Hola. Hoy les comparto otro artículo con el cual estoy totalmente de acuerdo. Doy fe de que todo cuanto dice es verdad. En carne propia viví, embarazo tras embarazo, el bombardeo constante y permanente de los médicos y ciertos familiares que viven enagenados e influenciados por esta perversa ideología.
A una mujer humilde, sin recursos, con escasos conocimientos es muy fácil hacerle "comprender" que los hijos pasan a ser un peso para ella y el estado... sin embargo, quien haya leído un poco, haga uso de su inteligencia, y además la Palabra de Dios, sabe que estas maniobras forman parte del paquete de control de natalidad por parte de los estados reinantes. Pronto les contaré algunas anécdotas que tuve en los consultorios médicos.
Se que muchas de ustedes han elegido otro modo de vida que no intenta ser juzgado, solo queremos mostrar la verdad.
11. Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza[20]: llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al mismo tiempo al amor. Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente en el ser, Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano. ( F.C.)
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martes, 19 de enero de 2016
¿8 cesáreas u 8 personas? Mis 8 hijos
Les comparto a continuación algunos testimonios sobre familia numerosa. Me parece de vital importancia darlos a conocer, ya que actualmente, cada vez se ven menos este tipo de familias, y es difícil encontrar coincidencia de pareceres, con los matrimonios o parejas de nuestra edad.
Lean, compartan, averiguen y piensen si realmente son mas felices optando por la abundancia material que enceguece a tal modo de hacerles creer que la familia carece de importancia.
Por: Silvina Martínez de Pollicino | Fuente: http://www.fluvium.org
Me llamo Silvina, profesora de Historia, casada y madre de familia numerosa. Tengo 8 hijos y todos nacieron por cesárea. Con 48 años y habiendo vivido la maternidad desde muy joven, creo haber reflexionado sobre la vida y sus riesgos.
La ciencia médica (la verdadera que está al servicio de la vida, como debe ser), no sólo ayuda sino que, proporciona todos los medios para poder seguir adelante con los embarazos llamados de riesgo o alto riesgo. Hoy en día esto no se comprende, pues la práctica médica más extendida aconseja no pasar por ese trance de las cesáreas más de tres veces. En realidad se trata de una consigna ideológica. Yo misma lo pude comprobar en mi propia carne...
En mi séptima cesárea, tuvo que intervenir un cirujano para operarme una hernia inguinal. Sin saber el número de cesáreas que yo tenía, y viendo mi útero me animaba a tener más hijos “porque usted está fantástica”, me decía. Cuando mi obstetra, le dijo que era mi séptima cesárea, casi se desplomó e inmediatamente cambió de opinión y comenzó a decirme que no tuviera más hijos. El veía la realidad de mi tejido que le indicaba lo contrario, pero su concepto de “tres cesáreas y punto” era más fuerte. Está claro lo que puede hacer la ideología en la conciencia humana.
Aunque nuestra actitud pueda parecer de irresponsabilidad, puedo asegurar que mi marido y yo no estamos locos. Precisemos un poco, ¿qué significa ser responsable? ¿Tener un hijo, dos? ¿Tener todo calculado? ¿Vivir en la comodidad egoísta sin sacrificio alguno? ¿No arriesgar nada por algo que valga la pena? Muchas veces nos dijeron que, nuestra actitud era providencialista, significando con ello que no medíamos las consecuencias de los actos que realizábamos. Debo decir que, no considero a priori que, el tener muchos hijos sea una irresponsabilidad. Depende todo de las circunstancias personales y sociales en las que uno se encuentre (armonía conyugal, salud física y psíquica, posibilidades económicas, etc.) Creo haber obrado con responsabilidad, ya que siempre supimos con mi esposo que probablemente estábamos concibiendo un niño, y así lo queríamos.
Y el ser responsable, no excluye la creencia en la Providencia de Dios. Por el contrario Dios cuenta con nuestra “libertad responsable” (si cabe el término) para obrar y colaborar con Él y nosotros contamos con su cuidado amoroso, porque de verdad nos creemos que existe Dios. Cuando se enteran de que, somos padres de ocho hijos, nos acotan siempre que evidentemente debemos tener un buen pasar y que el dinero y la salud nos sobran.
