Cada vez que me entero sobre alguna mujer que desea realizarse un aborto, siento tristeza, me viene a la mente mi primer embarazo, tantas dudas en incertidumbres me asaltaban... asumo que, sin el apoyo de mi esposo, quizás, nada hubiera sido igual. No dudé en algún momento respecto a que hacer con la vida gestante, había otros planes para entonces, pero allí estaba Dios manifestando Su voluntad.
Imagino a la mamá sin ese apoyo indispensable, se me ocurre decirle que no tenga miedo, esa vida que crece en su interior fue asignada a su cuidado por gracia de Dios y ya no hay nada que decidir, la vida ya se ha iniciado y es un proceso maravilloso, un verdadero milagro que termina teniéndose en brazos a muy corto plazo. No hagas caso a las voces que intentan que te deshagas de tu hijo, porque si lo haces, la conciencia siempre te pasa factura.
Se valiente, lucha por la vida del niño, no permitas que los prejuicios sociales se interpongan, se fuerte y decidida. La mayoría de las mujeres que abortan terminan con fuertes depresiones de por vida acudiendo a las drogas, el alcohol e incluso el suicidio. Dios te ha bendecido con la vida de un hijo, tiene grandes planes para él. Que grande eres que te ha destinado semejante rol, el de ser madre... no dudes de tus capacidades. Dios te bendiga y te acompañe.