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sábado, 20 de octubre de 2012

►99 Ballons -Subtitulado -




La increí­ble historia de Elliot, un bebé al que sus padre decidieron no abortar (a pesar de la sugerencia del médico) y que sobrevivió contra todo pronóstico médico tres meses, los cuales ahora sus padres comparten con nosotros.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

►Quedó parapléjica con un bebé deeshauciado





Se queda parapléjica, con un bebé desahuciado, enviuda... y descubre que Dios «la lleva en brazos»

"Han sido hechos que yo necesitaba que ocurrieran en mi vida para descubrir a Dios, porque si no mi corazón no se hubiera enterado de lo importante".

Carlota Ruiz de Dulanto sufrió un accidente grave que la dejó parapléjica con apenas 25 años. Estaba trabajando en Michigan (EEUU) y durante un tornado le cayó un árbol en la espalda y le rompió la columna vertebral a nivel de las lumbares. 

El 15 de agosto del año 2000, nació prematuramente su tercera hija, Paloma, con más de tres meses de antelación que pesó 6oo gramos y los médicos le dijeron que no era viable, que probablemente moriría. Y en el año 2006 su esposo Javier moría de forma repentina pese a no estar enfermo.

"El Señor me mantiene"
Tener que afrontar estas tres difíciles situaciones en su vida no ha convertido a Carlota Ruiz en una heroína. Ella asegura que “no hago ningún esfuerzo extra. Hago lo que buenamente puedo. Yo tengo la suerte de que el Señor me mantiene. Tengo al Padre del Cielo que me quiere, me cuida, me ayuda y en los momentos duros me lleva en sus brazos. Es lo único que puedo decir”. 

El sacerdote y periodista Javier Alonso la entrevista en su programa “Más que noticias” de 13 TV.

Carlota nació en la década de los sesenta “en una familia maravillosa. Soy la mayor de 3 hermanos y la única chica. La enseñanza primaria la hice parte en París, donde estaba destinado mi padre, y la secundaria en Madrid, en el colegio Montealto. Estudié la carrera de Derecho en la Autónoma de Madrid”. 

De bailona y esquiadora a una silla de ruedas
Al tener el grave accidente en los Estados Unidos escuchó en la sala de urgencias del hospital un pronóstico taxativo: "You will never walk again" (nunca volverás a andar). “En cuestión de segundos pasé de ser una bailona, esquiadora y deportista a sentarme en una silla de ruedas para toda la vida. Luego he conseguido desplazarme también con muletas. A partir de ahí, me cambiaron los planes de vida, olvidé la carrera diplomática y entré a trabajar en IBM. Javier, mi marido, que entonces era mi novio, no se fue de mi lado, caso bastante inhabitual en estas circunstancias tan difíciles. Pasaron unos años, nos casamos y hemos formado una familia”.

Descubrir a Dios en los momentos difíciles
Cuando valora las contrariedades y momentos difíciles, Carlota asegura que “han sido hechos que yo necesitaba que ocurrieran en mi vida para descubrir a Dios, porque si no mi corazón que es bastante duro no se hubiera enterado de las cosas importantes. Si a mí no me hubiera pasado nada, pero no hubiera descubierto el tesoro de Dios, me hubiera perdido lo más trascendente. Por eso estoy tremendamente agradecida al Señor. Dios es amoroso. El problema es que nosotros somos tan duros de corazón, tan egoístas, que o nos zarandean o no nos enteramos. Entonces, no es que el Señor nos ponga una carrera de obstáculos en la vida, es que nos está abriendo las puertas del paraíso poquito a poco. El proceso consiste en cambiar el chip: yo no soy el centro de mi vida y en cambio Dios es el centro de mi vida. Cuando consigues eso, entonces todo se ve de otra manera”.

Los médicos no ven viable que el bebé pueda vivir
Carlota Ruiz recuerda el nacimiento prematuro de su hija pequeña, Paloma, que ahora tiene doce años, como un momento durísimo y a la vez como una vivencia que la hizo caer rendida de fe a los pies de la Virgen María.“Los médicos te dan el pésame y te dicen que no hay nada que hacer. Pero yo me doy cuenta que ha nacido a las 23:50 h. del 15 de agosto, la Asunción de la Virgen María. Estaba ingresada en San Sebastián en la Maternidad de Nuestra Sra. De Aránzazu. Me explicaron que si la niña sobrevivía iría en silla de ruedas. ¿Mi hija en silla de ruedas? Seríamos un tándem en silla de ruedas. Yo eso no lo había visto nunca. Al darme cuenta de que había nacido en 15 de agosto le pedía a la Virgen una niña sana y viva. Mi marido pensaba que me había vuelto loca porque el pronóstico era nefasto”.

La Virgen respondió a la petición...
Y la oración fue escuchada.“Paloma es una niña sana, fuerte, resolutiva, vital y alegre. Es una superviviente que nos recuerda cada día que para Dios no hay nada imposible”. 

Actualmente sus otras dos hijas Mencía y Mariana tienen 17 y 16 años. Carlota asegura que “el único miedo que tengo es ser infiel a Dios, porque me daría mucha rabia después de haber sentido todo su Amor, llegar un día y ser una desagradecida”.

La muerte de su marido
En 2006 la familia vivió otro momento difícil, la muerte del padre y esposo, Javier. Carlota cuenta “que ha sido el momento más duro de mi vida, tener que explicar a mis hijas que su padre había muerto sin que tuviera ninguna enfermedad que lo hiciera presagiar. Las niñas adoraban a su padre. Al darles la noticia, la mayor que tenía 11 años me dijo: ‘el Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea el nombre del Señor’. Que una niña de 11 años te diga eso en un momento así te hace dar cuenta que Dios estaba hablando por su boca, que Él estaba ahí. Realmente ha sido así. No me he sentido sola en ningún momento”.

Un regalo de Dios
Actualmente Carlota se ha vuelto a casar: “Dios me a regalado un segundo marido diez”. Ella ora de tú a tú ante el Señor y“me hincho a decirle que le quiero, que le quiero y que le quiero, porque realmente es lo que siento. Le pido mucho y mis amigos me dicen que a veces pido cosas que no son importantes, pero yo le pido todo. A mí nadie me ha dicho que Dios tenga un límite para pedirle”.

Fuente: www.religionenlibertad.com

sábado, 1 de septiembre de 2012

►Melissa Ohden, sobreviviente al aborto.



http://www.youtube.com/watch?v=1FmiTUMTL1A&feature=g-all-u

Les vuelvo a presentar el caso de Melissa Ohden, ahora con el video donde comparte su testimonio. Por favor ayuden a difundirlo.
 Al mundo le hace falta AMOR, no lo matemos!



Estremecedora experiencia de una sobreviviente de un aborto

Melissa Ohden fue uno de esos casos, en modo alguno aislados, de fetos que sobreviven al aborto. Son ya hasta 44.000 en los Estados Unidos las personas que viven luego de que quisieron matarlas, según cifras oficiales.

Recientemente se ha llevado a la gran pantalla la historia de la más célebre de ellas, "October Baby", basada en la vida de Gianna Jessen que, narrada por ella misma, constituye uno de los documentos más estremecedores contra el aborto jamás conocidos.


Un llanto salvador

También Melissa ha contado lo que le pasó a ella en numerosos foros. En 1977, cuando su madre estaba embarazada de 7 meses, se sometió a un aborto por envenenamiento salino. El resultado fue que Melissa acabó viva en la basura. Pero los pulmones de la niña se abrieron, y comenzó a llorar. Una enfermera la escuchó, y entonces los médicos que habían intentado matarla decidieron salvarle la vida.

