Que una pareja busque mi ayuda siempre es para mí un privilegio. Los años transcurridos dentro de mi oficina, luminosa, espaciosa y en tonalidades cálidas como el verde, tiene un gran valor personal como también estoy segura que lo tiene para las parejas, mujeres y hombres que buscan un significado profundo para sus vidas, pues en este lugar han venido a tratar de comprender, restaurar y sanar aquello que no ha podido ser procesado por sí mismos. Este es un lugar seguro en dónde pueden hablar de sus sufrimientos, dudas y temores como también un lugar en el que pueden aprender a ser artesanos y joyeros de las relaciones y la familia. El Papa Francisco exhorta a los novios que “El matrimonio es un trabajo de todos los días, se puede decir que artesanal, un trabajo de orfebrería porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a la mujer y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre al marido. Crecer también en humanidad, como hombre y mujer. Es un trabajo para siempre pero no hay que asustarse. Se puede construir día a día”. La mayoría de las veces, las parejas que vienen a mí ignoran esto o, si lo saben, no hay una plena consciencia de las palabras del Santo Padre, no en el momento en que vienen a mi consulta.
Siendo una atípica consejera, pues todo mi ser cree y sigue las enseñanzas cristianas, he dedicado muchos años de mi vida a buscar, encontrar, conocer y estudiar autores que hoy me ayudan muchísimo a la hora de crear el tratamiento que seguirán estas personas de manera que al termino del mismo, salgan siendo mejores personas, mejor esposo, mejor esposa y mejores cristianos si así lo deciden. Muchas de mis parejas, especialmente los de habla inglés entran sin una noción básica de lo que significa ser persona y terminan sus tratamientos con la incorporación de rituales como es el de buscar una iglesia a la que asistir, películas en familia cada viernes por la noche o románticas veladas una vez por semana.
En este artículo hablaré brevemente de tres de estos autores a quienes considero maestros de la mente, el corazón y el alma.
Viktor Frankl: “la vida es una tarea”
Nació en Austria. Psiquiatra y creador de la logoterapia, que se encuentra ubicada dentro de las escuelas humanistas de psicología o “tercera escuela vienesa de psicoterapia”(Las dos primeras son el psicoanálisis y la psicología individual). Ocupo diversas cátedras de las universidades de Harvard, Standford, Dallas y Pittsburgh. Escribió un libro bellísimo que ahora es un clásico y que ha sido traducido a más de una veintena de idiomas: “El hombre en busca de sentido”. Este libro vio la luz después de haber sobrevivido al holocausto de Auschwitz, misma en la que perdiٗo a sus padres, hermana y esposa embarazada. Ahí también murió Edith Stein, de quién escribo más abajo. La experiencia de Frankl en los campos de concentración lo llevo a vivir situaciones límites y sin salida que le llevaron a crear el método logoterapéutico, una teoría sobre la realidad humana que se convierte en filosofía antropológica: para Frankl el hombre “tiene” cuerpo y alma, pero también “es”, espíritu.
Mi práctica como orientadora familiar y coach terapéutica está fuertemente marcada por la propuesta antropológica, psicológica y espiritual que propone Frankl. En su propuesta se distinguen tres tipos de valores para vivir la vida, comprenderla y dar respuestas a la misma. Los valores son los de actitud, los valores de creación y los valores de servicio. En un artículo siguiente explicaré cada uno de ellos y su aplicación a la vida en pareja. Las personas que acuden a una tercera persona para encontrar el por qué del deterioro de su relación una vez feliz e ideal, y que ahora duele, lo hacen porque en lo más profundo están respondiendo a la propuesta de la Frankl, “el hombre es un ser en busca de sentido y es el responsable de la realización de ese sentido. La tendencia radical del hombre busca el sentido de la vida y pretende llenarlo de contenido”. Ese sentido de acuerdo a Frankl, se encuentra en los valores. “En todo momento el ser humano apunta , por encima de sí mismo, hacia algo que no es él mismo, hacia algo o hacia un sentido que cumplir, o hacia otro ser humano, a cuyo encuentro vamos con amor”, escribe.
Todas las parejas que hasta hoy he visto, si bien han traído a la relación sus valores los cuáles enriquecen a los dos, no tienen un proyecto de valores juntos con los cuáles afrontaran la vida y educaran a los hijos. Muchas veces vienen buscando ayuda para sus problemas de comunicación, cuando lo cierto es que lo que existe es un choque de valores o una ausencia de los mismos. Cuando por primera vez tengo frente a mí a una pareja quiero saber esto: ¿qué sostiene la humanidad de esta pareja? ¿Qué ignoran en torno a la idea del hombre? ¿Cuál es su sentido de trascendencia? ¿Qué saben acerca de la dignidad de su naturaleza? ¿qué comprensión tienen del dolor?
Estudiar a Frankl te ayudará a comprender el sentido de tu vida dentro de tu matrimonio.
Edith Stein: “ hay ciencia en la cruz”
Edith Stein nació en Alemania, era judía y contemporánea de Frankl. En sus años de Universidad se declaro atea y feminista, hasta que un día se encontró con Santa Teresa de Jesús y se hizo religiosa siendo Carmelita Descalza. Murió como mártir en la cámara de gas en la Segunda Guerra Mundial. Juan Pablo Segundo la proclama Santa y Doctora de la Iglesia bajo el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz(puedes leer mi artículo sobre ella Edith Stein: La primera filósofa Santa y Doctora de la Iglesia en este mismo sitio). Edith Stein antes de convertirse en fenomenóloga y filósofa pensó en estudiar psicología, Edith escribe “de que compartir la vida de otro ser humano y participar en todo lo que le afecta, en lo más grande y en lo más pequeño, en las alegrías y en los sufrimientos, pero también en los trabajos y problemas constituye su don y felicidad”.
