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martes, 15 de enero de 2013

►¡MI HIJA ESTÁ EMBARAZADA!



El siguiente escrito que les comparto es de mi escritora favorita:

"Mi hija está embarazada." 
Estás en choque y no sabes qué y cómo reaccionar. He escuchado algunas historias así, la madre que se enfrenta a esta situación tiene ante sí un gran reto, una prueba de amor y emociones. Te paso algunas orientaciones para que te ayudes a tí misma a comprenderte y comprender.

Cuando tu hija te da por primera vez la noticia puedes que sientas todo esto: - estado de choque
Desilución
Desesperación
Avengonzada
Puede ser que pienses:
Ella destruyó su vida. Ahora nuestras vidas están destrozadas. No hicimos bien nada.
Todas las esperanzas de ella, y las nuestras, así como los sueños y los planes que teníamos están a punto de esfumarse. Ya no hay futuro.
Revisando la escenografía.

En efecto, esto no es una buena noticia. Pero tampoco es el fin del mundo. Recuerda que debes:

Mantenerte calmada.
Evitar la recriminación y la condenación
Concentrarse en lo positivo. Tu hija podría haber elegido abortar como lo hice yo hace treinta años. Todo lo que se una mujer vive después de haber abortado no puede describirse en palabras.
Si eres cristiana demuestra misericordia y comprensión como Jesús lo haría. Es difícil pero si quieres y pides gracia lo podrás hacer.
Trata de ponerte en los zapatos de tu hija. Recuerdo que cuando yo salí embarazada sentí mucho miedo. La sóla idea de que mi padre se enterará me agobiaba. Además no tenía confianza alguna hacia mi madre y el novio que tenía se porto como un cobarde. Ahora esto es lo que yo haría al ponerme en los zapatos de mi hija:

Que a pesar de ello seguirá teniendo mi amor y confianza.
Que no esta sola.
Que cuenta conmigo para hacer con el niño lo mejor. Darlo en adopción o criarlo ella misma.
Que juntas enfrentaremos un futuro que no se había planeado.
Palabras o frases que puedes utilizar:

"Te quiero. Siempre te querré. Todo estará bien".
"Estoy a tu lado como tu madre y si quieres como tu amiga. Haré lo necesario para ayudarte a afrontar esta prueba".
"Tienes alternativas. Eres una adolescente: matrimonio, adopción, ser madre soltera, terminar tus estudios".
"Algunas personas hablarán pero muchas serán solidarias y te comprenderán".
"Tu vida es tuya y por delante. Este es una de esas experiencias que puede servirte para crecer y hacerte responsable de tus actos".
Como mujer que salió embarazada en la adolescencia y que decidió abortar, te puedo asegurar que la situación que tu hija atraviesa no es fácil. Es menos fácil si no tiene una pareja y amigos que la valoren y que valoren la vida. El vacío que queda en el corazón es profundo y el fantasma de haber arrebatado una vida o múltiples te perseguirá siempre. En mi caso, sólo ha sido la gracia de Dios que sano las interminables depresiones y sentimientos de baja autoestima que me acompañaron después de haber abortado. Te hablo pues, desde la experiencia. Habla a tu hija de lo que pasa si empieza a tener relaciones íntimas y si ya ha salido embarazada, orientala con sabiduría y amor incondicional.



Este blog y canal cuentan con la aprobación y

certificación de Catholic.net







jueves, 8 de noviembre de 2012

►Dolor por el no nacido




Leo en un blog digital la impactante afirmación de Carmen: 

«Yo aborté dos veces, a los 19 y a los 21. Hoy en día me arrepiento. 
• Voy a ser madre y tengo miedo que ahora sea Dios quien me quite este bebé. Me arrepiento por lo que hice, porque no quitas una vida, te quitas tú una parte de tu vida… No lo hagan». 
• En Australia, el Consejo Nacional de Investigación Médica y Salud, exige la utilización de analgésicos para los fetos de animales.
 •Hoy se pueden observar las reacciones del nonato ante las sensaciones de dolor y de miedo.
 • No hace mucho, la prestigiosa revista médica The Lancet reveló que, en los fetos, se producen reacciones hormonales de stress, por lo que se recomienda la utilización de analgésicos cuando se les practica la cirugía. 
• También la recomiendan los asesores científicos del Consejo Médico Federal de Alemania. Hay estudios que fijan la percepción del dolor en el feto a partir de las diez semanas, siendo desde las veinticuatro más intenso aún que en un adulto. ¿Por qué no se lo explican a las madres en las clínicas abortivas? Extraído de una carta a Alfa y Omega

Fuete: Aquí

miércoles, 19 de septiembre de 2012

►Quedó parapléjica con un bebé deeshauciado





Se queda parapléjica, con un bebé desahuciado, enviuda... y descubre que Dios «la lleva en brazos»

"Han sido hechos que yo necesitaba que ocurrieran en mi vida para descubrir a Dios, porque si no mi corazón no se hubiera enterado de lo importante".

Carlota Ruiz de Dulanto sufrió un accidente grave que la dejó parapléjica con apenas 25 años. Estaba trabajando en Michigan (EEUU) y durante un tornado le cayó un árbol en la espalda y le rompió la columna vertebral a nivel de las lumbares. 

El 15 de agosto del año 2000, nació prematuramente su tercera hija, Paloma, con más de tres meses de antelación que pesó 6oo gramos y los médicos le dijeron que no era viable, que probablemente moriría. Y en el año 2006 su esposo Javier moría de forma repentina pese a no estar enfermo.