La salud, debo decir que no siempre ha sido muy buena. Las cesáreas, dejaron de ser un problema, cuando a partir de mi cuarto hijo, comencé a tener dificultades por incompatibilidad sanguínea con mis niños. Pero la Medicina, ha avanzado mucho, gracias a Dios, y existen medicamentos y tratamientos apropiados para estos casos que posibilitaron tenerlos sin dificultades de ningún tipo. Y con respecto al dinero, siempre tuvimos lo “necesario” (y remarco la palabra) para criarlos y educarlos, obviando muchas veces cosas que la sociedad nos impone como necesarias y no son tales.
Pero, más allá de lo que mi marido y yo hayamos decidido, cada hijo aporta las posibilidades “infinitas” del desarrollo de la persona; uno menos sería el privarnos tal vez, de la riqueza de esa persona y de su aporte a la vida familiar y social. Es conocida la anécdota sobre las incapacidades familiares de Beethoven y de los antecedentes físicos de sus hermanos. Si su madre hubiera vivido hoy, toda la pseudociencia le hubiera aconsejado abortarlo. Y así la humanidad se hubiera visto privada de su genio. Cada ser es único e irrepetible.
Cada uno con su riqueza personal y con sus características, nos proporcionan una inmensa felicidad (no exenta de problemas a veces, pero es que, así es la condición humana). No me imagino la vida sin ninguno de ellos, me refiero sin haberlos conocido. Y esperamos de ellos que desarrollen cada una de las potencialidades que tienen escondidas aún y que puedan servir a los demás.
Al tener tantos hijos, a veces he pensado qué podría aportar a una mujer que se plantea abortar. Lo primero que le diría es que se informe bien acerca de lo que significa un aborto (aunque sea muy triste, hay muchos abortos filmados y en estos casos conviene verlos).
Segundo, que averigüe sobre las dificultades que le aquejan, no contentándose con la opinión de un solo médico, investigando, etc.
Tercero, que busque un buen ginecólogo que públicamente esté a favor de la vida, ya que la opinión científica de estos no está influida por la ideología de la muerte.
Cuarto, que busque el consejo y el apoyo de muchas de las instituciones que hoy trabajan para acompañar y ayudar a las mujeres embarazadas.
Y por último, que la vida está llena de dificultades y que, el afrontarlas y buscarles una verdadera solución sin atentar contra la dignidad de la persona humana es lo que la hará verdaderamente feliz y plena, sabiendo que ha puesto todo de sí para sortear los inconvenientes.
La ciencia médica (la verdadera que está al servicio de la vida, como debe ser), no sólo ayuda sino que, proporciona todos los medios para poder seguir adelante con los embarazos llamados de riesgo o alto riesgo. Hoy en día esto no se comprende, pues la práctica médica más extendida aconseja no pasar por ese trance de las cesáreas más de tres veces. En realidad se trata de una consigna ideológica. Yo misma lo pude comprobar en mi propia carne...
En mi séptima cesárea, tuvo que intervenir un cirujano para operarme una hernia inguinal. Sin saber el número de cesáreas que yo tenía, y viendo mi útero me animaba a tener más hijos “porque usted está fantástica”, me decía. Cuando mi obstetra, le dijo que era mi séptima cesárea, casi se desplomó e inmediatamente cambió de opinión y comenzó a decirme que no tuviera más hijos. El veía la realidad de mi tejido que le indicaba lo contrario, pero su concepto de “tres cesáreas y punto” era más fuerte. Está claro lo que puede hacer la ideología en la conciencia humana.
Aunque nuestra actitud pueda parecer de irresponsabilidad, puedo asegurar que mi marido y yo no estamos locos. Precisemos un poco, ¿qué significa ser responsable? ¿Tener un hijo, dos? ¿Tener todo calculado? ¿Vivir en la comodidad egoísta sin sacrificio alguno? ¿No arriesgar nada por algo que valga la pena? Muchas veces nos dijeron que, nuestra actitud era providencialista, significando con ello que no medíamos las consecuencias de los actos que realizábamos. Debo decir que, no considero a priori que, el tener muchos hijos sea una irresponsabilidad. Depende todo de las circunstancias personales y sociales en las que uno se encuentre (armonía conyugal, salud física y psíquica, posibilidades económicas, etc.) Creo haber obrado con responsabilidad, ya que siempre supimos con mi esposo que probablemente estábamos concibiendo un niño, y así lo queríamos.
