11. Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza[20]: llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al mismo tiempo al amor.
Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente en el ser, Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano. ( F.C.)
26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." 29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin." 34 María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" 35 El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. 36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37 = porque ninguna cosa es imposible para Dios." = 38 Dijo María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y el ángel dejándola se fue.Lucas 1:26-38
Oh María, que supiste dar un sí a Dios como ninguna criatura, enséñame a decir sí a Dios todos los días de manera semejante a como tú lo hiciste.
En vista de que no puedo conversar contigo te escribo esta carta para que sepas mi posición que tengo sobre el asunto que evitas tratar:
Me imaginé soñando con alcanzar la plenitud; pero no sólo la profesional, ahora me imagino más allá de todo eso, algo más puro y bello, el ser madre.
Sabes fallé pero ya nada puedo hacer, no me dejaré ganar por la vanidad, por la vergüenza o por la incapacidad de decir la verdad, defenderé a este hijo que esta en mi vientre, porque algún día él me defenderá a mi.
Lloraré, sufriré y pasaré hambre si es necesario, pero cuidaré a este hijo con orgullo, que si tú eres un cobarde no me convertiré en tu cómplice.
Si flaqueé, estoy tranquila muchas lo hacen. Quizás todos me den la espalda, me desespere, quiera gritar, pensar en… Pensar en lo que piensas tú, en deshacerme de él.
Pero, no lo haré, mí hijo mañana me recompensará mi sufrimiento, no me esconderé, un hijo es para llevarlo en alto y si tengo que llevarlo sola -lo haré no mendigare más amor para él ni para mí.-
Quizás nadie me entienda y todos me critiquen pero cuando mí niño nazca, todos lo aprenderán a querer, no le prohibiré que conozca el mundo, yo no soy nadie para hacerlo, lo dejare vivir.
Sabes, me imagino la gloria y el privilegio de llegar a ser madre aunque me siento abandonada por ti, pero por eso yo no abandonaré a mi hijo, ¡no lo haré! no esperaba la noticia de que ya estaba en camino, ¡pero vive! lo siento, no es mi culpa.
Lo dejaré nacer, se que me querrá, me amará y respetará, me dará grandes satisfacciones, limpiará cada lágrima que derrame por él, con dicha y felicidad, me pondrá sus manitas sobre mí cara para reconocer mi figura mientras sus ojitos terminan de madurar.
Pronunciará mi nombre con dulzura y cariño, y en sus ojos me traerá una mirada llena de amor, los que me harán recordar los momentos llenos de sentimientos y pensamientos compartidos contigo, sueños y anhelos, secretos, risas y lágrimas, y sobre todo, amistad.
Javier no dudes de tu paternidad porque la ciencia y la vida te demostrarán que no es así y no quisiera que te arrepientas el día de mañana.
No lloraré más, mis lágrimas y mí tristeza lo hacen sentir inquieto, porque aunque tu pienses que no hay nada todavía ya sus extremidades tienen dedos, sus ojitos pueden ver, sus oídos escuchar y dentro de una semana mi bebé responderá a las cosquillas y estímulos que le de, su cerebro ya esta completo, los dedos de sus manos ya muestran sus huellas digitales definitivas, mi bebé crece dentro de mí, por eso si lo separo de mi vida, siempre llevaré a cuestas un pecado, y aunque Dios me perdone, me preguntaré porque lo hice y me arrepentiré.
Aborto, que no es más que quitarle a ese pequeño que crece dentro de mi vientre, la oportunidad de vivir, en este mundo con defectos y virtudes, pero al fin vivir, este pequeño que pudo ser llamado hijo pero en cambio lo señalaste como estorbo.
Este estorbo que debiera de haber sido hecho con amor, pero que parece que fue tan sólo una tarde de calentura, un descuido, un accidente para ti, lo que para mí no fue así.
Cobarde sería si me atrevo a llamar "error" a mi hijo, pero sería mas cobarde aun si ni siquiera tengo la fuerza para hacerme cumplidora de las consecuencias de mis actos, y decido llamar a un par de contactos o hacerte caso, para que acabe con "el problema".
