“Alguien que ha visto alguna vez un aborto aunque sea involuntario no ha de tener corazón para querer participar en esto. Es horrible”. Quien así se manifiesta es Mercedes Cruz Quesada, supervisora del área de quirófano en un hospital de Mallorca, una enfermera católica que ha convencido a todas sus compañeras para que se nieguen a participar en abortos.
En una entrevista publicada en Religión en Libertad, Cruz Quesada explica cómo consiguió a través de su fe convencer al personal a su cargo para que adoptaran una posición provida antes las instrucciones de las autoridades del hospital, que persistían en su intento de practicar abortos con la finalidad de obtener financiación del Gobierno Autonómico de Baleares.
Tras la propuesta que le hizo el gerente del hospital, de que preparara todo lo necesario para poder realizar abortos en su sección, la supervisora de quirófano se negó en redondo e incluso le dijo estar dispuesta a renunciar a su puesto de trabajo si insistían en realizar prácticas abortivas bajo su responsabilidad.
“Le contesté que con todos mis respetos no podía encargarme de esta tarea y además le informé de que sintiéndolo mucho, porque adoro mi trabajo y además soy muy feliz en este hospital, si se llegaba a materializar este tema yo presentaría mi dimisión y abandonaría el hospital”, afirma en la entrevista.
Mercedes Cruz Quesada recordó que, en esa ocasión, le indicó al administrativo que “entendiese que no era una decisión fácil con la crisis y la falta de trabajo que hay por todo, pero que mi decisión estaba bien meditada y no había vuelta atrás”.
Un “horrendo crimen”
Ante la pregunta de si su condición de católica había influido en la decisión de sus compañeras para oponerse a realizar abortos, Cruz Quesada contesta que “por supuesto”, pero que “además de por el hecho de ser católica, también me dolía mucho que mis enfermeras tuviesen que participar en tan horrendo crimen”.
De esta manera, la supervisora señala en la entrevista que no fue difícil plantear la objeción de conciencia ante la eventualidad de la realización de abortos en el hospital porque “cuando estás tan segura de algo, lo demás viene solo”.
La enfermera también indicó que no experimentó particulares dificultades en la adhesión de sus colegas a la objeción de conciencia, pues “algunas ya estaban seguras de que no querían participar en esto, y otras estaban dudosas; pero yo creo que conocer mi postura les hizo decantarse por el no”.
Cruz Quesada recordó que en cuanto la gerencia del centro médico tomó conciencia de que ninguna enfermera del área de quirófano estaba dispuesta a participar en los abortos, “se le presentó un gran problema: intentó que alguna enfermera de otro departamento pasase a quirófano esos días en concreto, pero había que formarla y eso llevaba tiempo. Además, ¿qué hacía con todas nosotras? Era un problema de difícil solución”.
La supervisora añade en la entrevista que, a pesar de todo, las autoridades hospitalarias respetaron su decisión en todo momento, “e intentaron buscar una solución para que yo no me fuera del hospital”.
Cruz Quesada concluye que “es importantísimo hacerte respetar en tu entorno, intentar siempre ayudar a los demás, no juzgar, no criticar, hacer bien tu trabajo; en fin, intentar siempre actuar como buen cristiano: así consigues el respeto y eso es fundamental a la hora de tomar una decisión así”.
Via: ForumLibertas.com