Las mujeres que se someten a un aborto tienen cinco veces más probabilidad de sufrir alcoholismo o adicción a las drogas que las mujeres que dan a luz, según un estudio publicado en el último número de la prestigiosa revista American Journal of Drug and Alcohol Abuse. El estudio fue realizado por el director del Instituto Elliot, el Dr. David Reardon y el Dr. Philip Ney, psiquiatra de British Columbia (Canadá) especializado en terapia post-aborto. Según los autores, aunque no se ha divulgado la conexión de aborto, alcohol y drogas, este es el estudio número 16 que correlaciona el aborto con el abuso de estas sustancias.
Este último estudio se realizó a partir de los datos nacionales del historial reproductivo de una muestra aleatoria de 700 mujeres entre 24 y 44 años. Según Reardon: “Incluso partiendo del rango estadístico más bajo de riesgo relativo, nuestros resultados indicarían que, cada año, sólo en los Estados Unidos, hay al menos 150.000 nuevos casos de abuso de alcohol y drogas debidos al aborto. Pero con el rango de riesgo relativo que hemos identificado, las cifras reales podrían llegar a 500.000 casos anuales.”
El Dr. Ney cree que estos datos son especialmente preocupantes ya que el abuso de alcohol y drogas son una de las causas principales de muerte neonatal y de malformaciones en embarazos deseados posteriores. “He comprobado que las mujeres con dolor o trauma no resuelto relacionado con un aborto tienen más tendencia a sentir ansiedad, miedo y depresión durante sus embarazos posteriores”, afirma Ney. “Si no pueden conseguir legalmente sustancias tranquilizantes, muchas recurrirán al alcohol o a drogas ilegales para reprimir sus sentimientos no deseados sobre sus abortos del pasado.” La experiencia clínica del Dr. Ney está corroborada por varios estudios anteriores que revelan tasas mucho más altas de consumo de alcohol y drogas entre embarazadas con historial de aborto.
Según el Dr. Reardon, “las mujeres pueden adoptar comportamientos autodestructivos como consecuencia de su experiencia traumática post-aborto. También puede ser que las mujeres con tendencia a comportamientos de riesgo tengan más propensión a los embarazos no deseados y al aborto. Por ahora no sabemos cuántas mujeres corresponden a cada una de estas categorías.” Lo que sí es cierto es que un buen diagnóstico es condición imprescindible para una terapia eficaz. “He tratado a mujeres con un largo historial de comportamiento autodestructivo que sólo progresaron en su terapia cuando tratamos su trauma post-aborto”, dice el Dr. Ney, “y muchos otros terapeutas han tenido la misma experiencia. Sólo se obtienen buenos resultados de un buen diagnóstico y el tratamiento adecuado.”
On-Line link to Am J Drug Alcohol Abuse article by Reardon and Ney
Nuevo estudio muestra que el abuso de alcohol y drogas entre mujeres embarazadas está relacionado con abortos anteriores y pone en peligro a sus hijos posteriores
Según un estudio publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, las mujeres que han abortado tienen el doble de probabilidad de abusar del alcohol, cinco veces más probabilidad de tomar drogas ilegales y diez veces más probabilidad de fumar marihuana durante su primer embarazo a término que las mujeres que dan a luz en su primer embarazo. Los investigadores concluyen que este consumo más elevado durante los embarazos posteriores supondrá un riesgo mayor de malformaciones, bajo peso al nacer y muerte en sus hijos.
La investigación está basada en la Encuesta Nacional de Embarazos y Salud (National Pregnancy and Health Survey) y usa una muestra representativa de 2.613 mujeres que habían dado a luz recientemente. La encuesta fue patrocinada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos del gobierno federal estadounidense (U.S. Department of Health and Human Services of the National Institutes of Health) y la División de Epidemiología e Investigación Preventiva del Instituto Nacional de Abuso de Drogas (Division of Epidemiological and Prevention Research at the National Institute on Drug Abuse) para realizar la primera evaluación a nivel nacional de uso de drogas lícitas e ilícitas y de alcohol entre embarazadas.
Según uno de los autores del estudio, el Dr. David Reardon, especialista en reacciones post-aborto, este es el decimoséptimo estudio que relaciona el aborto con altos índices de abuso de alcohol y drogas, aunque el primero basado en una muestra representativa a nivel nacional.
Según Reardon,director del Instituto Elliot y co-autor de un nuevo libro, La Pena Prohibida: el Dolor Callado del Aborto (Forbidden Grief: the Unspoken Pain of Abortion), muchas mujeres usan las drogas y el alcohol para ahogar el dolor, la pena y la culpa del aborto, que puede intensificarse en los embarazos deseados posteriores. Por ello continúan consumiéndolas a pesar del riesgo que ello supone para el feto. El síndrome de alcoholismo fetal es un problema sanitario importante. Por ello recomiendan a los obstetras que averigüen si la mujer tiene un historial de aborto para poder ayudarla a superar su adicción.
Bibliografía:
Coleman PK, Reardon DC, Rue VM, Cougle JR. History of induced abortion in relation to substance use during pregnancies carried to term. American Journal of Obstetrics and Gynecology. December 2002; 187(5).
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