SALMO 122
El Señor, esperanza del pueblo
1A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
2Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
3Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
4nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Este blog y canal asociados cuentan con la aprobación y certificación de Catholic.net