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miércoles, 25 de enero de 2012

►Entrevista a Lucía Fernández


Una joven mujer, española, que sufrió un aborto provocado nos habla de cómo lo vivió.

Cuéntanos como empezó todo

-Lucía Fernández. He tenido dos embarazos. El primero terminó en aborto provocado. El segundo, una niña. Sobre el primero, pues sucedió lo “típico”. Estaba con mi pareja, pasa lo de las relaciones sexuales y quedarse embarazada... y él dice que lo de tener hijos lo dejemos para más adelante, que somos jóvenes. Estábamos ya mal, estábamos muy mal y yo no me imaginaba lo que iba a pasar después...

¿Cómo te enteraste de que estabas embarazada?

-Lucía Fernández. Por la prueba del embarazo. La compré en la farmacia.

¿Y tú querías seguir adelante?

-Lucía Fernández. Yo estaba contenta con mi embarazo pero sabía que él no querría tener al bebé. Él me dijo: “Lucía, que somos jóvenes, hay mucho tiempo”. Añadía otras cosas como diciendo “Si ahora lo tienes te voy a dejar”. Una especie de chantaje, o sea, yo ya no tenía a nadie en quien confiar, de ninguna clase, no tenía amigas, no tenía a nadie, solo a él, y si me dejaba...

Estabas atada a él.

-Lucía Fernández. Sí, económicamente atada, atada y lo quería con locura. Finalmente me convenció, le costó, le costó bastante. Estaba cariñoso, cosa que no estaba nunca.

Quería conseguir que accedieras a abortar, claro.

-Lucía Fernández. Claro, sí, exacto. Él decía que no tenía dinero, estaba todo el día quejándose de que no teníamos medios y en cuanto se enteró de que estaba embarazada, ya tenía el dinero preparado para el aborto.

¿Sabes cuánto costó?

-Lucía Fernández. Pagó él, 240 euros creo (unas 40.000 pesetas).

Y vosotros ¿estabais solos? ¿Él y tú? ¿No había otra gente que te pudiera ayudar para tener al niño?

-Lucía Fernández. No, no, yo estaba sola, no encontré ayuda. Él sí tenía relación con su familia, yo no.

¿Cómo fue el aborto?

-Lucía Fernández. Fui totalmente bebida al aborto… porque no quería hacerlo. Realmente estaba muy presionada… El día que fui me hicieron todo: ecografía, visita del psiquiatra y luego el ginecólogo que me lo hizo. No sé, era como que el médico tenía miedo, me hacía muchas preguntas como “¿Por qué venís a esta clínica?” Parecía que tuviera miedo de estar haciendo el aborto. Creo que era argentino. Nadie me ofreció otras alternativas al aborto ni me contaron lo que iba a sufrir después por ello. He conocido ahora que tenía derecho a conocer las repercusiones y las secuelas que podía tener por ley, pero a mí no me dijeron nada de esto. ¿Por qué?

¿Cuál fue el método abortivo que usaron contigo?

-Lucía Fernández. Me hicieron el aborto con el método de aspiración. Con el aspirador es como si te arrancaran un trozo... es que tú sientes que te están arrancando parte de tu cuerpo. ¡Es horrible!

¿Has tenido tristeza o lo que se llama la depresión del aniversario, es decir, al año de la operación o en la supuesta fecha de nacimiento del niño?

-Lucía Fernández. Empecé a beber alcohol, comencé a encontrarme fatal de ánimo, todo por el aborto. A mí, cuando veo a un niño de unos cuatro o cinco años, pues se me escapan las lágrimas. Es la edad que tendría mi hijo si viviera… Lo del aniversario del aborto y su fecha de nacimiento lo sufro mucho. He tenido un intento de suicidio.

¿Has pasado noches sin dormir con ansiedad?

-Lucía Fernández. Después del aborto he tenido mucha ansiedad, sí.

¿Y cómo acabó la relación con él?

