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miércoles, 20 de febrero de 2013

►"Aceptarme como fui creado"

De la madre Teresa de Calcuta para la 4º Conferencia Mundial de la Mujer
Pekín, 4 de septiembre de 1995

Una entrega en video por tema, de la carta que fuera leída en dicha conferencia por Mercedes Arzu Wilson, Delegada Oficial de Guatemala, Presidente de la asociación Familia de las Américas. 
Que les sea de provecho.
Con mucho amor por la vida, para bien de todos.
Laura



Dios nos dijo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Entonces primero debo amarme yo mismo correctamente y luego amar a mi vecino de igual manera. ¿Pero cómo puedo amarme a mí mismo a menos que me acepte como fui creado por Dios? Aquellos que niegan las bellas diferencias entre hombres y mujeres no se están aceptando a sí mismos como Dios los creó, y por lo tanto no pueden amar a su prójimo. Ellos solamente traerán división, tristeza y destrucción de la paz al mundo. Por ejemplo, como he dicho con frecuencia, el aborto es el mayor destructor de la paz en el mundo hoy, y aquellos que quieren borrar las diferencias entre mujeres y hombres están todos a favor del aborto.


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►La maternidad: el don de Dios para las mujeres



Un mensaje de la Madre Teresa a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer
Pekín, 4 de septiembre de 1995 

La maternidad: el don de Dios para las mujeres

Ese poder especial de amar que pertenece a la mujer, es visto más claramente cuando ella se convierte en madre. La maternidad es el don de Dios para las mujeres. ¡Qué agradecidos tenemos que ser con Dios por este magnífico regalo que trae tanta alegría a todo el mundo, tanto a mujeres como a hombres! Sin embargo, podemos destruir este regalo de la maternidad, especialmente con el mal del aborto, pero también cuando pensamos que otras cosas, como empleos o posiciones, son más importantes que el amar, que darse uno mismo a los demás. Ningún trabajo, ningún plan, ninguna posesión, ninguna idea de libertad puede tomar el lugar del amor. Por tanto, cualquier cosa que destruya el don de Dios de la maternidad destruye su más precioso don a las mujeres la habilidad de amar como mujer.



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lunes, 18 de febrero de 2013

►¿Por qué nos hizo Dios a unos hombres y a otras mujeres?



Lo iré entregando por partes, con su respectiva presentación en video, para que alcance mayor difusión.
Saludos a todos!
Laura

Un mensaje de la Madre Teresa a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer
Pekín, 4 de septiembre de 1995

Queridos amigos:
Estoy pidiendo la bendición de Dios para todos aquellos que están tomando parte de la IV Conferencia de la mujer en Beijing. Espero que esta Conferencia ayudará a todo el mundo a conocer, amar y respetar el lugar especial de las mujeres en el Plan Divino, de manera que puedan cumplir este plan en sus vidas.
¿Por qué nos hizo Dios a unos hombres y a otras mujeres?
No entiendo porqué algunas personas dicen que la mujer y el hombre son exactamente lo mismo y niegan las bellas diferencias entre hombres y mujeres. Todos los dones de Dios son buenos, pero no todos son iguales. A menudo digo a las personas que me dicen que ellos quisieran servir a los pobres como yo lo hago: "Lo que yo hago, tú no lo puedes hacer, y lo que tú haces yo no lo puedo hacer. Pero juntos podemos hacer algo bello para Dios." Así sucede también con las diferencias entre mujeres y hombres.
Dios ha creado cada uno de nosotros, cada ser humano, para cosas muy grandes, para amar y para ser amado. Pero ¿por qué Dios nos hizo a algunos hombres y a otras mujeres? Porque el amor de la mujer es una imagen del amor de Dios. Y el amor del hombre es otra imagen del amor de Dios. Ambos son creados para amar, pero cada uno de una manera diferente. Mujer y hombre se completan mutuamente, y juntos muestran el amor de Dios más plenamente que cualquiera de los dos puede hacerlo solo.


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miércoles, 16 de enero de 2013

►Una historia que debe ser explicada y conocida: 50 años de la píldora anticonceptiva




Autor: Josep Maria Riera i Munné | Fuente: www.forumlibertas.com 


Autorizada el 23 de abril de 1960, la píldora significa el cambio más radical en las actitudes culturales y morales de los hombres y mujeres respecto a la sexualidad, el matrimonio y la familia



Quizás nunca en la historia de la humanidad una cosa tan pequeña ha tenido consecuencias tan grandes. El 23 de abril de 1960 la píldora recibía el permiso para ser dispensada y vendida explícitamente como anticonceptivo oral en los Estados Unidos. Empezaba una “revolución” que incidiría en los años siguientes en la vida de millones de mujeres de todo el mundo, y por ellas en los hombres, en las familias y en las sociedades de todas las naciones.




¿Cuál era la novedad? Se presentaba como la liberación de las mujeres de su dependencia respecto a la maternidad: la gestación y cría de los hijos. También se libraba la sexualidad humana de su ligazón con la posibilidad de un nuevo embarazo. Lo que queda es la satisfacción sexual personal del propio deseo sin medida ni aparentes consecuencias. Se quiere ver como un gran paso de liberación de la mujer, del “feminismo”, y esta es la bandera de la que se sirven los promotores y los medios de comunicación para presentarlo siempre como un progreso indiscutible. Solamente persones con grandes prejuicios lo quieren negar, y a estas personas mejor no escucharlas en sus argumentos conocidos y estériles... Todos sabemos lo que dicen... Pero, ¿es realmente esa la novedad? La perspectiva que da el tiempo y los acontecimientos han hecho visible que las cosas no son como aparentan ser o como nos las han querido hacer entender.