Sabes, también algún día mi hijo me dirá, gracias por darme la vida, como ayer yo di gracias a mi padre por haberme dejado nacer, por enseñarme a dar de intensa forma y nada esperar, por los consejos y las caídas, por enseñarme como es la vida.
Prefiero perderte, pues es preferible a perder a mi hijo. Prefiero dejarte, que vueles y encuentres amor verdadero, prefiero alejarme, a qué el día de mañana pueda hacerte daño y que este cariño que ahora nos une se convierta en odio y no pueda perdonarte.
Prefiero y quiero verte crecer, ansío que triunfes, que sigas tu camino.
Corre libre, anda, te dejaré marchar yo nunca pensé en atraparte con un hijo, nunca se obliga a querer a nadie.
Yo perdí muchas veces y muchas cosas en mi vida. Pero junto a ese "perder" hoy intento el valor de "ganar".
Pero solo he de pedirte algo: Que me permitas seguir en el trabajo, prometo que nadie sabrá que eres el padre de mi hijo, pero tan solo déjame quedarme en la oficina a trabajar porque sabes que necesito el trabajo ahora más que nunca para mí hijo.
Asimismo, solo permíteme decirle a mi madre que tú eres el padre de mi hijo. Como comprenderás a ella si debo decirle la verdad, créeme que me dolería perder a la persona que me enseñó tanto, ya que junto a ti aprendí mucho y es por eso que hoy parto de tu vida como mujer.
Yo te aseguro no tendrás ningún problema.
Si no me dejaras quedarme en la oficina te habrás llevado contigo, todas mis ilusiones sueños y esperanzas de alcanzar la plenitud de mi vida que es ser profesional en lo que en realidad me gusta.
Solo se que ahora ya no te necesito como padre de mi hijo, sino como jefe de trabajo para poder seguir adelante, para levantarme cada mañana, y sentir que el sol brilla con un nuevo resplandor.
Sabes, te borraré de mi memoria, ya no vivirás en mí, ya no me verás llorar, solo será un suspirar lo que mi alma guarde por ti.
Si esta petición llegase a parecerte demasiado, perdóname por dártelo todo.
Perdón si te he ofendido, con mi carta si en algún momento yo me equivoque. Quiero que sepas que soy humana y al igual que tú débil pude ser, pero con todo y mis defectos y errores, jamás te fallé.
P.D. Averigua las condiciones del nacimiento de Beethoven. “Si no hubiese nacido, la humanidad jamás hubiera podido escuchar su música”.
No existe "el día" especial para recordarte, porque personas como vos están vivas en el corazón todos los dias. Gracias por todo lo que enseñaste y por el tremendo legado que nos dejaste.
Su biografía, muy cortita, pues uno no alcanza a decirlo todo ni a describir tanta grandeza.
Tú que cuando estabas en el vientre de María con Tu compañía la ayudaste a comprender
Tú que ibas creciendo y con amor te cobijabas, pidiéndole a Dios Padre nuestra fe fortalecer
Tú que cuando fueron a ayudarla a Isabel, Juan reconocía Tu divinidad de Rey
Tú, abre estos ojos, haz que puedan comprender.
María ya sabia que Tú un día partirías y que Ella aceptaría con amor Tu voluntad
por eso mientras pudo tenerte dentro de Ella, gozaba Tu presencia exenta de ansiedad.
Que sea Tu vida chiquita la que enseñe a perdonar
que sea Tu vida pequeña la que cuide a las demás
que todos los " por nacer" hallen en Tu querer
refugio, amor y ternura. Haz que te puedan ver.
Jesús, hijo y hermano,
Jesús, Padre y Amor,
Jesús, danos la mano,
Jesús, borra el dolor.
Jesús, Dios encarnado,
Jesús, Dios y hermano,
Jesús por nacer.
Jesús con María,
Jesús peregrino,
Jesús de la Vida,
Jesús salvación,
Jesús Dios y humano,
Salva a los hermanos,
que están por nacer.
Amén.
Escrito por July de Mouriño. Nada obsta a la Fe y Moral católicas para su publicación.
Revdo. Mons. JOSE LUIS DUHOURQ, Censor
S.E.R. Mons. MARIO J. SERRA
Buenos Aires, 22 de septiembre de 1999
"Jesús era varón antes de nacer, pero en la sabiduría, no en la edad; en el vigor del ánimo, no en las fuerzas del cuerpo. En la madurez de los sentidos, no en la corpulencia de sus miembros.