"El Señor me mantiene"
Tener que afrontar estas tres difíciles situaciones en su vida no ha convertido a Carlota Ruiz en una heroína. Ella asegura que “no hago ningún esfuerzo extra. Hago lo que buenamente puedo. Yo tengo la suerte de que el Señor me mantiene. Tengo al Padre del Cielo que me quiere, me cuida, me ayuda y en los momentos duros me lleva en sus brazos. Es lo único que puedo decir”. 

El sacerdote y periodista Javier Alonso la entrevista en su programa “Más que noticias” de 13 TV.

Carlota nació en la década de los sesenta “en una familia maravillosa. Soy la mayor de 3 hermanos y la única chica. La enseñanza primaria la hice parte en París, donde estaba destinado mi padre, y la secundaria en Madrid, en el colegio Montealto. Estudié la carrera de Derecho en la Autónoma de Madrid”. 

De bailona y esquiadora a una silla de ruedas
Al tener el grave accidente en los Estados Unidos escuchó en la sala de urgencias del hospital un pronóstico taxativo: "You will never walk again" (nunca volverás a andar). “En cuestión de segundos pasé de ser una bailona, esquiadora y deportista a sentarme en una silla de ruedas para toda la vida. Luego he conseguido desplazarme también con muletas. A partir de ahí, me cambiaron los planes de vida, olvidé la carrera diplomática y entré a trabajar en IBM. Javier, mi marido, que entonces era mi novio, no se fue de mi lado, caso bastante inhabitual en estas circunstancias tan difíciles. Pasaron unos años, nos casamos y hemos formado una familia”.

Descubrir a Dios en los momentos difíciles
Cuando valora las contrariedades y momentos difíciles, Carlota asegura que “han sido hechos que yo necesitaba que ocurrieran en mi vida para descubrir a Dios, porque si no mi corazón que es bastante duro no se hubiera enterado de las cosas importantes. Si a mí no me hubiera pasado nada, pero no hubiera descubierto el tesoro de Dios, me hubiera perdido lo más trascendente. Por eso estoy tremendamente agradecida al Señor. Dios es amoroso. El problema es que nosotros somos tan duros de corazón, tan egoístas, que o nos zarandean o no nos enteramos. Entonces, no es que el Señor nos ponga una carrera de obstáculos en la vida, es que nos está abriendo las puertas del paraíso poquito a poco. El proceso consiste en cambiar el chip: yo no soy el centro de mi vida y en cambio Dios es el centro de mi vida. Cuando consigues eso, entonces todo se ve de otra manera”.

Los médicos no ven viable que el bebé pueda vivir
Carlota Ruiz recuerda el nacimiento prematuro de su hija pequeña, Paloma, que ahora tiene doce años, como un momento durísimo y a la vez como una vivencia que la hizo caer rendida de fe a los pies de la Virgen María.“Los médicos te dan el pésame y te dicen que no hay nada que hacer. Pero yo me doy cuenta que ha nacido a las 23:50 h. del 15 de agosto, la Asunción de la Virgen María. Estaba ingresada en San Sebastián en la Maternidad de Nuestra Sra. De Aránzazu. Me explicaron que si la niña sobrevivía iría en silla de ruedas. ¿Mi hija en silla de ruedas? Seríamos un tándem en silla de ruedas. Yo eso no lo había visto nunca. Al darme cuenta de que había nacido en 15 de agosto le pedía a la Virgen una niña sana y viva. Mi marido pensaba que me había vuelto loca porque el pronóstico era nefasto”.

La Virgen respondió a la petición...
Y la oración fue escuchada.“Paloma es una niña sana, fuerte, resolutiva, vital y alegre. Es una superviviente que nos recuerda cada día que para Dios no hay nada imposible”. 

Actualmente sus otras dos hijas Mencía y Mariana tienen 17 y 16 años. Carlota asegura que “el único miedo que tengo es ser infiel a Dios, porque me daría mucha rabia después de haber sentido todo su Amor, llegar un día y ser una desagradecida”.

La muerte de su marido
En 2006 la familia vivió otro momento difícil, la muerte del padre y esposo, Javier. Carlota cuenta “que ha sido el momento más duro de mi vida, tener que explicar a mis hijas que su padre había muerto sin que tuviera ninguna enfermedad que lo hiciera presagiar. Las niñas adoraban a su padre. Al darles la noticia, la mayor que tenía 11 años me dijo: ‘el Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea el nombre del Señor’. Que una niña de 11 años te diga eso en un momento así te hace dar cuenta que Dios estaba hablando por su boca, que Él estaba ahí. Realmente ha sido así. No me he sentido sola en ningún momento”.

Un regalo de Dios
Actualmente Carlota se ha vuelto a casar: “Dios me a regalado un segundo marido diez”. Ella ora de tú a tú ante el Señor y“me hincho a decirle que le quiero, que le quiero y que le quiero, porque realmente es lo que siento. Le pido mucho y mis amigos me dicen que a veces pido cosas que no son importantes, pero yo le pido todo. A mí nadie me ha dicho que Dios tenga un límite para pedirle”.