La verdadera novedad antropológica y que explica todo lo que después se desarrolla, es que se sustraen las nuevas vides humanes de la trascendencia o, dicho de otra manera, se instaura por primera vez una mentalidad anticonceptiva de poder y dominio, que parece total, del hombre y de la mujer –especialmente de ella- sobre la gestación de las nuevas vidas humanas. En el “misterio” de la vida humana está aceptado generalmente considerar cuatro momentos naturales de trascendencia (en los que la vivencia personal supera la actuación meramente humana): en la concepción, gestación y nacimiento de nuevas vidas; en el momento de la muerte; en la donación marital de los esposos; en el banquete, como lugar de fiesta y de gozo.




A la nueva vida que puede resultar de la relación conyugal del hombre y de la mujer, gracias al nuevo dominio del poder humano de quererla o no quererla, se le sustrae la dignidad inalienable que la vida humana tiene siempre como misterio y don de Dios, y se considera la vida como dominio total del querer de los progenitores. La nueva vida humana ya no es “procreada”, sino “producida” a voluntad. El ser humano ya no recibe la vida como un don, sino que se reproduce a sí mismo, como y cuando quiere. Es productor de si mismo, es “creador” y dominador de la propia vida humana y de la vida de los nuevos nacidos. Esto no es una apreciación sino un hecho que viene demostrado porque, por primera vez, se establece una manera de clasificar las nuevas vidas como “deseadas” o “no deseadas”, con las consecuencias que esto comporta de aceptación o bien de eliminación. Como prueba, cada día es más difícil ver crecer niños y niñas con síntomas de cualquier deficiencia genética, física o mental. Sencillamente ya no nacen.




Antes de la píldora no existía generalizada la clasificación de hijos queridos y no queridos, que con el paso de los años se ha ido consolidando, porque no existía la posibilidad del dominio casi total y sencillo sobre las nuevas vidas. Los hijos “deseados” serán considerados un bien más de los muchos que pueden conseguirse con el poder y el querer humano. Los “no deseados” serán rechazados, y cuando haya errores en el uso de los medios orales de anticoncepción, se establecerá como un derecho el aborto, e incluso, en la práctica, el infanticidio, si es necesario. Eso sí, todo realizado con una gran asepsia y procurando hacerlo a escondidas, para no remover sensibilidades. Todo será nombrado con eufemismos: el aborto, interrupción del embarazo; el embrión humano, pre-embrión; la píldora abortiva, píldora del día después; etc.




La pregunta “políticamente correcta”, que se sigue repitiendo aún con inocencia y a veces de manera airada, puede ser formulada así: ¿pero, por qué tanta rigidez de la Iglesia en no querer adecuar las exigencias morales a las posibilidades del hombre y de la mujer de hoy? Contesta Juan Pablo II (cf. VS, 103): ¿cuáles son las posibilidades del hombre? Y ¿de qué hombre hablamos: del hombre dominado por la sensualidad, o bien del hombre redimido por Cristo?




La idea y el intento de querer controlar la fertilidad de la mujer para evitar el embarazo es muy antigua, con diversas modalidades, siempre chapuceras y traumáticas. La investigación en medicina y biología se planteó conseguir técnicas anticonceptivas por el bloqueo del proceso de ovulación de la mujer y para la interrupción de la gestación (aborto inducido), impidiendo la implantación del embrión en sus primeras fases (óvulo ya fecundado) en las paredes del útero.




En este quehacer, el movimiento intelectual tiene sus manifestaciones más notorias en la “revolución sexual” del mayo francés de 1968, y la gran difusión de las obras de Simone de Beauvoir –compañera de Jean Paul Sartre-, como “Le deuxième sexe” (El segundo sexo), donde manifiesta con gran violencia verbal y crudeza el menosprecio de las mujeres como una componente cultural, social e histórica constante, tremendamente injusta con ellas.




En América, el feminismo radical se manifestó mucho más pragmático, y se pusieron en movimiento muy pronto, entre otras, estas personas significativas: Margaret Sangers, Gregory Pincus, Min Chueh Chang y John Rock. En 1951 se relacionan Sangers y Pincus por mediación de Abraham Stone. Planned Parenthood of America (PPFA) se compromete a financiar estudios para un anticonceptivo oral para las mujeres. Pincus trabaja con Chang y después con Rock. También con otros investigadores que habían trabajado sobre formas de bloqueo de la ovulación en las mujeres. El primer resultado en 1955 es la píldora Enovid que provoca el bloqueo hormonal de la ovulación. La mujer queda temporalmente estéril. Desde 1956 se experimenta sobre mujeres en Puerto Rico y al año siguiente en Haití y Ciudad de Méjico. Aunque se manifiestan efectos negativos notorios, la publicidad presentó Enovid como anticonceptivo seguro y eficaz, lo que será una constante en la propaganda farmacológica, silenciando casi siempre los efectos abortivos y otros efectos secundarios. En un ambiente muy cargado, la Administración de Estados Unidos dio permiso en 1957 para la venta de Enovid, no como anticonceptivo sino como regulador de la menstruación. Tres años después, el 23 de abril de 1960, la píldora recibía el permiso para la venta como anticonceptivo oral, y comenzó la historia sin tregua de estos 50 años.




¿Qué significan estos 50 años? El cambio más radical en las actitudes culturales y morales de los hombres y de las mujeres respecto a la sexualidad, el matrimonio y la familia. La “civilización del amor” tiene como actitud moral fundamental el respeto a la personas; la “civilización de la muerte” ha puesto esta actitud moral en el deseo, llevado a término por el poder político y económico, por el domino técnico y científico, con actitudes si hace falta de imposición y violencia.




Hace más de treinta años todas las personas jóvenes, pasados los 21 años –entonces mayoría de edad-, sabían todavía discernir en lo principal qué era el compromiso del matrimonio entre un hombre y una mujer, y en qué consistía la formación del propio hogar. Hoy la mayor parte de los jóvenes de estas edades no saben qué es el matrimonio, lo confunden con proyectos que nada tienen en común y no forman realmente los hogares que, según dicen todas las encuestas, aprecian como el mejor valor de sus vidas. ¿Saben estos jóvenes de dónde viene esta confusión evidente de los horizontes sobre el matrimonio y la familia? Parece que no saben de dónde viene todo esto. Se lo encuentran así.




