24 de enero de 2012

►Diálogo entre madre e hija: La sexualidad


En una época dónde hablar de sexualidad parece lo más natural, ¿por que no hablar con tu hija de lo que significa el respeto al propio cuerpo?

“Si la educación de la sexualidad toca lo más íntimo de la persona humana, entonces, debe ofrecerse de manera delicada, oportuna y gradual, a niños, adolescentes y jóvenes, preferentemente en el ámbito familiar, tendiendo siempre a la formación integral de la persona.”

- José Antonio López Ortega


Hoy, muchas ideas alrededor de la sexualidad parecen tan “modernas” y naturales, que pueden hacer dudar sobre los propios principios y convicciones. Y si a ti como adulta se te hace difícil, imagínate las enormes cataratas a las que deben enfrentarse tus hijas adolescentes. Hablarles de virginidad, “hoy” que todo es tan moderno y ligero, no es nada sencillo. Es un verdadero trabajo y debes hacer uso de tu ingenio como madre, para lograr hundir en ellas la decisión de permanecer limpias y puras hasta que el momento del matrimonio llegue.

Entonces, ¿Cómo hablarle a tu hija de la virginidad en esta época tan cargada de sensualidad y modas ajustadas? ¿Cómo responderle y estar preparada con argumentos inteligentes que la harán pensar y decidirse a tener el coraje de conservarse virgen? Y ¿qué es ser virgen?, ¿cómo afecta a la psiquis y espiritualidad de una mujer el que se conserve toda pura hasta el momento de ser esposa? Sin lugar a dudas amiga, si eres madre de una niña o varias llegará el momento en que este tema tendrá que ser tratado con armas, seguridad y confianza con tus hijas.

El descubrimiento de la propia sexualidad

“Mamá, acabo de conocer al hombre que será el amor de mi vida!

Lo primero que como mamá te pasara por la cabeza será: ¡Dios mío no puedo dejar sola a esta niña! Tú ya sabes de lo que hablo, pues fuiste joven una vez y te enamoraste perdidamente. Y cuando se tiene apenas 15 o 16 años se quiere saber y experimentar todo, y la imaginación anda muy despierta. Por eso es muy importante que hables con tu hija y le digas que debe enfrentar con ese primer amor. Debes ser muy delicada y comprensiva para abordar el tema y hacerle reflexionar en los siguientes consejos:

- Ese chico podrá estar enamorado de ti, pero recuerda que cada vez que se despida, observará la forma en que te das tu lugar y hasta donde le permites llegar. Los besos, abrazos y caricias pueden hablar bien o mal de tu persona.

- Recuerda hija, que eres muy joven y estas descubriendo tu propia intimidad, y las emociones hasta hoy desconocidas para ti a través de los encuentros que vas teniendo con él. Todo lo que sientes, es natural y forma parte de descubrirse así misma. Todo esto que es tan hermoso y lleno de ilusiones esta en tu naturaleza, ahora, en tus manos quedará decidir hasta donde quieres llegar, y sobre todo, hacer valer tu dignidad de mujer y el respeto que te debes a ti misma.

- El ser novia también significa ser amiga. Vive con ilusión este ideal y recuerda que tu noviazgo será valioso cuando, además de la atracción física que sientan, nazca esa amistad sólida y fecunda que marca los amores verdaderos.


Imaginando un diálogo amoroso con tu hija: El propio respeto

“¿Te has enamorado?…Entonces llegó la hora de decidirte por conservar siempre la seguridad y el respeto hacia ti misma”

Estar enamorada, incluye también, alcanzar la madurez de una mujer joven para no dejarse llevar por las pasiones y los instintos. ¿Qué es el respeto a ti misma? Sobre todo, es tener la capacidad de apreciarte como una joya valiosa; como una obra humana de extraordinario valor. Un valor tan grande tienes y un lugar tan especial mereces en la vida de tu gran amor, que serás lo suficientemente inteligente para cuidarte, para proteger tu inocencia, para no querer probar los momentos reservados para el matrimonio antes de tiempo. No sé como explicártelo, pero es tan hermoso y vale tanto la pena saber esperar.