Fuente: www.religionenlibertad.com

viernes, 14 de septiembre de 2012

►Más evidencia de efectos del aborto: nacimientos prematuros, de bajo peso y lesiones uterinas



Durante varios años la corriente abortista había logrado contener estudios científicos sobre los efectos nocivos del aborto, a través de presionar para que no hubiese fondos para tales investigaciones o presionando para limitar su difusión, pero ahora esto está cambiando, aunque aún la gran prensa no divulga estos estudios.
Una nueva investigación científica de Finlandia corrobora que a partir del tercer aborto, las posibilidades de dar a luz niños de bajo peso y prematuros se incrementan significativamente y los daños en el útero que perjudican futuros embarazos.
Un nuevo estudio recién publicado en la revista líder en el campo de la reproducción ‘Human Reproduction’ añade una nueva consecuencia negativa que se suma a los riegos físicos y psicológicos que entraña el aborto para la mujer: a partir del tercer aborto, concluye el trabajo, las posibilidades de dar a luz niños de bajo peso y prematuros se incrementan significativamente.
Se trata de uno de los mayores trabajos que han estudiado las consecuencias de abortar repetidas veces comparando todos los nacimientos de primeros hijos registrados en Finlandia entre 1996 y 2008 (300.858) con el registro de abortos en ese mismo periodo de tiempo.
En el estudio se refleja que de más de 300.000 madres finlandesas, 31.083 habían tenido un aborto entre 1996 y 2008. Otras 4.417 habían tenido dos abortos, y 942 tres o más abortos antes de ser madres. Estas últimas tenían más riesgo en cuanto a problemas que afectaban a su primer hijo, en comparación con las mujeres que no habían tenido abortos previos.
En concreto, se triplicaba la posibilidad de tener el bebé antes de las 28 semanas, y se duplicaba el riesgo de nacimientos con escaso peso. También se registró un riesgo ligeramente mayor de partos prematuros entre las mujeres que habían tenido dos abortos anteriores. El estudio también muestra un mayor riesgo de fallecimiento de los bebés en el momento del parto.
La primera autora del estudio, la especialista en Salud Pública del Instituto Nacional de la Salud y el Bienestar (THL) Reija Klemetti, explica que estudios anteriores ya habían establecido que el riesgo de dar a luz niños con bajo peso (menos de 1.500 gramos al nacer) se incrementaba según aumentaba el número de abortos provocados. ”Nuestro trabajo confirma este hallazgo anterior y añade que también aumenta el riesgo de tener hijos muy prematuros (nacidos antes de las 28 semanas) y prematuros en general (antes de la semana 37), siempre después de tres o más abortos”, señala Klemetti por correo electrónico.
El aborto es libre en Finlandia hasta la semana 12, necesita de consentimiento para llevarse a cabo hasta la semana 20 y, en casos de que el feto presente un problema grave de salud, se puede perpetrar hasta la semana 24.
Según los datos de los autores, de las más de 300.000 mujeres que dieron a luz por primera vez en el periodo estudiado, un 10,3% se había sometido antes a un aborto, un 1,5% a dos y un 0,3% a tres o más.
Tras exponer los datos obtenidos en su investigación, los autores escriben: “Los estudios observacionales como el nuestro, aunque con gran participación y muy controlados, no prueban una relación de causalidad”. Sin embargo, Klemetti señala que una posible explicación sería que “la repetición de abortos quirúrgicos puede dañar el útero y tener estas consecuencias en futuros nacimientos”. “Es solo una hipótesis”, advierte.
A pesar de la falta de causalidad, los autores afirman que los resultados sí deberían tener una implicación práctica: la educación sexual debería incluir información sobre los riesgos potenciales para la salud de un número elevado de abortos, incluyendo estos efectos sobre futuros embarazos.

Fuentes: Hazte Oír, Signos de estos Tiempos

lunes, 2 de julio de 2012

►Entre dos -cortometraje




14-05-2010. Dirigido por Viobelina, este corto analiza la reacción de Julia al descubrir que va a tener un bebé con su marido, Mario. Él está ilusionado. En cambio, ella se debate entre llegar a la cúspide de su carrera profesional como modelo o seguir adelante con el embarazo.

Recomendable para escuelas.

miércoles, 25 de abril de 2012

►Historia de "Nuestra Señora de la Dulce Espera"


Conozcan la hermosa historia de como llega la advocación a nuestro pais Argentina, va impregnada de amor y fe, y ayudemos a difundirla.
Nuestra Señora de la Dulce Espera quiere bendecir todos a todos los niñitos no nacidos en el vientre materno y a las mamás.
Dios los bendiga
Laura




A continuación todas las oraciones a Nuestra Señora de la Dulce Espera.
Clic en el enlace de mas abajo.





miércoles, 21 de marzo de 2012

►Día del niño por nacer





Hace más de una década, tanto en Argentina como en gran parte del mundo, se celebra el Día del niño por nacer, conocido también como el día del niño concebido, día de la vida concebida en el vientre materno, día del niño no nacido, día del derecho a nacer...

Todos ellos tienen una misma finalidad: celebrar a modo de iniciativa a favor de la vida, promover una cultura de defensa de la vida desde el momento de su concepción, y propiciar la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada y el valor de la vida humana que porta en su seno.

Si nos remontamos a los derechos acordados a nivel mundial, el preámbulo de la Declaración de los Derechos del Niño dice que "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento". 

Desde la sanción del Código Civil, nuestro país ha reconocido que comienza la existencia de la persona desde su concepción, y según la ley 23.849, la República Argentina declara que se entiende por niño a todo ser humano desde el momento de la concepción y hasta los 18 años de edad, conforme al artículo 1º de la Convención sobre los Derechos del Niño.

La primera celebración oficial en Argentina sucedió el 25 de Marzo de 1999. La fecha coincide con la Fiesta de la Anunciación, una celebración del culto católico. De todos modos, el Día del Niño por Nacer excede los credos, es una celebración universal y mundial.