El Papa Pablo VI lo expresó claramente en la famosa encíclica Humanae vitae, de 1968. L a anticoncepción procurada directamente para evitar los hijos en la relación íntima conyugal es contraria al bien del matrimonio porque desvirtúa el amor conyugal, por la separación del aspecto de unión, de donación entre esposos, del aspecto procreador o de frutos posibles de este amor, que son los hijos como don querido, esperado y recibido. Los padres que forman la familia esperan con gran curiosidad quien es el hijo que viene. La dignidad de la persona humana que inicia la vida es tal que sólo como fruto del amor de los padres en su relación conyugal es respetada. Y de estos hijos venidos a la vida como fruto del amor de los esposos surge la familia como hogar que forma a todos sus miembros en todas las cualidades de personas humanas y de buenos ciudadanos. La familia, decía Juan Pablo II, es “el sueño de Dios para la humanidad”.




La enseñanza de Pablo VI, necesaria entonces por la novedad del caso moral que planteaba la píldora, hizo diana en el núcleo de lo que la píldora anticonceptiva implantaba desde su comercialización ocho años antes: la “mentalidad anticonceptiva” o de dominio de las fuentes de la vida. Por eso la encíclica fue violentamente rechazada y criticada.




Antes de describir el largo camino de transformación radical en los últimos 50 años, quiero contestar una pregunta que aún hoy se hacen muchas personas de ambiente aparentemente cristiano que dicen creer en el matrimonio y la familia, pero que no entienden por qué en cada caso el uso de la píldora en el matrimonio es inmoral y no lo sea la “continencia periódica”, llamada también “métodos naturales” de control de la fertilidad. Parece que es evidente el contraste de los “métodos naturales” con los “métodos artificiales” o píldora anticonceptiva farmacológica. Deducen de ello que la inmoralidad estaría ligada al carácter artificial del método. Y entonces creen que, en el caso de un matrimonio “responsable”, sería posible utilizar en ocasiones la píldora que impide la ovulación –no la implantación- para evitar la fecundación. La corrección moral de estos casos vendría dada por la formación responsable de la familia delante de Dios, y no de los medios que ponga libremente el matrimonio en momentos concretos y según las circunstancias. ¿Acaso no está en la aplicación de la razón la dignidad del criterio moral, más que en el respeto de unos ciclos biológicos?




La respuesta es clara: la utilización de la píldora anticonceptiva, en cada caso y en todos los casos, requiere –y no puede ser de otra manera la decisión voluntaria de utilizar un medio de dominio total para evitar las posibles nuevas vidas en las relaciones conyugales, y eso anula, en la realidad, la apertura a la nueva vida en cada caso. La “continencia periódica”, contrariamente, requiere un reconocimiento de los caminos establecidos en la relación marital del hombre con su mujer para ir recibiendo los hijos con la responsabilidad de padres que los esperan como un don, y los buscan o evitan con el conocimiento de los periodos de fecundidad dispuestos para tenerlos, que son caminos que reclaman una relación conyugal de respeto mutuo, de amor y de donación. Por eso hacen falta motivos graves proporcionados a discreción de los esposos bien formados, para aplicar los “métodos naturales” ocasional o permanentemente, porque de otra manea también pueden ser utilizados como medios de anticoncepción. La mentalidad anticonceptiva, siempre inmoral en el uso del matrimonio, es segura en el caso de la píldora; y también es posible en el caso de los métodos naturales. 




Veamos ahora los momentos distintos que han sido claves en el proceso creciente de confusión y corrupción para las mujeres, para el matrimonio, para la familia, y para la desmembración de la sociedad, que va perdiendo las raíces humanas fundamentales conformándose poco a poco según un individualismo feroz.




Podemos distinguir tres “momentos”: 1) el de la separación de la sexualidad y del posible embarazo; 2) el de la comprensión de la sexualidad desvinculada como una realidad cultural con la precepción de género; 3) el del desarrollo de la “reproducción genética”, como camino principal para la liberación de la mujer de su dependencia respecto a la nueva vida, y así poder conseguir un plano de igualdad con el hombre. Separación, “género” y reproducción, son las tres palabras que parecen claves en el proceso.




La primera revolución sexual es consecuencia directa de la píldora anticonceptiva, aprobada como fármaco para impedir el embarazo el 23 de abril de 1960 –hace 50 años- por la Administración americana, y dispensada como tal desde esta fecha. Por primera vez, la relación íntima sexual entre hombre y mujer es posible desligarla de manera fácil y segura del posible embarazo. También por primera vez la donación marital tendrá como único fin la búsqueda del deseo y del placer, desligada de la donación mutua del don relativo de la paternidad y maternidad. Solamente cuando se desee se procurará producir el hijo. Entonces este deseo se manifestará como un derecho al hijo, a poder conseguirlo a toda costa: pruebas de ecografía y diagnóstico prenatal sobre implantación, gestación o posibles enfermedades congénitas, intervenciones genéticas y quirúrgicas intrauterinas, fecundación “in vitro”, inseminación artificial, implantación en el útero, compra de óvulos, úteros de alquiler, congelación de los embriones sobrantes, selección del esperma, adopción de niños por cualquier camino y precio, etc. La píldora ha ocasionado el cambio de vida más radical desde que tenemos memoria histórica: en el centro ya no está la familia, sino la realización personal y la satisfacción del propio deseo. ¿A qué precio? Al precio del dominio del poder personal y público sobre la producción y planificación de las nuevas vidas, a dejarlas vivir según conveniencia.