Y el ser responsable, no excluye la creencia en la Providencia de Dios. Por el contrario Dios cuenta con nuestra “libertad responsable” (si cabe el término) para obrar y colaborar con Él y nosotros contamos con su cuidado amoroso, porque de verdad nos creemos que existe Dios. Cuando se enteran de que, somos padres de ocho hijos, nos acotan siempre que evidentemente debemos tener un buen pasar y que el dinero y la salud nos sobran.
La salud, debo decir que no siempre ha sido muy buena. Las cesáreas, dejaron de ser un problema, cuando a partir de mi cuarto hijo, comencé a tener dificultades por incompatibilidad sanguínea con mis niños. Pero la Medicina, ha avanzado mucho, gracias a Dios, y existen medicamentos y tratamientos apropiados para estos casos que posibilitaron tenerlos sin dificultades de ningún tipo. Y con respecto al dinero, siempre tuvimos lo “necesario” (y remarco la palabra) para criarlos y educarlos, obviando muchas veces cosas que la sociedad nos impone como necesarias y no son tales.
Pero, más allá de lo que mi marido y yo hayamos decidido, cada hijo aporta las posibilidades “infinitas” del desarrollo de la persona; uno menos sería el privarnos tal vez, de la riqueza de esa persona y de su aporte a la vida familiar y social. Es conocida la anécdota sobre las incapacidades familiares de Beethoven y de los antecedentes físicos de sus hermanos. Si su madre hubiera vivido hoy, toda la pseudociencia le hubiera aconsejado abortarlo. Y así la humanidad se hubiera visto privada de su genio. Cada ser es único e irrepetible.
Cada uno con su riqueza personal y con sus características, nos proporcionan una inmensa felicidad (no exenta de problemas a veces, pero es que, así es la condición humana). No me imagino la vida sin ninguno de ellos, me refiero sin haberlos conocido. Y esperamos de ellos que desarrollen cada una de las potencialidades que tienen escondidas aún y que puedan servir a los demás.
Al tener tantos hijos, a veces he pensado qué podría aportar a una mujer que se plantea abortar. Lo primero que le diría es que se informe bien acerca de lo que significa un aborto (aunque sea muy triste, hay muchos abortos filmados y en estos casos conviene verlos).
Segundo, que averigüe sobre las dificultades que le aquejan, no contentándose con la opinión de un solo médico, investigando, etc.
Tercero, que busque un buen ginecólogo que públicamente esté a favor de la vida, ya que la opinión científica de estos no está influida por la ideología de la muerte.
Cuarto, que busque el consejo y el apoyo de muchas de las instituciones que hoy trabajan para acompañar y ayudar a las mujeres embarazadas.
Y por último, que la vida está llena de dificultades y que, el afrontarlas y buscarles una verdadera solución sin atentar contra la dignidad de la persona humana es lo que la hará verdaderamente feliz y plena, sabiendo que ha puesto todo de sí para sortear los inconvenientes.
Jim Bob y Michelle Duggar están esperando su hijo número 19
Jim Bob y Michelle Duggar del conocido Discovery Health están esperando al hijo número 19. Los ecologistas radicales, feministas, defensores del control de población y otros partidarios del derecho a elegir están aterrados.
Por: Steven W. Mosher | Fuente: Population Research Institute
No soy muy aficionado a los “reality shows” de la televisión. Mis gustos van más hacia EWTN o las noticias de FOX. Dado que viajo mucho y tengo una granja, “Weather Channel” (el canal del tiempo) también es otra elección casi obligada. Sin embargo, la noticia de que los protagonistas del “reality-show” Discovery Health, Jim Bob y Michelle Duggar están esperando su hijo número 19, de alguna manera, llegó hasta mí a través del Internet.