Porque no tuvo menos sabiduría, o por decir mejor, no fue menos la sabiduría misma, Jesús, concebido que nacido, pequeño que grande. Así, escondido en el seno de María , dando vagidos en el pesebre, preguntando a los doctores del templo- ya más grandecito -o, en la edad perfecta, enseñando delante del pueblo, igualmente, sin duda, lleno del Espíritu Santo.
No hubo hora alguna, en cualquier edad de su vida, en que, de aquella plenitud que en su concepción recibió, disminuyese algo o se le añadiese algo, sino que desde el principio fue perfecto; desde el principio estuvo lleno del Espíritu de Sabiduría y de entendimiento, del Espíritu de Consejo y fortaleza, del Espíritu de Ciencia y de piedad y del Espíritu de temor del Señor."
San Bernardo de Claraval
S. XII
Jesús en el Santuario de María
"Jesús en el Santuario de María" es una oración a Jesús en el seno de la Virgen María, a Jesús En María, a Jesús Prenato, a Jesús en el Sagrario de María, desde el momento mismo de su Encarnación hasta su Nacimiento.
Jesús En María nueve meses..., Jesús En la Visitación , actuando desde dentro de María en la santificación de Juan..., todo ese tiempo santo en que Jesús vive en el Santuario de María y en que María es Su Sagrario.
Es una Devoción muy especial porque allí esta Jesús protegido por María, como nos gustaría a nosotros estar, cobijado en su Santo manto, dentro de Ella, y María esta enteramente protegida por Dios, por la Santísima Trinidad, llevando a Dios en su seno. Dios se encarnó en María por obra del Espíritu Santo y Jesús comenzó a vivir en el seno (Santuario) de María. Fue creciendo y compartiendo con María, desde dentro de toda Ella, cuerpo y alma, todo su Misterio, su Amor y su Gracia.
Dijo el Padre Luis Maria Etcheverry Boneo: "...y como tantas veces hemos recordado se produce esa dialéctica, ese intercambio maravilloso de esos nueve meses en los cuales la Virgen le va dando a Jesucristo célula tras célula, con la cual El se va tejiendo su vestido corporal y a la vez Jesucristo va dentro de la Virgen pintando su propia imagen y haciendo el alma de la Virgen cada vez más semejante a la de El mismo, y por lo tanto a la Divinidad." "...y ahora se agrega por primera vez en su vida un nuevo sentimiento y una nueva virtud de su voluntad y de su inteligencia que es la adoración hacia adentro, Ella adoraba siempre a Dios, ahora adora lo que siente en sus entrañas."
Dios quiso encarnarse y que Jesús recorriera todo el camino de la vida. Jesús pudo haber llegado a nosotros ya adulto, sin embargo, quiso ser cigoto, embrión, feto, bebe, quiso vivir en el Santuario de María y ser reconocido allí por otro niño por nacer, Juan.
La Madre Teresa nos decía: "el primer ser humano en reconocer la presencia de Jesús, Hijo de Dios, fue la criatura que saltó de alegría en el vientre de su madre, Isabel". "Es algo maravilloso Dios elige a un niño no nacido para anunciar la venida de su Hijo Redentor."
El 31 de mayo es el día de "La Visitación", esta fiesta era celebrada por los Franciscanos en el siglo XIII y el Papa Bonifacio IX la introduce en el calendario oficial de la Iglesia. En la Visitación la Virgen María nos muestra su enorme solidaridad y servicio, expone El Magnificat, (nunca antes ni después hablará así) y se produce el encuentro de Juan y Jesús. Juan salta en el seno de Isabel reconociendo a Jesús y recibiendo Su Gracia, es un momento de enorme riqueza espiritual.
Al contemplar el instante en que Dios se encarna en María y comienza Jesús a vivir en el Santuario de María, nos surge la necesidad de adorar, celebrar y difundir "ese" momento. La Redención comenzó allí, en la Encarnación, cuando Jesús comienza su vida en María. El se humanizó para hermanarse y se hermanó para salvarnos.
