No hay más amor que el Amor!
Camino, 417
Si el Amor, aun el amor humano, da tantos consuelos aquí, ¿qué será el Amor en el cielo?
Camino, 428
La oración contemplativa surgirá en vosotros cada vez que meditéis en esta realidad impresionante: algo tan material como mi cuerpo ha sido elegido por el Espíritu Santo para establecer su morada…, ya no me pertenezco…, mi cuerpo y mi alma mi ser entero son de Dios… Y esta oración será rica en resultados prácticos, derivados de la gran consecuencia que el mismo Apóstol propone:glorificad a Dios en vuestro cuerpo(1 Cor 6, 20)
Conversaciones, 121
No lo dudes: el corazón ha sido creado para amar. Metamos, pues, a Nuestro Señor Jesucristo en todos los amores nuestros. Si no, el corazón vacío se venga, y se llena de las bajezas más despreciables.
Surco, 800
“¡Influye tanto el ambiente!”, me has dicho. —Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar “vuestro tono” a la sociedad con la que conviváis. —Y, entonces, si has cogido este espíritu, estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: “¡Influimos tanto en el ambiente!”
Camino , 376