La segunda revolución sexual empieza, como muy bien muestra el famoso Janus Reports de 1993, en los años 80 y supone la aceptación progresiva y el reconocimiento de los comportamientos previamente catalogados como “desviados” desde tiempos inmemoriales. El hecho clave es la aceptación y difusión de la homosexualidad como una posibilidad digna de realización humana de las tendencias sexuales preferentes en cada cual. El sexo es una posibilidad de quien lo tiene, que debe poder realizarse sin ninguna oposición social. El movimiento homosexual iniciado en California se ha difundido por todo el mundo mediante una propaganda persistente que, desde sus inicios, contó con los mejores especialistas de marketing y ha calado profundamente en los medios de comunicación y entre el poder político y económico occidental. Este movimiento encontró en la “percepción de género” (adoptada por la ONU en la Conferencia sobre la Mujer de Pequín) su base teórica de desarrollo y difusión, constituyendo actualmente una auténtica ideología de carácter totalitario que no deja espacio para ser contestada. 




La “percepción de género” consiste en difundir que la sexualidad –que no el sexo- es una característica cultural de la persona, asimilada por cada uno y vivida según el propio deseo en las múltiples posibilidades que tiene la sexualidad humana para buscar la propia satisfacción, totalmente desligada de la estabilidad en las relaciones, en especial de una relación entendida sólo como unívoca de compromiso entre hombre y mujer, y de cualquier atadura de paternidad o maternidad. La ideología de género –que es realmente una ideología-, apoyada siempre sobre el objetivo de la legítima autonomía de la mujer, llega a proclamar que “así como la religión es el opio de los pueblos, según Marx, el amor es el opio de las mujeres” (Millet). Se ha llegado a ofrecer gratuitamente operaciones quirúrgicas de cambio de sexo para favorecer el propio deseo y a pretender con todos los instrumentos posibles de poder la adopción de hijos en los “matrimonios” homosexuales. Esta ideología, fundamentada en una mentira a medias, que son las peores (que la sexualidad es característica cultural de las personas), ha sido cultural y educativamente introducida, también en las leyes de muchos países, y tiene como efectos principales: las relaciones inestables y violentas entre hombre y mujer; la confusión total sobre el matrimonio; la destrucción de los lazos normales de familia; la sociedad basada en el individualismo para conseguir el propio placer.




Y llegamos a la tercera revolución sexual que comienza con fuerza en el cambio de siglo. Desde el inicio, el feminismo radical había buscado la igualdad hombre-mujer con todo su afán. Ahora parece que la logra librando a las mujeres de las ataduras naturales que comporta la maternidad: ¡el embarazo! Con la ideología de género se pretende desligar totalmente la sexualidad de la paternidad y de la maternidad. Falta, efectivamente, librar a la mujer de su dependencia en el embarazo. Mientras, se le otorga el derecho al aborto como derecho a no estar sometida sin desearlo. Si “producimos” los niños, hagamos todo lo posible para producirlos técnica y científicamente según deseo y al margen del sometimiento de las mujeres al proceso de gestación en el útero. La “reprogenética” nos ayudará a conseguirlo. Desde la “fecundación in vitro” hasta la sustitución del útero materno por un proceso total de incubadora mecánica. También se busca conseguir la reproducción al margen de la fecundación del óvulo femenino por el espermatozoide masculino, mediante la “clonación” celular por técnicas de biología molecular. Se trata de desligar definitivamente la reproducción humana de vínculos que sean de carácter familiar. Lo mejor es llamar “matrimonio” a cualquier unión afectiva de sexos con más o menos permanencia, y “familia” a los lazos de convivencia ocasionados por los afectos de cada cual, que pueden ser inestables, también en cuanto a las relaciones entre padres, hijos y hermanos biológicos. Por encima de cualquier consideración está la realización del propio deseo amoroso y sentimental, como principal derecho de toda persona a la felicidad.




Hay dos ideas que siempre están presentes en la aceptación pasiva de estos procesos por parte de la sociedad: que la sexualidad no tiene por qué relacionarse con el amor. Es entendida como un medio de satisfacción personal casi narcisista. No tener una buena satisfacción sexual es como ser una persona desgraciada. La otra idea es que cada cual puede hacer con su sexualidad lo que le plazca, como si fuera un objeto de disposición personal sin otra finalidad que el propio placer o deseo. 




Llegados a este punto, vale la pena reflexionar sobre la visión profética de Pablo VI cuando en 1968 firmó y publicó la encíclica Humanae vitae. Lo hizo diciendo textualmente que “pensaba que los hombres, en particular los de nuestro tiempo, se encuentran con la capacidad de comprender el carácter profundamente razonable y humano de estos principios fundamentales” (cfr. HV, n.12 in fine). Se refiere Pablo VI al principio moral de la unidad de la donación amorosa y la ordenación a la paternidad del acto conyugal en el matrimonio.




Hoy sabemos que romper este vínculo es el comienzo de este proceso que hemos ido exponiendo más arriba. Por eso la encíclica comienza con la convicción de que se plantean nuevas cuestiones respecto a la transmisión de la vida en el matrimonio. El entorno del momento es de miedo difuso y generalizado a la anunciada “explosión demográfica”, con la propagación de teorías neo maltusianas (Club de Roma). A nivel privado, la creciente dificultad en mantener una familia, combinada con el también creciente deseo de emancipación de la mujer, especialmente respecto a las tareas del hogar y de su dedicación absorbente a la maternidad. También se difunde una apreciación del amor como componente principal de la relación conyugal. Y, en fin, podemos señalar la progresiva intervención técnica en la trasmisión de la vida. 




Todas estas cuestiones hacen que muchos se pregunten: ¿el principio de totalidad permite intentar, con un control más eficaz y considerado lícito, una fecundación más moderada en una vida de relaciones conyugales normales? ¿La finalidad de procrear es una función de toda la vida conyugal o de cada acto? ¿La natalidad, no es mejor que esté sometida a la razón que a los ciclos biológicos?




Desde 1963, una comisión de expertos nombrada por Juan XXIII estudió desde todos los puntos de vista las cuestiones de la regulación de la natalidad. También fueron consultados los obispos de todo el mundo. Las respuestas fueron divergentes, y algunas en contra de los principios morales tradicionales sobre el matrimonio, mantenidos siempre por la Iglesia.