San Luis María G. de Monfort decía: "...en este misterio (la Encarnación) realizó ya todos los misterios de su vida por la aceptación que hizo de todos ellos".
A primera hora del domingo 11 de julio de 1999, ante las reliquias de Santa Teresita en la Catedral de Buenos Aires, Jesús en el Santuario de María, Dios encarnado, quiso aparecer en forma especial, ser más conocido y, ya Allí como el Salvador, en una comunión con el Sí de María durante nueve meses. Como si se corriera un telón, todo estaba allí, tan claro, tan lindo, tan simple y verdadero!
Santa Teresita festejaba con la mayor piedad todos los años el 25 de marzo, pues ella decía: "Este es el día en que Jesús, en el seno de María, fue más pequeño."
Jesús en María, Jesús bebé antes de nacer, Jesús prenato, toda su grandeza y su relación con María. Este era el momento, la situación que ahora se debía iluminar, y aunque una vez visto o contemplado parecía todo tan obvio, había que difundirla, hacerla accesible a todos, dar a conocer esta maravilla de la misericordia de Dios. Eran éstos los tiempos en que Dios quería que naciese esta devoción popular.
Fue entonces que comenzó un largo y maravilloso camino que muchos acompañan , entre ellos Monseñor E. Karlic, quien sugirió el nombre de la oración y luego escribió el prólogo del libro :"María, el primer Sagrario"( compendio de los textos y oraciones enviados y recopilados desde 1999 hasta principios del 2004 ), el Cardenal Jorge Bergoglio quién envió la oración para su aprobación en la Arquidiócesis y escribió la introducción del mismo libro y Monseñor José Bonet A., quien me asesoró y acompaña espiritualmente.
El 25 de septiembre de 1999 llegó la carta del Arzobispado, fechada el 22 de septiembre, aprobando la oración a Jesús en el Santuario de María.
Las frases, pensamientos, escritos, etc, fueron llegando como perlas que se iban descubriendo. Fue en el Monasterio Trapense de Hinojo donde el primer escrito, de San Bernardo, comenzó a acompañar esta Devoción. Estos textos fueron enviados por email todos los días 25, de marzo a diciembre, con la idea de que recordáramos, mes a mes, a Jesús En María y todo el significado de la Devoción.
Las primeras estampas * se repartieron por primera vez el 25 de marzo de 2000. Al pensar en la estampa surgió primero el momento de la Visitación, María e Isabel, y en especial la relación y encuentro de Juan con Jesús, así fue como se realizaron dos estampas con la misma oración , una con la imagen de la Visitación y otra con la de la Anunciación - Encarnación.
Comenzó así, sin prisa pero sin pausa, a correr como un manantial, tranquilo, transparente, llevando su mensaje por distintos lados: parroquias, catequesis, enfermeras, grupos de oración, internet, etc. Es una Devoción que nos invita a rezar, a contemplar, a maravillarnos, y a valorar, respetar y cuidar toda vida.
Ha sido un regalo para el Jubileo, para el nuevo milenio.
El 31 de mayo de 2005 fue donado a la Arquidiócesis de Buenos Aires el óleo , cuadro original de la devoción a Jesús en el Santuario de María, pintado por Dolores Gómez Bustillo, el cual fue entronizado en la Basílica del Espíritu Santo - Parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe - , para que todos podamos ir a contemplar especialmente los momentos de la Anunciación - Encarnación y la Visitación , y a rezar por la cultura de la Vida y por los niños y niñas por nacer.
Cuando vamos a comulgar y recibimos a Jesús, deberíamos recordar que en ese momento, aún no siendo dignos como Ella, nos parecemos a María, porque podemos recibir a Dios dentro nuestro, recibir toda su Gracia y glorificarlo.Esta realidad, esta verdad, esta imagen de Jesús Prenato, hace que profundicemos la importancia de respetar toda vida desde el momento de su concepción, porque todo niño por nacer es semejante a Jesús, es hermano de Jesús. No podemos decir que no es una persona, no podemos decir que no se lo ha tenido en cuenta en la creación. y como consecuencia es una verdad que nos compromete con la cultura de la Vida. El Día del Niño por Nacer, si bien nace de forma diferente a la Devoción, luego confluye como dos ríos en uno, ya que se celebra el 25 de marzo, día de la Anunciación - Encarnación. Pareciera que Dios se valió de ambas corrientes para decir ¡Aquí estoy!, ¡Aquí están!
