Tú que cuando estabas en el vientre de María con Tu compañía la ayudaste a comprender
Tú que ibas creciendo y con amor te cobijabas, pidiéndole a Dios Padre nuestra fe fortalecer
Tú que cuando fueron a ayudarla a Isabel, Juan reconocía Tu divinidad de Rey
Tú, abre estos ojos, haz que puedan comprender.
María ya sabia que Tú un día partirías y que Ella aceptaría con amor Tu voluntad
por eso mientras pudo tenerte dentro de Ella, gozaba Tu presencia exenta de ansiedad.
Que sea Tu vida chiquita la que enseñe a perdonar
que sea Tu vida pequeña la que cuide a las demás
que todos los " por nacer" hallen en Tu querer
refugio, amor y ternura. Haz que te puedan ver.
Jesús, hijo y hermano,
Jesús, Padre y Amor,
Jesús, danos la mano,
Jesús, borra el dolor.
Jesús, Dios encarnado,
Jesús, Dios y hermano,
Jesús por nacer.
Jesús con María,
Jesús peregrino,
Jesús de la Vida,
Jesús salvación,
Jesús Dios y humano,
Salva a los hermanos,
que están por nacer.
Amén.
Escrito por July de Mouriño. Nada obsta a la Fe y Moral católicas para su publicación.
Revdo. Mons. JOSE LUIS DUHOURQ, Censor
S.E.R. Mons. MARIO J. SERRA
Buenos Aires, 22 de septiembre de 1999
"Jesús era varón antes de nacer, pero en la sabiduría, no en la edad; en el vigor del ánimo, no en las fuerzas del cuerpo. En la madurez de los sentidos, no en la corpulencia de sus miembros.
Porque no tuvo menos sabiduría, o por decir mejor, no fue menos la sabiduría misma, Jesús, concebido que nacido, pequeño que grande. Así, escondido en el seno de María , dando vagidos en el pesebre, preguntando a los doctores del templo- ya más grandecito -o, en la edad perfecta, enseñando delante del pueblo, igualmente, sin duda, lleno del Espíritu Santo.
No hubo hora alguna, en cualquier edad de su vida, en que, de aquella plenitud que en su concepción recibió, disminuyese algo o se le añadiese algo, sino que desde el principio fue perfecto; desde el principio estuvo lleno del Espíritu de Sabiduría y de entendimiento, del Espíritu de Consejo y fortaleza, del Espíritu de Ciencia y de piedad y del Espíritu de temor del Señor."
San Bernardo de Claraval
S. XII
Jesús en el Santuario de María
"Jesús en el Santuario de María" es una oración a Jesús en el seno de la Virgen María, a Jesús En María, a Jesús Prenato, a Jesús en el Sagrario de María, desde el momento mismo de su Encarnación hasta su Nacimiento.
Jesús En María nueve meses..., Jesús En la Visitación , actuando desde dentro de María en la santificación de Juan..., todo ese tiempo santo en que Jesús vive en el Santuario de María y en que María es Su Sagrario.
Es una Devoción muy especial porque allí esta Jesús protegido por María, como nos gustaría a nosotros estar, cobijado en su Santo manto, dentro de Ella, y María esta enteramente protegida por Dios, por la Santísima Trinidad, llevando a Dios en su seno. Dios se encarnó en María por obra del Espíritu Santo y Jesús comenzó a vivir en el seno (Santuario) de María. Fue creciendo y compartiendo con María, desde dentro de toda Ella, cuerpo y alma, todo su Misterio, su Amor y su Gracia.