-Lucía Fernández. El otro embarazo fue precisamente por el remordimiento que tenía, buscando, pensando, que iba a reparar. Estábamos muy mal ya. Finalmente dejamos la relación.

¿Con el embarazo de la niña, has tenido sueños de que perdías a la niña o algo relacionado?

-Lucía Fernández. Soñaba que me quitaban a la niña, todos los días soñaba que venía la policía y se la llevaban, que yo no era digna de tenerla. Estuve tomando durante el embarazo somníferos. Cuando nació la niña, ésta tuvo algo de síndrome de abstinencia. Ahora necesito tomar algo más para dormir.

En relación con los médicos, ¿qué nos comentas?

-Lucía Fernández. Tengo pánico a los médicos, ¡ufff!! Para una revisión ginecológica, al final ha tenido que ser una mujer ¡una mujer! Pero sólo porque era una mujer, era incapaz de que me viera un hombre después del aborto.

¿Tú eras una persona religiosa?

-Lucía Fernández. No, no lo era. Era atea. Yo era muy “feminista” y lo veía sólo desde el punto de vista de la mujer. Un punto de vista falso e imparcial. Ahora no, ahora veo al niño.

El aborto que cometí no quiero intentar olvidarlo, es una cosa que está ahí y la asumo. Es que no quiero quitarle la importancia que tiene. Es como quien mata a alguien y con estar cuatro años en la cárcel ya está todo bien. Uno tiene que reparar y seguir mirando hacia delante, pero asumir que ha hecho cosas mal. El aborto es algo muy malo para la mujer.

Yo creo que fui responsable de este error pero tuve un margen de elección muy pequeño: cuando lo veo ahora… creo que realmente no tuve la suficiente libertad como para poder elegir lo mejor para mí. No había tiempo que perder y con tanta presión de mi pareja… y la falta de ayuda de los médicos de esas clínicas abortistas… Cuando me vieron que fui a abortar totalmente borracha debían haberse dado cuenta de que no quería realmente hacerlo. Pero esos médicos mataron a mi hijo y me hicieron cómplice de algo horrible… cosa de la cual me arrepiento y le pido a todo el mundo que no dejen que se siga haciendo.

El aborto no soluciona nada, es otro problema más y encima, han hecho un negocio conmigo y con mi difunto hijo.

www.vozvictimas.org


►Testimonio de un médico brasileño que relató a la emisora radial Rainha de Paz







Por dinero

El médico comentó que es el único hijo hombre de una familia humilde del interior de Minas, y que "con sacrificio y unión" fue el único que tuvo la oportunidad de estudiar, "pues mis hermanas no terminaron la enseñanza secundaria".

"Mi madre era una simple costurera que trabajaba hasta las madrugadas para ayudar a mi padre. Mi padre era una guardia nocturno. Por eso se pueden imaginar el sacrificio que hicieron para tener un hijo médico. Luego escogí la ginecología y la obstetricia", afirmó.

"Entre las mayores dificultades enfrentadas como médico recién formado, choqué con la realidad de lo que es mi profesión. En un largo tiempo los médicos se vuelven ricos, y yo quería más, quería enriquecerme y tener más dinero. Fue así como violé el juramento que hice cuando me formaba para dar la vida, para salvar la vida. Ayudé a muchos niños a venir al mundo, pero también a muchos de ellos no les permití nacer y me enriquecí escondido tras la máscara de la vitalidad", agregó el médico.

Reconociendo la verdad

Sobre su vida abortista, el experto explicó que "puse un consultorio que en poco tiempo se convirtió en el más visitado de la región. Y saben ¿qué es lo que hacía?: abortos. Y como todos los que cometen el crimen, me decía a mi mismo que todas las mujeres tienen el derecho de escoger y que era mejor que sean ayudadas por un médico para no correr los riesgos de ir a una clínica clandestina donde los índices de muertes son alarmantes".