Generalmente la llegada del Salvador se ha relacionado con la Navidad, y la Anunciación con el Sí de María. Es sorpresivo ver cuantas personas han comenzado a celebrar el día de la Encarnación al celebrar el Día del Niño por Nacer. La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María es día de precepto, pero por ahora no ocurre lo mismo con el día de la Anunciación - Encarnación, sin embargo estos tiempos muestran la feliz necesidad de celebrar la Solemnidad de la Anunciación - Encarnación con mayor relieve y participación del pueblo cristiano.
La Devoción a Jesús en el Santuario de María, dada la situación en que nos encontramos ante la cultura de la muerte, es la Devoción sobre la que se enraizará con mayor fortaleza el apostolado por la cultura y el Evangelio de la Vida. Es la Devoción a Jesús que hará comprender, en principio a los cristianos y luego a todos los hombres de buena voluntad de todos los pueblos, la dignidad de la vida en el seno materno, y la "maravilla" de Su Encarnación.
María es el Primer Sagrario porque Jesús se encarnó en Ella, comenzando allí nuestra redención y Jesús vivió en el Santuario de María porque Dios preparó este Santuario para Su Hijo .
Es necesario que todos puedan re-conocer esta Verdad, que toda la Iglesia celebre con mayor profundidad y alegría la Encarnación, y tenga en cuenta estos nueve meses de Jesús En María y de María Con Jesús, para que todos puedan ya gozar de Su Gracia.
Colegios de argentina, introduzcan en la materia "Educación para el amor" las vidas ejemplares de verdaderas mujeres como en este caso hoy les presento a María Cecilia Perrin ! Demos a conocer al mundo, a los tantos jóvenes descarriados, que hay otro modo de vivir, un modo que dignifica y enaltece a los hombres, a partir de una vida moral y de valores.
Hagamos frente a esta cultura de muerte que nos quieren imponer, mostremos la otra cara de la moneda, no tengamos miedo !
Biografía
María Cecilia Perrín nace en Punta Alta, (Buenos Aires – Argentina) el 22 de febrero de 1957, hija de Angelita y Manolo Perrín, es bautizada en la parroquia de María Auxiliadora, el 27 de febrero de 1957, es la tercera de cinco hermanos: María Inés y Jorge, los mayores; Eduardo y Teresa, los menores. Realiza sus primeros pasos en los Sacramentos de Iniciación Cristiana en la parroquia de María Auxiliadora, recibiendo su primera comunión el 25 de Octubre de 1964 y su confirmación el 19 de noviembre de 1964.
El ámbito familiar en el cual se desenvuelve la vida de la joven Cecilia es de profundas raíces católicas. Familia abierta al Espíritu Santo, caló muy profundo en el seno de ésta, la espiritualidad de Chiara Lubich y el movimiento fundado por ella: “Los Focolares”. Fueron una de las primeras familias que adhirieron a este movimiento en Punta Alta.
El 20 de mayo de 1983, luego de dos años de noviazgo, Cecilia contrajo matrimonio en la parroquia de María Auxiliadora con Luis Buide. En febrero de 1984, estando embarazada, se le diagnosticó cáncer. Toma la firme energía de aceptar la voluntad de Dios y se apoyó en cuatro pilares: Su profunda Fe, su amor a “Jesús Abandonado”, el afecto de su esposo, familiares y amigos y la fuerza de la unidad con quienes compartía su cristiano y católico ideal de vida.
El diagnóstico era irreversible. No obstante, había una gran alegría por la ilusión de la nueva vida que llegaría. Los médicos consideran realizar un “Aborto Terapéutico” para poder salvar la vida de Cecilia. Ella, se niega rotundamente a ello por su férrea convicción cristiana y sabiendo que era imposible su supervivencia luego de dar a luz; pronuncia su “Fiat” con serenidad y claridad al Señor. Ella escribe: “... Hoy le pude decir a Jesús que sí. Que creo en su amor más allá de todo y que todo es Amor de Él. Que me entrego a Él”. El 1 de marzo de 1985, alrededor de las 21:00 hs., María Cecilia Perrín de Buide falleció a la edad de 28 años.
