Los médicos que cuidan de Andrea en el hospital universitario de Santiago acceden, finalmente, a la petición de sus padres y le retiran la sonda que la alimenta y la mantiene hidratada. La niña morirá de hambre y de sed en “dos, cuatro, ocho o 38 días”, explica el abogado de la familia Lago-Ordóñez, que llama a eso una “muerte dulce”.
La presión para que dejen morir a la niña ha sido tal, que el desenlace tenía que ser este a la fuerza. Desde que la historia de Andreaapareció en las portadas, hace una semana, no ha habido político, editor de noticias o simple hijo de vecino que no se haya puesto una bata blanca, subido a la habitación de Andrea y explicado a los médicos que la atienden cómo y cuándo tienen que desconectarla. En España, además de entrenadores de fútbol, todos somos pediatras.
Las crónicas de la desconexión de la niña se quedan a un milímetro de proclamar que bien está lo que bien acaba. En El Mundo, este lunes:“se espera que, en cuestión de días, la historia de esta niña gallega de 12 años tenga un desenlace”. Ese “desenlace" es la muerte inducida de Andrea. Para no decir que Andrea se va a morir de hambre y de sed porque nos emociona la muerte dulce de los demás, el periodismo dice que “se espera un desenlace en cuestión de días”, como cuando el periodismo dice que “se espera que Rajoy disuelva las Cortes de un día a otro” o “se espera una borrasca entrando por el norte”. El espectáculo del periodismo es cuadrar expectativas deprimentes con desenlaces innombrables.
Casi lo peor de toda esta lírica de la muerte dulce es el empacho sentimental y el reflujo didáctico que produce. El abogado de la familia, crecido por el feliz fatal “desenlace”, se permite extraer una enseñanza moral de la historia de esta niña. Para el letrado, lo que Andrea enseña es que “todas las vidas, por incompletas que sean, pueden ser decisivas, al enseñar a los demás el camino a seguir”. ¿Incompleta, Andrea? No se espera que este Séneca del turno de oficio predique con el ejemplo y se desenchufe a sí mismo.– V. Gago.
Actúa para que no dejen morir a Andrea de hambre y de sed. Tu puedes ayudar a salvarla, firmando ahora esta petición a la Dirección del hospital universitario de Santiago de Compostela, para que vuelvan a dar el soporte vital básico a la niña.
Via: Actuall
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