Melissa fue adoptada, y no supo hasta los 14 años cómo había empezado su vida: "Eso cambió mi vida. Durante años me sentí increíblemente sola. Estaba llena de miedo. Luchaba contra la vergüenza, la ofuscación, incluso la culpa". Tras tras licenciarse en Trabajo Social y colaborar con grupos provida, en 2007 dio a conocer su caso para ayudar, prestando su testimonio, tanto a madres que están pensando abortar como a quienes ya lo han hecho y padecen el síndrome postaborto. Actualmente está casada y tiene dos hijos.


Obama: cuatro veces votó para dejarles morir

Ha perdonado a su madre biológica, pero también confiesa que cada mañana, cuando suena el despertador y hay que afrontar otro día, recuerda siempre que por la "decisión" (choice, en inglés, la palabra totem de los proabortistas en Estados Unidos) de alguien, ella no debía estar viva.

Y no olvida tampoco que Barack Obama votó 4 veces a favor de una ley que impediría a los médicos salvar la vida de los fetos que sobreviven al aborto. Una ley que habría impedido que Melissa o Gianna fuesen, como son, mujeres felices y valientes que ayudan con su propia historia a quienes vacilan.

Ahora Melissa se ha lanzado a la arena electoral con un video dirigido a plantear una cuestión a los electores norteamericanos: ¿Es el actual presidente, Barack Obama, una persona idónea para liderar el país?

Ohden cuenta al principio su historia: "Fui abortada, y mi cuerpo descartado... como si no existera. Pero una enfermera me oyó llorar, y me cuidaron lo suficiente para salvar mi vida". Y dice luego: "Hay algo que tal vez usted no conozca. Cuando era senador en el Senado de Illinois, Barack Obama votó para negar los derechos constitucionales a los niños nacidos tras un aborto fallido. No una, sino cuatro veces".

Y lanza entonces una dramática pregunta ante el futuro del país: "Sé que hoy estoy viva por la gracia de Dios, y tal vez sólo para plantearle a Estados Unidos esta cuestión: ¿Es ese el tipo de liderazgo que nos hará avanzar? ¿Un liderazgo que desprecia a los más más indefensos y más débiles?".

El video se ha convertido ya en un elemento de la campaña presidencial, donde la cuestión del aborto puede ser decisiva en inclinar definitivamente la balanza.


miércoles, 4 de julio de 2012

►Andrea Bocelli cuenta que propusieron el aborto a su madre

A continuación les comparto éste valioso testimonio, vidas como la de Andrea hacen que en este mundo se sienta bien vivir, sus vidas nos hablan de amor y esperanza... ¿Si su madre hubiera abortado? El 90% de los niños diagnosticados con enfermedades durante la gestación son asesinados, ABORTADOS VILMENTE y siempre pienso cuanto mas humano y divino sería el mundo si les dejáramos vivir... lo que nos falta son testimonios valientes de supervivencia ante las dificultades.

" ...la vida es un don de Dios que merece una “recepción agradecida”. Un don valioso y frágil que hay que cuidar cuando se ve amenazada. Un don que debe ser simultáneamente entrega. Un don que se “desarrolla en comunión”. Un don que hay que administrar formando a las futuras generaciones para la vida familiar. 

Como creyentes queremos sostener y promover el valor del derecho a la vida y de su dignidad. Lo hacemos apoyados en nuestra fe en diálogo con la ciencia, como personas que amamos la vida que Dios nos ha regalado; y en consonancia con iniciativas cristianas e interreligiosas a favor de la vida en nuestro continente.

Celebramos todas las medidas adoptadas acerca del cuidado de las mujeres embarazadas, en particular las que se encuentran en estado de marginalidad o dificultad grave para asumir su situación. Nos comprometemos a cuidar siempre la vida y a colaborar para que tanto el niño como la madre sean respetados.

Invocamos la protección de Dios, fuente de la vida, para que ilumine a los legisladores y a todos los que tenemos la responsabilidad de proteger cada vida humana."

Comisión de Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Argentina 



jueves, 14 de junio de 2012

►EL ABORTO, TESTIMONIO

Les comparto a continuación un cortometraje realizado por un grupo de jóvenes, para contribuir a la toma de conciencia. Hasta hoy no conozco caso alguno con arrepentmiento por haber tenido a su hijo, sin embargo cada vez mas son quienes manifiestan su angustia y arrepentimiento por haber decidido lo contrario. ¿Y cómo no? Es la naturaleza! ir contra ella es nadar contra corriente !

"En el más remoto confín de la china vive un Mandarín inmensamente rico, al que nunca hemos visto y del cual ni siquiera hemos oído hablar. Si pudiéramos heredar su fortuna, y para hacerle morir bastara con apretar un botón sin que nadie lo supiese…, ¿quién de nosotros no apretaría ese botón?"
J. J. Rousseau


Y total... nadie los ha visto


Quizá la respuesta sea la que da el Dr. Nathanson: 


"En realidad -escribe en un libro estremecedor- los médicos sabíamos muy poco sobre el feto y nunca lo habíamos visto excepto como carne picada y desmembrada"…


Y, al narrar el aborto de su propio hijo, que él practicó con sus manos, expresa la misma idea: todo fue frío y aséptico. El niño nunca fue visto como niño, sino como tejido fetal triturado por la más gélida tecnología.


Sí, es eso. Se trata de niños nunca vistos, de "Mandarines lejanos" como los de Rousseau, de seres invisibles a los que nadie, ni sus propios padres ni los que les dan muerte, han mirado a los ojos. Si lo hicieran, no podrían continuar la matanza.


Provocar un aborto es matar apretando un botón, a ciegas; ejecutar a un intruso con una firma. No hay olor a sangre, ni ataúdes, ni cementerios. Degollar en un acto quirúrgico, con música de Mozart, anestesiados el cuerpo y la conciencia, entre vuelos silenciosos de batas verdes.


martes, 3 de abril de 2012

►Partera que defiende a los no nacidos



Hola Dios los bendiga por su propuesta, Campaña no lo mates

Quisiere comentarle algo que mi abuelita me ha platicado, referente a este tema.Ella fué partera hace años, en Tepic Nayarit, dice que atendió a muchas mujeres y que algunas veces llegaron algunas a pedirle que les ayudara a "interrumpir" su embarazo, por supuesto mi abuelita que es catolica les proponia un trato. Les decía: mira, en eso no puedo ayudarte pero si tienes a tu bebé yo lo adopto y sabrás que estará bien y tu conciencia estará tranquila. 

Ellas aceptaban y a lo largo del embarazo mi abuelita les hablaba de lo importante que era que el bebé no sintiera rechazo por parte de su mamá y les hablaba cosas lindas de como se iban formando dentro del vientre y como podían escuchar y sentir. 

Cuando el bebito nacía mi abuelita les pedía un último favor, que lo amamantaran solo una vez para fortalecerlo ya que no tendrían a su mamá cerca. Dice mi abuelita que esto no fallaba, pues al amamantarlo y sentirlo tan cerca ellas ya no querían separarse de sus hijos. por lo que mi abuelita nunca pudo adoptar a ninguno.

Si te interesa ver un ultrasonido sobre el desarrollo en el vientre materno click aquí. 