En 1998, se dictó el decreto 1406/98, el cual resalta que, especialmente en su etapa prenatal, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindada por su madre. También sostiene que la vida, el mayor de los dones, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible, y el derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana.

A raíz de esta iniciativa, países como El Salvador, Chile, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, Perú, Paraguay, México celebran oficialmente esta fecha. En Brasil, Uruguay y España, diferentes grupos se ocupan de promover campañas para lograr el reconocimiento de esta celebración. 

Un niño en camino, una vida desarrollándose dentro del vientre materno, con sentimientos y sensaciones propias, merece ser respetado.





jueves, 26 de enero de 2012

►El ABORTO Y LA BIBLIA




El aborto (feticidio) es grave pecado contra el 5to. Mandamiento, Exodo 20,13. La Iglesia así lo ha enseñado desde el principio>>.

« Mi embrión tus ojos lo veían » (Sal 139/138, 16)

El aborto y la Biblia 

-P. Frank A. Pavone, Director de Sacerdotes por la Vida (Priests for Life)

La Biblia enseña claramente contra el aborto. Esta enseñanza sale a relucir de muchos modos y por muchas razones. Algunas personas señalan que la palabra "aborto" no aparece en la Biblia, y tienen razón. Sin embargo, la enseñanza sobre el aborto sí aparece. Este mismo es el caso de otras enseñanzas. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia, pero las enseñanzas sobre la Trinidad sí. En cualquier caso, quien quiera negar la enseñanza de la Biblia con respecto al aborto, la negaría aunque la palabra apareciera en ella.

Miremos algunas de las razones bíblicas por las cuales el aborto, la destrucción directa de un niño en el vientre materno es tan terrible.

1) La Biblia enseña que la vida humana es distinta de los otros tipos de vida, ya que los seres humanos están creados a la imagen misma de Dios.

Las narraciones de la creación del hombre y la mujer que aparecen en el Génesis (Génesis 1:26-31; 2:4-25) nos dicen lo siguiente: "Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó." (Génesis 1:27). La palabra "crear" se utiliza aquí tres veces enfatizando un momento culminante dentro del proceso de Dios, haciendo al mundo y todo lo que éste contiene. Al hombre y a la mujer se les concede "dominio" sobre todo lo demás en el mundo visible.

Ni siquiera el pecado original quita de los seres humanos la imagen de Dios. Santiago se refiere a esta imagen, diciendo que debido a ella ni siquiera deberíamos hablar mal los unos de los otros. "Con ella (la
lengua) bendecimos a Dios Padre, y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de Dios...Hermanos, no puede ser así." (Santiago 3:9-11).

¡La imagen de Dios! ¡Esto es lo que significa ser un ser humano! No somos unas simples células que han sido unidas al azar por unas fuerzas impersonales, ajenas a nosotros. Más bien, reflejamos auténticamente a un Dios eterno que nos conocía antes de que fuésemos hechos, y que nos llamó a la existencia. 

En los Salmos "¿quién es el hombre para que te acuerdes de él, el hijo de Adán para que de él cuides?...coronándolo de gloria y grandeza; le entregaste la obra de tus manos" (Salmo 8:5-7). Es ahí en donde está la clave. Dios no sólo nos hizo, sino que nos valora. La Biblia nos habla de un Dios que está locamente enamorado de nosotros, hasta el punto de que se convirtió en uno de nosotros e incluso murió por nosotros, mientras que nosotros le seguíamos ofendiendo (ver Romanos 5:6-8). Frente a esto, ¿podemos decir que los seres humanos son desechables, como un carro, que son más los problemas que causa que lo que vale? "Dios no hace basura." 

Quien cree en la Biblia, tiene que creer que la vida humana es sagrada.

2) La Biblia enseña que los niños son una bendición.

Dios ordenó a nuestros primeros padres: "Sean fecundos y multiplíquense" (Génesis 1: 28). ¿Por qué? Dios mismo es fecundo. El amor siempre desemboca en la vida. Cuando la primera madre trajo al mundo al primer niño, exclamó: "Gracias a Yahveh he podido tener un hijo" (Génesis 4:1). La ayuda del Señor es esencial, ya que El tiene dominio sobre la vida humana y el origen de ésta. Los padres cooperan con Dios en traer una nueva vida al mundo. Debido a que todo este proceso está bajo el dominio de Dios, es un pecado interrumpirlo. 

El profeta Amós condena a los amonitas, "Porque ellos al extender sus dominios abrieron el vientre de las mujeres encintas de Galaad" (Amós 1:13). "Son los hijos regalo del Señor, es el fruto del vientre premio suyo" (Salmo 127:3).

3) La Biblia enseña que el niño en el vientre es un niño verdaderamente humano, quien tiene incluso una relación con el Señor. 

La frase "quedó embarazada y dio a luz" es utilizada en repetidas ocasiones (ver Génesis 4:1,17), y el individuo tiene la misma identidad tanto antes como después del nacimiento. "Pecador desde el seno de mi madre" expresa el salmista arrepentido en Salmo 51:7. La misma palabra es utilizada para el niño antes y después de nacido (Brephos, es decir, "niño," es utilizada en Lucas 1:41 y en Lucas 18:15).

Dios conoce al niño no nacido. "Me tejiste en el seno de mi madre...mis huesos no escapaban a tu vista cuando yo era formado en el secreto" (Salmo 139:13,15). Dios, además, ayuda y llama al ni o no nacido. "Me entregaron a Ti apenas nacido, Tú eres mi Dios desde el seno materno" (Salmo 22:11). "Hasta que me llamó por su mucho amor el que me había elegido desde el seno de mi madre" (Gálatas 1:15).