Si te tienes verdadero respeto, comprenderás lo valioso que es tu cuerpo como mujer joven, reflexionarás profundamente en tu corazón cada uno de tus actos. Verás a través de esta emoción que te llena el alma, el nacimiento de un verdadero sueño de amor, pues comenzarás a proyectarte hacia el futuro. Y ¿que hay en ese futuro?: la fundación de tu propia familia, motor de la sociedad. Imagínate en la responsabilidad que más adelante tendrás como esposa y madre. ¿No vale la pena entonces pensar muy bien, antes de hacer algo que más adelante puede costarte muchas lágrimas?

Cuando estas enamorada se ponen a prueba tus convicciones, tu fuerza de mujer joven y tu fortaleza, pues primero tienes que aprender a amar con tu inteligencia. Es la escuela de la prudencia. Nada de carreras,. El primer amor te permite ir descubriendo a la mujer recién estrenada en ti, caracterizado por ese impulso o instinto natural que todos tenemos. Es una oportunidad para conocer el amor y como se aprende a dominar el propio instinto; una oportunidad para hacer una experiencia de vida y ser más fuerte e íntegra, siendo siempre pura.


El Diálogo sigue…: La relación con el sexo opuesto

¿Te imaginas? – El, ¡se ha fijado en mí!

Hay tanto que descubrir y aprender cuando por primera vez se produce un encuentro sentimental con un chico. Es muy importante, que vigiles como te comportas y hasta coqueteas, la ropa que te pones y los lugares a los que asistirás con ese amor tan especial. No provoques situaciones en las que te veras obligada a defender tu pudor o a poner un alto a las manifestaciones de cariño. No llegues al punto en que corres el peligro de olvidarte de ti y caer en una trampa de la que no podrás escapar.

Recuerda amiga, que cuando “ligas”, “amarras” o andas con alguien, ese chico no solo vera tu cara bonita o tu cuerpo (si es que te toma en serio, te respeta y te aprecia como persona). Ese chico observará tus valores y tus convicciones. Si tu piensas en él como tu futuro esposo, el podrá ver en ti a su futura esposa. Y ¿qué quiere un hombre? Sobre todo una mujer inteligente y pura. Una chica que no ha sido “maleada”. Una joven de la que se pueda sentir verdaderamente seguro y orgulloso tanto como para presentarla a sus padres y sus amistades. ¿No es lo mismo a lo que tu aspiras?

En la relación con el sexo opuesto aprenderás mucho sobre ti. Te ejercitarás en ser una mujer de carácter, pues tal vez alguna vez te pedirán una prueba de amor. ¿Qué es exactamente? Es por libre voluntad, renunciar a tu corona. Es decir si a un acto que lejos de darte la felicidad, te hará menospreciar tu dignidad de mujer . Es renunciar a un valor que has defendido desde muy niña. Tu propia virginidad. Piensa bien entonces si querrás dar un paso adelante y cinco para atrás.

Hablemos de la Virginidad

“La relación del ser humano con Dios da pleno significado a la idea de la virginidad”. Juan Pablo II.

“Empecemos explicando el concepto de lo que significa ser “virgen”, a partir de las enseñanzas de Juan Pablo II. Virgen quiere decir “intacto desde el punto de vista sexual”. Esto se aplica tanto al hombre como a la mujer. (Amor y responsabilidad). Pero este hecho toca sobre todo la estructura fisiológica de la mujer. ¿Por qué? Para los hombres la mujer es ese ser que quiere protegerse y cuidarse cuando hay virtud en ella. Cuando desde el interior se ha decidido a abrazar una forma de ser y moverse en el mundo. Frases como: “Quiero permanecer pura hasta el momento de casarme”, “Quiero pertenecer a un solo hombre” o “Me importa sobre todas las cosas llegar virgen al matrimonio”, puedes reflexionarlas y hacerlas tuyas, de esta manera, conducirás tu vida sabiendo la profundidad de su significado y la bondad que encierran para tu vida.