Anónimo



viernes, 30 de marzo de 2012

►El niño que cambió muchos corazones





El dolor ofrece al cristiano la ocasión de dar testimonio de su fe.
“Si alguno quiere venir en pos de mí, tome su cruz y sígame”
El Evangelio del sufrimiento habla ante todo del sufrimiento “por Cristo”, “por Su causa”, “por Su nombre”. De igual manera, el hombre que descubre en los sufrimientos propios los sufrimientos de Cristo, les da contenido y significado.
Que este testimonio les sea de gran provecho espiritual.
Saludos y que Dios los bendiga a todos
Laura



¿Quién iba a pensar que el niño que movió tantos corazones en su país y en otros lugares iba a morir a los 11 años porque el suyo había dejado de latir? Es la historia de Felipe Cruzat, que nació el 27 de junio de 1997 en Santiago de Chile. En su corta vida nos enseñó muchas cosas: una gran amistad con Jesús y María, el valor de una familia unida a Dios, y cómo vivir alegre a pesar de los dolores físicos que le causaba su enfermedad. 

Felipe era un niño normal. Gonzalo, su padre, escribió el libro titulado “Felipe de Asís”, en el cual nos relata cómo era su hijo. Nos dice que «desde muy pequeño se destacó por su alegría y gran entusiasmo, demostrando un carácter muy especial: manso de espíritu, pureza de corazón, optimista, alegre, respetuoso, cariñoso y juguetón». Le gustaba mucho el fútbol y a la vez era muy espiritual: «me pedía todas las noches leer la Biblia, como si supiera que en ese libro sagrado estaba la única salida para su enfermedad». 

A los 6 años estaba jugando con sus primos en la playa y de repente corrió hacia el mar. Todos pensaron que era una de sus bromas, pero al verlo chocar con una persona y quedarse inconsciente, vieron que no era un juego. Después de unos minutos se despertó con algunos problemas de coordinación. De vuelta a la capital le llevaron al doctor y le diagnosticaron epilepsia. Al fin y al cabo no era tan grave. Pero al hacerle una resonancia magnética buscando el origen de su enfermedad, el neurólogo vio dos lesiones simétricas en la base de su cerebro, cosa que daba un futuro incierto para Felipe. 

Felipe se propuso aprovechar al máximo el tiempo que le quedaba de vida. Su padre dice que potenció todas sus virtudes, especialmente el optimismo, la simpatía y la solidaridad. La vida espiritual de la familia creció aún más, ofreciendo todos los rezos y misas por su recuperación.

A pesar de las medicinas, a inicios del año 2005 las convulsiones epilépticas volvieron a asustar a la familia Cruzat. Felipe repitió segundo de primaria a causa de la fuerte dosis de medicamentos que tomaba, pero él sólo se preocupaba de vivir de acuerdo a lo que aprendía de Jesús. «Todos son mis amigos, sólo que con algunos comparto más», fue su respuesta a quien le preguntó sobre quiénes eran sus mejores amigos. 

A inicios del año 2007 los médicos tuvieron que operarle de urgencia para ponerle un marcapasos. Pese al progresivo debilitamiento de Felipe, nunca se alejó de Dios. Su madre y los médicos recuerdan cómo se alteró al no sentir su escapulario cuando salió del pabellón y sólo se tranquilizó cuando su madre, Ignacia, le hizo ver que lo tenía atado a su muñeca.

En el año 2008 Felipe le dijo a su padre: «Papá, Jesús me va a dar un cuerpo nuevo, un cuerpo que no se enferma. No es un cuerpo de ángel, sino uno humano que no se enferma». Esto muestra la cercanía espiritual que tenía Felipe con Jesús.

A pesar de todos sus sufrimientos, Felipe siempre pensaba en los demás. Tenía maravillados a las enfermeras y a los doctores por su colaboración durante el tratamiento. Nunca se quejaba. También por su caridad y seguridad al hablarles sobre las Sagradas Escrituras. Además, ayudó a muchos compañeros de habitación que sufrían otras enfermedades a su lado. Un día, en la celebración familiar de Navidad, se empezó a sentir mal estando en la casa de sus primos. Le ofrecieron volver a casa, pero se negó porque iba a ser injusto con sus hermanos. 

Durante el periodo de su enfermedad, su familia estuvo muy cerca de los franciscanos y de los sacerdotes del colegio de Felipe: Sagrados Corazones de Manquehue. Muchos de ellos le visitaron en el hospital y Felipe se ponía muy contento por ello. El superior de ese tiempo de la orden franciscana, el P. Salgado, le dijo a su padre: «Felipe es realmente un hermano franciscano». Muchos se sorprendieron cuando Felipe dijo que a partir del 27 de febrero del año 2009, Fray Andresito, un sacerdote franciscano que murió en el año 1854, le visitaba a veces por las noches. 

En el año 2009 era evidente que Felipe necesitaba un nuevo corazón. Él era muy consciente de lo que le pasaba. Su madre le dijo un día: «Yo te daré mi corazón». Felipe respondió: «¡Ni loco, mamá, prefiero morirme!».

Así comenzó una gran campaña televisiva pidiendo un corazón para Felipe. Pasaron 14 semanas de angustia donde la salud de Felipe iba empeorando y no aparecían los donantes. Gracias a Dios se abrió una nueva ventana y se pensó en ponerle un corazón artificial. Felipe le dijo a su madre: «Mamá, ten fuerza; pero acá se hará la voluntad de Dios, no la nuestra». 

Tras una larga operación, el 20 de marzo del año 2009, le pusieron el corazón artificial. Su cuerpo reaccionó bien y lentamente se fue recuperando. Pero el día 3 de abril del mismo año, primer viernes de mes, a las 15:00 hrs., pasó algo inesperado: una hemorragia irremediable trajo la muerte de Felipe. Con esto, muchas personas se unieron en oración y fueron dejando muestras de cariño a sus familiares. Todos ellos expresaban estar conmovidos por el ejemplo que les dejó.

Fue enterrado el día 5 de abril, con la cruz Tau (la cruz de los franciscanos) sobre el ataúd. Esa misma cruz apareció misteriosamente al día siguiente junto a su tumba. Su padre la tomó como un regalo de su hijo recordando lo último que le dijo Felipito antes de entrar a su última operación: «Papa, te quiero hasta el infinito». 

Via: Buenas noticias.org

sábado, 24 de marzo de 2012

►Testimonio de una jóven que decidió no abortar...







A los cinco meses de embarazo se enteró que esperaba un hijo de un hombre que la maltrataba y quiso abortar, pero le dijeron que era tarde para hacerlo. Quiso tomar pastillas, pero nadie se las vendió. Hasta pensó en suicidarse, pero no podía dejar de pensar en su hija de seis años. 



Zenobia Cubillas (26) ocultó su embarazo hasta los ocho meses. Convivió con su pareja hasta después de dar a luz, cuando este llegó a amenazarla con abusar de su hija. Pidió ayuda en el hospital, el juzgado y en una comisaría hasta encontrar apoyo en la Fiscalía de Familia que la derivó al hogar Gladys, en el Agustino. 




“Acá nos enseñan a ser fuertes, a afrontar los problemas. Tengo dos hijos por quienes vivir , trabajar y salir adelante. Con la ayuda de Dios sí se puede”, dice Cubillas, quien además del apoyo psicológico y espiritual participa en capacitaciones de costura, repostería, cosmetología y corte y confección. 

El hogar Gladys es una casa hogar temporal que ayuda a mujeres que han sufrido violencia, maltrato y abandono durante el embarazo y nacimiento del bebé hasta conseguirles un trabajo. A través de sus cinco sedes ubicadas en Lima, Jaén, Chiclayo, Piura y Ayacucho atienden a 450 mujeres embarazadas anualmente.