4) La Escritura en repetidas ocasiones condena la matanza de los inocentes.

Esto fluye de todo lo que, hasta el momento, se ha visto. El dedo mismo de Dios escribe sobre piedra el mandamiento "No matarás" (Exodo 20:13; Deuteronomio 5:17) y Cristo lo reafirma (Mateo 19:18 -notar que El primero menciona este mandamiento). El Libro del Apocalipsis afirma que los asesinos no pueden entrar en el Reino de los Cielos (Apocalipsis 22: 15).

La matanza de niños es condenada por Dios de manera particular a través de los profetas. En la tierra que Dios dió a ocupar a su pueblo, las naciones extranjeras tenían la costumbre de sacrificar en el fuego a algunos de sus niños. Dios dice a Su pueblo que ellos no deben tomar parte en este pecado. Sin embargo, sí lo hicieron, según lo narra el Salmo 106: "Sino que se mezclaron con ellos y los imitaron...Sacrificaron a sus hijos e hijas a los demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; la tierra quedó manchada de sangre" (Salmo 106:35, 37-38).

De hecho, este pecado de sacrificio de ni os es mencionado como una de las principales razones por las cuales el Reino de Israel fue destruido por los asirios, y su gente llevada al exilio. "Sacrificaron a sus hijos e hijas por el fuego...entonces Yahveh se enojó muchísimo y los arrojó lejos de su presencia" (2 Reyes 17:17-18).

Ni tan siquiera por la "libertad religiosa" puede ser tolerada la matanza de niños.

5) La Biblia enseña que Dios es un Dios de justicia.

Un acto de justicia es uno de intervención a favor de los indefensos, un acto de defensa para aquellos que son demasiado débiles para defenderse a sí mismos. Al predecir al Mesías, el Salmo 72 dice: "Florecerá en sus días la justicia...pues librará al mendigo que reclame y al pobre que no tiene quién lo ayude" (Salmo 72:7,12). Jesucristo es nuestra justicia (1 Corintios 1:30) porque El nos rescató del pecado y de la muerte cuando no teníamos a nadie que nos ayudara (ver Romanos 5:6; Efesios 2:45).

Si Dios hace justicia por Su pueblo, espera que éstos hagan justicia los unos por los ostros. "Sean compasivos, como es compasivo el Padre de ustedes" (Lucas 6:36). "Vete tú y haz lo mismo" (Lucas 10:37). "Entonces, todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos" (Mateo 7:12). "Que se amen los unos a los ostros" (Juan 15:17).

El aborto es totalmente contrario a estas enseñanzas. Es la justicia trastornada, invertida, puesta al revés. Es la destrucción de los indefensos en lugar de ser su rescate. Si el pueblo de Dios no interviene para salvar aquellos cuyas vidas están siendo atacadas, no están ni agradando ni adorándolo a El.

Dios, a través de Isaías dice: "¿Por qué vienen a profanar mi templo? Déjense de traerme ofrendas inútiles...¡Ya no soporto más sacrificios y fiestas!...Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucho, porque hay sangre en sus manos. ¡Lávense y purifíquense!...aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y defiendan a la viuda" (Isaías 1:12-17).

En verdad, aquellos que dicen adorar a Dios, y apoyan el aborto, están cayendo en la misma contradicción que condena el profeta y necesitan escuchar el mismo mensaje.

6) Jesucristo prestó una especial atención a los pobres, a los despreciados, y a aquellos a quienes la sociedad consideraba insignificantes.

El derrumbó las falsas barreras que las personas habían establecido entre sí, y en su lugar, reconoció la igualdad de la dignidad humana en todo individuo, a pesar de lo que la opinión general pudiera decir. En consecuencia, vemos que acoge a los niños, a pesar de los esfuerzos de los apóstoles por mantenerlos alejados (Mateo 19:13-15); a los cobradores de impuestos y a los pecadores, a pesar de las objeciones de los Escribas (Marcos 2:16); a los ciegos, a pesar de las advertencias de la multitud (Mateo 20:29-34); a una
mujer extranjera, a pesar de la absoluta sorpresa de los discípulos y de la mujer misma (Juan 4:9,27); a los Gentiles, a pesar del enfado de los judíos (Mateo 21:41-46); a los leprosos, a pesar del aislamiento de éstos del resto de la sociedad (Lucas 17:11-19).

Cuando se trata de la dignidad humana, Cristo borra toda distinción. San Pablo declara: "Ya no hay diferencia entre quién es judío y quién es griego, entre quién es esclavo y quién es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno sólo en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28).

De ese mismo modo, nosotros podemos decir: "No hay ni nacido ni no nacido." El usar esta distinción como base para la valoración de la vida y de la protección que uno merece, no tiene sentido y constituye una ofensa para todo lo que la Escritura enseña. El niño no nacido es el grupo más rechazado y discriminado de nuestra sociedad. Cristo mismo de seguro ha de tener un amor especial hacia ellos.

7) La Escritura nos enseña a amar.

San Juan nos dice: "Pues se les enseñó desde el principio que se amen los unos a los otros. No imitemos a Caín, que mató a su hermano..." (1 Juan 3:11-12). El amor es el contraste directo de la matanza. Quitarle la vida a otro es romper con el mandamiento del amor. Fallar en ayudar a los que se encuentran en necesidad y en peligro es también fallar, en amar.

Cristo nos enseña esto, claramente, en la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37), en la historia del hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), y en muchos ostros lugares.

