Las mujeres que abortan tienen seis veces más probabilidades de suicidarse
David C. Reardon, Ph.D.
Al examinar el historial médico reciente de víctimas de suicidio, investigadores finlandeses hallaron una fuerte asociación entre aborto y suicidio. En sus resultados publicados en el British Medical Journal (Mika Gissler, Elina Hemminki, Jouko Lonnqvist, "Suicides after pregnancy in Finland: 1987-94: register linkage study" British Medical Journal 313:1431-4, 1996) revelan que “la tasa de suicidios después de un aborto era tres veces mayor que la media y seis veces mayor que la asociada al parto.”
Estos resultados coinciden con estudios anteriores que hallaron que dar a luz reduce el riesgo de suicidio en comparación con la población “normal”, mientras que el aborto lo aumenta. Sin embargo, este estudio sólo examinó los abortos en el año anterior al suicidio, cuando la mayoría de los suicidios relacionados con el aborto podrían ocurrir en los años siguientes debido al efecto retardado del Síndrome Post-aborto.
La Conexión Aborto / Suicidio
David C. Reardon, Ph.D.
En los años anteriores a la legalización del aborto, se creía que el aborto podía justificarse por motivos “terapéuticos”, entre los que el riesgo de suicidio justificaría la necesidad de un aborto. Sin embargo, tras muchos años de aborto legal, la realidad ha demostrado ser bien distinta. Todos los estudios sobre este tema muestran que, por el contrario, es el dar a luz lo que disminuye dramáticamente la tasa de suicidios en comparación, incluso, con mujeres no embarazadas. Actualmente algunos psiquiatras consideran que el embarazo cumple una función de protección psicológica. La presencia de otra persona por la que vivir parece reducir el impulso suicida de una mujer con trastorno psicológico o depresión grave.1
A diferencia del embarazo, que debilita los impulsos suicidas, hay pruebas significativas de que el aborto aumenta dramáticamente el riesgo de suicidio. Según un estudio de 1986 de investigadores de la Universidad de Minnesota, una adolescente tiene 10 veces más probabilidad de cometer suicidio si ha realizado un aborto en los últimos seis meses que una joven comparable que no lo haya practicado.2 Otros estudios han hallado una correlación estadística similar entre adultos. Por tanto, los datos actuales indican que el aborto es mucho más peligroso para la salud mental de la mujer que el embarazo y el parto.
Esta correlación entre aborto y suicidio es bien conocida por los profesionales que tratan a personas suicidas. Por ejemplo, Meta Uchtman, directora del grupo de Cincinnati de Suicidas Anónimos informó de que su grupo trabajó con 4000 mujeres durante un periodo de 35 meses. De ellas, 1800 o más habían abortado, 1400 de las cuales tenían edades entre 15 y 24 años, el grupo de edad de mayor aumento de suicidios de EE.UU.
A veces un intento de suicidio post-aborto es un acto impulsivo de desesperación. Susan escribe: “Dos días después de mi aborto, escribí una carta e despedida a mis padres y a mi novio. No podía imaginarme cómo iba a poder seguir viviendo con la conciencia de lo que había hecho. ¡Había matado a mi propio bebé! Bajé al sótano y me puse a manejar la pistola de mi padre. Histérica y llorando apunté dentro de mi boca. De pronto oí pasos arriba. Por algún motivo, mi padre había vuelto a buscar algo. Paré lo que estaba haciendo y subí. El vio que yo estaba mal y me invitó a comer con él. Pensé que por lo menos le debía un almuerzo de despedida. Cuando acabó el almuerzo me dio miedo hacerlo.”
Otras veces, los impulsos suicidas son el resultado de años de represión, depresión y pérdida de autoestima. Un estudio de 1987 entre mujeres con trauma post-aborto halló que el 60% habían tenido ideas suicidas, el 28% habían intentado suicidarse, el 18% lo había intentado repetidamente, a menudo varios años después del aborto.3
Desgraciadamente, al menos en un caso documentado, una chica de 18 años se suicidó tres días después de un aborto por aspiración por sentirse culpable de “haber matado a su bebé”. Un examen posterior de los archivos de la clínica reveló que la chica no estaba embarazada.
Quizás una razón de la fuerte correlación entre aborto y suicidio es que el aborto es muy parecido al suicidio. La persona que amenaza con suicidarse está pidiendo ayuda a gritos. Igualmente las mujeres que piensan en abortar. Ambas están desesperadas. Ambas se sienten solas. Ambas se sienten abrumadas por las circunstancias.
Algunos grupos pro-eutanasia creen que se debe legalizar el suicidio o incluso crear clínicas para ello donde haya personas que ayuden a los que deseen suicidarse. Si se hiciera, habría cada vez más personas que querrían ejercer su “derecho a morir”. Con la promesa de una solución “rápida, fácil y sin dolor” a sus problemas, las tasas de suicidio se dispararían como se dispararon las tasas de aborto tras su legalización.
Como las clínicas de suicidio o eutanasia que algunos piden, las clínicas abortistas también explotan la desesperación de la gente. Forman parte de nuestra sociedad de consumo que ofrece soluciones rápidas para todos nuestros problemas. Aparentan ser lugares de compasión pero en realidad son enormes negocios a costa de gente sola, asustada y confusa que se sienten no-deseados por la sociedad. En lugar de vida, ofrecen la “compasión” de la muerte. Es una falsa compasión que sólo quiere evitarse el problema de ayudar al otro a resolver sus problemas.
Para los que miran con atención y se preocupan por los demás, es evidente que quienes buscan el aborto o el suicidio están pidiendo ayuda para vivir. Están pidiendo a gritos una inyección de esperanza. Están pidiendo que alguien se interese por ellos y les ayude de verdad. Necesitan ver el valor de la vida, tanto la suya como la de su hijo, reflejado en el cariño de aquellos que quieren ayudarla a preservar esa vida. Necesitan oír que tienen la fuerza necesaria para triunfar en esa vida que es la suya, y que cuando les falten las fuerzas, estaremos allí para sujetarles y hasta llevarles en brazos.
Esto nos exige pagar un alto precio de amor. El precio del sacrificio de tiempo, energía y conocimientos. Lo contrario sería interpretado como una falta de interés... y tendrían razón.
Publicado en The PostAbortion Review 1(2) Verano 1993. Copyright 1993 Elliot Institute
1. Hilgers, et al, New Perspectives on Human Abortion (Frederick, Md.: University Press of America, 1981) 156.
2. Garfinkel, et al., Stress, Depression and Suicide: A Study of Adolescents in Minnesota, (Minneapolis: University of Minnesota Extension Service, 1986).
3. Reardon, "A Survey of Psychological Reactions," (Springfield, IL: Elliot Institute, 1987).
Fuente http://www.nomassilencio.com
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