“A las jóvenes madres les digo que sean valientes, con apoyo o sin apoyo de la familia se puede salir adelante. El aborto no lo recomiendo a nadie, yo no lo hice. Solo quiero estar con mis hijos, sacarlos adelante, darles educación y mucho amor”, dice Cubillas, quien tiene el apoyo del hogar pese al acoso de su expareja. 

Este 25 de marzo se cumplen diez años desde que el Congreso estableció esta fecha como el Día del Niño por Nacer, para proteger los derechos del no nacido contemplados en la Constitución peruana, según la cual el concebido es sujeto de derecho hasta su muerte natural.  

”Aún falta tomar conciencia de la necesidad de acoger tanto al bebé como a su madre”, explica el doctor Martín Tantaleán, presidente del Centro de Promoción Familiar de Regulación Natural de la Fertilidad (Ceprofarena), quien coordina la marcha a favor de la vida convocada para el 24 de marzo en Lima y Callao.

“El año pasado llenamos la avenida de la Peruanidad y este año esperamos llenar las diez cuadras de la avenida Juan Pablo II en el Callao”, comenta. Pero no solo en Lima hay celebraciones, también en Piura, Arequipa, Ayacucho y Cusco vienen dándose actividades que culminarán con la marcha en el Día del Niño Por Nacer.

Al preguntarle sobre los embarazos producto de violaciones, Tantaleán señaló que "hay que darle a las víctimas todo el apoyo psicológico, los cuidados en el embarazo y cuando el bebe nazca que pueda ser dado en adopción, pues hay personas que buscan adoptar”. 

Indicó que repudiables casos suelen darse con menores de edad en donde los violadores son personas muy cercanas a su entorno. “Muchas veces el interés no es proteger a la víctima, sino ocultar al violador”, explicó tras reiterar que “no se puede olvidar que se trata de un ser humano, una persona en el vientre materno”. 

Via: www.rpp.com.pe

viernes, 23 de marzo de 2012

► Eduardo Ortiz de Landázuri: un médico entre la vida y su propia muerte





Eduardo Ortiz de Landázuri nació en Segovia, en 1910, y murió -con fama de santidad- en Pamplona en 1984. En 1940 comenzó a trabajar como médico en la Clínica del profesor Jiménez Díaz; fue catedrático de Patología General de la Universidad de Granada desde 1946 hasta 1958. Fue sucesivamente Decano de la Facultad de Medicina y Vicerrector de aquella Universidad. En 1958 se trasladó a la Universidad de Navarra donde continuó desempeñando la cátedra de Patología y Clínica Médica. Fue Consejero del CSIC, Miembro, entre otras, de la Royal Society of Medicine del Reino Unido. Estaba en posesión de la Cruz de Sanidad, Placa de la Encomienda de Alfonso X el Sabio y Cruz del Mérito Civil de la República Federal de Alemania. Contaba con 200 publicaciones y unas 100 ponencias. Atendió a unos 500.000 enfermos en sus 50 años de profesional de la Medicina. 



Rosa María Echevarría, profesora de Ciencias de la Información, entrevistó a don Eduardo --así le llamaban sus colegas más jóvenes, alumnos, pacientes-- cuando ya la enfermedad mortal se había revelado; en aquel entonces presentaba así a su interlocutor: "Tiene los ojos don Eduardo llenos de futuro, futuros profundos y abiertos, recogidos en lo más hondo de su mirada. Cada día Don Eduardo se asoma a un mundo nuevo en esa apasionada aventura que es su vida, donde descubre inmensos horizontes y los va recorriendo despacio, mansamente, como el rigor de ese pensamiento tan lógico y tan humano del intelectual. Hay en su mirada un reto de alegre vida y es su vida un valiente reto al esfuerzo en una lucha tenaz y constante que parece ocultarse detrás de esa cordialísima sonrisa que tan bien conocen sus enfermos" (1). 



Después de una vida en contacto permanente con la enfermedad y con el dolor, Don Eduardo ha experimentado en su propia vida el inmenso valor del sufrimiento. 

--¿Qué se siente al dar ese largo paso que se recorre en tan breve tiempo, al pasar de médico a enfermo? 

--Una enfermedad es una cruz, eso es evidente. Por tanto, decir que no tiene importancia, me parece que sería ridículo y además no sería justo. La he llevado y la llevo con mucha paz. La enfermedad tiene dos aspectos diferentes. Uno, es la enfermedad en relación con los demás; y otro, el que se refiere a uno mismo. Como médico conozco muy bien... o conocía, la primera parte y, en este sentido, la experiencia que tengo es que el enfermo suele ser muy agradecido. Por una parte, uno se encuentra muy debilitado y por otra, ¡qué duda cabe!, sería injusto no decirlo, está esa proximidad de la muerte. Como es lógico, se siente más cerca la muerte cuando se está enfermo . En esta situación, toda la fuerza me la ha proporcionado el sentido sobrenatural de la vida. 

--¿Cómo es ese sentido sobrenatural que tiene el dolor para el Dr. Ortiz de Landázuri? 

--La enfermedad siempre nos enseña muchísimo. Creo que el que pasa la vida suavemente, sin ninguna enfermedad...; es indudable que Dios le dará otras posibilidades de acercarse a El, pero está claro que una de las vías para comprender mejor a Dios es la enfermedad. Es un camino que nos conduce a Dios. Entonces, los que mueren a causa de un accidente, ¿no han podido acercarse al Señor? Estoy seguro de que en tal caso Dios les dará otras oportunidades. Sin embargo, no me cabe duda de que la enfermedad es uno de los caminos más importantes para llegar al encuentro más profundo con Dios... Y, como es lógico, uno acaba agradeciéndolo. 

Don Eduardo -uno de los pioneros de la Clínica Universitaria de Navarra-, tenía muy grabado el espíritu del Fundador de aquella Universidad -Monseñor Escrivá, Fundador del Opus Dei-, y su amor apasionado a los enfermos: 

E.O. --Cuando le preguntaban al Fundador del Opus Dei cuáles eran las armas o las posibilidades que tenía para hacer la Obra que el Señor le había encomendado realizar en el mundo, solía contestar que contaba con el dolor de los enfermos y el buen humor. El Opus Dei nació en los barrios más pobres y en los ambientes más míseros de Madrid.


DE MEDICO A ENFERMO 

Inés Artajo, entrevistó para el Diario de Navarra a don Eduardo. Lo encontró y presentó "enfundado ya en su traje de calle, sin bata blanca, porque de médico se ha convertido en enfermo, y de los de diagnóstico irreversible: enfermo de cáncer, un mal con el que convivía desde hacía meses" (2) 

Don Eduardo -seguimos ahora con Inés Artajo- ha diagnosticado miles de enfermedades mortales, ha expresado miles de veredictos finales. Sabe que va a morir. Pero no como lo sabemos todos, ignorantes del cuándo y del cómo: conoce su plazo. Sin embargo dice que no sufre -"decir que no me asusta me parece una vanidad"-, que lo afronta con serenidad y paciencia. En su rostro no hay miedo. Recorre la senda de la esperanza. 

E.O.--Fe, la he tenido siempre y pido a Dios que ahora, cuando más la necesito, no me la quite. 


EXPRIMIR LA VIDA "COMO UN LIMON" 

Con su cáncer y su fe a cuestas, considera que la muerte, enemiga y compañera de tantos años de ejercicio de la profesión, no es tan terrible cuando le toca a uno mismo. Y dice que aunque le gustaría vivir cinco años más, acata y agradece la voluntad de Dios, en quien siempre ha creído y confiado. Sigue trabajando en la aventura universitaria como puede y puede mucho, porque su espíritu vive a tope. Confiesa que su deseo es "exprimir el limón", su vida, hasta la última gota, sirviendo a su familia, a los demás, a la Ciencia, en definitiva a Dios y a todas las gentes. 