Es evidente que el amor conyugal no es cualquier relación de afecto. Es una realidad y un acto humano de donación mutua total, fiel, exclusivo y fecundo. Humano, porque la humanidad del hombre y de la mujer se entregan mutuamente a requerimiento personal respetuoso, afectuoso y razonable. Misión de este compromiso de amor es la “paternidad responsable” para formar la propia familia. El principio moral fundamental es: cada acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de la vida, debido a la inseparable conexión entre el aspecto unitivo y el aspecto procreador. Un acto conyugal impuesto no es un acto de amor sino de violencia, con el que no se transmite el don de la masculinidad y de la feminidad sino que se ofende al otro en el respeto que se le debe siempre. Es verdad que hay un mutuo deber conyugal, pero en unas relaciones de donación de amor. Y el amor es siempre sólo la determinación de la voluntad en el propio corazón de agradar y hacer feliz a quien se ama como marido o mujer propios y exclusivos.




La “revolución sexual”, por el camino de imponer la “ideología de género”, ha instituido unas relaciones hombre-mujer de sospecha y violencia reivindicativa. La emancipación de la mujer se busca en un plano de igualdad, sin respetar la diversidad y complementariedad, que sólo es percibida como realidad cultural cambiable. Al forzar esta equiparación mimética hombre-mujer la violencia es creciente, y con la imposición de la violencia son eliminados los más débiles: los niños que aún no han nacido y los mayores que ya no aportan otra cosa que molestias. La Humanae vitae cree que la emancipación de la mujer, ciertamente improrrogable, no debe ir por planteamientos igualitarios, sino de igualdad en el respeto, la dignidad, la valía personal y profesional, y la complementariedad vista como perfeccionamiento para el hombre y para la mujer.




La implantación de la píldora anticonceptiva ha sido un camino –así lo preveía la HV- amplio y fácil de infidelidad conyugal y de degradación general de la moralidad, porque consiste en ofrecer un medio con que, de manera fácil y ligera, burlar la observancia moral, y así también el respeto hacia la mujer, considerada entonces como objeto de placer, tan contrario al respeto y al amor que se deben tener a la mujer y esposa. La permisividad en el ámbito del comportamiento moral privado concede vía libre a los gobernantes para imponer políticas demográficas antinatalistas con una grave injerencia en las decisiones más íntimas de las personas y con políticas de intervención en las fuentes de la vida.




Si no queremos que quede expuesto al libre arbitrio de los hombres la misión de engendrar la nueva vida humana es necesario reconocer unos límites infranqueables a las posibilidades de dominio de los hombres sobre el propio cuerpo y sus funciones; límite que ningún hombre, ni privadamente ni como autoridad, se debe atrever a franquear. Este límite de respeto a la integridad del organismo y de sus funciones debe ser tratado en cada caso según una recta inteligencia del “principio de totalidad” de sobras conocido. La Iglesia sabe que, como su Maestro, enseñando la verdad se muestra al mundo como signo de contradicción (cfr. HV, n.18).




En el libro del Éxodo lo dice así: “No sigas a la mayoría para hacer el mal; ni te inclines en un proceso por la mayoría en contra de la justicia. (...) Aléjate de causas mentirosas, no quites la vida al inocente y justo; y no absuelvas al malvado.” (Éxodo 23,2.7)




Hagamos caso. Aprendamos de este aniversario, y no lo celebremos. 
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jueves, 15 de noviembre de 2012

►Misión de mujer: ser madre



Por Sheila Morataya-Fleishman 


Generosidad, entrega y amor. El papel de la mujer como madre no es tan fácil como parece en el mundo de hoy


Con esta conmovedora poesía a su desaparecida madre Emilia, iniciaba el autor Karol Wojtyla su carrera como escritor. Perdió a su madre cuando tenía ocho años de edad y sólo a través de la escritura pudo expresar propiamente el sentido de su dolor y pérdida. ¡Cuán importante es tener una madre! Y cuando cumple su misión metida en la criatura o criaturas que esta formando, muchas veces sin pensar en ella, como nos marca para siempre el sello de su amor, como le paso a Nuestro Santísimo Padre Juan Pablo II. ¿Estaremos conscientes las madres cristianas de hoy de tan grande trabajo? ¿Se nos escapará en gran medida de que es un trabajo para glorificar a Dios?¿Qué esperará nuestro Creador de nosotras como mujeres-madres en estos tiempos de agitado consumismo y pérdida de valores y tradiciones?


¿Está de moda la generosidad maternal?

Escribir a las mujeres sobre generosidad hoy, es tan pero tan difícil. Es un reto, un desafío, un llamado intenso a observar el propio corazón. Pues para ser generosos hoy, se necesita descubrir primero como anda el mismo. El corazón es considerado como el resumen y la fuente, la expresión y el fondo último de los pensamientos, de las palabras, de las acciones. Un hombre vale lo que su corazón vale decía el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Una mujer es madre de acuerdo a lo que en su corazón haya permitido dar entrada. Te invito a pensar mucho en tu corazón este día. Tómate unos minutos, unas horas y escribe en un papel todo aquello que te esta impidiendo ser generosa a la hora de educar a tus hijos. Los hijos siempre amarán a los otros de acuerdo a la forma en que hayan observado en nosotros dar el amor. Nuestra sociedad esta tan necesitada de un amor auténtico de mujer, de madre, de apertura a la verdadera sensibilidad femenina. Mujeres que cada vez son más pocas, pues todo lo que se ve y se lee nos orienta a perseguir el individual bien, olvidándonos casi siempre de la necesidad tan enorme que tienen esos pequeños y jóvenes de hoy de vivir y saborear la verdadera generosidad humana.


El resumen y la fuente

Sacrifico, el resumen; amor, la fuente. Sacrificio y amor es lo que necesita la madre de hoy para educar. ¿Cuáles son los sacrificios que la madre moderna de hoy tiene que hacer para tener hijos resplandecientes y equilibrados que amen y prefieran a Dios sobre todas las cosas? ¿En verdad quieres saberlo?.

