Les comparto el siguiente escrito que nos facilita una serie de pensamientos, definiciones y conceptos que con el tiempo, los empresarios de las multinacionales (ej laboratorios) han ido cambiando de acuerdo a conveniencias antivida y generando asimismo, una legislación en favor de sus propios intereses.
Es importante conocer para poder defender nuestra postura pro-vida.
Gracias por leer.
Dios los bendiga!
Nuevo engaño del movimiento antivida
Según los que promueven esta forma de impedir los nacimientos, "la "anticoncepción de emergencia"...es buena, está accesible y puede evitar una cantidad muy importante de embarazos indeseados y muchos abortos subsecuentes".
Por Adolfo J. Castañeda
Introducción
La "anticoncepción de emergencia" (llamada también "anticoncepción postcoito") consiste en el uso de ciertas dosis de píldoras anticonceptivas o de la inserción del dispositivo intrauterino (DIU) dentro de un cierto número de horas después de un acto sexual, con el objeto de impedir que haya un nacimiento como producto de dicho acto, el cual se presume va a ser fecundo, ya sea porque no se usó ningún anticonceptivo o porque se usó incorrectamente1.
Las píldoras anticonceptivas que se usan para la "anticoncepción de emergencia" han estado disponibles en Europa y en otros países durante un largo tiempo2. Sin embargo, parece que la "anticoncepción de emergencia" ha tenido más publicidad desde abril de 1995, fecha en que se celebró una conferencia en Italia sobre este tema, auspiciada por South to South Cooperation, la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), Family Health International, el Population Council y la Organización Mundial de la Salud3.
Según los que promueven esta forma de impedir los nacimientos, "la "anticoncepción de emergencia"...es buena, está accesible y puede evitar una cantidad muy importante de embarazos indeseados y muchos abortos subsecuentes"4.
Los proponentes del ya mencionado método también alegan que el mismo no constituye un aborto (que es la interrupción del embarazo), ya que dicho método actúa antes de la implantación del óvulo fecundado en el útero de la mujer, momento en el cual, dicen ellos, comienza el embarazo5.
Los que se oponen a la "anticoncepción de emergencia" afirman que sus métodos son abortivos en la mayoría de los casos6. También indican que dichos métodos son dañinos para la mujer7.
Ante esta divergencia de posturas, es necesario presentar los hechos para constatar si la "anticoncepción de emergencia" es (a) abortiva o no y (b) si es dañina o no para sus usuarias. En este artículo nos limitaremos a tratar el primero de estos dos interrogantes. En cuanto a los daños de la "anticoncepción de emergencia", diríjase a Daños ocasionados por los anticonceptivos.
¿Es abortiva la anticoncepcion de emergencia?
Para poder responder a la pregunta sobre si la "anticoncepción de emergencia" es abortiva o no, se necesita primero precisar el momento a partir del cual ocurre un aborto, entendido éste como la terminación del embarazo. Pero como veremos a continuación, si bien no se discute que el aborto es la terminación del embarazo, parece haber un desacuerdo sobre cuándo comienza el embarazo.
Además de las autoridades que ya citamos que afirman que la "anticoncepción de emergencia" no es abortiva debido a que el embarazo no comienza sino hasta la implantación, otras entidades internacionalmente conocidas también alegan lo mismo. Por ejemplo, MEXFAM, la filial de la IPPF en México, declara lo siguiente: "El uso de la ‘anticoncepción de emergencia' no produce un aborto. De hecho, este tipo de anticoncepción evita el embarazo y por ello reduce la necesidad de inducir un aborto. La ciencia médica define el inicio del embarazo como la implantación de un óvulo fecundado en la capa que recubre el útero. La implantación ocurre de 5 a 7 días después de la fecundación. Los anticonceptivos de emergencia funcionan antes de la implantación y no cuando la mujer ya está embarazada"8.
El Dr. Juan Carlos Vargas, director científico de Profamilia, la filial de la IPPF en Colombia, afirma lo mismo. Según él, "para la institución [Profamilia] no se trata de un aborto pues según un extendido criterio médico el embarazo comienza sólo cuando el óvulo fecundado se implanta en el útero"9.
Como puede observarse, ambas filiales de la IPPF afirman que su definición del comienzo del embarazo se funda en lo que dice la ciencia médica. Por su parte, MEXFAM alega que su información sobre este tema se basa en la literatura médica de la Oficina de Investigación en Población de la Universidad de Princeton10.