Sus restos mortales descansan en la Mariápolis Andrea en O´Higgins, (Buenos Aires), por expreso pedido de ella, para que aquellos que la fueran a ver, encontraran un lugar de alegría y esperanza y no de muerte y desolación.
Su fama de santidad, su heroicidad en la entrega, su ejemplo de vida cristiana (que asombra aún fuera de la Iglesia Católica) y muchas gracias que fueron escuchadas y concedidas, han hecho que se comience su causa de beatificación.
Inicio de la causa
El 30 de noviembre del 2005, Cecilia fue declarada Sierva de Dios, abriéndose así el proceso de beatificación.
El día martes 10 de abril se realizó la jura del tribunal de fama, formado por el presbítero Marino Giampetruzzi, como juez; el presbítero Elio Ricca, como promotor de justicia; la Señora Alejandra Belfiore como Notaria y la señora Marta Alonso como notaria actuaria.
Luego se celebró la Santa Misa, y familiares y personas allegadas a Cecilia compartieron sus experiencias.
El médico mantendrá siempre el más alto nivel de conducta profesional. El médico no permitirá que el ejercicio libre e independiente de su juicio profesional en favor de sus pacientes quede influido por motivos de ganancia. En todo tipo de práctica médica, el médico procurará prestar su servicio profesional con competencia, con plena independencia técnica y moral, y con compasión y respeto por la dignidad del hombre. El médico debe tratar con honradez a sus pacientes y colegas y se obliga a denunciar a los médicos débiles de carácter o deficientes en competencia y a los que incurran en fraude o engaño.
Se consideran faltas de ética las siguientes prácticas:
a) La publicidad hecha por el médico, a menos que esté permitida por las leyes del país y por el Código de Ética de la asociación médica nacional.
b) Dar o recibir una comisión u otra ventaja por haber enviado un enfermo a un colega, o por dirigir al paciente a determinada farmacia o establecimiento. El médico deberá respetar los derechos de los pacientes, de los colegas y de los otros profesionales de la salud, y protegerá las confidencias de sus enfermos. El médico, cuando administre cuidados profesionales que puedan debilitar la condición física o mental de su paciente, sólo lo hará para beneficio del enfermo. El médico obrará con suma cautela al divulgar, a través de canales no profesionales, sus descubrimientos, nuevas técnicas o remedios. El médico certificará sólo lo que haya comprobado personalmente.
Deberes de los médicos hacia los enfermos:
El primero: Preservar la vida humana
El médico tendrá siempre presente su deber de preservar la vida humana. El médico debe a su paciente una total lealtad y todos los recursos de su ciencia. Siempre que un médico vea que alguna exploración o tratamiento sobrepasan su capacidad, deberá pedir la ayuda de otro médico que tenga la habilidad necesaria. El médico guardará secreto absoluto sobre todo lo que sabe acerca de su paciente, aun después de la muerte de éste. El médico tiene la obligación humanitaria de prestar auxilios en caso de urgencia, a no ser que esté seguro de que otros médicos pueden y quieren prestar esos auxilios.
Deberes de los médicos entre si:
El médico se portará con sus colegas como quisiera que sus colegas se portaran con él.
El médico no puede atraer hacia sí los pacientes de sus colegas.
El médico observará los principios de la Declaración de Ginebra aprobada por la Asociación Médica Mundial.
Lo he recibido al correo y lo hice en video para difundir mejor.
Seamos voz de los que no tienen voz...
¡¡Defiende la Vida!!
Un hecho de la vida real sucedido en Asia...
Con un bebe de brazos, una mujer muy asustada llega al consultorio de su ginecólogo y le dice: Doctor: por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé aún no cumple un año y ya estoy de nuevo embarazada. No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro.....
El médico le preguntó: Muy bien, ¿qué quiere que yo haga?Ella respondióeseo interrumpir mi embarazo y quiero contar con su ayuda. El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo le dice: Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted.
La mujer sonrió, pensando que el médico aceptaría ayudarla. Él siguió hablando: Vea señora, para no tener que estar con dos bebés a la vez en tan corto espacio de tiempo, vamos a matar a este niño que está en sus brazos. Así usted tendrá un periodo de descanso hasta que el otro niño nazca.
