Cada uno está llamado a “hacer la verdad” en su vida ordinaria y este es el reto para todos. Llevar la Verdad, anunciarla, transmitirla.
El conocimiento de la verdad presupone libertad, un hecho, que surge de que la razón es llamada por el contenido de verdad y movida por el deber.
Tener claro que existe una verdad. El ser humano no puede proceder caprichosamente en dicho conocer, sino que está en relación de obediencia respecto a la identidad de esencia.
Si una declaración es verdadera, su contradictoria no puede serlo. Y que entonces rechazar su contradictoria no es sólo mi derecho, sino también mi deber. Hay que superar la subjetividad.
La vida existe desde la concepción, un aborto mata una vida por nacer.
"“Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hech. 4, 20)."