Es posible que MEXFAM haya obtenido también su definición del comienzo del embarazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que a continuación en su sitio electrónico MEXFAM afirma: "De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la anticoncepción de emergencia se usa para prevenir el embarazo después de un acto coital no protegido [es decir, en el cual no se usaron anticonceptivos], posiblemente fértil"11. Ahora bien, como acabamos de ver, MEXFAM afirma que los anticonceptivos de emergencia actúan después de la fecundación (es decir, de la concepción) y antes de la implantación. De manera que parece ser que, según la OMS, el embarazo comienza en la implantación, no en la fecundación.
Otra posible fuente médica de ambas instituciones, es el Colegio de Obstetricia y Ginecología de los Estados Unidos (ACOG), el cual, en 1965, definió la concepción como "la implantación de un óvulo fertilizado"12.
Con respecto a esta definición de la ACOG, es importante observar, sin embargo, que se trató de un cambio en la manera de definir la concepción, la cual hasta ese momento había sido definida por la medicina como la fertilización del óvulo por el espermatozoide13.
Más aún, el ya mencionado cambio no parece haber estado motivado por la evidencia científica, sino por otro tipo de intereses. El Dr. J. Richard Sosnowski, presidente de la Asociación de Obstetras y Ginécologos del Sur de los Estados Unidos declaró en 1984: "No me parece algo excelente practicar una gimnasia semántica en una profesión... También me preocupa que, sin ninguna evidencia científica para justificar el cambio, la definición de la concepción, como la exitosa penetración espermática del óvulo, haya sido redefinida como la implantación del óvulo fertilizado. Me parece que la única razón de esto fue el dilema que causó la posibilidad de que el dispositivo intrauterino funcionase como un abortivo"14.
El Dr. Sonowski no es el único a quien le preocupa que la redefinición del embarazo como la implantación se deba al deseo de evitar llamarle abortivo al efecto de ciertos métodos del control de la natalidad. En Colombia, por ejemplo, se ha generado una polémica en torno al uso de las píldoras anticonceptivas como "anticoncepción de emergencia", ya que uno de sus posibles efectos es la alteración del útero de tal manera que el óvulo fecundado no puede implantarse en él15. "La Corte Constitucional declaró en 1994 que la vida, para la legislación colombiana, comienza en el momento de la fecundación: es decir cuando el espermatozoide fecunda al óvulo"16. En ese caso, el ya mencionado efecto antimplantatorio de los métodos de la "anticoncepción de emergencia" sería abortivo y por tanto se estaría violando la ley colombiana, la cual prohibe el aborto. De ahí que el Dr. Vargas, de Profamilia, negara, como ya señalamos, que las píldoras anticonceptivas y el DIU tuvieran efectos abortivos, basándose en que el embarazo comienza en la implantación, no en la fecundación.
Parece ser entonces que la definición de la concepción como la implantación, que proponen algunas entidades conocidas internacionalmente, se basa más bien en el intento de negar el efecto abortivo de ciertos métodos del control de la natalidad.
Queda por examinar entonces qué dicen otras institucions públicas y fuentes médicas sobre cuándo comienza el embarazo y qué es lo que constituye el aborto.
El Departamento de Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos o HEW (Department of Health Education and Welfare) definió en 1963 los procedimientos abortivos de la siguiente manera: "Todas las medidas que impiden la viabilidad del cigoto en cualquier momento entre el instante de la fertilización y el parto constituyen, en sentido estricto, procedimientos para inducir el aborto"17. Obsérvese que en esta definición del aborto está implicada también la definición del comienzo del embarazo como la fertilización y no como la implantación.
Como ya señalamos, el Colegio de Obstetricia y Ginecología de los Estados Unidos, dos años después de esta definición del HEW, cambió la definición del comienzo del embarazo por la implantación. Sin embargo, hasta ese momento todos los científicos reconocían que la concepción comenzaba en el momento de la fertilización del óvulo por el espermatozoide.