Si vamos a matar, no hay diferencia entre uno y otro de los niños. Y hasta es más fácil sacrificar éste que usted tiene entre sus brazos puesto que usted no correrá ningún riesgo.
La mujer se asustó y dijo: ¡No, doctor! ¡Qué horror! ¡Matar a un niño es un crimen!También pienso lo mismo, señora, pero usted me pareció tan convencida de hacerlo, que por un momento pensé en ayudarla.
El médico sonrió y después de algunas consideraciones, vio que su lección surtía efecto.Convenció a la madre que no hay la menor diferencia entre matar un niño que ya nació y matar a uno que está por nacer, y que está vivo en el seno materno.
1. La familia, instituida por el Creador Supremo para que fuese la primera y vital célula de la sociedad humana, por medio de Cristo redentor, que se dignó nacer en la familia de Nazaret, ha sido honrada de tal manera que el matrimonio, es decir, la comunidad de amor y vida conyugal, de la que procede la familia, fue elevado a la dignidad de sacramento, para significar eficazmente la alianza mística de amor del mismo Cristo con la Iglesia (cf. Gaudium et spes, 48).
Teniendo esto presente, el Concilio Ecuménico Vaticano II define a la familia como «iglesia doméstica» (Lumen gentium, 11; cf. también Apostolicam actuositatem, 11), manifestando así la función peculiar que la familia está llamada a desarrollar en toda la economía de la salvación y, por lo tanto, la obligación que tienen todos los miembros de la familia de realizar, cada uno según su propia misión, la triple función profética, sacerdotal y real, que Cristo ha confiado a la Iglesia.
2. No debe extrañar, pues, que la Iglesia, solícita siempre en el decurso de los tiempos por la familia y sus problemas, al haber aumentado hoy tanto los medios para promover la familia, como también los peligros de todo género a que está sometida, vuelva sus ojos a ella con solicitud aun más intensa.
Testimonio significativo de esta solicitud apostólica es la obra que emprendió mi gran predecesor el Papa Pablo VI cuando, el 11 de enero de 1973, decidió constituir un especial "Comité para la Familia", al que competía estudiar los problemas espirituales, morales y sociales de la familia, con criterio y visión pastoral. Este Comité fue concebido como un organismo de estudios e investigaciones pastorales al servicio de la misión de la Iglesia y, en particular, de la Santa Sede.
Con el "Motu proprio" Apostolatus Peragendi se dispuso que dicho "Comité para la Familia", conservando plenamente su estructura y competencia propias, dependiese del "Pontificio Consejo para los Laicos".
3. Una reflexión atenta sobre la experiencia de estos años y, sobre todo, la necesidad de dar una respuesta cada vez más adecuada a las expectativas del pueblo cristiano, recogidas por el Episcopado de todo el mundo y manifestadas en el reciente Sínodo de los Obispos dedicado a la familia, han inducido a dar una fisonomía y estructura propias al Comité para la Familia, de modo que pueda salir al encuentro de los problemas y dificultades que la familia siente y sufre hoy, a saber, cuanto atañe a la atención pastoral y a la actividad apostólica relativas a este sector tan importante de la vida humana.
Por lo cual, bien pensadas las cosas, y pedido el parecer tanto de mis venerables hermanos cardenales de la Santa Iglesia romana en la reunión extraordinaria de noviembre de 1979, como del Sínodo de los Obispos y de los peritos, se dispone lo siguiente:
I. Se crea el "Pontificio Consejo para la Familia" que sucede, sustituyéndolo, al Comité para la Familia, el cual, por tanto, cesa desde ahora.
II. Este Consejo estará presidido por un cardenal, a quien ayudan un secretario y un subsecretario y a quien asisten algunos obispos de varios continentes, así como el secretario del mismo Consejo para la Familia y el vicepresidente del Pontificio Consejo para los Laicos.
Un conveniente número de oficiales de diversas naciones y expertos en cuestiones familiares realizarán el trabajo en la sede u oficinas del Consejo.