Lo anterior es para ambos sexos, pero por nuestra naturaleza ontológica, las mujeres podemos hacer de nuestra vida matrimonial una maravillosa obra de amor, utilizando este principio. Stein escribe que “Desde su vocación especial de mujer y dentro de su modo de ser esta ir al lado del hombre, tomar parte con amor en su vida con fidelidad y dispuesta a servir. Es lo característico de la feminidad. Ello conlleva el tener capacidad de empatía hacia el otro y sus necesidades, capacidad y docilidad de adaptación”.
El amor a la belleza para la que hemos sido creados, una belleza que sólo puede encontrarse en el amor, un amor que se busca ardientemente y que al encontrarlo, encontrarse con él inscrito en la propia naturaleza humana, se decide, desde la libertad que sólo es humana, entregarlo-entregarse y así, hablando de la mujer específicamente, conocer lo característico de la feminidad, que es el ejercicio incansable del sí a la hora de amar. Los hombres también pueden amar así, pero para que hagan esto deberán tener la experiencia de un amor incondicional de mujer. Aceptar, admirar, respetar al marido tal y cómo es y no querer cambiarlo son aspectos profundamente importantes para despertar la devoción de un hombre hacia su mujer. Cuando un hombre se siente incondicionalmente acogido por quién es, incluyendo sus defectos, su mujer y la ilusión que sienta por ella no desaparecerá, al contrario se volverá más sólida con el paso de los años. “Nuestra tarea es amar y servir” escribe Edith Stein.
Estudiar a Edith Stein te ayudará a conocer el significado del servicio y la cruz dentro de tu matrimonio.
Jutta Burggraf: “ no hay como la libertad”
Para Jutta Burggraf, nació en Alemania, era doctora en Psicopedagogía por la Universidad de Colonia (1979) y doctora en Teología por la Universidad de Navarra (1984). Era profesora de Teología Dogmática en la misma universidad. Centró su actividad investigadora en diversos campos: el ecumenismo, la teología de la creación, la teología de la mujer, el feminismo, etc., sobre los que ha publicado numerosos trabajos. Uno de sus mejores libros es Libertad vivida con la fuerza de la fe por editorial RIALP. Jutta concebía la libertad como “don y tarea”, como un proyecto que implica “el ser artistas de la propia existencia” por medio de un trabajo personal y exigente. Para ella, el amor matrimonial representa un verdadero “desafío”, pues la convivencia matrimonial puede ser muy bonita pero también agotadora y desgastante cuando no es ideal. No tienes idea querido lector, del número de mujeres que han pasado por esta habitación en medio de llantos, desilusión y confusión por haber tenido que vivir en su matrimonio aquello para lo cual nunca nadie les preparo. Jutta exhorta de forma especial a la mujer a descubrir la “oportunidad” que hay para para aprender a madurar e ir ganando en profundidad en el amor. Por ello la vocación matrimonial es una propuesta para revolucionarse a si mismo haciéndote una autoinvitación a amar que muchas veces va en contra de lo que la mayoría piensa. En palabras de Burggraf, “con los años voy amando más y más porque quiero amar, porque me he decidido por el otro como cónyuge y estoy dispuesta a soportar desilusiones”. Su propuesta requiere que haya una madurez extraordinaria la cual puede lograrse manteniendo la razón bajo el dominio de las emociones, pues las mismas muchas veces nos llevan a ser arrogantes, agresivos, egoístas e irrespetuosos con nuestra pareja. Ayudará mucho a soportar esas desilusiones en donde a veces puede parecerte que eres tú sola luchando contra los defectos, neurosis o groserías de tu esposo(a) y que nada de lo que haces vale la pena o tiene sentido, aprender a trascender la mente, la imaginación y los sentidos, todo esto desde la creación y seguimiento de un plan de vida disciplinado y claro. Algunos ejemplos que pueden ayudarte son: el ofrecimiento de obras, dar gracias a Dios, en el instante en que te levantas, por estar vivo y tener esa experiencia única de la vida, la renovación del amor a través de la misa diaria, la contemplación ante el Sacramentado, el rezo del santo rosario, la oración meditada e inclusive pequeñas mortificaciones de los sentidos para obtener gracias del señor para vivir mejor y más comprometidamente tu vocación matrimonial darán a tu personalidad templanza que irá reemplazando al sentimentalismo; la madurez al capricho y la convicción de que sigues el camino que quieres seguir desde tu propia libertad. “La libertad (escribe Burgaff) permite alcanzar la máxima grandeza, pero también incluye la posibilidad de un desvío completo. Tiene que ver con la autorrealización y con la autodestrucción del hombre”.
Estudiar a Jutta Burgaff te ayudará a sentirte libre en tu pensamiento, actuaciones, compromisos y palabra fuera y dentro del matrimonio.
Estos tres pensadores cristianos y científicos pueden ayudarte a descubrir a través de ese matrimonio el sentido de tu vida, del “juntos para toda la vida”, el significado del dolor como propuesta para conocerte y tener un encuentro vivo con tus potencialidades para amar y el verdadero amor en clave de libertad. De Viktor Frankl aprenderás el sentido de la vida, de Edith Stein el significado de la Cruz y de Jutta Burgaff el para qué de la libertad. Que la Virgen del Amor Hermoso, Perfecta Casada y Perfecto Modelo te inspire siempre a decir sí al amor y que San José Perfecto Casado y Perfecto Modelo nos llene de valor para el camino.
Fuente: Encuentra.com
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