Buscar este blog

:

:

Entrada destacada

¿Qué hiciste hoy para conciencitizar sobre la defensa de la vida?

Hola, te invito a que pienses que puedes hacer, desde tu lugar, para ayudar a la defensa de la vida. Por ejemplo puedes proponer reunion...

sábado, 30 de abril de 2011

►Juan Pablo II y la vida humana


Juan Pablo II y su pensamiento sobre la Vida humana




Evocar al Papa Juan Pablo II nos permite reconocer su enorme compromiso a favor de la vida humana, su contribución decisiva en la elaboración de una pastoral de la vida



Evocar al Papa Juan Pablo II nos permite reconocer su enorme compromiso a favor de la vida humana, su contribución decisiva en la elaboración de una pastoral de lavida.

En sus primeros años como obispo de Roma dejó una huella profunda en el pensamiento teológico con las 129 catequesis de los miércoles (los años 1979-1984) dedicadas a la teología del cuerpo, al amor humano y a la sexualidad. Frente a quienes promovían la trivialización de las relaciones entre el hombre y la mujer y el mal llamado “amor libre”, Juan Pablo II supo ofrecer un análisis humano y teológico capaz de realzar el sentido auténtico del matrimonio y la belleza de la apertura a la vida propia de la relación esponsal.

Rescatar el verdadero sentido del matrimonio y de la familia permitía, además, conquistar aquella perspectiva necesaria para defender la vida en todas sus etapas, precisamente porque cada ser humano existe desde Dios y desde las relaciones que vinculan a los seres humanos entre sí.

Por eso se explica que Juan Pablo II se comprometiese, en primera persona, en lalucha contra el aborto en todo el mundo. Una de sus primeras batallas fue precisamente en Italia, sobre todo durante el mes de mayo de 1981 (antes y después del atentado del 13 de mayo), al apoyar la campaña promovida por los grupos provida para derogar, a través de un referéndum popular, la ley abortista que había sido aprobada en ese país en 1978.

El triunfo de los defensores del aborto en ese referéndum no fue un freno, sino un estímulo para el Papa. Desde entonces, incrementó su esfuerzo para fomentar unacultura de la vida que arraigase hondamente en la sociedad. Por eso, no dejó de hablar a favor de los niños por nacer, sea en sus viajes internacionales, sea en sus encuentros con grupos provida, sea en las reuniones con los obispos de numerosos lugares del planeta.

Al mismo tiempo, afrontó los retos de las nuevas tecnologías de reproducción artificial y ofreció sobre los mismos un clarividente juicio ético, especialmente con la aprobación de una instrucción sobre el tema, preparada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, que llevaba como título “Donum vitae” (22 de febrero de 1987). En este documento se declaraba al inmoralidad de cualquier técnica de fecundación extracorpórea y de otras técnicas (como la inseminación artificial) que no respetasen la dignidad de la procreación humana.

El documento “magno” en defensa de la vida en todas sus etapas y con una especial atención (aunque no exclusiva) hacia las obligaciones del quinto mandamientofue la encíclica “Evangelium vitae” (25 de marzo de 1995). En la misma quedaron evidenciadas la gravedad y la injusticia de acciones como el aborto, el homicidio y la eutanasia, con un tono tan claro que no dejaba lugar a dudas o a vacilaciones.

La “Evangelium vitae” no puede ser leída como un conjunto de negativas, sino sobre todo como una llamada a una movilización general a favor de la vida, lo cual incluía también elaborar una correcta pastoral de la vida.

Antes y después de la publicación de esa encíclica, Juan Pablo II ofreció ejemplos concretos de cómo actuar ante las amenazas contra la vida y la familia a través de sus intervenciones a nivel internacional, especialmente antes de la Conferencia de El Cairo (1994), y con motivo de la Conferencia Internacional sobre la mujer (Beijing 1995). En esas conferencias hubo grupos que promovían (algo que también ocurre en nuestros días) el aborto como camino para el control de la natalidad, y que intentaban imponer la ideología de ´género´ como camino para destruir la visión correcta sobre el amor humano y sobre la familia. Ante esos grupos la voz del Papa fue clara, acompañada incluso con el sufrimiento que Dios le permitió al romperse el fémur tras una caída:

“He comprendido que debo llevar a la Iglesia de Cristo hasta este tercer milenio con la oración, con diversas iniciativas, pero he visto que no basta: necesitaba llevarla con el sufrimiento, con el atentado de hace trece años y con este nuevo sacrificio... ¿Por qué ahora? ¿Por qué este año? ¿Por qué este Año de la familia? Precisamente porque se amenaza a la familia, porque se la ataca. El Papa debe ser atacado, el Papa debe sufrir, para que todas las familias y el mundo entero vean que hay un evangelio superior: el evangelio del sufrimiento” (29 de mayo de 1994).

Fue en este contexto cultural cuando Juan Pablo II escribió dos textos de gran belleza e importancia: la “Carta a las familias” (2 de febrero de 1994), y la “Carta a las mujeres” (29 de junio de 1995). Estos documentos, unidos a otro publicado años antes, la carta apostólica “Mulieris dignitatem” (15 de agosto de 1988), ofrecen una doctrina sumamente importante para superar ideologías que desconocen el sentido auténtico de la familia y el papel de la mujer en la sociedad contemporánea.