Pero, ¿cuál es la razón por excelencia que tendrás para cumplir estos deseos?, ¿cuál será la razón que te empuje y sostenga para llegar hasta el final? Es decir, para llegar al matrimonio siendo virgen. La respuesta esta, amiga, en que esa continencia o virginidad debe de ir unida a una única opción: “el reino de los cielos”. Tu amor y aspiración verdadera por llegar a ser la y luz del mundo. Algo que Su Santidad Juan Pablo II pidió en su último encuentro de jóvenes en Canadá.

¿Qué tendrás que enfrentar?

Que la virginidad (la pureza, la inocencia, la limpieza, el pudor) es algo que esta en la mente y no en una membrana, que es lo que gran cantidad de mujeres tristemente creen. ¿Qué significa esto? Ignorancia sobre la propia naturaleza femenina. Muchas piensan que es importante descubrir por sí mismas lo que deben hacer o no con su cuerpo. – Mamá-, se escucha en boca de muchas jovencitas, – déjame a mí misma que lo descubra. Descubrir ¿qué? ¿Lo que destruye tu propia dignidad? Hay un momento para todo debajo del cielo, nos habla Eclesiastés 3

La famosa prueba de amor, me parece necesario repetirlo, es otra verdad a la que todas las jóvenes se enfrentarán tarde o temprano en su vida. Por eso es muy importante que escuches a tu madre, y sigas las pautas para llevar una buena relación con el sexo opuesto. Una relación que te nutrirá como mujer y te hará descubrir tu capacidad para amar, pero también tu voluntad para defender tus propios valores y convicciones. Me parece que aquí lo importante será, cuan sólida sea tu relación con Dios y el lugar que ocupan en tu corazón Jesucristo y su Madre Santísima. Si estas totalmente consciente y convencida de que la única y sobrenatural razón que te sostiene para conservarte virgen hasta que llegue el momento de casarse, es tu amor por su Jesús, entonces sabrás ser fuerte.

Los adultos comprendemos que a veces siendo muy joven ese seguimiento es difícil, pero recuerda que hubo una Santa María Goretti, que prefirió perder su vida a perder su virginidad. Que Catalina de Siena tenía sólo 15 años cuando se entrego a Dios y que Santa Teresita de Jesús ya era Santa a los 20.

¿Quieres ejemplos de mujeres de hoy? Fíjate muy bien en las jóvenes Consagradas de los Legionarios de Cristo, las Numerarias del Opus Dei, o aquellas que entran a las ordenes de claustro como El Carmelo. Miles, millones de mujeres jóvenes como tu, ofrecen su virginidad a Dios para renovar y redescubrir a la sociedad los verdaderos valores que te hacen llegar a ser mujer de temple.

La virginidad no es una renuncia, sino la decisión de seguir un camino: el de Cristo y sus enseñanzas. La alegría y aceptación de no saltar las etapas, sino esperar el momento en que llegará el quien será tu esposo.

La Custodia de tu virginidad

“La virginidad de la más perfecta de las criaturas encierra un mensaje importante para las mujeres de todos los tiempos: la satisfacción del sexo no pertenece a la perfección de la persona”. Antonio Orozco (Mirar a María)

Si, la conoces desde muy niña. Incluso, tal vez antes de nacer fuiste consagrada a ella. ¿Sabes a quien me refiero? La llamamos la “Virgen María” . Fue voluntad de Dios que su madre fuera virgen, imagínate pues si para Dios la virginidad no será un altísimo valor.
La virginidad o continencia verdaderamente representativa de la entrega total a Dios (no necesariamente debes ser religiosa o seglar consagrada) es la que la mujer vive precisamente como respuesta generosa, como entrega total de cuerpo y alma a Dios, a una llamada divina específica: Crecer en deseos de ser santa mientras ese momento llegue.

Por lo tanto, te conservas virgen, no porque mamá o papá te obliguen. Decides ser virgen como una respuesta de amor a tu Creador. Como una actitud nueva y característica de una generación que se debate entre el sentir y el ser; entre buscar el placer y vivir dignamente como hijas de Dios.