¿Qué ha pasado después de esa fecha? No tenemos el espacio aquí para dar una lista de todos los diccionarios médicos, pero señalamos a continuación siete de los más respetados libros de texto de medicina, publicados entre 1978 y 1995, todos los cuales definen el comienzo del embarazo como la concepción, y a ésta como la fertilización del óvulo por el espermatozoide: Butterworth's Medical Dictionary, 2a Edición, 1978; Gould Medical Dictionary, 4a Edición, 1979; Stedman's Medical Dictionary, 26a Edición, 1995; Harrup's Dictionary of Medicine and Health, 1a Edición, 1988; Mellon's Illustrated Medical Dictionary, 3a Edición, 1993; Oxford Concise Medical Dictionary, 4a Edición, 1994 y Pearce's Medical and Nursing Dictionary and Encyclopedia, 15a Edición, 198318.
El Dr. Ralf G. Rahwan, Profesor de Farmacología y Toxicología de la Ohio State University en los Estados, en una carta que le envió a la prestigiosa revista médica Lancet, y que ésta le publicó, también define la concepción como el momento en que el espermatozoide penetra y fertiliza el óvulo para formar un cigoto viable19.
La mayoría de estas fuentes también le llaman al resultado de la concepción: embrión, feto o hijo. O sea, identifican al cigoto con un nuevo ser individual. Encontramos esta misma identificación en las definiciones de la concepción de otras autoridades importantes de la ciencia médica. Por ejemplo, el eminente investigador australiano y experto en el SIDA, el Profesor John Dwyer, ha descrito el momento en que el espermatozoide penetra el óvulo como la creación de un "único y nuevo individuo"20.
El Mosby's Medical, Nursing and Allied Health Dictionary define el embarazo de la siguiente manera: "En el preciso y único momento de la concepción, la mujer está embarazada con un nuevo ser individual"21.
El Profesor Drek Llewellyn-Jones, un muy conocido escritor sobre temas médicos, también ha definido la concepción y el comienzo del embarazo diciendo que cuando el material genético masculino del espermatozoide se une al material genético femenino del óvulo, "se forma un nuevo individuo"22.
Es importante observar también que tanto el Profesor Rahwan, como los siete diccionarios médicos que mencionamos, coinciden en que el término abortivo es la descripción biológica exacta de cualquier fármaco o dispositivo que cause una acción después de la concepción23. Por su parte, el diccionario médico Mosby's, que también citamos, afirma que cualquier acción causada por un fármaco o dispositivo usado después de la concepción no puede llamarse una acción anticonceptiva24.
De manera que tenemos un gran número de eminentes personalidades y fuentes del campo de la medicina que afirman que el embarazo comienza en la concepción, que ésta consiste en la fertilización del óvulo por el espermatozoide, momento en el cual comienza a existir un nuevo ser humano individual, y que el aborto es una acción que impide la viabilidad de este nuevo ser en cualquier momento a patir de la fertilización o concepción hasta el momento del parto. Ninguna de ellas indentifica la concepción con la implantación, sino que afirma que este suceso tiene lugar varios días después de la fertilización.
Conclusión
¿Qué hacemos entonces ante la divergencia de posturas con respecto al comienzo del embarazo y al momento a partir del cual ocurre el aborto? Lo más honesto que se puede hacer es lo siguiente:
(a) Reconocer que las fuentes autorizadas que afirman que el embarazo comienza en la concepción -- momento a partir del cual cualquier acción que, interrumpiendo dicho embarazo, haga imposible la viabilidad del ser humano concebido, constituye un aborto -- son al menos tan numerosas y serias como las que afirman lo contrario.
(b) Las autoridades que han redefinido el comienzo del embarazo como la implantación, y que basadas en dicha redefinición niegan que el aborto ocurra antes de ésta, parecen estar motivadas más bien por la preocupación de no llamarle abortivos a los métodos de la "anticoncepción de emergencia" y a otros métodos anticonceptivos que en los datos médicos.
(c) Ante tal divergencia de opiniones con respecto a un asunto tan importante en el cual está en juego la vida de incontables seres humanos y ante la evidente necesidad de seguir lo mejor que la ciencia moderna nos ofrece, no queda otro recurso que pronunciarse en favor de la vida de dichos seres humanos. De otro modo se estaría corriendo el riesgo de condenar a la muerte a un enorme sector de la humanidad, cuyo único "delito" es no haber llegado todavía a implantarse en el útero de su madre.
