Thaddeus Baklinski
ADELAIDE, 8 de mayo, 2012 (LifeSiteNews.com) – En un estudio exhaustivo del riesgo relativo de defectos congénitos de todas las formas de tecnología de reproducción asistida (ART, por sus siglas en inglés), los investigadores encontraron que el riesgo total de cualquier defecto congénito cuando se usan estas tecnologías fue del 8.3%, en comparación con el significativamente más bajo 5.8% en niños concebidos de manera natural.
Los defectos congénitos más frecuentes vinculados al ART incluyeron el paladar hendido, la espina bífida, la parálisis cerebral y problemas cardiovasculares, músculo esqueléticos y gastrointestinales.
“Si bien los tratamientos para la infertilidad parecen ser bastante seguros, no podemos subestimar el hecho de que hay riesgos significativos que exigen urgentemente una investigación con estudios adicionales en curso”, dijo Michael Davies, uno de los principales investigadores y Profesor Asociado del Instituto Robinson de la Universidad de Adelaide [en EEUU].
“El riesgo excesivo de la fecundación in vitro (FIV) se puede explicar por medio de las características del paciente, como la edad o el peso”, indicó Davies. “En contraste con ello – siguió diciendo el especialista - los riesgos de la inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI, por sus siglas en inglés) no pudieron ser explicados por medio de los factores disponibles”.
La ICSI consiste en la fertilización directa de un óvulo por medio de la inyección de un solo espermatozoide. La FIV produce muchos embriones humanos al mezclar óvulos y espermatozoides en una caja de petri. En ambas formas de ART, el nuevo ser humano es luego transferido al útero de la madre.
Al comparar las tasas de defectos congénitos de las diversas formas de ART, los investigadores informaron que la ICSI resultó tener la tasa más alta de 9.9%, seguida por la FIV de 7.2%.
Un estudio australiano publicado en la revista de medicina New England Medical Journal en el 2002, arrojó que un 8.6% de los recién nacidos concebidos por medio de la ICSI tuvo un defecto congénito importante al alcanzar la edad de un año; mientras que en los concebidos por medio de la FIV la tasa fue de un 9%. Ese mismo estudio informó que en los recién nacidos concebidos de manera natural, la tasa de defectos congénitos fue de un 4.2%. El estudio concluyó que “los recién nacidos concebidos por medio del uso de la ICSI o la FIV tuvieron el doble de riesgo de defectos congénitos importantes que los que fueron concebidos de manera natural”.
El equipo de investigadores del Profesor Davies también estudió la tasa de defectos congénitos de mujeres que usaron citrato de clomifeno en casa para estimular la ovulación. Este esteroide de fácil adquisición se usa en alrededor de 37,000 mujeres en Australia cada año, declaró el informe. El estudio arrojó que el uso de este fármaco triplica el riesgo de defectos congénitos. “Se usa con mucha frecuencia como un primer tratamiento de la infertilidad ovárica, ya que se considera que es seguro, barato y no invasivo”, explicó el Profesor Davies. Pero luego añadió: “Aunque este hallazgo fue identificado en un pequeño subgrupo, es consecuente con un estudio grande realizado en EEUU a principios del 2011”.
El estudio del Profesor Davies y sus colegas fue publicado en línea el 5 de mayo [del 2012] en la revista de medicina New England Journal of Medicine.
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