Quiero y decido ser una chica que ha descubierto el don de su sexualidad; buscando hacer “una diferencia enorme” en un mundo que se despedaza por falta de mujeres que aspiren a la vocación de un amor que construye y levanta una cultura diferente. ¡Si quiero ser sal y luz del mundo!

Imagínate si lo haces de la mano de tu amiga, consejera, consoladora, escudo, Trono de la Sabiduría, Arca de la Alianza, Estrella de la mañana, Nuestra Virgen Santa María. ¡Oh cuán lejos llegarás! ¡Que modelo de mujer, esposa y madre serás!

SheilaMorataya-Fleishman 


►Se te nota en la mirada…







Un hijo es un lienzo, un jardín que está por diseñarse, un sueño que trabajar día a día. Un momento maravilloso, pero también una importante responsabilidad ante Dios.

Se nos ve en la Mirada. En la forma delicada de nuestras manos, en el calor de nuestro seno. Lo llevamos marcado en el rostro, en la voz y en la sangre….fuimos creadas para preservar la raza humana, para ser la piedra fundamental. Nuestro nombre más sonoro es madre. La mujer que tocará con más fuerza que nadie la vida de un niño. Por eso el vocablo madre significa fuerza. Fuerza para llevar la vida en el vientre. Fuerza para enseñar a amar. Fuerza para asegurar los valores en el alma. Fuerza para educar. A la madre, corresponde pues , llevar de la mano y enseñar la belleza de ser persona.


Profundicemos un poco más


Se nos ve en la Mirada….Cuando una mujer está embarazada el brillo de sus ojos es algo extra-humano. Es un imán que nos atrae sin saber por qué, al proyectar una belleza diferente pues lleva una nueva vida en el vientre y se le nota en la Mirada. Por eso es necesario pensar un poco en lo que significa convertirse en una mujer-madre. Ya no se es más una mujer-soltera; una mujer-esposa. Se será una mujer madre y con ello se tendrá frente a sí la responsabilidad y deber más grande y sagrado de la vida. Ayudar a otro ser humano que será su hijo, su hija o sus hijos a que experimenten la vida como el campo de acción en el cual se aprenderá a vivir con responsabilidad y buscara aquello para lo cual se ha nacido por medio de los valores que a través del ejemplo puedan ir interiorizando. Por esto es importante y necesario que el valor más importante al convertirse en madre, una mujer sea de Dios.


La mano de Dios al educar


Cuando educamos a nuestros hijos teniendo a Dios como el valor más importante de nuestra vida y de nuestra familia, estamos educando para vivir desde la dimensión espiritual y por lo tanto más allá de uno mismo. El objeto de la religión es ayudar al hombre a ser lo que tiene que ser. La que siembra la fe, sin duda como nadie, es la madre. La mujer que vive una vida interior está más serena, más centrada y se nota a través de la intensidad de su Mirada, de el sentimiento que se trasmite con el trato respetuoso a cada hijo. Esto hace que ellos vayan adquiriendo la certeza de saberse amados, de sentirse únicos y dignos. Educar de la mano con Dios hace que no sea necesario explicarle al niño cuando llegue a cierta edad que Dios existe y que es su Padre, sino, es interiorizar en ese niño a través de la entrega diaria de mi "yo" hacia el "tú" como un día descubrirla y entenderá que su valor es único e irrepetible pues su rango pertenece a otra categoría. La que nos da el ser hijos suyos. Debido a la gran abundancia de información escrita, a la velocidad con la que se vive, a todo lo que se ve en la televisión y que se escucha en la radio, hemos visto como cada vez queda menos tiempo para detenerse e interiorizar cada tarea que la vida nos pide, le ayudemos a ejecutar. La mujer tiene una especial y misteriosa capacidad (que no suele encontrarse fácilmente en los varones) para recogerse, para ver dentro de ella misma y así escuchar a Dios. Si somos madres, es importante que escojamos un momento del día en un lugar "nuestro" para meditar sobre el rol que estamos desempeñando como madres en la vida de nuestros hijos, siempre con el objeto de mejorar para poder perfeccionarlos a ellos. Estaremos entonces educando, tomadas de la mano, con Dios, Nuestro Padre y Maestro. Ser la mujer que tocará con más fuerza la vida de un niño.Y para hacerlo con verdadera fuerza hay que comenzar a tocar y buscar en el sótano interior.