Dijo el Padre Luis Maria Etcheverry Boneo: "...y como tantas veces hemos recordado se produce esa dialéctica, ese intercambio maravilloso de esos nueve meses en los cuales la Virgen le va dando a Jesucristo célula tras célula, con la cual El se va tejiendo su vestido corporal y a la vez Jesucristo va dentro de la Virgen pintando su propia imagen y haciendo el alma de la Virgen cada vez más semejante a la de El mismo, y por lo tanto a la Divinidad." "...y ahora se agrega por primera vez en su vida un nuevo sentimiento y una nueva virtud de su voluntad y de su inteligencia que es la adoración hacia adentro, Ella adoraba siempre a Dios, ahora adora lo que siente en sus entrañas."
Dios quiso encarnarse y que Jesús recorriera todo el camino de la vida. Jesús pudo haber llegado a nosotros ya adulto, sin embargo, quiso ser cigoto, embrión, feto, bebe, quiso vivir en el Santuario de María y ser reconocido allí por otro niño por nacer, Juan.
La Madre Teresa nos decía: "el primer ser humano en reconocer la presencia de Jesús, Hijo de Dios, fue la criatura que saltó de alegría en el vientre de su madre, Isabel". "Es algo maravilloso Dios elige a un niño no nacido para anunciar la venida de su Hijo Redentor."
El 31 de mayo es el día de "La Visitación", esta fiesta era celebrada por los Franciscanos en el siglo XIII y el Papa Bonifacio IX la introduce en el calendario oficial de la Iglesia. En la Visitación la Virgen María nos muestra su enorme solidaridad y servicio, expone El Magnificat, (nunca antes ni después hablará así) y se produce el encuentro de Juan y Jesús. Juan salta en el seno de Isabel reconociendo a Jesús y recibiendo Su Gracia, es un momento de enorme riqueza espiritual.
Al contemplar el instante en que Dios se encarna en María y comienza Jesús a vivir en el Santuario de María, nos surge la necesidad de adorar, celebrar y difundir "ese" momento. La Redención comenzó allí, en la Encarnación, cuando Jesús comienza su vida en María. El se humanizó para hermanarse y se hermanó para salvarnos.
San Luis María G. de Monfort decía: "...en este misterio (la Encarnación) realizó ya todos los misterios de su vida por la aceptación que hizo de todos ellos".
A primera hora del domingo 11 de julio de 1999, ante las reliquias de Santa Teresita en la Catedral de Buenos Aires, Jesús en el Santuario de María, Dios encarnado, quiso aparecer en forma especial, ser más conocido y, ya Allí como el Salvador, en una comunión con el Sí de María durante nueve meses. Como si se corriera un telón, todo estaba allí, tan claro, tan lindo, tan simple y verdadero!
Santa Teresita festejaba con la mayor piedad todos los años el 25 de marzo, pues ella decía: "Este es el día en que Jesús, en el seno de María, fue más pequeño."
Jesús en María, Jesús bebé antes de nacer, Jesús prenato, toda su grandeza y su relación con María. Este era el momento, la situación que ahora se debía iluminar, y aunque una vez visto o contemplado parecía todo tan obvio, había que difundirla, hacerla accesible a todos, dar a conocer esta maravilla de la misericordia de Dios. Eran éstos los tiempos en que Dios quería que naciese esta devoción popular.
Fue entonces que comenzó un largo y maravilloso camino que muchos acompañan , entre ellos Monseñor E. Karlic, quien sugirió el nombre de la oración y luego escribió el prólogo del libro :"María, el primer Sagrario"( compendio de los textos y oraciones enviados y recopilados desde 1999 hasta principios del 2004 ), el Cardenal Jorge Bergoglio quién envió la oración para su aprobación en la Arquidiócesis y escribió la introducción del mismo libro y Monseñor José Bonet A., quien me asesoró y acompaña espiritualmente.
El 25 de septiembre de 1999 llegó la carta del Arzobispado, fechada el 22 de septiembre, aprobando la oración a Jesús en el Santuario de María.