Ningún otro grupo de personas se encuentra en mayor peligro que los niños y  niñas dentro del vientre materno. "Cuando alguien...viendo a su hermano en apuros le cierra el corazón, ¿cómo permanecerá el amor de Dios en él?" (1 Juan 3:17).

8) La vida es victoriosa sobre la muerte.

Este es uno de los temas más básicos de la Escritura. La victoria de la vida está predicha en la promesa de que la cabeza de la serpiente, a través de quién entró la muerte al mundo, sería aplastada (ver Génesis 3:15).

Isaías prometió: "Y así destruirá para siempre a la Muerte" (Isaías 25:8). En la escena del primer asesinato, la tierra "abrió su boca" para tragarse la sangre de Abel. En la escena de la victoria final de la vida, es la muerte misma la que será "destruida en esta victoria. Muerte, ¿dónde está ahora tu triunfo? ¿dónde está, muerte, tu aguijón?...Por eso demos gracias a Dios, que nos da la victoria por Cristo Jesús nuestro Señor" (1 Corintios 15:54-57).

El aborto es muerte. Cristo vino a vencer a la muerte, y por lo tanto, al aborto. "Yo, en cambio, vine para que tengan vida y sean colmados" (Juan 10:10).

El desenlace final en la batalla a favor de la vida ya ha sido decidido por la Resurrección de Cristo. De nosotros depende el difundir esa victoria a cada persona. El movimiento pro-vida se mueve de la victoria que Cristo ganó a plenitud, a esa victoria del día final. "Ya no existirá ni muerte" (Apocalipsis 21: 4). "Amén. Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20).

 Padre Frank Pavone 
"Priests for Life" en español 

Jesús, no nacido, comienza la obra de la salvación y santifica a una madre y a su niño no nacido.  

El evento mas impresionante de las Sagradas Escrituras que revela la dignidad del niño no nacido es el hecho de que Jesucristo mismo se encarnó en el vientre de María Santísima y vivió como niño no nacido.

Desde el vientre hace el primer milagro de gracia.  Ocurre en la visita de la Virgen Santísima a su prima Santa Isabel. Jesús, no nacido, comunica su gracia santificadora a Sta. Isabel y a su niño no nacido, San Juan Bautista.  

Lucas 1:41 "Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo"

Sta. Isabel como respuesta bendice a la Virgen y a Jesús:  

Lucas 1:42  "y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"

Sta. Isabel además reconoce que el bebé no nacido que vive en María es su Señor.

Lucas 1:43-44  "y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno."

La Iglesia, fiel a Jesucristo, siempre ha proclamado que la vida humana es sagrada desde el momento de la concepción.  Es por eso que condena el aborto como un gravísimo pecado contra el Quinto Mandamiento: "No Matarás".  

Padre Jordi Rivero

►Aborto en el Catecismo de la Iglesia






Aborto en el Catecismo de la Iglesia

2270 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.

Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado (Jr 1, 5). Y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra (Sal 139, 15).

2271 Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.  No matarás el embrión mediante el aborto, no darás muerte al recién nacido. Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la excelsa misión de conservar la vida, misión que deben cumplir de modo digno del hombre. Por consiguiente, se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes abominables.

2272 La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. "Quien procura el aborto, si éste se  produce, incurre en excomunión latae sententiae", es decir, "de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito", en las condiciones previstas por el Derecho. Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad.

2273 El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación:  "Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es preciso recordar a este propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte". "Cuando una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado de derecho... El respeto y la protección que se han de garantizar, desde su misma concepción, a quien debe nacer, exige que la ley prevea sanciones penales apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos". 

El embrión

2274 Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano. El diagnóstico prenatal es moralmente lícito, "si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si se orienta hacia su protección o hacia su curación... Pero se opondrá gravemente a la ley moral cuando contempla la posibilidad, en dependencia de sus resultados, de provocar un aborto: un diagnóstico que atestigua la existencia de una malformación o de una enfermedad hereditaria no debe equivaler a una sentencia de muerte".

2275 Se deben considerar "lícitas las intervenciones sobre el embrión humano, siempre que respeten la vida y la integridad del embrión, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual".  "Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como `material biológico' disponible". "Algunos intentos de intervenir en el patrimonio cromosómico y genético no son terapéuticos, sino que miran a la producción de seres humanos seleccionados en cuanto al sexo u otras cualidades prefijadas. Estas manipulaciones son contrarias a la dignidad personal del ser humano, a su integridad y a su identidad".

Aborto en la legislación canóniga (Canon #1398) decreta que la realización de un aborto o la ayuda prestada para realizarlo, constituye una de las 7 ofensas explícitamente castigadas con la excomunión según el Derecho Canónico; conlleva un castigo automático de excomunión (Latae Sententiae), y no necesita ninguna declaración oficial de la Iglesia para llevarlo a cabo. Sólo el obispo o su delegado pueden quitar el castigo de la excomunión. Los católicos que buscan librarse del castigo de excomunión, deben acudir a su confesor local. 
La excomunión afecta a todos aquellos que cometen este crimen conociendo el castigo que conlleva y por lo tanto, incluye a los cómplices sin cuya ayuda no habría podido ser cometido el crimen (Canon 1329).

Con esta sanción, la Iglesia deja claro que el aborto es un crimen muy grave y peligroso, e incentiva a los que lo cometen a buscar sin tardanza, el camino de la conversión. En la Iglesia, el propósito de la excomunión es concienciar plenamente a una persona de la gravedad de un pecado particular y de promover una auténtica conversión y arrepentimiento (Cf EV 62B). La Iglesia siempre busca a quienes se han apartado del redil para ofrecerles la medicina del perdón. Pero para ello es necesario ayudarles a ver la verdad sobre el pecado y las consecuencias. No se puede sanar una enfermedad que no se reconoce.