-Sacrifica tu propia comodidad y cuida tu misma. Tengo amigas que a la hora de tener a sus hijos, tienen una enfermera de planta a su lado. La enfermera se encarga de alimentar al bebé en las horas más pesadas para que la madre descanse y se reponga. Hay otras que no tienen los medios para contratar personal especial para esos días pero si para tener hasta dos muchachas de servicio. La madre amamanta y la muchacha pasea al bebé, lo cambia y pone a dormir. En las visitas al médico es quien lo carga, mientras la madre hace sus llamadas telefónicas por el celular. Hay otras que en el último de los casos nos llevamos a nuestras propias madres a nuestras casas para que nos acompañen en esos primeros y durísimos meses.

¿Se puede con todas estas ayudas interiorizar en el sentido más profundo lo que es el sacrifico y la entrega generosa en medio del dolor físico? ¿No es totalmente imprescindible que el recién nacido mame de nuestra entrega sin quejas y reblandecimientos lo que es la generosidad y el amor que no mira, sino ama el sacrificio? ¿Por qué nos cuesta tanto entenderlo y vivirlo? Es necesario detenerse y descubrir lo que hay en el propio corazón y las exigencias que nos hacemos a nosotras mismas.

-Sacrifica tus propias ambiciones profesionales. Esto si que es doloroso. ¿Cuántas madres modernas se respaldan tras el emblema "calidad de tiempo y no cantidad".

¿Serás tu una de ellas? Estar con un hijo en la casa las 24 horas del día es tremendamente agobiante y desgastante cuando no se tiene un plan, un proyecto. Entonces la cantidad se vuelve rutina y es preferible, por supuesto, hablar de calidad. Es necesario volver al trabajo profesional, además la vida esta muy cara y yo quiero darles un futuro mejor a mis hijos,-expresan.

¿Será que te sientes incapaz de sacrificar tus sueños individuales para donarte completamente a tus hijos? Es maravilloso y gratificante ser mujer profesional. Se siente muy bien cuando tu nombre suena a algo, a importante, a éxito. Aunque tengas que pasar hasta 18 horas lejos de tus hijos y darles tres horas de calidad de tiempo. ¡Ah, y después de esas tres horas, sentarte frente al computador, y ponerles una película mientras tú tranquilamente sigues desde tu casa trabajando y realizándote. ¿Sabes que por eso mismo hoy la carrera de Psicología es una de las más estudiadas? Hay tantos adolescentes que necesitan orientación, que son los psicólogos los únicos que tienen tiempo para escucharlos. ¿No será tiempo de re-pensar en nuestro profesionalismo como madres? ¿Qué les estamos dando verdaderamente a nuestros hijos? ¿Cómo nos aseguramos de que no se sienten frustrados ante nuestra falta de verdadera entrega, de estar para ellos? ¿Cuánto silencio hay en tu vida para permitirte descubrir las piezas de tu propio egoísmo y así dar paso a la fuente que es el amor? ¿Has dejado que esa fuente se tape con toneladas de egoísmo? ¿Prefieres no pensarlo?

-Sacrifica tu propio temperamento. Y ama con amor dadivoso. Yo no dudo que ames a tus hijos, pero a veces con apenas un añito he visto a madres perder la paciencia. Sus ojos no parecen infundir ternura, sino reclamo, enojo y frustración.

He visto como madres con hijos de sólo tres años destruyen su auto-estima con actitudes de rechazo hacia sus juegos y travesuras. Madres que anteponen lo que sienten, enojos y hasta amarguras a la salud mental y espiritual de sus hijos. Madres, que acogieron sólo los primeros meses pero que a medida crecen los hijos empiezan a gritar, insultar y hasta pellizcar a su pequeños. Todo eso, los rasga, los mutila, los destruye. ¿Cuántos dejamos que domine el temperamento a la hora de formar a nuestros hijos? ¿Cuánto corazón mostramos al aceptarlos como son? ¿Cuánto nos preocupamos más por las opiniones de los otros cuando no se expresan como nosotros queremos? ¿Cómo estamos verdaderamente enseñando lo que es el cariño, auténtico catalizador de las relaciones humanas?


Para una reflexión profunda….

"Humilla tu cara en el polvo, hermana madre, y deja de pensar en nada que sea barro, que sea criatura, que sea mundo, que seas tú. Sueña y piensa y duerme en Él".*

Para dejar de pensar en nada que no sea yo misma y todo aquello que merezco, se necesita tener un corazón a la semejanza de Aquel que se dio por amor a los hombres. Se necesita también tener un corazón que viva constantemente metido en Él, como vivía la Madre María. Como católica moderna no es fácil dejarse transformar por el poder del Espíritu Santo para ser una madre diferente que es profesional y está a la moda pues el ambiente esta cargado de superficialidad. A veces parece imposible vivir metida en Dios y ser del mundo. Pero cuando se deja de pensar en nada que sea barro, que sea mundo, que sea uno mismo Dios mismo da la gracia y levanta y perfecciona y enseña a amar a los demás con amor de dádiva el cual es la configuración suprema del amor. Que tu corazón hoy se arrodille y piense una vez en la bendita misión de la maternidad.

jueves, 8 de noviembre de 2012

►A ti... Mujer y madre!