Para incidir más a fondo en las temáticas sanitarias y médicas, que tanta relevancia tienen en la vida concreta de millones de seres humanos, Juan Pablo II quiso instituir, en 1985, la Pontificia Comisión para la pastoral de los Agentes Sanitarios, que luego se convirtió, en 1988, en el Pontificio Consejo para la pastoral de los Agentes Sanitarios. Igualmente, un año antes de la publicación de la “Evangelium vitae” (es decir, en 1994), el Papa creó la Pontificia Academia para la Vida, que tantos servicios ha realizado y sigue realizando en la tarea de profundizar importantes temas bioéticos.

Junto a lo expuesto, que no es exhaustivo, podemos evocar una dimensión hermosa y testimonial: la experiencia que el mismo Juan Pablo II hizo de la fragilidad humana, desde sus heridas (el atentado), sus enfermedades, sus caídas (ya recordamos la de 1994), sus hospitalizaciones, y el progresivo avance de la invalidez en los últimos años de su vida. En parte esas experiencias explican y quedan iluminadas por una carta apostólica titulada “Salvifici doloris” (11 de febrero de 1984), en las que habla no como un simple espectador ni como un estudioso que observa el dolor ajeno, sino como alguien que ofrece su propia meditación, en primera persona, sobre lo que significa tocar la fragilidad humana.

Su sufrimiento se convirtió, así, en una forma muy concreta de apoyar la familia, la vida, la dignidad de los seres humanos, en un momento de la historia en la que tales valores eran fuertemente atacados. Quizá por eso su incapacidad y su progresivo decaimiento, unidos a su deseo por seguir junto a la Cruz de Cristo, se han convertido en un mensaje luminoso a favor de la vida. El Juan Pablo II que no podía hablar en público, que temblaba como creatura frágil y necesitada de ayuda, se convirtió en un icono viviente del valor de cada vida humana, en un trovador que gritaba al mundo que también los ancianos y los enfermos 

tienen una dignidad y un lugar en el camino del existir humano.

Autor: P. Fernando Pascual 







jueves, 28 de abril de 2011

Declaración de los Derechos Humanos del Concebido


Un centenar de especialistas en derecho, bioética, medicina, educadores y otros actores sociales se estuvieron reuniendo a raíz de que el pasado 6 de junio, a título personal como químico y sacerdote, como ciudadano mexicano y católico, monseñor. Pedro Agustín Rivera Díaz presentara ante los medios de comunicación social una propuesta de «Declaración de los Derechos Humanos del Concebido».

En la definición de términos se señala cómo a partir de la evidencia científica se puede determinar con exactitud el momento del inicio del embarazo, que coincide con el inicio de la vida. La promoción de tan importante documento fue asumida por la Asociación Derechos del Concebido (Comunicación con Criterio A.C.).

Monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz en la presentación de la Declaración reconoce que «anteriormente no se planteaba el deber de reconocer los derechos del concebido, dado que, en términos generales, éste no corría más riesgo que el derivado de su viabilidad biológica dentro del seno materno, es decir, de su capacidad innata, así como de las condiciones prenatales».

«Las circunstancias han cambiado y ahora parecen existir derechos a la salud y a la vida de los concebidos que no coinciden con los correspondientes derechos de sus madres --añade--. Es necesario que los derechos del concebido prevalezcan sobre otros intereses, sobre todo si entran en conflicto con ellos».




Declaración de los derechos humanos del concebido


Principio 1.-

Todo Concebido, varón o mujer, discapacitado o no, disfrutará de los derechos enunciados en esta Declaración.

Principio 2.-

 Todo Concebido tiene derecho a que se le reconozca como un individuo de la especie humana y, por lo mismo, cuenta con todos los derechos humanos reconocidos por la ONU, por los organismos internacionales y por las constituciones de los Estados.

Principio 3.- 

Todo Concebido tiene derecho a que se le reconozca su individualidad, en tanto que su código genético propio es único e irrepetible y, por lo mismo, diferente al de sus progenitores.

Principio 4.-

Todo Concebido tiene derecho a que se reconozca y respete en él, el valor supremo de la vida, desde el momento de la concepción hasta su muerte natural y, por lo mismo, deberá ser respetado y cuidado este derecho a lo largo de todo su proceso de vida en el seno materno y, una vez nacido, fuera de él.

Principio 5.- 

El valor supremo de la vida del Concebido debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de velar por su desarrollo integral. Dicha responsabilidad recae, en primer término, en su padres, y de manera subsidiaria en sus demás familiares, en la sociedad y en el Estado.

Principio 6.-

 Todo Concebido deberá ser protegido de cualquier tipo de discriminación por motivo de raza, etnia, condición genética, sexo, origen social, situación económica, de él o de sus progenitores.