El Magisterio de la Iglesia Católica ante el problema del aborto
José María López Ríocerezo, Doctor en Derecho

Repitiendo la unánime y universal enseñanza de la Iglesia, la revelación, la recta razón, el derecho y la ciencia moderna están taxativamente de acuerdo en sostener que "el fruto de la concepción es ya una vida humana", que reivindica, como cualquier otro ser humano, aunque sea en desarrollo, su derecho a la existencia. El negárselo lleva consigo la supresión de un ser inocente. 

"Cuanto atenta contra la vida, dice el Concilio Vaticano II - homicidios de cualquier clase, genocidios, abortos, eutanasia y el mismo suicidio deliberado..., todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador." (Gaudium et spes, número 27.) 
Esto, en moral, se califica como pecado grave, objetivamente tal. Es un desorden que ofende a Dios, autor de la vida; al ser humano, a quien se priva del derecho a existir, a la comunidad humana y eclesial, a las que el ser humano está destinado a agregarse. La gravedad de este pecado queda subrayada por la Iglesia con una pena especial: la excomunión [automática], como está prevista en la legislación canónica vigente (cf CIC can. 1398), sin otra formalidad que las previstas por dicha legislación: que se procure voluntariamente el aborto y que se tenga conocimiento de su penalización. El fiel que se mancha con el "abominable crimen del aborto" (cf. Gaudium et spes, número 51), se excluye automáticamente él mismo de la comunión con la Iglesia y queda privado de los Sacramentos. 

La Santa Sede ha condenado siempre el aborto (cf. S. Oficio 1889 y 1895). Pío XII, en el discurso a las ostétricas, el 29 de octubre de 1951, declaraba: "Ningún hombre, ninguna autoridad humana, ninguna ciencia, ninguna indicación médica, eugenésica, social, económica, o moral puede exhibir u otorgar título jurídico válido para disponer directa y deliberadamente de una vida humana inocente." 

Pablo VI, en la Humanae vitae y en la carta al cardenal Villot del 3 de octubre de 1971, afirmaba: "La vida no pertenece al hombre. Le sobrepasa porque ha sido recibida de Dios. Es sagrada. Ningún hombre puede disponer de ella a su antojo." 

"Corresponde a la conciencia de los seglares, convenientemente formada, procurar incansablemente con todos los medios legítimos y oportunos, que la ley divina quede grabada en la sociedad terrena" (Gaudium et spes, número 43; Lumen gentium, número 36; Apostolicam actuositatem, número 11; Mensaje de la XV Asamblea General de la C.E.I., 30 de mayo de 1978, número 3; las declaraciones de las Conferencias Episcopales de todos los países y hasta las reiteradas afirmaciones que el Papa Juan Pablo II hizo en la ciudad italiana de L'Aquila el sábado 30 de agosto de 1980, que tuvieron gran resonancia en todo el mundo por su categórica y dramática llamada del Pontífice contra el aborto, que impresionaron y ocuparon las primeras páginas de la prensa mundial). 
Sobre el particular añadía el Santo Padre: "Me llegan noticias terribles sobre lo que está ocurriendo en este campo. Yo, como Vicario de aquel que es la vida del mundo, alzo mi humilde voz de defensa de los que no han nacido, ni han tenido, ni tendrán nunca voz: ¡No se puede suprimir la vida en el seno de la madre!" El Papa dijo también: "A vosotros, laicos católicos, os recuerdo la invitación de vuestros obispos a trabajar por cambiar las leyes actuales sobre el aborto, moralmente inaceptables, por normas que sean respetuosas con el derecho a la vida." 

Todos estos textos recuerdan la posición de la Iglesia, que no ha variado nunca. La Iglesia Católica ha considerado siempre que el niño en el seno de la madre es mucho más que una obra de Dios; es una imagen suya que se está haciendo y preparándose para aparecer. Así lo recuerda la Epístola de San Bernabé en el siglo II de nuestra era. 

El Magisterio ha variado en la calificación que daba al aborto, pero no en su condenación. Si en el Renacimiento algunos teólogos intentaron justificar las prácticas abortivas sosteniendo que el feto no adquiría la vida humana hasta su nacimiento, tal proposición fue condenada por el Papa Inocencio XI y por San Alfonso María de Ligorio. 

Decía Donoso Cortés que las justas batallas han de reñirse aún cuando no tengamos seguridad del éxito, pues de lo que Dios nos pedirá cuenta no es de haber conseguido o no la victoria, sino del esfuerzo o lucha por conseguirla. Y, morir por una causa justa, es siempre un bello morir. Si, como decía Horacio, es dulce y glorioso morir por la Patria, qué no será morir por Dios y por sus ideales y principios básicos. 

Fuente: Artículo publicado en Ya (España), el 27 de abril de 1982.

Citas del Magisterio de la Iglesia sobre el aborto procurado

"Con la fecundación ha comenzado la aventura de una nueva vida humana, cada una de cuyas grandes capacidades exige tiempo, un largo tiempo, para ponerse a punto y estar en condiciones de actuar. Lo menos que se puede decir es que la ciencia actual, en su estado más evolucionado, no da ningún apoyo sustancial a los defensores del aborto. Por lo demás no es incumbencia de las ciencias biológicas dar un juicio decisivo acerca de cuestiones propiamente filosóficas y morales, como son la del momento en que se constituye la persona humana y la legitimidad del aborto. Ahora bien, desde el punto de vista moral, esto es cierto: aunque hubiese duda sobre la cuestión de si el fruto de la concepción es ya una persona humana, es objetivamente un pecado grave el atreverse a afrontar el riesgo de un homicidio" (Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración De aborto procurato, 18 de noviembre de 1974, número 13). 

