"A todas les digo: un niño concebido es siempre una invitación a vivir y a esperar". Juan Pablo II se dirigió así a las mujeres embarazadas que atraviesan momentos difíciles justo en la fecha en que varios países de América Latina celebran el Día del Niño por Nacer.
Recordando que tradicionalmente el 25 de marzo la Iglesia celebra la Fiesta de la Anunciación -que este año por ser domingo de Cuaresma es celebrada litúrgicamente el lunes 26-, el Papa hizo un enérgico llamado a favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. "¡Que la humanidad pueda experimentar una nueva primavera de la vida en el respeto y en la acogida de todo ser humano, en cuyo rostro brilla la imagen de Cristo!", afirmó el Papa en el Angelus. El Papa pidió que "ante la cultura de la muerte y ante los ataques que por desgracia se están multiplicando contra la vida del hombre, que nunca desfallezca el compromiso de defenderla en cada una de sus fases, desde el primer instante de su concepción hasta su ocaso". El Santo Padre también recordó que el año pasado vivió la fiesta de la Anunciación en Tierra Santa. Refiriéndose a este misterio, el Pontífice dijo que desde el momento en que María dijo "sí" al mensajero divino, los creyentes pueden comprender mejor la grandeza de toda vida humana "y servir fielmente al 'Evangelio de la vida' que él nos confía".
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