III. Serán miembros del Pontificio Consejo seglares, tanto hombres como mujeres, sobre todo casados, de todas las partes del mundo y representativos, como suele decirse, de las diversas áreas culturales. Los miembros serán nombrados directamente por el Sumo Pontífice y se reunirán en asamblea plenaria al menos una vez al año.
IV. El Pontificio Consejo se valdrá de la colaboración de peritos en diversas disciplinas, especialmente relacionadas con cuestiones familiares. También pueden ser llamados como consultores sacerdotes y religiosos.
Todos ellos componen el cuerpo de consultores, que tienen la función de dar consejos y opiniones acerca de las cuestiones propuestas por el Presidente y por los miembros; y pueden ser consultados individual o comunitariamente en las reuniones que se celebrarán de forma periódica.
V. Corresponde al Pontificio Consejo para la Familia promover la pastoral de las familias y el apostolado específico en el campo familiar, aplicando las enseñanzas y orientaciones del Magisterio eclesiástico, de manera que las familias cristianas puedan realizar la misión educativa, evangelizadora y apostólica, a la que están llamadas.
En particular el Consejo:
a) En espíritu de servicio y respetando las propias competencias procurará mantener con los obispos, con las Conferencias Episcopales y con sus organismos encargados de la pastoral familiar intercambio de informaciones y experiencias en orden a dirigir y orientar la pastoral familiar;
b) procurará la difusión de la doctrina de la Iglesia acerca de los problemas familiares, de modo que esa doctrina pueda ser perfectamente conocida e íntegramente propuesta al pueblo cristiano, tanto en la catequesis como a nivel científico;
c) promoverá y coordinará las iniciativas pastorales en orden a la procreación responsable según las enseñanzas de la Iglesia;
d) estimulará la elaboración de estudios relativos a la espiritualidad matrimonial y familiar;
e) animará, sostendrá y coordinará los esfuerzos en defensa de la vida del hombre, durante todo el arco de su existencia, desde el momento mismo de su concepción;
f) promoverá también, a través del trabajo de institutos científicos especializados (teológicos y pastorales), los estudios que tienden a integrar las ciencias teológicas y humanas, en lo referente a los temas de la familia, a fin de que la totalidad de la doctrina de la Iglesia sea cada vez más accesible y mejor comprendida por todos los hombres de buena voluntad;
g) cuidará las relaciones con los Movimientos que, aunque se inspiren en otras confesiones religiosas (o en diversas concepciones ideológicas), acepten la ley natural y un sano humanismo;
h) respetando la competencia propia del Pontificio Consejo para los Laicos y en colaboración con él, procurará la preparación específica de laicos comprometidos individual o asociativamente en el apostolado familiar, inspirará, sostendrá y dirigirá la actividad de los Movimientos católicos familiares, tanto nacionales como internacionales y de los diversos grupos de apostolado de los laicos que tienen como finalidad atender a los problemas familiares. Por lo mismo, mantendrá relaciones especiales con el Pontificio Consejo para los Laicos, en un intercambio periódico de informaciones con miras a reflexiones e iniciativas comunes;
i) instaurará una colaboración recíproca con los dicasterios y organismos de la Curia Romana en las materias de su competencia, que tengan alguna proyección sobre la vida y pastoral de las familias, especialmente en lo que se refiere a la catequesis sobre la familia, a la formación teológica de los jóvenes sobre problemas familiares en los seminarios y en las Universidades Católicas, a la formación y preparación teológico-pastoral, en el campo familiar, de los futuros misioneros y misioneras, de los religiosos y religiosas, a la acción de la Santa Sede ante los competentes Organismos internacionales y ante cada uno de los Estados, para que siempre sean reconocidos y tutelados los derechos de la familia;
j) se preocupará —a través de las Representaciones Pontificias— de recoger datos sobre la situación humana, social y pastoral de las familias en los diversos países.
VI. Un reglamento "ad experimentum", redactado para la aplicación del presente "Motu proprio" de acuerdo con cuanto se establece en la "Regimini Ecclesiae universae" y en el "Reglamento general de la Curia Romana", dará las oportunas disposiciones sobre el funcionamiento del Pontificio Consejo para la Familia.
Roma, junto a San Pedro, 9 de mayo de 1981, año III de mi pontificado.
CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM
CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM