¿Y qué os corresponde a vosotros, queridos jóvenes? Yo diría, de acuerdo con todo lo que acabo de insinuar, que os corresponde una especie de función profética: podéis desarrollar una acción de denuncia contra los males de hoy, hablando ante todo contra esa difundida "cultura de muerte" que, al menos en ciertos contextos étnico-sociales (afortunadamente no en todas partes); se manifiesta como un peligroso plano inclinado de resbalamiento y de ruina. Mirad es un derecho-deber vuestro reaccionar contra dicha cultura: vosotros debéis apreciar siempre y esforzaros por hacer apreciar la vida, rechazando las violaciones sistemáticas que comienzan con la supresión del que va a nacer, se desarrollan con las innúmeras violencias de las guerras, llegan a la exclusión de los inhábiles y de los ancianos, para terminar en la solución final de la eutanasia. Os corresponde a vosotros en virtud de la innata sensibilidad que tenéis por los valores que Cristo ha anunciado, en virtud de vuestra alegría a los compromisos, afanaros, juntamente con quienes son mayores que vosotros y que no se han resignado a tales compromisos, para que se superen las injusticias persistentes y todas sus prometeiformes manifestaciones, las cuales, lo mismo que los males antes citados, tiene su raíz en el corazón del hombre.