Principio 7.-

 El Concebido es un individuo en desarrollo, con sus derechos específicos, que no puede reclamarlos ni exigirlos por razones propias de esta etapa de su vida, por lo que se impone a sus padres, a la sociedad y al Estado la obligación irrenunciable de velar por su respeto.

Principio 8.-

 Todo Concebido, para el pleno y armonioso desarrollo de su individualidad, deberá hacerlo bajo el amparo y responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad. La mujer embarazada deberá contar con los cuidados propios y atenciones especiales de este periodo.

Principio 9.-

 Todo Concebido dispondrá de las oportunidades y servicios dispensados por la ley y por otros medios, en condiciones de libertad y dignidad, para que pueda desarrollarse física, mental, espiritual y socialmente, en forma integral; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales.

Principio 10.-

Todo Concebido tiene derecho a una nacionalidad, y el Estado deberá reconocer y proteger todos sus derechos.



Por un feminismo más humano


Para más de uno, el tema de la maternidad debería quedar como algo exclusivo de las mujeres. Los hombres deberían callar, no decir ni palabra, porque no pueden quedar embarazados.

Si se lleva a su máximo extremo la postura anterior, media humanidad no podría emitir ningún juicio sobre el tema. Lo cual es caer en una doble injusticia.

La primera injusticia: se atentaría contra el derecho a la libertad de expresión. Excluir a todo un “colectivo”, el de los hombres, sobre un tema tan importante es una injusticia digna de ser condenada con firmeza.

La segunda injusticia: los hombres y las mujeres nacen gracias a la unión entre hombres y mujeres. No hay maternidad si no hay paternidad, no hay niños sin que cada uno nazca de un hombre y de una mujer. Es decir, la maternidad no es un asunto privado ni exclusivo de la mujer.

Los hombres tienen, por lo tanto, mucho que ver con la maternidad. Porque cada uno de ellos ha nacido gracias a mujeres que han dicho “sí” a su maternidad. Sin mujeres que acojan a sus hijos, no nacería ningún hombre. Ni ninguna mujer, también hay que decirlo.

Además, como ya dijimos, no hay mujer que sea madre si no es con la ayuda de un hombre que también llega a ser padre.

Los problemas surgen cuando los hombres se esconden, huyen de sus responsabilidades como padres. Algunos no quieren saben nada de un embarazo que inicia, de un hijo que también es de ellos. Es entonces cuando dejan sola a la mujer, como si la maternidad fuese un asunto privado, como si sus actos no tuviesen responsabilidades en la nueva vida que ha iniciado.

Hay que considerar, también, la vida del hijo. No es justo ver al hijo, durante los meses de embarazo, como un asunto privado de la mujer. Los que hoy disfrutamos de la vida un día estuvimos en el útero de nuestras madres. Si nacimos fue porque antes fuimos embriones y fetos. No éramos un objeto, ni algo que estaba allí a disposición de lo que decidiesen en total libertad los adultos.

Ciertos movimientos que se autodeclaran defensores de la mujer necesitan abrir los ojos ante esta realidad. La maternidad afecta a tres seres humanos: el padre, la madre, el hijo. Negar los derechos de uno de ellos en función de los gustos o caprichos sólo de la mujer (o del hombre y de la mujer cuando se “alían” para acabar con la vida de su hijo, o del hombre cuando obliga a la mujer a abortar) es promover una cultura del dominio y de la muerte. Lo contrario de lo que estaría llamado a buscar cualquier feminismo que se propusiese defender seriamente la dignidad de las mujeres.

El feminismo auténtico, verdadero, serio, será respetuoso de toda vida humana. Será justo y solidario. Estará dispuesto a tutelar y a asistir a cualquier mujer madre que viva en situaciones de pobreza, falta de higiene, desprecio o marginación. Será capaz de responsabilizar al hombre-padre en la vida de cada nuevo hijo. Protegerá y buscará el bien de los hijos. Que son los hombres y las mujeres del mañana. Lo cual es el fruto más maduro y más rico de cualquier movimiento que quiera defender, auténticamente, los derechos humanos.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

¿Te ha sido de utilidad el blog?

¿Trabajar o criar a los hijos?

♥

♥Consagración a la Virgen María

♥Consagración a la Virgen María

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

¿Conoces alguna embarazada que necesita ayuda?

¿Conoces alguna embarazada que necesita ayuda?
4219037/154168469

Clic


Translate

Photobucket

Experimentación fetal, transplantes, cosmética y su relación con el aborto provocado.

Mis archivos para compartir

Iniciado el 28/01/16










Photobucket


Photobucket

♥Oremos con corazón sincero


Photobucket



Photobucket

Wikipedia

Resultados de la búsqueda

MIS BANNER



Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket


Si a la vida Headline Animator

Si a la vida

Marcha nacional

Marcha nacional
#Por tu familia

Revista familia y vida

5 Actitudes que aprendemos dentro de la #Familia según el #PapaFrancisco

5 Actitudes que aprendemos dentro de la #Familia según el #PapaFrancisco

Macri representa la codicia neoliberal

Macri representa la codicia neoliberal
Ni salud ni educación ni erradicación de pobreza, solo aporte para la ignorancia y la medicrodidad burguesa