Era en 1958 cuando -médico ya famoso, catedrático y vicerrector de la Universidad de Granada, casado y padre de 7 hijos-, cambió su forma de vida y su economía para asentarse en Pamplona. Dejaba atrás una merecida fama de eminencia médica y un futuro humanamente brillante y bien acomodado. 

E.O. --Entonces ganaba mucho dinero -dice sencillamente don Eduardo-, pude hacerme rico. Pero dejé aquello, porque cuando se tiene todo, no se tiene ya ilusión por nada. Ahora veo que de haber seguido en Granada hubiera acabado por hacer lo de otros acaudalados: comprar un cortijo y unos olivos. Aquí, en Pamplona, sólo había ilusión y pocos medios para levantar una Facultad de Medicina recién inaugurada, y para crear una clínica universitaria. 

Pero el Gran Canciller y Fundador de aquella Universidad - Monseñor Escrivá, Fundador del Opus Dei- confiaba en él como uno de los pioneros, firme e incombustibles ante las dificultades. Don Eduardo, rechazó la posibilidad de abrir una consulta en la calle Carlos III, foco seguro de fama y dinero; y pidió un pequeño consultorio en la Facultad de Medicina. El poco dinero que ha tenido lo ha empleado ahora en pisos para sus hijos. Guarda una pequeña cantidad para que su familia -"si los impuestos le dejan..."- haga frente a la vida cuando a él le llegue la muerte. 


NO ES TAN TERRIBLE LA MUERTE 

El internista eminente, el testigo de muchas agonías y marchas hacia la otra orilla del vivir, afirma que la muerte, en general y salvo las aparatosas e inesperadas, no son tan duras como la gente cree. Dice que si alguien muere en plena vida, el desenlace es súbito y apenas se entera la persona de su marcha. A una preagonía tormentosa sigue después una muerte dulce, porque él lo ha visto: a medida que el final se acerca, el cerebro pierde la sensibilidad fisiológica y la agonía, ya de por sí, trae el estado de hipoestesia: 

E.O. --La propia muerte se encarga de no ser tan dura como nos parece. Un enfermo que va a morir quizá no sufra tanto como los familiares que le rodean, porque cuando se llega a ese trance final, el enfermo no es que se desentienda de lo que le rodea, sino que entra en una zona de nadie en la que se encuentra a sí mismo. Y ese encontrarse, unido al instinto de conservación, le permite afrontar la situación con más paz. 

Esa paz que don Eduardo ha encontrado tantas veces en sus pacientes, le ha servido para inclinarse siempre por el camino de la verdad con el enfermo, para que afronte con dignidad su destino y lo que pueda conllevar: 

E.O. --No me ha gustado esforzarme por disimular las enfermedades mortales, sino que he preferido esforzarme por salvar vidas y, cuando no podía, en respetar la dignidad del enfermo que tiene derecho a saber qué pasa en su cuerpo, por qué se le opera, qué pasa con su vida. Decir la verdad a un enfermo siempre traerá más confianza hacia quien lo cuida y vela por él; sabe que además de su instinto de conservación, cuenta con otra persona que lucha por su vida. También es necesario este modo de proceder para que cada uno, con su libertad, opte por el camino que crea más conveniente en unas horas que puedan ser las últimas. Unos quieren tomar determinaciones humanas, otros quieren ponerse a bien con Dios, otros no hacen nada. Pero aún así, tienen derecho a saber que su vida se acaba. 

Don Eduardo no es amigo de las palabras descarnadas, duras, sino de la verdad dicha con caridad, con cariño y consideración. 

E.O. --El final se acepta con serenidad, porque la grandeza humana es mayor de lo que la gente cree. Por eso, si es por miedo a la reacción del enfermo, que nadie, por falsos respetos, tenga temor a que se le administren los últimos sacramentos. No me meto en que no se los den por falta de fe. Eso, allá ellos; pero que no sea por miedo a que la impresión acelere la muerte. Nunca he visto que aceleren la muerte, antes al contrario: los sacramentos dan al enfermo más tranquilidad y más paz. Por lo demás, en la persona nunca se agota el instinto de conservación. 

Eduardo Ortiz de Landázuri ha atendido -se calcula- unos 500.000 enfermos. ¡Cuántas curaciones, cuántas alegrías a lo largo de su vida! 


LA EUTANASIA, ESA BRUTALIDAD 

--¿Qué piensa Ortiz de Landázuri de la eutanasia? 

--Me desgarra el alma pensar que se va a implantar la eutanasia. ¿Quién es dueño de la vida para matar al enfermo o al no nacido?. Tampoco soy partidario de mantener vidas artificiales, como cuando el cuerpo sigue en este mundo sólo por su conexión a máquinas sofisticadas. Eso no se puede hacer: la muerte no es tan indigna como para no ser aceptada en su momento. 

También, por dignidad, Ortiz de Landázuri entiende que, cuando no hay medios técnicos que los curen en los hospitales, los enfermos están mejor en sus casas, con su gente. Eso sí, siempre que esa vida no pueda agarrarse al mundo en un hospital. 

Don Eduardo aprendió a reconocer en sus últimos meses de vida el rostro de la que sería su muerte. No conoce la hora ni el lugar, pero vislumbra ya el modo, todas aquellas incógnitas que a la mayor parte de los hombres les impide ver con claridad el fin hacia el cual, cada minuto, cada hora y cada día, avanzan. Aunque advierte: 

E.O. --No sé tanto sobre ella, los tumores son tan distintos... Y la metástasis quizá me coja el cerebro, el hígado, o no sé dónde. Lo que preveo -y lo digo sin tristeza- es que pronto me tocará morir. 

Él fue quien vio primero las placas de su cuerpo y descubrió la existencia de un tumor. Fue el primero también en saber que necesitaba pasar por un quirófano cuando una biopsia le confirmó que el tumor que crecía era cancerigeno. Ahora agradece que los médicos hayan sido, como él les enseñó: veraces, claros también con él. 


ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS 

E.O. --La noticia de mi enfermedad irreversible la recibí tranquilo, aunque no me la sospechaba. Es tan misterioso el nacimiento y el desarrollo de un cáncer, tan distinta su evolución... En mi familia causó dolor, pero todos acogimos el descubrimiento con paz. Un diagnóstico irreversible te enseña muchas cosas. Te hace ver, como yo siempre he creído, que la ciencia y la fe están juntas y que unidas dan mucho más fruto. Y también comprendes que la muerte no tiene tanta importancia, sobre todo cuando le toca a uno. Claro es que no puede decirse que no tiene ninguna importancia, pero hay que aceptarla con serenidad. Dicen que Dios da conformidad y es cierto. Ahora me he hecho a la idea de que voy a faltar del mundo y no voy a negar que preferiría pasar ese trance sin dolor. Acepto, sin embargo, lo que Dios quiera darme. Tengo fe en él y ahora, lo que más le pido, es que esta fe que siempre me ha acompañado no me abandone en mi hora final, cuando más la necesito. Me gustaría que a mi familia no le faltara nada cuando yo me vaya... 

Ahora habla don Eduardo a los suyos acerca del lugar a donde irá. Primero, a la tierra: 

E.O. --Me da igual una sepultura, un nicho o la fosa común. Ni tengo dinero ni vanidad para ocupar un panteón. 

Y después, al lugar donde siempre ha querido ir: 

E.O. --Eso es lo único que de verdad me preocupa. Quiero ir al Cielo. Sí, creo en el cielo. El lugar donde gozaré de la contemplación de Dios. ¿Cómo? Mi mente es demasiado limitada para entenderlo y explicarlo. Pero allí quiero ir. 