Como podrán suponer, me alegré con la noticia. Mi esposa y yo tenemos una familia grande, aunque solo la mitad de la de los Duggars, y en el PRI alentamos a otros a hacer lo mismo. Una de mis charlas se titula “Las Diez Grandes Razones para tener Otro Hijo”. En esta ponencia le digo al público que hay abundante espacio en los jardines de Dios para todos nosotros. La izquierda, como era de esperarse, protestó ante la noticia. “¿Es que no saben que los bebés causan el calentamiento global?” se le oyó murmurar a Al Gore, mientras que David Letterman lanzó su acostumbrada ración de chistes obscenos. Para Planned Parenthood, los defensores del control de la población, no era cosa de risa. Tiene una particular animosidad hacia aquellas parejas que son generosas en acoger a sus hijos en familias numerosas. “Criadores”, nos llaman burlonamente.
Mirando a la Norteamérica de hoy, uno tendría que decir que estos anti-natalistas han ganado. Las mujeres estadounidenses tienen un promedio de sólo 2.09 hijos. Pero este promedio invisibiliza la realidad de dos conductas extremadamente diferentes en sus hábitos reproductivos. En uno de estos extremos tenemos a los solteros “latte-sipping” (tomadores de café con leche), quienes egoístamente, renuncian a los niños y al matrimonio por igual. En otro, a parejas como los Duggars, que piensan que los hijos son regalos de Dios.
Cuando el Amor se entrega a más personas, no se divide sino que se multiplica.
En la época de fundación de los Estados Unidos existían muchas familias como los Duggars. Incluso hoy en día, en el movimiento pro-vida tenemos un promedio de 3 hijos y probablemente la mayoría de nosotros conocemos al menos una pareja que tiene diez o más hijos. En mi propia familia, hubiésemos querido duplicar la cantidad de hijos y alcanzar a los Duggars pero no pudimos por razones ajenas a nuestra voluntad. Las parejas con mente generosa como los Duggars dicen, “¿Quiénes somos para rechazar cualquiera de los regalos de Dios?”. Tal generosidad, sin embargo, tiene que pagar un precio muy alto. El Departamento de Agricultura estima que, en la actualidad, criar a un niño cuesta US$ 207,800, desde su nacimiento hasta la edad de 18 años. A esto hay que sumar que en promedio el gobierno se lleva más del 40% del dinero de la familia, y en parte para pagar el costo de la Seguridad Social y Medicare de aquellos que no tienen hijos. Desde la perspectiva de aquellos que miran esto solamente como una cuestión de dólares y centavos, los Duggars son unos tontos. Están gastando una pequeña fortuna para criar a un montón de niños. Cuando Jim Bob y Michelle Duggar lleguen a la edad de jubilación, tampoco se beneficiarán personalmente de los millones de dólares en impuestos que sus hijos mayores un día pagarán al gobierno. Por el contrario, parte de este dinero irá a pagos de Seguridad Social y Medicaid de aquellos que tuvieron pocos hijos o ninguno en absoluto. En 1940 había 160 trabajadores de apoyo por cada persona que gozaba de la Seguridad Social. En el 2006 esta cifra había descendido a 3.3 trabajadores por pensionista. En el 2034 habrá solamente 2.1 trabajadores por cada persona cobrando su cheque de jubilación del gobierno. En lugar de burlarse de los Duggars por tener muchos hijos, la izquierda estéril debería agradecerles (a ellos y a todos los pro-vida) por ayudar a subsidiar su jubilación. Sin embargo, no aguanten la respiración esperando una señal de gratitud. Podría ser fatal. En cuanto a los Duggars, al igual que a los Moshers, la verdad es que no les interesa cómo funcionan los números. Ellos entienden que en las matemáticas de Dios, cuando el Amor se entrega a más personas, no se divide sino que se multiplica. Y continuará multiplicándose para siempre.
Steven W. Mosher es el Presidente de Population Research Institute.
Por: Steven W. Mosher | Fuente: Population Research Institute
No soy muy aficionado a los “reality shows” de la televisión. Mis gustos van más hacia EWTN o las noticias de FOX. Dado que viajo mucho y tengo una granja, “Weather Channel” (el canal del tiempo) también es otra elección casi obligada. Sin embargo, la noticia de que los protagonistas del “reality-show” Discovery Health, Jim Bob y Michelle Duggar están esperando su hijo número 19, de alguna manera, llegó hasta mí a través del Internet.