La pobreza está en encontrarse verdaderamente desprendido de las cosas terrenas; en llevar con alegría las incomodidades, si las hay, o la falta de medios. 
• Es además saber tener todo el día cogido por un horario elástico, en el que no falte como tiempo principal -además de las normas diarias de piedad- el debido descanso, la tertulia familiar, la lectura, el rato dedicado a una afición de arte, de literatura o de otra distracción noble: llenando las horas con una tarea útil, haciendo las cosas lo mejor posible, viviendo los pequeños detalles de orden, de puntualidad, de buen humor. 
• En una palabra, encontrando lugar para el servicio de los demás y para sí misma: sin olvidar que todos los hombres, todas las mujeres -y no sólo los materialmente pobres- tienen obligación de trabajar: la riqueza, la situación de desahogo económico es una señal de que es está mas obligado a sentir la responsabilidad de la sociedad entera. 
• El amor es lo que da sentido al sacrificio. Toda madre sabe bien qué es sacrificarse por sus hijos: no está sólo en concederles unas horas, sino en gastar en su beneficio toda la vida. 
• Vivir pensando en los demás, usar de las cosas de tal manera que haya algo que ofrecer a los otros: todo eso son dimensiones de la pobreza, que garantizan el desprendimiento efectivo. 
• Para una madre es importante no sólo vivir así, sino también enseñar a vivir así a sus hijos: educarles, fomentando en ellos la fe, la esperanza optimista y la caridad; enseñarles a superar el egoísmo y a emplear parte de su tiempo con generosidad en servicio de los menos afortunados, participando en tareas, adecuadas a su edad, en las que se ponga de manifiesto un afán de solidaridad humana y divina. 
• Para resumir: que cada uno viva cumpliendo su vocación. Para mí, el mejor modelo de pobreza han sido siempre esos padres y esas madres de familia numerosa y pobre, que se desviven por sus hijos, y que con su esfuerzo y su constancia -muchas veces sin voz para decir a nadie que sufren necesidades- sacan adelante a los suyos, creando un hogar alegre en el que todos aprenden a amar, a servir, a trabajar.

 Extraído de Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer

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El Señor nos bendiga a todos.
Laura

miércoles, 19 de septiembre de 2012

►Quedó parapléjica con un bebé deeshauciado





Se queda parapléjica, con un bebé desahuciado, enviuda... y descubre que Dios «la lleva en brazos»

"Han sido hechos que yo necesitaba que ocurrieran en mi vida para descubrir a Dios, porque si no mi corazón no se hubiera enterado de lo importante".

Carlota Ruiz de Dulanto sufrió un accidente grave que la dejó parapléjica con apenas 25 años. Estaba trabajando en Michigan (EEUU) y durante un tornado le cayó un árbol en la espalda y le rompió la columna vertebral a nivel de las lumbares. 

El 15 de agosto del año 2000, nació prematuramente su tercera hija, Paloma, con más de tres meses de antelación que pesó 6oo gramos y los médicos le dijeron que no era viable, que probablemente moriría. Y en el año 2006 su esposo Javier moría de forma repentina pese a no estar enfermo.

"El Señor me mantiene"
Tener que afrontar estas tres difíciles situaciones en su vida no ha convertido a Carlota Ruiz en una heroína. Ella asegura que “no hago ningún esfuerzo extra. Hago lo que buenamente puedo. Yo tengo la suerte de que el Señor me mantiene. Tengo al Padre del Cielo que me quiere, me cuida, me ayuda y en los momentos duros me lleva en sus brazos. Es lo único que puedo decir”. 

El sacerdote y periodista Javier Alonso la entrevista en su programa “Más que noticias” de 13 TV.

Carlota nació en la década de los sesenta “en una familia maravillosa. Soy la mayor de 3 hermanos y la única chica. La enseñanza primaria la hice parte en París, donde estaba destinado mi padre, y la secundaria en Madrid, en el colegio Montealto. Estudié la carrera de Derecho en la Autónoma de Madrid”. 

De bailona y esquiadora a una silla de ruedas
Al tener el grave accidente en los Estados Unidos escuchó en la sala de urgencias del hospital un pronóstico taxativo: "You will never walk again" (nunca volverás a andar). “En cuestión de segundos pasé de ser una bailona, esquiadora y deportista a sentarme en una silla de ruedas para toda la vida. Luego he conseguido desplazarme también con muletas. A partir de ahí, me cambiaron los planes de vida, olvidé la carrera diplomática y entré a trabajar en IBM. Javier, mi marido, que entonces era mi novio, no se fue de mi lado, caso bastante inhabitual en estas circunstancias tan difíciles. Pasaron unos años, nos casamos y hemos formado una familia”.

Descubrir a Dios en los momentos difíciles
Cuando valora las contrariedades y momentos difíciles, Carlota asegura que “han sido hechos que yo necesitaba que ocurrieran en mi vida para descubrir a Dios, porque si no mi corazón que es bastante duro no se hubiera enterado de las cosas importantes. Si a mí no me hubiera pasado nada, pero no hubiera descubierto el tesoro de Dios, me hubiera perdido lo más trascendente. Por eso estoy tremendamente agradecida al Señor. Dios es amoroso. El problema es que nosotros somos tan duros de corazón, tan egoístas, que o nos zarandean o no nos enteramos. Entonces, no es que el Señor nos ponga una carrera de obstáculos en la vida, es que nos está abriendo las puertas del paraíso poquito a poco. El proceso consiste en cambiar el chip: yo no soy el centro de mi vida y en cambio Dios es el centro de mi vida. Cuando consigues eso, entonces todo se ve de otra manera”.

Los médicos no ven viable que el bebé pueda vivir
Carlota Ruiz recuerda el nacimiento prematuro de su hija pequeña, Paloma, que ahora tiene doce años, como un momento durísimo y a la vez como una vivencia que la hizo caer rendida de fe a los pies de la Virgen María.“Los médicos te dan el pésame y te dicen que no hay nada que hacer. Pero yo me doy cuenta que ha nacido a las 23:50 h. del 15 de agosto, la Asunción de la Virgen María. Estaba ingresada en San Sebastián en la Maternidad de Nuestra Sra. De Aránzazu. Me explicaron que si la niña sobrevivía iría en silla de ruedas. ¿Mi hija en silla de ruedas? Seríamos un tándem en silla de ruedas. Yo eso no lo había visto nunca. Al darme cuenta de que había nacido en 15 de agosto le pedía a la Virgen una niña sana y viva. Mi marido pensaba que me había vuelto loca porque el pronóstico era nefasto”.

La Virgen respondió a la petición...
Y la oración fue escuchada.“Paloma es una niña sana, fuerte, resolutiva, vital y alegre. Es una superviviente que nos recuerda cada día que para Dios no hay nada imposible”. 