"Y fue así, en un ciego e inhumano oficio de medicina, que construí una familia con muchos bienes, muy rica y que nada le faltaba. Mis padres murieron con la ilusión de que su hijo era un doctor bien logrado, exitoso. Crié a mis hijas con el dinero manchado con la sangre de inocentes y fui el más despreciable de los humanos. Mis manos, que debieron ser bendecidas para la vida, trabajaron para la muerte", agregó.

La misma "moneda"

El médico explicó emocionado que "sólo paré cuando mi conciencia hizo sangrar a mi corazón con la misma sangre de todos los inocentes que no dejé nacer. Mi hija menor, Leticia, dejó de respirar por una infección generalizada luego de haberse sometido a un aborto. Ella, de 23 años de edad, salió embarazada y buscó el mismo camino de tantas otras que me fueron a buscar: el camino del aborto. Y sólo supe de esto cuando ya nada se podía hacer".

"Al lado del lecho de muerte de mi hija, vi las lágrimas de todos esos bebes que yo maté. Mientras ella esperaba la muerte, yo agonizaba junto a ella. Fueron seis días de sufrimiento para que en el séptimo día ella partiese hacia el encuentro con su hijo, al cual un médico asesino le impidió nacer", comentó.

"Cansado por las noches que pasé al lado de mi hija, yo soñé que andaba por un lugar absolutamente oscuro y muy húmedo, en el que quería respirar pero no podía, yo quería salir desesperadamente pero fui envuelto por un lugar en donde el estruendo me dejaba atónito. Eran los llantos dolidos de los niños que en mi pensamiento, como si un rayo me cortase por la mitad, veía en mi entendimiento: los llantos eran de dolor, eran los lamentos de aquellos niños que yo no dejé nacer. Era la triste consecuencia de mis actos sin pensar, esos llantos que gritaban ¡asesino!, ¡asesino!", afirmó el médico.

"Asustado para salir de aquel lugar, pasé mi mano por mi rostro para secar mi sudor y mis manos se mancharon de sangre! Aterrorizado grité con toda la fuerza que me quedaba un pedido de perdón, sólo así logré respirar nuevamente y me acordé de que era tiempo de acoger y valorar el último respiro de mi hija, que murió por las consecuencias de la infección que le produzco el aborto. Yo sé eso a través de mi sueño", agregó.

Reparación y conversión

El experto comentó que "pude comprender que a partir del momento de la fecundación del óvulo existe vida, por lo que entendí que soy un asesino, para restar mi culpa y mi dolor, vendí mi consultorio y todos los bienes que conseguí con la práctica del aborto y con ese dinero, construí una casa de amparo para madres solteras y me dedico hoy a atender y practicar ¡una medicina de verdad!".

"Hoy soy médico de los pobres, de los desamparados y desvalidos, y los niños que vienen al mundo a través de mis manos son hijos que adopto pues sé que tengo una sola misión: traer la vida al mundo y dar condiciones para que los niños tengan un lugar feliz.

www.fluvium.org

►El grito silencioso


Video sobre el aborto, con imágenes del acto. La explicación corre a cargo del Dr. Bernard.Nathanson, que fue durante años el "Rey del aborto" en Estados Unidos (duración 27').
En 1969 fundó, junto con otras personas, la "Asociación Nacional para la Revocación de las Leyes contra el Aborto", más tarde llamada "Liga Nacional para la Acción por el Derecho al Aborto". Fue director del "Centro de Salud Reproductiva y Sexual" de Nueva York, que era entonces la mayor clínica abortista del mundo. Al final de los 70 renegó de su militancia en pro del aborto y llegó a ser un gran abogado de la causa pro-vida: "Aquello" que había abortado miles de veces (según sus propios cálculos, Nathanson ha estado implicado directa o indirectamente en unos 75.000 abortos) era en realidad un ser humano desde el instante de la concepción.
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♥Consagración a la Virgen María

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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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