“hijos, orad, la oración es el fundamento de vuestra paz” Si no tenéis paz en vuestros corazones poco importa todo lo demás. Podéis perder la paz un momento como dice San Serafín de Sarov, pero poniéndoos en oración enseguida, hundiéndoos en la oración encontraréis la paz nuevamente. “Si vivís angustiados, con estrés, es que todavía no oráis con el corazón.” Esta expresión “con el corazón” nunca acabaremos de entenderla, no se trata de cumplir: de oír Misa, de rezar el rosario rápidamente, no se trata de eso. “Dedicad tiempo a Dios”Dios nunca vendrá a nosotros rezando de esta manera; para que Dios establezca su morada en nosotros, para que la unción del Espíritu Santo y su soplo nos visiten, hay que tomar tiempo. Hoy, muy poca gente va a la Iglesia durante una hora para orar frente al Santísimo Sacramento.
Orar con el corazón es esta disposición interior, como dice Santa Teresita: “la oración es un grito de amor hacia el cielo”. Tomad tiempo con Dios.
Marija, una de las videntes, regresando de Rusia, estaba totalmente sorprendida y comentó en Europa: La gente en aquel país como en cualquier otro, pide egoístamente, sus oraciones se refieren a ellos mismos, a sus intereses, “reza por mí, por mi abuelo, por mi país”, yo, yo, yo, esto no es posible, esto no es oración. La Virgen María dijo:“Hijos, rezad por mis intenciones y yo me encargaré de vuestras preocupaciones, de vuestros dolores”, esa es la verdad. La gente no cree porque no se abre realmente al Espíritu Santo, no se abre a la paz de Dios. La oración del corazón es la clave para aprender junto con María a orar.