Actualmente sus otras dos hijas Mencía y Mariana tienen 17 y 16 años. Carlota asegura que “el único miedo que tengo es ser infiel a Dios, porque me daría mucha rabia después de haber sentido todo su Amor, llegar un día y ser una desagradecida”.

La muerte de su marido
En 2006 la familia vivió otro momento difícil, la muerte del padre y esposo, Javier. Carlota cuenta “que ha sido el momento más duro de mi vida, tener que explicar a mis hijas que su padre había muerto sin que tuviera ninguna enfermedad que lo hiciera presagiar. Las niñas adoraban a su padre. Al darles la noticia, la mayor que tenía 11 años me dijo: ‘el Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea el nombre del Señor’. Que una niña de 11 años te diga eso en un momento así te hace dar cuenta que Dios estaba hablando por su boca, que Él estaba ahí. Realmente ha sido así. No me he sentido sola en ningún momento”.

Un regalo de Dios
Actualmente Carlota se ha vuelto a casar: “Dios me a regalado un segundo marido diez”. Ella ora de tú a tú ante el Señor y“me hincho a decirle que le quiero, que le quiero y que le quiero, porque realmente es lo que siento. Le pido mucho y mis amigos me dicen que a veces pido cosas que no son importantes, pero yo le pido todo. A mí nadie me ha dicho que Dios tenga un límite para pedirle”.

Fuente: www.religionenlibertad.com

viernes, 7 de septiembre de 2012

►EL ABORTO COMO IMPOSICIÓN




Es imposición silenciar a los defensores de la vida para permitir la muerte de los hijos antes de nacer.

Una mentira no se convierte en verdad, aunque sea repetida mil veces.

Decir que ir contra el aborto es imponer una idea religiosa a toda la sociedad es una de esas mentiras que corre como moneda falsa por aquí y por allá.

Porque ir contra el aborto es defender el derecho a la vida. Y defender el derecho a la vida no es algo reservado a los creyentes, a las personas que tienen una religión, sino a cualquier ser humano que trabaja por construir un mundo más justo y más inclusivo.

La verdadera imposición consiste en declarar que el aborto sería un “derecho”, un asunto sobre el que la mujer decide libremente, sin interferencias de nadie.

Porque es imposición decidir la muerte de un ser humano inocente, de un hijo que no puede defenderse por sí mismo.

Porque es imposición obligar al personal sanitario a practicar abortos que van contra la justicia, contra la ética médica y contra la propia conciencia.

Porque es imposición decir que la mujer hace con su cuerpo lo que quiere, cuando con esta frase se quita el derecho del embrión o del feto a conservar la integridad de su cuerpo pequeño y frágil. ¿Es que el embrión no tiene también un cuerpo?

Porque es imposición querer silenciar a los defensores de la vida con mentiras y con calumnias que reflejan el deseo prepotente de los defensores del aborto, con el que buscan eliminar a los más indefensos y desvalidos.

Frente a la imposición abortista necesitamos dar un sí decidido y generoso a la vida, a la salud, a la solidaridad, a la justicia, a la sociedad abierta e inclusiva, porque no excluye al ser humano más cercano y más débil: el hijo antes de nacer.

Sólo cuando decimos un “no” decidido al aborto damos un importante paso para garantizar a todas las mujeres (sin exclusiones) el respeto a la propia integridad física, también cuando son un embrión de pocas semanas. Porque ese “no”, para ser coherente y completo, deberá estar acompañado con ayudas concretas y eficaces para las mujeres que inician un embarazo en situaciones de dificultad.

Evitaremos así imposiciones arbitrarias e injustas, y permitiremos que nazcan tantos miles de seres humanos que merecen ser respetados en sus derechos fundamentales, entre ellos el derecho básico a vivir, respirar y ser acogidos en un mundo a la medida de todos, sin exclusiones.

martes, 24 de julio de 2012

►ENGAÑADORA MUJER MELINDA GATES



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El 11 de Julio del 2012
En el aniversario de la primera conferencia de Eugenesia
Melinda Gates inició su campaña "No es Controversial"
En Londres
Para recaudar 4 mil millones de dólares para hacer que 120 millones de mujeres pobres
en los países en vías de desarrollo estén bajo un control de natalidad.

No es controversial?
Señora Gates, puede que tenga la mejor intención,
pero parece que no entiende lo que le hace falta a la mujer joven
Justicia
Justicia
Justicia, no drogas
que pueden tener serias consecuencias
¿Sabían que muchos tipos de anticonceptivos están clasificados como Grupo 1 cancerígenos?
por la Organización Mundial de la Salud
Eso es igual que cigarrillos y asbesto
¿cómo puede ser esto bueno para nuestra salud?
Depo-Provera (anticonceptivo vía venal) y la Pastilla anticonceptiva no logran detener el Sida.
Al contrario aumentan el problema.
¿Cómo puede ser esto bueno para la mujer?
Señora Gates, dice que quiere empoderar a la mujer,
¿Pero como empodera dando drogas?
Para que no nos embaracemos, y luego enviarnos de vuelta a los hombres que no nos estiman.
¿Cómo es este empoderamiento?
No es controversial?
No es controversial?
No es controversial?
Dice que está contra el aborto
Pero sus asociados incluyen a los proveedores abortistas más grandes del mundo.
¿Cómo puede ser esto bueno para la mujer?
¿IPPF?
¿Marie Stopes?
¿Realmente?
Necesitamos mejores colegios, mejores hospitales, mejores caminos.
Pero sobre todo necesitamos su ayuda
Por favor ayúdenos a obtener justicia de nuestros gobernantes
y ayúdenos a tener una cultura de respeto hacia la mujer.
Los anticonceptivos no nos ayudan a obtener lo que realmente necesitamos
Y no son buenos para nuestra salud.
Señora Gates podemos mejorar, ¿no es así?
Anticoncepción es controversial, a pesar de lo que Melinda Gates diga.
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♥Consagración a la Virgen María

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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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