"Ciertamente ningún dato experimental es por sí suficiente para reconocer un alma espiritual; sin embargo, los conocimientos científicos sobre el embrión humano ofrecen una indicación preciosa para discernir racionalmente una presencia personal desde este primer surgir de la vida humana: ¿cómo un individuo humano podría no ser persona humana? El Magisterio no se ha comprometido expresamente con una afirmación de naturaleza filosófica, pero repite de modo constante la condena moral de cualquier tipo de aborto procurado. Esta enseñanza permanece inmutada y es inmutable" (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum vitae sobre el respeto por la vida humana naciente y la dignidad de la procreación, 22 de febrero de 1987, Parte I, número 1; cf Pablo VI, Discurso a las participantes al XXIII Congreso Nacional de los Juristas Católicos Italianos, 9 de diciembre de 1972). 

"El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deden reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida" (Ibid; Catecismo de la Iglesia Católica, 11 de octubre de 1992, número 2270). 

"...el absoluto carácter inviolable de la vida humana inocente es una verdad moral explícitamente enseñada en la Sagrada Escritura, mantenida constantemente en la Tradición de la Iglesia y propuesta de forma unánime por su Magisterio" (Juan Pablo II, Carta encíclica Evangelium vitae, 25 de marzo de 1995, número 57). 

"Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2271). 

"Por tanto con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia Católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral" (Evangelium vitae, 57). 

"Ante la norma moral que prohíbe la eliminación directa de un ser humano inocente `no hay privilegios ni excepciones para nadie'" (Ibid; Juan Pablo II, Carta encíclica Veritatis esplendor, 6 de agosto de 1993, número 96). 

"La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. `Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae' (CIC can. 1398), es decir, `de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito' (cf CIC can. 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (cf CIC can. 1323-1324). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2272). 

"El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación" (Ibid, 2273). 

"...los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es preciso recordar a este propósito: el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte" (Donum vitae, Parte III; cf Catecismo de la Iglesia Católica, 2273). 

"...debe quedar bien claro que un cristiano no puede jamás conformarse a una ley inmoral en sí misma; tal es el caso de la ley que admitiera en principio la licitud del aborto. Un cristiano no puede ni participar en una campaña de opinión en favor de semejante ley, ni darle su voto, ni colaborar en su aplicación" (De aborto procurato, 22).

"Lo que por el contrario incumbe a la ley es procurar una reforma de la sociedad, de las condiciones de vida en todos los ambientes, comenzando por los menos favorecidos, para que siempre y en todas partes sea posible una acogida digna del hombre a toda criatura humana que viene a este mundo. Ayuda a las familias y a las madres solteras, ayuda asegurada a los niños, estatuto para los hijos naturales y organización razonable de la adopción: toda una política positiva que hay que promover para que haya siempre una alternativa concretamente posible y honrosa para el aborto" (Ibid, 23). 

Ampliada la definición del aborto
A la luz de los nuevos fármacos y procedimientos quirúrgicos con respecto al aborto, de lo que sabemos acerca de la concepción y de las enseñanzas de la Iglesia Católica en lo referente a la santidad de la vida humana, surgió la pregunta de si "la definición legal que utiliza la Iglesia es algo más amplio que lo que hasta ahora se entendía por aborto", dijo el Padre dominico Joseph Fox, miembro de la Comisión Pontificia para la Interpretación Auténtica del nuevo Código de Derecho Canónico. 

La comisión dijo que constituye un aborto cualquier método utilizado para ponerle fin a una vida humana desde el momento de su concepción hasta el nacimiento y por lo tanto, materia de excomunión. 

El Padre Fox opina que la nueva interpretación abarca todo tipo de sustancia abortiva, inclusive los dispositivos intrauterinos y cierto tipo de píldoras para el control de la natalidad. (Nota del editor: en realidad la mayoría de las píldoras anticonceptivas -- si no todas --, presentes en el mercado hoy, pueden causar abortos, parte del tiempo, en las primeras etapas del embarazo.
La comisión dio a conocer su decisión al Vaticano el el 24 de noviembre de 1988. La medida aclara el cánon 1398, que dice: "quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión." 

La declaración del 24 de noviembre dice que el aborto no es sólo "la expulsión del feto inmaduro", sino "la muerte del mismo feto, de alguna forma y en algún momento, desde su concepción". 

El Padre Fox explicó que la idea tradicional del aborto era la expulsión del feto vivo pero incapaz de vivir fuera del útero. "Las tecnologías recientes han oscurecido esta idea tradicional", señaló. 

En la nueva definición de métodos abortivos se incluyen el dispositivo intrauterino, que impide la implantación de un óvulo fertilizado; las píldoras de control de la natalidad que también impiden la implantación del óvulo o estimulan las contracciones uterinas para rechazarlo. 
Sin embargo, para hacer efectivo el delito de excomunión, debe existir el conocimiento del embarazo y que la persona procure el aborto deliberadamente, señaló el Padre Fox, y reconoció que en el caso del dispositivo intrauterino u otro tipo de método abortivo, podría desconocerse si ha ocurrido un aborto. 

Fuente: La Voz Católica (Miami), 2 de diciembre de 1988.

Para profundizar les remito a este otro post

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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

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"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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