¿Qué significa ser madre para mí? ¿Cómo es el amor que doy? ¿Condiciono, soy egoísta, hablo constantemente de mis derecho? ¿En qué creo, que me mueve, cuales son mis compromisos para con el mundo? ¿Estoy constantemente viviendo un proceso de auto-educación o por el contrario me he acomodado? ¿Deposito la responsabilidad de educar a mis hijos en manos de terceros?


Todas estas preguntas invitan a tomar un tiempo que talvez no se tiene, para encontrar en que estamos fallando y sacar propósitos concretos para mejorar como educadoras de nuestros hijos. Hay cosas que impiden hoy en día ser madres de verdad, ser madres ponen toda su inteligencia, voluntad y corazón para serlo. Veamos algunos ejemplos:


1- El excesivo amor a una carrera profesional. El estar inmersa en perseguir el propio éxito. ¿Qué es? Egoísmo. Dificultad para ser generosas al ejercer la maternidad.


2- La excesiva preocupación por la ropa y las cosas materiales. ¿Qué hace? Trasmite anti-valores a nuestros hijos. Se les va enseñando inconscientemente que lo más importante son las cosas que se tienen y no lo que se es como persona.


3- Estar demasiado preocupadas por no tener el matrimonio perfecto. ¿Sus efectos? Nos deprimimos y una mujer deprimida no puede pensar en los demás con una mente clara.


4- Ver a los hijos como parte de la rutina. ¿Qué provoca? Que ya no haya creatividad al dar amor. Que se relajen los sentimientos y la voluntad al educar. Que la ilusión por tenerlos desaparezca.


Todo esto, nos debilita y hace que desaparezca nuestra fuerza. Pero hemos visto que el vocablo madre es precisamente lo que nos da la fuerza para conocernos a nosotras mismas, para exigirnos, para concientizarnos de la gran labor que cada día por delante tenemos. Un hijo es un lienzo, un jardín que está por diseñarse, un sueño que trabajar día a día, un Miguel Ángel que hay que sacar a la luz, una Madre Teresa que enseñe lo que es dar amor. Sólo podremos hacerlo teniendo ganas de ser madres diferentes, que vayan contra la corriente. Que encuentren que tienen un corazón cuyos latidos son de gigante y un alma que es tan extensa como el cielo que nos contempla cada día. Ser madre es un regalo, una vocación ultra-humana, un designio al que responder. Tómate unos minutos de tu tiempo para profundizar más en todo esto y descúbrete a ti misma el velo de tus ojos.

SheilaMorataya-Fleishman 

►La madre en las diferentes etapas de la vida



Una breve reflexión que te hará pensar seriamente en cómo vemos a la madre dependiendo de nuestra edad.


4 AÑOS DE EDAD… Mi mamá puede hacer cualquier cosa


8 AÑOS DE EDAD… ¡Mi mamá sabe mucho! Un montón!


12 AÑOS DE EDAD… Mi mamá no lo sabe absolutamente todo.


14 AÑOS DE EDAD… Naturalmente, mamá tampoco sabe eso.


16 AÑOS DE EDAD… ¿Mi mamá? ¡Ay, es tan anticuada!


18 AÑOS DE EDAD… Está totalmente fuera de época.


25 AÑOS DE EDAD… Bueno, puede que mamá sepa algo al respecto


35 AÑOS DE EDAD… Antes de decidir, ¿Por qué no pedimos la opinión de mamá?


45 AÑOS DE EDAD… Me pregunto, ¿Qué hace mamá en estos casos?


65 AÑOS DE EDAD… Ojalá pudiera conversarlo con mamá.


SheilaMorataya-Fleishman 
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♥Consagración a la Virgen María

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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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