En nuestra vida cotidiana, encontramos a personas que se sienten solas, están tristes, deprimidas y en muchas ocasiones se encuentran rodeadas de familiares. En estos circunstancias lo que sucede es que estas personas necesitan amor.
El ser humano necesita del amor, por ello, es de suma importancia conocer lo que es el verdadero y auténtico amor; tomando como modelo el amor de Dios Nuestro Señor.
En la juventud cuando empezamos a experimentar el amor por el sexo opuesto y muchas veces pensamos que hemos encontrado nuestra media naranja. Sin embargo, podemos confundir el verdadero amor con lo que es una simple atracción, y esto, desgraciadamente, tendría unas consecuencias desfavorables para nosotros. Esto también puede suceder en otras edades, siempre podemos confundir el verdadero amor con una simple atracción.
Es muy importante saber encaminar el noviazgo como cristianos, es decir, según la voluntad de Dios. Para ello, es indispensable que hablemos del amor.
En primer lugar, nos enfocaremos en el tema del amor.
Debemos partir de la base de que Dios nos crea a todos por amor, puesto que somos sus hijos.
Nuestros padres al darnos la vida, cooperaron con Dios en la transmisión de su amor. Y es por esta transmisión de la vida que, el amor de un padre o de una madre a sus hijos, es un amor muy especial. A pesar, de las dificultades que se enfrenta una familia, un padre o una madre siempre sentirá un amor desbordante por cada uno de sus hijos. Este amor se verá claramente reflejado en muchas situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, cuando una madre cuida y vela por la salud de su hijo enfermo, cuando un padre trabaja largas horas para darle una educación que le permita desarrollarse como persona, etc.
Nosotros hemos encontrado a una persona del sexo opuesto que despierta un interés especial. Esa persona llena los anhelos, las ilusiones, los sueños de compartir nuestra vida con alguien. Y de repente, se desea estar con esa persona todo el tiempo y comienzan los planes...
Sabemos que estar enamorado es maravilloso, que el amor es bonito.
El problema que en ocasiones surge, es que reducimos el amor a tan sólo un amor de pareja y nos olvidamos de amar a todos los que nos rodean (parientes, amigos, vecinos, etc.) siguiendo las enseñanzas de Cristo. Cuando estamos enamorados, a veces caemos en el error de sólo amar a la pareja y egoístamente nos olvidamos que tenemos la obligación de amar a todos, incluyendo a los que apenas conocemos.
Analicemos el ejemplo de Cristo:
Cristo amó a todos por igual, hasta dar la vida por la humanidad en la cruz. Cristo amaba a su Madre muchísimo, de igual modo, amó a sus discípulos, los hombre tenemos un lugar muy especial en el corazón de Jesús, independientemente de nuestros defectos o cualidades.
¿cómo era el amor de Cristo?
Cristo nos enseñó a que el amor es entrega:, por eso se entregó y murió en la cruz para redimirnos de nuestros pecados, entregó su vida por nosotros.
Cristo nos enseña que el amor es servicial: siempre se dedicó a servir y a ayudar a todos, curando enfermos, haciendo milagros, enseñando a orar.
También nos enseñó que el amor es comprensivo, y sin envidia, pues su vida nos hace ver que sabía comprender todas las situaciones de la gente, fuera rica o pobre.
Nos enseñó que el amor no se deja llevar por la ira (enojo) sino que olvida las ofensas y perdona: en la cruz le dice a Dios: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Esto es el verdadero amor. Cuando esperamos que los demás nos den, antes de que nosotros demos, estamos siendo totalmente egoístas. Siempre hay que pensar en hacer feliz al otro, ante todo. Cuando lo logremos encontraremos la verdadera paz y felicidad. Estaremos cumpliendo con la voluntad de Dios.
El amor egoísta no trae felicidad, ni paz, sino hay que ocasiona grandes problemas. Por ejemplo: Cuántas veces hay distanciamiento entre hermanos porque los dos son orgullosos y ninguno quiere ceder, ni perdonarse. ¡ Cuántos matrimonios deshechos por no querer dar su brazo a torcer!
El que verdaderamente ama, todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo acepta y todo lo soporta. No importa si es una relación de pareja o en cualquier otra circunstancia de la vida.
Cristo antes de subir a los cielos, después de su Resurrección, le encargó a sus apóstoles: "Ámense los unos a los otros como yo los he amado". Y este mandato no es sólo para las parejas, sino para todos ... Amar como Él nos amó ... que sencillo pero a la vez que difícil ...
Tenemos que seguir su ejemplo como cristianos. Dios nos creó para amar, somos frutos del amor, y nuestra vida, acciones y palabras deben estar encaminadas al amor.
Aplicaciones en la vida diaria:
Entender que hemos nacido para amar. Y que todos a través del amor, a ejemplo de Cristo, tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo del mundo, de nuestra familia.
Preguntémonos
¿Sabemos perdonar? ¿ De verdad olvidamos de corazón las ofensas que recibimos?
¿Estamos dispuestos a ayudar a todos por amor?
Autor: P. Felipe
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