Las frases, pensamientos, escritos, etc, fueron llegando como perlas que se iban descubriendo. Fue en el Monasterio Trapense de Hinojo donde el primer escrito, de San Bernardo, comenzó a acompañar esta Devoción. Estos textos fueron enviados por email todos los días 25, de marzo a diciembre, con la idea de que recordáramos, mes a mes, a Jesús En María y todo el significado de la Devoción.
Las primeras estampas * se repartieron por primera vez el 25 de marzo de 2000. Al pensar en la estampa surgió primero el momento de la Visitación, María e Isabel, y en especial la relación y encuentro de Juan con Jesús, así fue como se realizaron dos estampas con la misma oración , una con la imagen de la Visitación y otra con la de la Anunciación - Encarnación.
Comenzó así, sin prisa pero sin pausa, a correr como un manantial, tranquilo, transparente, llevando su mensaje por distintos lados: parroquias, catequesis, enfermeras, grupos de oración, internet, etc. Es una Devoción que nos invita a rezar, a contemplar, a maravillarnos, y a valorar, respetar y cuidar toda vida.
Ha sido un regalo para el Jubileo, para el nuevo milenio.
El 31 de mayo de 2005 fue donado a la Arquidiócesis de Buenos Aires el óleo , cuadro original de la devoción a Jesús en el Santuario de María, pintado por Dolores Gómez Bustillo, el cual fue entronizado en la Basílica del Espíritu Santo - Parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe - , para que todos podamos ir a contemplar especialmente los momentos de la Anunciación - Encarnación y la Visitación , y a rezar por la cultura de la Vida y por los niños y niñas por nacer.
Cuando vamos a comulgar y recibimos a Jesús, deberíamos recordar que en ese momento, aún no siendo dignos como Ella, nos parecemos a María, porque podemos recibir a Dios dentro nuestro, recibir toda su Gracia y glorificarlo.Esta realidad, esta verdad, esta imagen de Jesús Prenato, hace que profundicemos la importancia de respetar toda vida desde el momento de su concepción, porque todo niño por nacer es semejante a Jesús, es hermano de Jesús. No podemos decir que no es una persona, no podemos decir que no se lo ha tenido en cuenta en la creación. y como consecuencia es una verdad que nos compromete con la cultura de la Vida. El Día del Niño por Nacer, si bien nace de forma diferente a la Devoción, luego confluye como dos ríos en uno, ya que se celebra el 25 de marzo, día de la Anunciación - Encarnación. Pareciera que Dios se valió de ambas corrientes para decir ¡Aquí estoy!, ¡Aquí están!
Generalmente la llegada del Salvador se ha relacionado con la Navidad, y la Anunciación con el Sí de María. Es sorpresivo ver cuantas personas han comenzado a celebrar el día de la Encarnación al celebrar el Día del Niño por Nacer. La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María es día de precepto, pero por ahora no ocurre lo mismo con el día de la Anunciación - Encarnación, sin embargo estos tiempos muestran la feliz necesidad de celebrar la Solemnidad de la Anunciación - Encarnación con mayor relieve y participación del pueblo cristiano.
La Devoción a Jesús en el Santuario de María, dada la situación en que nos encontramos ante la cultura de la muerte, es la Devoción sobre la que se enraizará con mayor fortaleza el apostolado por la cultura y el Evangelio de la Vida. Es la Devoción a Jesús que hará comprender, en principio a los cristianos y luego a todos los hombres de buena voluntad de todos los pueblos, la dignidad de la vida en el seno materno, y la "maravilla" de Su Encarnación.
María es el Primer Sagrario porque Jesús se encarnó en Ella, comenzando allí nuestra redención y Jesús vivió en el Santuario de María porque Dios preparó este Santuario para Su Hijo .
Es necesario que todos puedan re-conocer esta Verdad, que toda la Iglesia celebre con mayor profundidad y alegría la Encarnación, y tenga en cuenta estos nueve meses de Jesús En María y de María Con Jesús, para que todos puedan ya gozar de Su Gracia.
Julia Elena Gómez Caride de Mouriño
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