Don Eduardo cree también que el Infierno "desgraciadamente existe"; y el Purgatorio. Espera, dice, que al final pesen más sus trabajos buenos, la santificación que ha procurado de su trabajo profesional y de sus deberes de cristiano, atendiendo y curando enfermos, que los errores humanos y profesionales que ha podido tener. 

E.O. --He intentado pasar por la vida haciendo el bien que he podido. Lo he intentado, pero no quiero que me digan que lo he conseguido, porque me asusta mi posible vanidad. Quiero ir al cielo y allí no hay sitio para los vanidosos. 

Eduardo Ortiz de Landázuri aprendió a convivir con aquel monstruo interior que un día del año 1984 devoraría su cuerpo. Uno de sus libros de cabecera era "Camino"; en sus palabras nos ha parecido escuchar el eco del punto 739: "No tengas miedo a la muerte. -Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. -¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte! (3) 


Adaptación de J. BALVEY 


(1) Cfr. ROSA MARIA ECHEVARRIA, Amar apasionadamente la Universidad, Nuestro Tiempo, junio-julio 1984, pp. 4 y ss. 
(2) Cfr. INES ARTAJO, en Diario de Navarra, 13-XI-1983. 
(3) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 739. 
(4) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Forja, n. 1001. 
(5) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Forja, n. 1037. 
(6) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 738. 
(7) JOSEMARIA ESCRIVA DE BALAGUER, Fundador del Opus Dei, HOJA INFORMATIVA, nº 1. Madrid, mayo 1976, pág.5. 




Tomado de http://www.arvo.net

jueves, 22 de marzo de 2012

►Maddy Curtis: de American Idol a la defensa pro vida




Ha compartido no sólo su bella voz sino también su experiencia a favor de la vida humana desde su concepción.

Novena de doce hermanos (cuatro de los cuales tienen síndrome de down), ha sido finalista del conocido programa American Idol, en la edición de 2010. Rostro joven -y ampliamente conocido en la televisión estadounidense-, con menos de 20 años ha podido compartir no sólo su bella voz sino también su experiencia a favor de la vida humana desde su concepción.

Su fe y experiencia familiar han jugado un papel decisivo en su incipiente vida profesional como cantante (pudo entrar a American Idolgracias a una interpretación del «Hallelujah», de Leonard Cohen, en Boston).

Maddy se convirtió al catolicismo a los 14 años, después de que su madre experimentara la necesidad de vivir la fe en la que había sido bautizada, la fe católica. 

El trato con sus hermanos down le ofreció la oportunidad de valorar en primera persona el don que supone cada vida humana; así se lo reveló a My Catholic Standars (cf. 19.01.2011): 

«Siento cómo Dios quería utilizar esta experiencia para mostrar cuán especiales son los niños con síndrome de down. El noventa por ciento de las mujeres embarazadas que reciben un diagnóstico prenatal sobre bebés con síndrome de down elige el aborto. Esto me rompe el corazón... Mis hermanos son tan especiales para mí y me han cambiado de muchas maneras. Su naturaleza es que son tan felices. Mi hermano Jonny es sólo un año más grande que yo, por lo que crecimos juntos... Yo he llegado a experimentar de primera mano lo feliz y contento que puedo ser al convivir con ellos», reveló Maddy 

Actualmente Maddy realiza giras por diferentes ciudades de los Estados Unidos. Con ellas quiere compartir su valiosa experiencia como hermana de niños down que merecen y tienen el derecho a vivir. Los conciertos se convierten en oportunidad para hablar de la vida y para cantar a la vida. Sabe que sus canciones son un buen medio y tiene claro el mensaje. 

«Llegar a la fama –decía Benedicto XVI a los jóvenes británicos el 17 de septiembre de 2010– no nos hace felices. La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en Dios». Maddy ha encontrado a Dios y así se comprende mejor su testimonio.

Autor: Jorge Enrique Mújica Via: Buenas Noticias

miércoles, 21 de marzo de 2012

►Claudia Koll: del cine erótico a la fe católica





Claudia Koll es una reconocida actriz italiana cuya conversión no ha dejado indiferente a la sociedad de ese país. Oriunda de Roma, estudió actuación con Susan Strasberg y Geladine Banon en el Drama Course y con Yves Le Baron en Le Coq School. Su primer papel protagónico fue en una película erótica en 1992, Cosí fan Tutte, del director Tinto Brass. Junto a Antonio Banderas protagonizó El joven Mussolini.

No obstante su cada vez más prometedora trayectoria, se percató de que algo falta en su vida: “Un día entré en la iglesia de santa Anastasia, en Roma. Buscaba de alguna manera la ayuda de Dios. Se me acercó un sacerdote y me dijo: “¿qué quiere de Él?”. Yo le dije: “Nada. Soy una pecadora”. Cuando me hizo la señal de la cruz en la frente, sentí que mi corazón se abría y se llenaba de Jesús. Las rodillas se me doblaron, me tuve que sentar y empecé a llorar”.

Dos preguntas breves a Claudia Koll

Aquel momento fue la causa que llevó a Claudia a ya no desnudarse en el cine y a hacerse formadora de una nueva generación de actrices con principios. Ha impulsado la Star Rose Academy, además de ayudar en como voluntaria en brigadas de ayuda que van a África. "Por sed de amor me vi envuelta en historias equivocadas. Quería probar emociones fuertes pero nadie me realmente me había enseñado a vivir. Lo más extraordinario para mí ha sido descubrir que el Señor venía en mi ayuda, a pesar de mi condición de gran pecadora", relata Koll.


 Jorge Enrique Mújica Via: Buenas Noticias



►Mi hija Down me ha enseñado la redención en la imperfección



No podía creerlo cuando lo escuchó. Es más, incluso pensó que su vida se habría terminado definitivamente en el momento en que su hijo naciese, allá por enero. Éstos eran los sentimientos que Kelle Hampton, una joven madre de Florida casada con Brett en el 2007, experimentó cuando el médico le dio una de las noticias más fuertes de toda su vida: su hija Nella Cordelia tenía Síndrome de Down. 

Pero retrocedamos en el tiempo y veamos cuál fue el camino que Kelle recorrió. Así lo relata ella misma: «Al principio, me sentía lista para dejar de lado mi oasis de confort y atravesar la dificultad, porque sólo así podemos cambiar el guión de nuestra vida y transformarla de aburrida a una de Óscar».

Pero no bastaba con "decidir tomar el toro por los cuernos" y lanzarse. No. «Debo ser honesta: hasta ese momento lo más difícil en mi vida sólo había sido tener a mi marido Brett lejos de casa por trabajo [...] Después esperar un segundo hijo. Perder uno; y quedarse de nuevo embarazada. Parecía tan real y, al mismo tiempo, un sueño. Preparar y tener todo en orden... perfectamente: la música para el momento del parto, las mantas hechas a mano y dobladas, todo lo necesario para el regreso a casa, el blusón que había comprado para la ocasión [...] Todo iba exactamente como pensaba e incluso mejor».

Por fin, llegó el momento del parto y a Kelle sólo le venía el pensamiento de que estaba por conocer a su hija. Y así fue. ¿Y cuáles fue su reacción?

«Entendí desde el primer momento que tenía Síndrome de Down, aunque nadie lo quisiese así. La tenía en brazos y lloraba... Ése fue el momento definitivo y que más me ha marcado en mi vida, el inicio de mi historia». 