Pero hay más todavía. Recientemente Vida Humana Internacional recibió de su filial en Colombia ("Cultura de la vida humana") ejemplares de dos de los libritos de la oficina de Profamilia (la filial de la IPPF en ese país). Uno de ellos se titula Cuadernillo estudiantil: Fecundación, maternidad y lactancia, en el cual se afirma lo siguiente: "El sexo de la criatura queda establecido en el instante de la fecundación" (p. 4) y "se llama gestación al desarrollo de la criatura dentro del vientre de la madre desde el momento de la fecundación hasta que nace" (p. 13). El otro librito se titula Cuadernillo estudiantil: Novedades anticonceptivas y métodos en investigación, en el cual se afirma lo siguiente respecto de los métodos post-coitales, o sea, los que se utilizan como "anticoncepción de emergencia": "Se denominan así aquellos métodos que se utilizan después de la relación sexual o para evitar que prosiga un embarazo no deseado" (p. 6). Luego pasa a describir estos métodos, que son las píldoras anticonceptivas, el dispositivo intrauterino y la RU 486.
Evidentemente, si el comienzo de la gestación o del embarazo ha sido definido en el momento de la fecundación, se deduce que Profamilia está admitiendo que estos métodos son abortivos, pues el aborto es la interrupción del embarazo que resulta en la muerte de la "criatura" (como esta misma organización le llama al ser humano no nacido en su propia publicación). Por otra parte, como vimos al principio del artículo, el Dr. Juan Carlos Vargas, director científico de Profamilia, afirma que "no se trata de un aborto pues según un extendido criterio médico el embarazo comienza sólo cuando el óvulo fecundado se implanta en el útero". En otras palabras, Profamilia se contradice al admitir que la "anticoncepción de emergencia" es abortiva.
En conclusión, la "anticoncepción de emergencia" tiene que ser absolutamente rechazada. La ciencia, la ética y el sentido común nos indican que no tenemos otra alternativa.
Notas: 1. Jane E. Brody, "Personal Health," The New York Times, 23 de septiembre de 1997, B15; "For Emergency Cases," Forum (julio de 1997): 35; "La ‘anticoncepción de emergencia' es rechazable," Palabra (mayo de 1997): 24; "Respuesta de emergencia," Revista Mujer Salud (marzo de 1996): 45. 2. Brody, B15. 3. "Respuesta de emergencia," 45. 4. Ibíd. 5. Ibíd., 46; David Grimes, M.D., "Emergency Contraception -- Expanding Opportunities for Primary Prevention," New England Journal of Medicine 337 (9 de octubre de 1997): 1078-1079. 6. "La ‘anticoncepción de emergencia' es rechazable," 24. 7. Ibíd. 8. Sitio electrónico de MEXFAM. 9. José Luis Novoa Santacruz, "¿Microabortivos o anticonceptivos?," El Tiempo (Colombia), 2 de noviembre de 1997, 3C. 10. Sitio electrónico de MEXFAM. 11. Ibíd. 12. American College of Obstetrics and Gynecology, "Terms Used in Reference to the Fetus," Terminology Bulletin (Chicago: ACOG, septiembre de 1965). 13. Brian Clowes, Ph.D., The Facts of Life (Front Royal, Virginia, EE.UU.: Human Life International, 1997), 65. 14. J. Richard Sosnowski, M.D., "The Pursuit of Excellence: Have We Apprehended and Comprehended It?," American Journal of Obstetrics and Gynecology (15 de septiembre de 1984): 117. 15. Novoa Santacruz, 3C. 16. Ibíd. 17. Public Health Leaflet, no. 1066, 1963. 18. Todos citados en John Wilks, B.Pharm. M.P.S., A Consumer's Guide to the Pill and Other Drugs (North Melbourne, Australia: TGB Books, 1996), 16. 19. Profesor R. Rahwan, (carta) Lancet 346 (1995): 252. 20. Profesor J. Dwyer, The Courier (Alexandria, Australia), 1o de febrero de 1996. 21. Mosby's Medical, Nursing and Allied Health Dictionary, 3a Edición, 1990, a cargo de N. Darlene Como, p. 954. 22. D. Llewellyn-Jones, Everywomen, 2a Edición, (Londres: Faber and Faber), 1978, 8. 23. Rahwan, Contraceptives, Interceptives and Abortifacients (Columbus, Ohio, EE.UU.: Division of Pharmacology, College of Pharmacy, The Ohio State University, 1995), 7. 24. Mosby's, 301.
Fuente: Aquí