"Y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue." (Lc 2,7)
No había lugar para ellos, como no lo hay en tantos corazones hoy día. Ofrezcámosle el nuestro, que no es más que un indigno pesebre, para que Él lo inunde de paz, de gozo, de amor.
Que la alegría del nacimiento de Cristo permanezca todo el año y nos impulse a trabajar sin descanso por un mundo mas unido, mas fraterno, mas amoroso.
El niñito Dios nos inunde de su Amor y paz.
Felicidades para todos