No fue fácil, pues Kelle no dejaba de pensar en la posibilidad de que fuese otra niña, la que murió en su vientre antes, y no ésta, que no se esperaba. Pero la mirada y el cariño de los amigos la sacó adelante; incluso se apoyó en la fe de su padre:

«Pedí que dejasen entrar a mi padre a mi habitación. Él me sonrió y mientras sus ojos se llenaban de lágrimas me dijo: "No te preocupes. Nosotros la amamos". Cargó en brazos a mi hija y yo le pedí que dijese una oración. Y ahí, en la sala de parto, en donde antes había entrado ya muchísima gente, todos se reunieron alrededor de mi cama. Mi padre oró y dio gracias a Dios por el don de la vida de Nella y por las cosas maravillosas que había planeado para nosotros: para nuestra familia y para Nella. Amén». 

Y entonces sucedió uno de los momentos claves para el cambio de Kelle: «nunca olvidaré el momento en que llegó mi primogénita al hospital y tomó en brazos a Nella. Yo miraba la escena con agonía, en lágrimas; pero también con admiración, pues mi pequeña me enseñó a amar. Me mostró lo que es un amor incondicional, el que se lleva a cabo cuando no existen los estereotipos».

Llegó la noche... y con ella más agonía. A Kelle le venía la tentación de huir, de llevarse a su esposo y a su hija primogénita lejos, a su mundo perfecto. Pero fue la visión de Nella, justamente, la que le cambió: «Nella se convirtió mi promemoria constante: la vida no es una cuestión de etiqueta. No. La vida tiene como fin el amor, conocer y experimentar la verdadera bellaza. Esa para la que hemos sido creados». 

Y de esta idea nació también su blog: Enjoying the Small Things. Ahí Kelle cuenta su vida cotidiana con sus dos hijas, en donde ha aprendido a amar las pequeñas cosas, a contarlas y a fotografiarlas. Con sus posts, Kelle enseña a muchas madres a serlo de verdad, y a encontrar felicidad incluso donde parece no estar presente. Aquí un botón de muestra de su post del pasado 1º de noviembre:

«La gratitud es un modo de vivir más que una lección [...] y el mejor modo de enseñarla a los hijos es viviéndola nosotros [...] reconociendo cada pedazo de belleza que nos rodea. Antes enseñaba a mi hija la gratitud obligándola a decir gracias... con Lainey me preguntaba siempre si hacía lo correcto cuano la hacía llorar al negarle un juego, por ejemplo. Ahora me sorprendo siempre menos preocupada de la lista de deberes para descubrir por el contrario la gracia que significa mi casa, el instante presente, mi conciencia sobre el bien [...] Quiero que mis hijos se den cuenta de lo que me conmueve el mundo, pues sólo así podrán aprender a apreciar también ellos las cosas pequeñas». 

Los comentarios de otras madres no se hacen esperar: «Gracias por haberme dado un lugar en donde encontrar un punto de apoyo»; «doy gracias a Dios porque tú, Nella, Lainey y el resto de tu familia habéis entrado en mi vida, aunque sólo sea por internet»; «has cambiado, de verdad, el modo como veía la imperfección»; «me siento feliz de haber encontrado este blog en el que sigo tu camino. Has hecho una diferencia: para Nella, mi hija, y para todos los niños con Síndrome de Down».

Una persona dijo un día que los niños con Síndrome de Down sólo dan una mala noticia: el día de su nacimiento. El resto son todas buenas. Y seguramente Kelle estará de acuerdo con esto. Pues Nella le ha ayudado, según sus propias palabras, a «descubrir la belleza escondida en la presencia de las cosas». Eso que la misma Kelle llama como «la redención en la imperfección».

Autor: Juan Antonio Ruiz J.
Via: Buenas noticias

martes, 20 de marzo de 2012

►Ayer drogadicto, hoy sacerdote







Roberto volvió a la fe y de modo inesperado experimentó el llamado de ese Dios a quien varias veces había insultado.

En las calles de Roma desempeña su ministerio apostólico don Roberto Dichiera, un sacerdote de 37 años. A muchos jóvenes perdidos y esclavos de la droga les ofrece una mano con la esperanza de liberación. ¿Es posible que estos chicos toxicómanos encuentren un nuevo horizonte? Don Roberto les dice que sí con su propia experiencia.

Su pasado dista mucho de sus ideales actuales de santidad. Desde la más temprana adolescencia se dejó llevó por el vértigo de lo prohibido. A los doce años, los primeros porros, después el alcohol, ácidos, éxtasis, cocaína... En búsqueda de sensaciones cada vez más fuertes, dejó la escuela y sólo ansiaba las fiestas y las discotecas más excitantes de los fines de semana. Pronto él mismo comenzó a traficar, convirtiéndose en el punto de referencia de otros tantos que anhelaban dosis efímeras de felicidad.

La droga lo fue sumiendo en hábitos destructivos. En algunas ocasiones perdía momentáneamente la vista, no lograba distinguir nada, veía sólo rojo. Tenía alucinaciones tremendas y llegaba a vomitar por intoxicación. Su conciencia no reaccionaba, ni siquiera cuando vio retorcerse y casi morir a una compañera de vicio.

En 1993, sin que su vida cambiara, tuvo que hacer el servicio militar, obligatorio entonces en Italia. En el cuartel continuó sus actividades con la complicidad de sus compañeros y la evasión inteligente de los controles médicos.

Todo comenzaría a cambiar en un tren, durante un permiso de viaje. Allí lo cautivó una chica a la que en vano intentó envolver en sus excesos. Antes había tenido varias compañeras y relaciones ocasionales sin que jamás se enamorara. Manuela era diferente. Su amor y su fe católica abrieron lentamente una brecha dentro de él. Todavía continuó drogándose, pero ya sentía intensos dolores de cabezas, como descargas eléctricas, y advertía que las sustancias podían quemarle el cerebro.

Antes no dejaba de blasfemar, de despreciar a los curas y de cambiar el canal de televisión cuando veía al Papa, pero entonces comenzó a «soportar» la misa dominical con su novia. Poco a poco sintió curiosidad de escuchar lo que decía el sacerdote y así pudo entender lo que empujaba a Manuela a la iglesia. Es así como las palabras de Juan 15, 9-13 calaron en su corazón: «Como el Padre me amó, yo también os he amado. Permaneced en mi amor [...]. Esto os lo digo para que yo me goce en vosotros y vuestro gozo sea cumplido...». ¿Qué era este amor? ¿En qué consistía este gozo? Estas preguntas y una gran lucha se sucedieron en su interior.

Al cabo de un año inició a rezar, a acercarse a Dios. Descubrió una nueva fuerza de voluntad y cesó de consumir sustancias. Se confesó por primera vez después de nueve años. La última vez había sido cuando recibió el sacramento de la confirmación sólo por complacer a sus padres. 

Roberto volvió a la fe y de modo inesperado experimentó el llamado de ese Dios a quien varias veces había insultado. Es difícil explicar la transformación de alguien que ha sido tocado por el amor divino. Tampoco fue fácil responder a este llamado, pues Roberto ya proyectaba una familia con Manuela, con quien llevaba dos años. Su misma madre, cuando le comunicó su decisión, no le creía. 

Finalmente ingresó en el seminario y entró en contacto con Nuevos Horizontes, una comunidad católica que trabaja en todo el mundo con los más débiles y marginados. Así, don Roberto, hombre tomado de entre los hombres, no duda de su misión actual. Antes vendía sustancias y la ilusión de un paraíso artificial. Ahora imparte la Eucaristía y predica el Evangelio con la certeza de que nada es imposible para Dios.