Como podrán suponer, me alegré con la noticia. Mi esposa y yo tenemos una familia grande, aunque solo la mitad de la de los Duggars, y en el PRI alentamos a otros a hacer lo mismo. Una de mis charlas se titula “Las Diez Grandes Razones para tener Otro Hijo”. En esta ponencia le digo al público que hay abundante espacio en los jardines de Dios para todos nosotros. La izquierda, como era de esperarse, protestó ante la noticia. “¿Es que no saben que los bebés causan el calentamiento global?” se le oyó murmurar a Al Gore, mientras que David Letterman lanzó su acostumbrada ración de chistes obscenos. Para Planned Parenthood, los defensores del control de la población, no era cosa de risa. Tiene una particular animosidad hacia aquellas parejas que son generosas en acoger a sus hijos en familias numerosas. “Criadores”, nos llaman burlonamente.
Mirando a la Norteamérica de hoy, uno tendría que decir que estos anti-natalistas han ganado. Las mujeres estadounidenses tienen un promedio de sólo 2.09 hijos. Pero este promedio invisibiliza la realidad de dos conductas extremadamente diferentes en sus hábitos reproductivos. En uno de estos extremos tenemos a los solteros “latte-sipping” (tomadores de café con leche), quienes egoístamente, renuncian a los niños y al matrimonio por igual. En otro, a parejas como los Duggars, que piensan que los hijos son regalos de Dios.
Cuando el Amor se entrega a más personas, no se divide sino que se multiplica.
En la época de fundación de los Estados Unidos existían muchas familias como los Duggars. Incluso hoy en día, en el movimiento pro-vida tenemos un promedio de 3 hijos y probablemente la mayoría de nosotros conocemos al menos una pareja que tiene diez o más hijos. En mi propia familia, hubiésemos querido duplicar la cantidad de hijos y alcanzar a los Duggars pero no pudimos por razones ajenas a nuestra voluntad. Las parejas con mente generosa como los Duggars dicen, “¿Quiénes somos para rechazar cualquiera de los regalos de Dios?”. Tal generosidad, sin embargo, tiene que pagar un precio muy alto. El Departamento de Agricultura estima que, en la actualidad, criar a un niño cuesta US$ 207,800, desde su nacimiento hasta la edad de 18 años. A esto hay que sumar que en promedio el gobierno se lleva más del 40% del dinero de la familia, y en parte para pagar el costo de la Seguridad Social y Medicare de aquellos que no tienen hijos. Desde la perspectiva de aquellos que miran esto solamente como una cuestión de dólares y centavos, los Duggars son unos tontos. Están gastando una pequeña fortuna para criar a un montón de niños. Cuando Jim Bob y Michelle Duggar lleguen a la edad de jubilación, tampoco se beneficiarán personalmente de los millones de dólares en impuestos que sus hijos mayores un día pagarán al gobierno. Por el contrario, parte de este dinero irá a pagos de Seguridad Social y Medicaid de aquellos que tuvieron pocos hijos o ninguno en absoluto. En 1940 había 160 trabajadores de apoyo por cada persona que gozaba de la Seguridad Social. En el 2006 esta cifra había descendido a 3.3 trabajadores por pensionista. En el 2034 habrá solamente 2.1 trabajadores por cada persona cobrando su cheque de jubilación del gobierno. En lugar de burlarse de los Duggars por tener muchos hijos, la izquierda estéril debería agradecerles (a ellos y a todos los pro-vida) por ayudar a subsidiar su jubilación. Sin embargo, no aguanten la respiración esperando una señal de gratitud. Podría ser fatal. En cuanto a los Duggars, al igual que a los Moshers, la verdad es que no les interesa cómo funcionan los números. Ellos entienden que en las matemáticas de Dios, cuando el Amor se entrega a más personas, no se divide sino que se multiplica. Y continuará multiplicándose para siempre.
Steven W. Mosher es el Presidente de Population Research Institute.
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