Autor: Ismael González, LC | Fuente: buenasnoticias

►El amor por su esposo le hizo valorar la cruel realidad del aborto







Liz Millican y cómo pasó de la indiferencia a considerar que el aborto tiene que ser ilegal


Liz Millican siempre se había considerado una «persona normal». No obstante, pensó que con 27 años debería dar pasos que le ayudasen a mejorar su vida. Lo primero, encontrar el amor de su vida. Fue Jared quien llenó ese deseo de su corazón y, tras un tiempo de noviazgo, se casaron. Y aunque formaban un hermoso hogar, había un aspecto que no dejaba tranquila la conciencia de Liz: el tema del aborto.

En realidad, «nunca había pensado mucho sobre el tema», según sus propias palabras; incluso se mostraba indiferente. Pero tras recuperar su vida de fe, algo perdida durante la adolescencia, poco a poco se preguntaba cuál sería la postura de Dios en relación a este argumento. Lo que en un principio parecía una mera curiosidad, pronto se convirtió en una bomba que movió los cimientos de su estilo de vida. 

Su razonamiento era muy simple: «Dios necesariamente tiene que oponerse al aborto» como el asesinato de un ser inocente. Y si esto era así, cualquier cosa a la que Dios se opusiese «tendría que tener un impacto negativo en la totalidad de la persona». Así que decidió buscar cómo afectaba el aborto a las mujeres. 

Entró en Google y tecleó “I regret my abortion” (me arrepiento de mi aborto) y lo que apareció en su monitor la dejó atónita: «había muchísimos resultados sobre el tema… ¡Me abrió los ojos!». 

En efecto, Liz encontró testimonios del tristemente famoso "trauma post-aborto" en aquellas mujeres que, valientemente, decidían contar su experiencia: «me quedé petrificada con el efecto que el aborto tiene en las mujeres». Y su sorpresa aumentó cuando constató que la mayoría de las mujeres elegían el aborto por miedo o por abandono: «Me di cuenta que tenemos que crear una sociedad que busque ayudar a las mujeres en todas las circunstancias en vez de hacerles creer que su única opción abortar».

Durante su reflexión, Liz recibió una gran influencia de su marido. Nacido de un embarazo no deseado, Jared había sido dado en adopción por su madre biológica cuando, en realidad, tuvo la oportunidad de abortarlo. Y fue precisamente el amor tan profundo que tenía por su esposo lo que le llevó a valorar en toda su profundidad la crueldad del aborto. Sólo pensar que su marido podría haber sido abortado le producía escalofríos… ¡No habría sido la misma persona sin su marido! «Nos complementamos tan bien que no creo que me haya podido casar si él no hubiese nacido». 

Todo esto le llevó, por ello, a llevar su reflexión a sus últimas consecuencias. Fue a un centro de atención para las embarazadas y preguntó cuál era el motivo por el que las mujeres no dan sus hijos en adopción. La respuesta la heló el alma: la mayor parte de las mujeres creen que el aborto es socialmente más aceptable que la adopción. 

Furiosa ante esta respuesta, Liz tuvo clara la conclusión: «el aborto es algo que tiene que ser ilegal». ¿Por qué? Porque las mujeres con mentalidad abortista no pueden valorar positivamente la opción de dar a su hijo en adopción: «piensan que la adopción es sinónimo de abandonar a sus hijos. El argumento pro-abortista del “¿quién va a cuidar de tus hijos?” no tiene ningún sentido. Sobre todo sabiendo la cantidad enorme de familias que están esperando para dar amor a un niño en su hogar». ¿Un botón de muestra? Sus suegros: «se sienten profundamente bendecidos con Jared». Y es la presencia amorosa de su esposo la que le hace a Liz admirar «la difícil decisión de muchas madres de dar su bebé a alguien más». 

Hoy, Liz le hace un lugar en el sofá de la casa a Jared mientras ven televisión. Y siente, emocionada, la mano de su marido en su vientre, que acaricia el nuevo miembro de la familia que llegará en agosto de este año. Y el amor que experimenta hoy le hace sentir una profunda gratitud hacia aquella mujer que decidió dar en adopción a su actual marido. Sin su valentía, hoy no sería la mujer más feliz del mundo. 

Autor: Juan Antonio Ruiz J., LC
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♥Consagración a la Virgen María

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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio. En estos tiempos de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del sacrificio y del servicio. Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús. Tu que eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo. Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz. Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y en la Iglesia. Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de unidad y comprensión. Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros, y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta. Tu que eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado. En virtud de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a los hijos que el Señor nos envíe. Que nuestro hogar sea un santuario doméstico donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir, día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones. Amén. -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS

CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LOS DOS CORAZONES EN SU RENOVACIÓN DE VOTOS
Oh Corazones de Jesús y María, cuya perfecta unidad y comunión ha sido definida como una alianza, término que es también característico del sacramento del matrimonio, por que conlleva una constante reciprocidad en el amor y en la dedicación total del uno al otro. Es la alianza de Sus Corazones la que nos revela la identidad y misión fundamental del matrimonio y la familia: ser una comunidad de amor y vida. Hoy queremos dar gracias a los Corazones de Jesús y María, ante todo, por que en ellos hemos encontrado la realización plena de nuestra vocación matrimonial y por que dentro de Sus Corazones, hemos aprendido las virtudes de la caridad ardiente, de la fidelidad y permanencia, de la abnegación y búsqueda del bien del otro. También damos gracias por que en los Corazones de Jesús y María hemos encontrado nuestro refugio seguro ante los peligros de estos tiempos en que las dos grandes culturas la del egoísmo y de la muerte, quieren ahogar como fuerte diluvio la vida matrimonial y familiar. Hoy deseamos renovar nuestros votos matrimoniales dentro de los Corazones de Jesús y María, para que dentro de sus Corazones permanezcamos siempre unidos en el amor que es mas fuerte que la muerte y en la fidelidad que es capaz de mantenerse firme en los momentos de prueba. Deseamos consagrar los años pasados, para que el Señor reciba como ofrenda de amor todo lo que en ellos ha sido manifestación de amor, de entrega, servicio y sacrificio incondicional. Queremos también ofrecer reparación por lo que no hayamos vivido como expresión sublime de nuestro sacramento. Consagramos el presente, para que sea una oportunidad de gracia y santificación de nuestras vidas personales, de nuestro matrimonio y de la vida de toda nuestra familia. Que sepamos hoy escuchar los designios de los Corazones de Jesús y María, y respondamos con generosidad y prontitud a todo lo que Ellos nos indiquen y deseen hacer con nosotros. Que hoy nos dispongamos, por el fruto de esta consagración a construir la civilización del amor y la vida. Consagramos los años venideros, para que atentos a Sus designios de amor y misericordia, nos dispongamos a vivir cada momento dentro de los Corazones de Jesús y María, manifestando entre nosotros y a los demás, sus virtudes, disposiciones internas y externas. Consagramos todas las alegrías y las tristezas, las pruebas y los gozos, todo ofrecido en reparación y consolación a Sus Corazones. Consagramos toda nuestra familia para que sea un santuario doméstico de los Dos Corazones, en donde se viva en oración, comunión, comunicación, generosidad y fidelidad en el sufrimiento. Que los Corazones de Jesús y María nos protejan de todo mal espiritual, físico o material. Que los Dos Corazones reinen en nuestro matrimonio y en nuestra familia, para que Ellos sean los que dirijan nuestros corazones y vivamos así, cada día, construyendo el reinado de sus Corazones: la civilización del amor y la vida. Amén! Nombre de esposos______________________________ Fecha________________________ -Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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